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¿Cómo está? Es muy acusa, ¿no? Es muy acuda, pero es como se tiene que hablar para que parezca
japonés. ¿Cómo estáis? Bienvenidos a un nuevo podcast.
Si habéis visto la anterior, ya sabéis de qué va el tema. Tengo alarma, conocido también
como fase 2 y hoy realmente el motivo fase 2 va a aparecer. La historia de fase 2 va a estar por
aquí. Vamos a hacer un podcast especial sobre Japón, una persona que ha vivido 5 años y pico ahí,
que ha vivido todo lo que es Japón, es decir, los estudios, el trabajo, la pareja, la fiesta,
el día a día, el tener amigos o intentar tener amigos, todo. Y nos va a contar muchas historias.
Si visteis para los All-Schoolers hace muchos meses, yo creo que un año y medio bien bueno,
hice un podcast con Kira, o Kira Sensei, contigo, online, que fue una jodienda por el tema de
las conexiones que se iban perdiendo y tal. Pero, bueno, tenéis un primer podcast que pasan,
que tuvimos en ese momento, que ya la gente le gustó mucho. Pues me alegro, me alegro,
porque efectivamente era tres bandas y el tema de las conexiones horrible era España,
dos lugares, coincidir con Japón, las conexiones, bueno, ya sabes. Fue un desastre, a nivel técnico
tuvimos que parar, que la gente no lo sabe esto, tuvimos que parar un rato porque no iba bien,
no sé qué, bueno, una auténtica odisea, pero ya hoy tengo aquí a dar más adelante y a ver si
algún día, aquí de ahí a ti, es posible, ¿no? Podía darse el caso. Es posible, no se descarta.
Vale, me encantaría tener a Kira Sensei y a Dharma. Quiere decir una cosa que le quería decir en
el podcast pasado, pero ya la digo ahora porque es que yo la memoria me va un poco a López. Esta
semana vuelvo al rincón de Jorge, amigos. Vuelvo al rincón de Jorge con un nuevo vídeo dos meses
y pico después. Tenderéis un vídeo de un tema espectacular, súper macabro de esos que nos
encantan, que nos fascina, que nos gusta. Por lo tanto, todos aquellos que me envíais a diario,
pesados, mensajes de que vuelva a hacer vídeos en el rincón de Jorge, pues yo cumpliré vuestros
deseos y tendréis un vídeo azo, vídeo azo. Y ahora sí, Dharma, ¿cómo estás? Cansado. Bueno,
tampoco hemos estado en la obra. Era la clásica entradilla de fase 2, a los vídeos de Kira. Oye,
tengo una pregunta. Cuéntame. No sé por qué no te la pregunté la otra vez, pero ¿por qué la
peluca? ¿Por qué la peluca? Venga, va. Para la gente que no lo sepa. ¿Tú salías en el canal de
Kira con un pelucón gigante? Vale, venga, va. Este es un de Yavi constante, pero entiendo que hay
gente que no lo sabe. No lo sabe. Así que chicos, bueno, yo soy Dharma, también hago el papel de
fase 2 en el canal de Kirasensin, que es un canal de divulgación sobre Japón, sobre la cultura
japonesa. ¿Bien? ¿Por qué la peluca? Bueno, pues lo voy a contar, esto hace muchos años,
yo estaba recién llegado a Japón, llevaba cuatro meses, seis meses lidiando mucho con el idioma,
estaba de estudiante y, bueno, pues para intentar mejorar mi nivel de japonés, se me ocurrió buscar
a japoneses que quisieran practicar el español. Yo les enseñaba español y percibía el feedback
de Japones. Bueno, pues después de quedar con una chica un par de veces, ella me dijo, oye,
mira, yo tengo un ex profesor de español, te importa si la próxima vez lo invito y así os
conocéis a ver qué es lollito, ¿no? Y dije, ok, venga, adelante. Quedamos la siguiente vez y era Kira,
pero era un Kira que en aquel entonces, en aquel entonces apenas tenía a canal,
lo único que tenía en YouTube eran sus lecciones, es decir, no era un youtuber,
tal y como lo conocemos ahora, de vamos a hablar charlas, contenido. Y bueno, pues recuerdo que
hubo cierta química en los temas que hablábamos, ¿no? Y a él, bueno, pues le gustaba como en nuestras
charlas, ya cuando no estaban los japoneses, en nuestras charlas hablábamos sobre lo que no nos
gustaba de Japón, lo que nos tocaba las pelotas, ¿no? Y lo que nos quemaba. Y en estas charlas que
teníamos en Starbucks, de tranquis, hubo un momento en el que me preguntó, oye, ¿a ti no te
interesaría que te hiciera una entrevista para un canal que tengo yo en YouTube? Y yo le dije,
la verdad es que no. Resumiendo, ¿no? Y así pasó como un año, como un año. Eres un tío duro de
conseguir, ¿eh? Me ha pasado lo mismo. Y cerca de un año después me dijo, tío, es que lo que
hablamos es súper interesante, yo creo que a la gente le va a gustar, tío, porque lo decimos con,
él me decía, tienes una naturaleza de un desparpajo, que a la gente le gusta, porque yo hablo y
soy como muy académico, muy cerrado, y a ti como que te da igual todo y lo sueltas así como, va,
como te viene, y eso yo creo que va a gustar en el canal. Vamos a hacer una cosa. Dijo, a ver,
tú eres metalero, ¿no? Y dije, sí. Y a ti te da vergüenza que te vean, ¿no? Y yo dije, sí. ¿Qué
te parece? Si te compramos un outfit, te ponemos una peluca, te traes una camiseta, unas gafas de
sol y sales disfrazado. Y en vez de ser tú, vas a ser un personaje, así medio metalero, malhumorado,
medio torrente, una mezcla y un totum revolutum. Y vemos qué tal funciona, dije yo. Venga, va. Y así
me convenció. Fue más a su casa, preparó todo el set, me puse la peluca, hicimos un primer
intento ni ni siquiera me acuerdo del tema que hablamos. Y dije, venga, vamos a hablar un poquito
de esto y a ver qué tal sale. Saleo fatal. Lo tuvimos que volver a grabar, salió fatal porque me
pasé. Me pasé de mal hablado, me pasé de, era demasiado macarra, era rock and roll. Y me dijo,
no, no, no, para, para, para. Esto es muy torrente, vamos a volver a grabarlo esta vez un poquito
más relajado. Vale. Más natural, ¿no? Más natural. Y lo volvemos a intentar. Bueno, grabamos tres
sesiones y dijo, vamos a hacer una cosa. Yo lo publico y vamos a ver qué tal va. Y hasta hoy.
Parece que a la gente le gustó. Sí, sí. Seguimos bebiendo. ¿Te acuerdas qué vídeos fueron los
primeros? ¿Fueron las cosas que odiáis de Japón? Seguramente. Seguramente sería. Eso es un top,
además, ¿no? Algún top de las diez cosas que odio Japón. No, y es un top, o sea que creo que es
de los vídeos más vistos, el tema de que es como dos partes, ¿no? El cincuenta cosas creo que eran
sobre lo que odiáis de Japón. Cosas, cosas que los hay que hacer para cabrar a un japonés, ese tipo
de vídeos gustaban mucho. Y hasta aquí, o sea, fue un increciento. Empezamos de una vez al mes,
a una vez cada dos semanas, luego casi se convirtió en una rutina semanal, pues hasta que yo me la
re de Japón. A día de hoy seguimos haciéndolo. Evidentemente no lo hacemos juntos, sino vi online,
pero bueno. Seguí rajando igual de Japón. Seguimos rajando igual. Siempre salen temas,
salen noticias, porque al final es un no parar. Y bueno, pues intentamos desgranar las noticias y
explicarlas de manera que no nos quedemos en el que raro son los japoneses, sino en tratar de entender
por qué. Y es un poco lo que hacemos. Vale, pues una vez ya explicado la incógnita del personaje
de fase 2, que yo creo que cada vez iba siendo más tú, ¿no? Cada vez iba siendo más Dharma y al
final te quedaste ya, que te quedaste la peluca, incluso ya fue como Dharma, aquí está. Vamos a,
para la gente que no te conozca, a saber un poco las creencias que tú tienes para hablar de Japón.
Primero te pregunto, ¿por qué fuiste a Japón? O sea, ¿tú tenías cuántos años cuando fuiste ahí?
Yo tenía 27 años. ¿Y cómo es que te decías danzar a la aventura, esa loca? Vale, yo estaba 27 años,
veníamos de la crisis económica, tenía un trabajo a media jornada, tenía mi vida más o menos hecha,
pero iba para los 30 y yo no sé si era la crisis. Y yo decía, ¿quiero yo esto para mis 30? ¿Quiero esta
situación? Dije, no. Así que decidí darle un vuelco, dejé el trabajo, dejé todo lo que tenía,
cogí los ahorros y estuve mirando destinos a los que ir. Quería ir a un sitio diferente,
no quería Europa, porque al final, para estar en una idiosincrasia muy parecida, no me apetecía,
quería irme lejos. Y bueno, mis opciones eran Canadá o Japón y me dieron la visa para Japón,
así que dije, me voy a Japón, cogí mis vértulos, los ahorros que tenía y para allá que me fui.
¿Qué te molaba de Japón? Tú eras un fase 1. Yo era un fase 1. Tú eras un flipado de Japón.
Sí, yo era un flipado de Japón, sí, sí, el tema de los samurai, el tema del manga, el anime,
los videojuegos, vamos, todo. Yo creo que el pa completo, menos hacer cosplay que en aquel momento
no se llevaba, todo, todo, todo, todo. Me encantaba. Y por supuesto, cuando te dicen que va a ser a
Japón es como, wow, el sueño hecho es realidad, ¿no? ¿Quién no quiere ir? Claro. Pero es difícil
que te acepten para ir a vivir. Es complicado. Es complicado un trabajo. Tú puedes ir como turista
tres meses. Como casi todo el mundo. Como casi todo el mundo en cualquier país. Si quieres un visado,
hay varias maneras, una es a través del matrimonio, otra es consiguiendo un trabajo que es muy
complicado también, otra es con un visado cultural que se llama, es decir, tener una cantidad de
dinero demostrable que te permite estar en Japón un año sin necesidad de trabajar. Hostia. Y la
última y la cuarta es como estudiante, con un visado de estudiante que te apuntes a una escuela,
una academia de japones y te conceden un visado. Yo fui con el estudiante, evidentemente. ¿Te molaba
Japón mucho, pero tú sabías hablar japonés? Porque ahí no hablan inglés, un culo. Yo sabía el
japonés que sabe, pues, alguien que ha mirado eso, que ha mirado un poco. Sí, es cierto que estuve
en ocho años antes de los 27 estudiando japonés. Nada. Tema de dos horas a la semana y tal. Pero
bueno, muy poquito, sí. Algo sabías, ¿verdad? Pero vamos, para mí fue, de hecho, haces el examen de
ingreso para que vean tu nivel y me pusieron el más bajo. O sea, imagínate lo que llevaba. Pero
te aceptan igual. O sea, no hay un mínimo en que seas cero. Aunque seas cero, te aceptan. Vale. ¿Cómo
es la llegada a Japón para ti? La llegada a Japón es maravillosa. Maravillosa. Llegas, todo es
diferente. Yo fui a Osaka. Y ahí está el aeropuerto de Kansai, que es un aeropuerto artificial. Es
un aeropuerto que han creado como una isla flotante en la bahía, con lo cual tú llegas a esa isla.
Y lo primero que notas es el olor. Osaka huele a comida. Osaka huele a comida, tío. A buena
o mala comida. A buena. A mí para buena. Tú sales del avión. Yo salí del avión. Y lo primero
que notas es que olía diferente, tío. Jodas. Olía diferente. Hostia. O sea, no ves el suelo como el
papa. Pero tu nariz estaba de papa, tío. Me decía esto qué es. Qué maravilla. Además, Osaka es muy
bonita. Tienes ese río, ¿no? ¿No te parece bonita? No, no es bonita. No te voy a mentir. No es bonita.
Si quieres algo bonito, te vas a Kyoto. Osaka no es bonita, no tiene edificios turísticos,
muchos. Te lo ves muy poco el Tsutengaku Tower y un par de cosas más, el zoológico. Pero vamos,
no se caracteriza por sus edificios bonitos. Por mucho neón igual, ¿no? Sí, sí, eso es lo que no
falte. Eso que no falte. Eso que no falte. O sea, llegas a Osaka, te flipa a nivel de esfaltes. Claro,
¿qué pasa? Tú llegas a un país como Japón y da igual en qué puto punto estés de Japón que
todos son estímulos, estímulos visuales, estímulos auditivos, estímulos olfativos, en mi caso, ¿no?
Escuchas un idioma, dices qué bonito el Japón es, porque el Japón es una muy bonito. Sí. A mí me gusta.
Mucha gente dice, suena muy duro, ¿no? Pero no lo sé. A mí me gusta el sonido que tiene. Además,
es muy similar al español, la vocalización, con lo cual, bueno, debás pillando. Efectivamente,
lo visual creo que es lo más obvio. Todo te llama la atención. Absolutamente todo. Desde los carteles,
las luces, las chicas, la estética, cómo van vestidos, todo, todo. Dice que todo es nuevo. Es
como un parque de atracciones. Es un parque de atracciones, estás embriagado de Japón. Todo te
gusta, no tiene nada malo. Y bueno, esto dura unos cuantos meses, que esa es la fase 1 en el que
todo es perfecto. Ojo, la fase 1 sirve no solo para los lugares, sino para las relaciones, para un
trabajo en el que estás entrando. Y todo es maravilloso, no ves ninguna falla. Y base en eso, ¿no?
Estás como en una nube, tío. Y es real que el impacto de Japón de los primeros tiempos es una
puta pasada. Es una pasada. Es increíble. Todo es perfecto. La gente era buena contigo. Todos,
son amables, son limpios, son muy ordenados. Educados. Educados. Sí, sí, sí. Incluso,
mucho chico les interesará. Te machicas también, te llamas la atención, siendo occidental. Claro,
claro. Para bien. Claro, para bien. Para bien. Para bien. Se te acercan, ¿no? Entiendo? Para bien,
sí. No tanto que se te acerquen, sino que te miran, te sonrían, a veces quieren sacarse fotos,
llamas, llamas la atención. Ah, lo de los japoneses que van a con gente occidental en planta. ¿Puedo
hacerme una foto contigo? Eso pasa. Eso es real. Eso pasa. Y pasa también con chicos. Pasa también
con chicos. Sí, sí, sí, sí. Sientes ahí un poco, ¿no? Mono de feria, ¿no? Un poquito. Sí. Bueno,
nosotros le llamamos el amigo panda, ¿no? Es como un panda exótico con el cual te quiere sacar
las fotos. Y eso pasa mucho, pasa mucho. A ver, no es que te pare en cada vez que salas a la calle,
pero sí es, vamos a decir, habitual entre comillas que te puedan parar a decir, oye, y más sí,
cuanto más occidental eres, según su concepto de ser occidental, más van a querer aproximar
a ti. Si eres salto, ojo salto. Azules, rubio, corpulento, ¿no? Bueno, si eres Chris Hensworth,
todo el mundo se quiere sacar fotos, pero ahí y aquí, ¿eh? Pero sí, si tienen un perfil que para
ellos es el esterotipo de extranjero. Ah, ¿ah? Empiezas a estudiar. Empiezas a estudiarse. Y solo
estudiabas, no trabajabas ahí. No trabajabas. Yo ahorro, os entiendo. Claro, yo tenía para cuatro
meses. Vale. Y dije yo, mira, voy a probar cuatro meses y a ver hasta donde llegue, ¿no?
Si estudiabas lengua. Yo estudiaba, sí, simplemente el idioma japonés. Vale. Entonces me quedé dos
meses, tres meses, la pasta se me iba gastando. Claro. Y vivía solo compartiendo piso. Vivía
con un compañero. También español. Sí. Vale. Y llegó un punto en el que dije yo me quiero quedar,
tío. Yo no quiero. Estabas ahí. A tope. ¿Por qué? Bueno, los primeros meses tienes pasta,
no te deprivas de nada, dices, voy a comer aquí, me voy a comprar esto, voy a no sé dónde, viajo.
Y dije yo quiero esto, pero para mucho más. Y entonces es cuando acudí al equivalente al Inem,
en Japón, que te ayudan a encontrar un empleo para extranjeros. Ah, hostia. Y ahí tenía un
traductor, además, un tipo que hablaba español y me ayudó. Sí, sí, sí. Es raro eso, ¿no? Porque
tiene muchos latinos. Ah. Tiene muchos peruanos, muchos brasileños. Y bueno, sobre todo por un tema
de la Segunda Guerra Mundial, que muchos emigraron a Latinoamérica. Bueno, de hecho hay un exdictador
de Saeru, que bueno, que era medio japonés, medio... Entonces, bueno, tienen como muchos
acuerdos y muchos lazos de unión, ¿no? También con México. Y sí, pues tenía una persona que
hablaba español y me dijo, mira, yo te ayudo con los formularios y yo voy a ir llamando a las
empresas, restaurantes, lo que sea, que acepten extranjeros y que tengan interés en un perfil
como el tuyo. Que era nada, vamos. O sea, no hablaba japonés, casi. Y bueno, pues tuve suerte,
tuve un par de entrevistas. En la primera era para una pizzería, te sientas y ves que el tío
ni te mira la cara, te hace dos preguntas y te dice, ya te llamaremos y tú, ok. Gracias. Y la
segunda cuajó, que era un restaurante, era una marisquería que estaba en Dotonbori, que es ese puente
con ese... Eso, ¿no? La zona que yo he visto en el cangrejo gigante. El cangrejo gigante, señor.
Pues ahí estuve. Y ahí estuve de Friga Platos durante varios meses mientras estudiaba. Con lo
cual, bueno, como podía seguir costeándome los cursos en los estudios máximos de japonés son
hasta los dos años. Tú puedes estar como estudiante de japonés dos años y es lo que dice,
lo estiré lo máximo que pude. En esos dos años, bueno, pasé de un restaurante a otro mucho trabajo
negro, esto hay que decirlo, da la sensación de que Japón siendo un país tan... No lo veréis
trito. No lo veréis trito nunca. No hay trabajo negro, hay muchísimo trabajo negro, mucho, mucho,
mucho trabajo... Especial. Mucha ha sumergido. Ha sumergido un montón, ¿no? Hay mucho, sobre todo
restauración y bares. Prácticamente todos los extranjeros que veáis trabajando están trabajando
en negro, prácticamente. Pues no lo hubiera dicho, ¿eh? Pero pensaría que el japonés está en
cuadriculado y... No, no, no, hostia. Pues dinero para ti que tú no tenías, ¿no? Que ni declarar,
ni nada. Eso es. Y te iría para ir tirando. Eso es. ¿Qué pasa? Que tú tienes un plus y es que hablas
inglés. La mayoría habla inglés y eres extranjero. Entonces tú eres un reclamo. Si tú te pones en un
bar de bartender, wow. O sea, es como poner un muñeco de feria y la gente, la gente va a ir y decir,
no, es que vamos a ese bar porque es que hay un camarero extranjero, ¿no? Y ya está. Y ya está.
Y solo por eso, aunque seas un puto azote, solo por eso te van a contratar. A lo mejor en los meses
dice, mira, no vales ni para la mierda, pero por lo menos te aguantan unos cuantos días, ¿no? Y así
estuve. Restaurante, camarero, friega, platos. Yo he hecho de todo en Japón. ¿Seguíes feliz ahí?
Sí. Ya te he visto dudar más, ¿eh? Sí, sí, sí. Ahí sí. ¿Entras feliz? ¿Vas feliz? ¿Estás
guay? Llega un punto, en mi caso, fue a los 12 meses en el que me planteé volver a España. Pero
me planteé volver a España porque llevaba un año estudiando en la academia y yo me noté que mi
japonés era una mierda. Dije, estoy gastando un montón de dinero y tiempo en algo en lo que no
estoy viendo que avanzo, porque no soy capaz de comunicarme. Los japoneses me entienden cuando
hablo, pero yo no les entiendo. Tenía que hacer el oído. ¿Por qué? Porque el japonés que te
enseñan es como el de la BBC, que está muy bien para los ejercicios del cuaderno, pero cuando
sales a la calle nadie habla así, nadie, nadie. Todos hablan con infinitivos. O sea, nosotros en
japonés conjugas el verbo con el más, el más que se llama, que sería, por ejemplo, comeres,
tabemás, ¿vale? La gente en la calle no habla tabemás, no conjuga con el más, con el más que
hace el infinitivo y el infinitivo de tabe, de comer es taberú. Entonces la gente te dice taberú
y tú dices, es algo de comida, pero no acabo de pillar que es. O sea. Claro, pero es por eso,
porque no terminas de entender el lenguaje de la calle y me costó mucho hacerme eso. Te digo,
tardé un año hasta empezar a entenderlo y una vez lo entiendes, ya es simplemente adquirir
vocabulario. Una vez entiendes cómo funciona, cómo armar las frases en japonés, porque eso es lo
más difícil. No es aprender vocabulario, aprender a conjugar es aprender a pensar como un japonés.
Claro, es muy difícil, porque nosotros acostumbrados al inglés es muy sencillo, porque más o menos
lenguaje muy directo y funciona bastante, bastante similar. Japones tiene una cosa que es una forma
verbal, si me pongo muy chapas con la gramática mejor, porque estamos aquí para aprender de
Japón. Tiene una cosa que se llama el ukemi-ke. El ukemi-ke, ¿qué significa forma? El ukemi
es la forma pasiva. Yo digo, Jordi me dio una cosa. Jordi me dio una taza. Japonés no se dice así.
¿Por qué? Porque esa es una manera muy agresiva de decirlo. Hay que decirlo, la taza me fue dada
por Jordi. Es decir, exponer a la otra persona sobre ti. Yo recibí esta taza de Jordi. Poniendo
importancia siempre en la otra persona. Entonces, reformular toda la manera de pensar y de formular
frases pensando a la japonesa es muy complicado. Protocolo incluso para hablar. Protocolo
incluso para hablar. Nosotros tenemos protocolo, tenemos el de usted, del boseo, el mayestático
incluso, su buesencia. Los japoneses también lo tienen. En el caso de los japoneses nosotros
podemos decir, ¿quieres beber? ¿Usted bebe? ¿Vos quiere beber? ¿Quisiera su señoría beber?
Simplemente cambia el artículo con el que nos dirigimos. En japonés cambia el lenguaje
y los verbos. Si yo hablo con un juez, por ejemplo, alguien superior, una gente de policía,
yo hay palabras que no puedo usar y hay verbos que no puedo usar. Tengo verbos que significan
lo mismo pero se pronuncian diferente. Eso es. Imagínate que esto es un vaso. Si yo
le hablo a mi colega, le digo, oye, pásame el vaso, pero si le hablo a un juez no puedo
usar la palabra vaso. Tengo que usar el recipiente de vidrio, por ejemplo. Es ese tipo de cosas.
Entonces es muy complicado, muy complicado porque tiene muchos niveles del keigo, son
las maneras en las que hablas según el rango con el cual te comportes con esa persona.
Y es hasta el primer año y pico no pilladas. No, mucho más. El japonés es uno de los
idiomas que más tardes en aprender. Está calculado que para dominarlo puedes pasar
hasta cinco o seis años. ¿Tú piensa cuánto te costaría a ti, por ejemplo, no vamos a
decir a italiano que es trampa? Pero en catalán, que se parece mucho. El inglés. ¿Cuánto
tiempo te llevaría a ti tener un buen nivel de inglés que llegas tú? Bien, no mucho.
Dos años. De cero, sí. De cero, sí. Japonés cinco o seis. Calculado. Bestia. Es
mucho. Bestia. Aparte, la escritura y la lectura. Los kanjis ya es territorio comanche, ¿no?
Es... ¿Sabes escribir con kanjis a día de hoy? Algunos. Pero no. No, no, no, no.
No podías escribir un texto en kanjis. No. O sea, ¿tú utilizas lo que sería como
nuestro alfabeto? Yo uso los dos alfabetos, girágan a Catacana y me sé algunos kanjis.
Pero claro, es una matada. ¿Por qué? Porque los kanjis... Y aquí es una pena, no tenemos
la pizarra para hacer los kanjis. Esto es muy dequira, ¿eh? Claro. Claro, es que hay...
Los kanjis son ideogramas, ¿vale? Ideas, no conceptos. ¿Qué es un ideograma? Es un
dibujo que representa un objeto o una idea, que la idea es lo complicado. El objeto, normalmente,
es mucho más sencillo. ¿Por qué? Porque cuando symbolizamos un objeto, el dibujo normalmente
se puede más o menos identificar. Yo estoy haciendo kanjis al aire, la gente irá. ¿Qué
está con una orquesta? Sí, o te veo un poco de Harry Potter ahora mismo. ¿Vale? Pero si
hablamos, bueno, de la montaña, por ejemplo, que es uno de los primeros que se aprende,
que se llama... Cada vez es como así. Que son tres palitos, uno, dos y tres. Es decir,
uno más alto en medio y dos más pequeñitos en el camino. ¿Vale? De manera que dices,
tú, bueno, pues como una cordillera o un árbol. El kanji del árbol se parece mucho
a un pino. ¿Vale? Esos son más o menos sencillos. ¿Por qué dices, vale? Le puedo
pillar. El de persona es, bueno, pues como una uve invertida, que son la cabeza y las
patitas. ¿Qué pasa cuando hablamos de ideas o conceptos? Tú, ¿cómo escribes el concepto
de nuevo? Claro. Es una idea, es un concepto. No es algo físico. Sí, algo puede ser nuevo.
Nuevo no es un objeto. O sea, nuevo no hay nada físico. Eso es lo complicado. Porque
ahí ya empiezas a la pura memorización. Los kanjis tienen muchos niveles. Están los
más sencillos, que están divididos en radicales, que cada radical es una rayita. ¿Vale? Entonces,
una rayita o un dibujito en conjunto. En juntar el dibujo, ¿no? Eso es. ¿Qué pasa? Que
cuanto más complicas un concepto, más dibujitos se van añadiendo. Y al final tienes un concepto
muy complicado en el que tienes muchos dibujitos. ¿Cuál es la manera de aprender eso? Memoria.
Ah, no, no tiene nada. Ah, mira, sí, mira. Este es un kanji, ¿no?
Ese es el de Tortuga. Ah, ostia, claro. Claro, fue ya Tortuga. Bueno, en catalán
que lo vimos en catalán. Ostia, esto es Tortuga. ¿Qué es el de Tortuga? Es complicadillo,
¿no? Sí. Pero es que no sé verás, es que no sé…
Bueno, es el de Dragon Ball, el de Goku. Sí, el de… ¿Cómo se llama? Mutant
Roshi. El de Mutant Roshi, es que… Claro, yo lo vi en catalán. Para mí Dragon Ball
es voladra, que es el fullet de Tortuga. No Mutant Roshi. Ah, ahí lo miramos. Esto
podría ser el cascarón, la cabeza y la cola. Vale, vale, vale.
Sí, más o menos… Sí, sí, poniéndole imaginación puedes justificar que tenga esa
forma. Eso es lo difícil. Entonces, claro, estamos hablando que para un nivel normal
de lectura normal, de coger un libro o un periódico y no tener problemas, necesitas
memorizar 2.000. Memorizar, loco. Qué locura. Claro, tú eso ahí no tenías pensado ni
hacerlo, ¿no? Entiendo que tú ibas para sobrevivir y para poder comunicarte y hablar.
Claro, yo iba a ver hasta donde llegaba, ¿no? Estamos hablando de que ni los japoneses
se saben esos canllis. Claro. Los japoneses asocian mucho por ideas y conceptos. Cuando
ven, es decir, tal vez no te sabrían escribir, pero sí leerlo. Vale. O sea, no todo el
mundo sabe escribir en canllis. No todo el mundo sabe. Hay gente que es… Catacana
es el como el nuestro, ¿no? Catacana es el vocabulario, no, el alfabeto utilizado para
palabras extranjeras, exclusivamente. Vale, por ejemplo, los nombres de los extranjeros
escriben con catacana. Vale. La palabra, la comida, pizza, por ejemplo, se escribiría
con catacana, el hiragana es exclusivo para palabras japonesas. Vale. Por eso, a veces
hay como que es curioso, ¿no? Cuando ves alguna cosa que está como combinada a pizza y luego
símbolos… Si cercan g, pero símbolos, te dices, ¡Hostia!
Si es muy cuadrado o muy con muchos ángulos, es catacana. El hiragana es mucho más redondeado.
Vale, vale, vale, vale. Tela, ¿eh? Te pasas trabajando en un poco de clase
de japonés. Sí, sí, sí. Es muy complicado, es muy complicado de aprender.
¿Y tú cuando terminaste los dos años te podías comunicar bien? Verbalmente.
Más o menos, sí. ¿Entendías y te entendían? Sí.
Ahora sí. ¿Cómo consigues quedarte? Trabajo y te lo dando.
Sí. ¿En ese momento que trabajabas al final de tus estudios?
Al final de mis estudios estaba de cocinero. De cocinero.
¿De qué tipo de restaurante? De cocinero, era de cocinero, sí, cocinero
y luego manager. Sí, era un restaurante mexicano, mira.
¡Hostia! Sí, sí, sí. Yo en Japón tuve muchísimo
contacto con la comunidad latina. Hostia. Pero con todo, ¿eh? Chilenos, argentinos,
peruanos, colombianos, mexicanos, de todo. O sea, que estabas ahí de chef, de...
Estaba de cocinero y de camarero, sí. ¿Y de camarero también?
De camarero también, todo, todo. Hostia. Y luego manager.
Y luego manager también. O sea, ya en otro restaurante ya me ofrecieron
el puesto de manager, en un restaurante japonés. Ah, en un restaurante japonés.
Un restaurante japonés, sí. Sí, pero bueno, era de un japonés al cual, bueno, pues tenía
mucha confianza con el tipo. Vale, lo conocías y también trabajaste
en un bar. También he trabajado en un bar.
Eso tiempo, ¿no? En el bar del coronel.
En el bar del coronel, ¿no? El famoso coronel. Está por ahí,
aún en Japón. Está, está en Japón, está en Japón.
O sea, tú trabajaste entonces en el bar de un latino. Sí.
¿Y qué tipo de público venía al... Porque era un bar que desde fuera ya parecía que
no era típico japonés. Sí, con muchas luces, muchos colores.
Atraía. Atraía, atraía.
¿Y qué tipo de público teníais? Pues teníamos, sobre todo, extranjeros
y japoneses y japonesas que querían una experiencia diferente.
Que buscan esa frescura, ese... Bueno, pues sí.
Que querían ligar con algún extranjero, ¿no?
No, hoy me apetece estar en un ambiente que no es el mío.
Hoy quiero relacionarme con gadgets, ¿no? Con extranjeros. Y me lo paso bien, y es una
salida de mi rutina de mis bares a los que voy, de los ambientes a los que voy.
Y para ellos es como irse de vacaciones un poquito, no oirse a tomar algo a otra o país.
¿Mala? ¿Por qué? Porque hoy es a la gente hablando español, hablando inglés, bailando,
poniendo música mucho más alegre. Un camarero que te habla, que te dice,
¿qué quieres? ¿Qué tal? No quieren esa dinámica de extroversión, que tal vez no tienen.
Luego te preguntaré, te pediré anécdotas de cuando trabajabas en el bar, porque entiendo
que la noche en Japón es muy loca, ¿no?
También he estado trabajando en bar japonés. Uy, ¿cuáles son mejores las historias?
Bar japonés. Bar japonés.
Eso es el Japón auténtico. Pero es que el bar japonés tiene, mira,
el bar japonés tiene algo que te permite ver el otro lado de los japoneses.
¿Y te vienen los salarimans? ¿Te vienen los salarimans?
Que son así, se llaman así, ¿no? Sí, sí, sí, tal cual.
Los salarimans son los trajeados, los trajeados, los tajicoles tienen los godines.
¿Y que viste todos igual? Todos igual, de uniforme.
Qué bestia, eh. ¿Trabajen dónde trabajen?
La fusila es chaqueta. La fusila es chaqueta, sí.
Hostia. Casi un uniforme nacional, ¿sí?
Sí, sí, sí. De hecho, te montas en el metro y como
vayas a primera hora, es lo que ves. Parece un ejercito de trajeados.
Es verdad. En vez de ballestas tienen maletinas.
Sí, sí, eso es. Y las chicas muchas también son oeru o office lady.
Le llaman que sería el equivalente en chica. Lo mismo, pero...
Lo mismo, el traje típico de oficina. En vez del pantalón con falda.
Vale, ya está. Conociendo ya un poquito tu trayectoria,
creo que ya te digo, siremos a las anécdotas porque es quede.
Me puedo imaginar, más el bar japonés, el bar japonés puro,
lo de personajes que tenían que pasar por ahí,
lo que dices tú, la cara B, del japonés un poco más desinhibido.
El japonés desinhibido, que es lo que no ves durante el día.
Seguramente se ayuda, ¿no?
Ya hablaremos luego del componente psicológico de estar bebiendo.
Ahí está.
Japón, quiero hablar de Japón un poco contigo.
¿Vale? Hay varias preguntas que a mí siempre me han venido
la cabeza relacionadas con Japón en un país tan raro,
que realmente cada vez está más en contacto con el mundo,
culturalmente un montón. Bueno, cuando haces una patada
y salen seis otakus, que seguramente si hubieran ahí,
no sé si lo serían tanto, ¿no? Pero les encanta.
O sea, mucho manga, mucho anime, muchos videojuegos.
Japón no es un nigeria, que no sabemos nada de ellos.
Estamos en contacto constante. Sí, sí, sí.
¿Por qué Japón hace tantos años que da la sensación
que no evoluciona?
Es decir, tú ves Japón el Tokio de hoy,
ves una panorámica del Tokio de hoy,
y sigues viendo los carteles de DVD de...
Es como se han quedado estancados en el modernismo
que tenían hace 25 años. ¿Por qué crees que pasa eso?
Es verdad, primero. Es verdad, es verdad.
Es que Japón tiene una mentalidad muy conservadora,
muchísimo, hasta un punto en el que es nocivo
para la economía del país.
Japón siempre ha evolucionado,
con métodos aperturistas, a base de necesidad,
de obligación. Siempre que han cambiado ha sido
porque es eso o me hundo.
Sigan manteniendo eso. Japón es un país de mucha tradición.
Mucha tradición. La tradición es, si por algo es tradición,
hay que mantenerlo. Es decir, no les gustan los cambios,
porque si algo se ha hecho así toda la vida,
¿por qué lo vamos a cambiar? Si se ha hecho así, por algo será, ¿no?
Entonces, es muy complicado.
Tenemos que tener en cuenta también que Japón se abrió al mundo
muy tarde, en el siglo XIX.
Es tardísimo, 1850 y pico, creo que es,
y se abrió obligado.
Japón había tenido contacto con flotas holandesas
250 años antes. ¿Vale?
O sea, 1500 más o menos, 1600,
y había tenido contacto con los holandeses.
¿Sabéis cuál era el contacto que tenían?
Contactaban por comercio una vez al año,
en una isla artificial, un máximo de 20 extranjeros,
y no podía ver mujeres.
En ninguno de los bandos.
En los japoneses podía ver pilinguís.
Ah, vale.
Pero siquiera se ha aceptado.
Pero mujeres extranjeras no podían ir.
20 personas una vez al año,
en una isla que ni siquiera era Japón, era una isla artificial.
O sea, el tema de tocar suelo japonés, no.
Prohibido total.
Muy heavy, ¿no?
Muy heavy, sí.
Porque en esa época ya había un comercio naval,
había gente de todo el mundo,
en todo el mundo, al menos en el mundo cercano, ¿no?
Claro. ¿Qué pasa?
Que venían de 250 años del shogunate Tokugawa.
No sé si Kenshin te suena, ¿no?
Sí, claro.
Pues esa época, ¿no?
Y, bueno, eran clanes, clanes samurai,
el clan Tokugawa,
que había conseguido tanto poder que gobernaba todo el país.
Independientemente del emperador.
El emperador siempre ha sido una figura que ahí está,
se le reverencia, pero no tiene ninguna...
Es como nuestro rey, reina, pero no gobierna.
Algo parecido, ¿no?
Entonces, después de 250 años,
habían tenido mucha paz.
No había guerras.
Había suena época de paz,
y es en esa época en la que se empieza a desarrollar
todo lo que son los haikus, todas estas artes, las geishas.
¿Por qué?
Pues porque nos aburrimos, son clanes guerreros,
y no tienen cosas contra las que luchar, ¿qué hacen?
Bueno, pues nos tiramos a la vartola y empezamos a desarrollar.
A culturizar.
Sí, es como el siglo de Oro.
Hostia.
El buen nacimiento de los japoneses.
¿Qué pasa en 1850?
Llegan los americanos.
Con barcos de...
Hola, buenas tardes.
Con barcos de vapor.
Claro, para ellos eran una especie de arcas negras.
Porque ellos estaban tecnológicamente atrasados comparando con Estados Unidos.
Claro, claro.
Se guían, pues eso, con los amurais.
Y ¿qué pasa?
Que vienen los americanos y les ofrecen un trato totalmente denigrante y abusivo,
en el que les dicen, claro,
que los americanos venían de dar de hostias a los chinos.
Todos los japoneses dijeron, ¿qué hacemos?
Nos arriesgamos,
y nos solemos que vamos a perder o aceptamos sus condiciones.
Pues no les queda otra que aceptar.
Y así estuvieron varios años hasta que la situación era insostenible.
Tenían leyes tan absurdas como que, por ejemplo,
si un extranjero cometía un delito en Japón,
no se le podía juzgar en Japón.
Se le tenía que juzgar en su país de origen.
Evidentemente, ¿qué pasaba?
Nada.
Nada, eso.
Con los chinos, eso.
No te preocupes.
Indultado.
Indultado.
Indultado.
Hasta que los japoneses se cansaron.
Se cansaron.
¿Y qué pasó?
Pues tenemos ahí el último samurai, ¿no?
En el que...
Bueno, quienes habían...
¿Y los de aquí?
Había dos bandos.
Uno eran los aislacionistas,
los que no querían que se mezclarse,
contaminar a su cultura con los extranjeros.
Y otros querían abrazar esta novedad que había llegado,
no prostituyendo su cultura, sino adaptándola,
diciendo, bueno, vamos a ver qué podemos coger.
Mezclando.
¿Qué pasa, japonesa?
¿Qué es lo que hacen hoy en día?
¿Vale?
Entonces hubo una guerra entre las dos secciones.
Ya sabemos quién perdió.
Los aislacionistas perdieron.
Y a Japón no le quedó otra, más que, bueno, pues,
abrirse.
Abrirse al mundo.
Y es un poquito lo que conocemos ahora, ¿no?
Es un poco donde empezó ese punto de partida en el cual Japón empieza a occidentalizarse
hasta la época actual.
Pero ya vemos que todo es a base de obligación.
Obligación.
A día de hoy, ¿tú crees que ese espíritu sigue estando vigente en el Japón actual?
Bueno, según los propios japoneses, no.
¿Qué ellos qué dicen?
Eso se perdió.
Para ellos es una época de, vamos a decir, de mitos y leyendas.
Es un poquito como nosotros cuando hablamos de las leyendas de la caballería, ¿no?
Sí, campeador.
Valores que había antes y ya se han perdido, ellos lo ven así, ¿no?
Se ven como una nación venida menos en cuanto a valores.
Tienen sus puntos fuertes.
Ellos han trasladado los valores que ellos consideran japoneses a las empresas.
Es decir, el valor de ser constante, ser sufrido, aguantar, el ser estoico, todo eso lo han
pasado al mundo laboral.
Como ya no tiene sentido en el tema de la nobleza, lo trasladan a lo laboral.
Japón es un país igualmente que fue muy imperialista, se lo digan a los chinos.
Muy guerrero, muy violento.
En la Segunda Guerra Mundial se aliaron con los nazis, es que la gente nos acuerda a
veces, sí.
Las bombas atómicas son horrorosas, pero es que Japón formaba parte de…
Cositas que han hecho en Corea, también…
El Esquadrón 741.
Sí, el mengel, ¿no?
El mengel de Japón.
El mengel de Japones.
Es decir, los japoneses han tenido esa parte que existe y que es real y que ahora ha quedado
totalmente difuminada desde las bombas atómicas, pero los japoneses se aliaron con los malos.
Claro, claro, claro.
De hecho, como consecuencia de eso, de pertenecer al eje del mal que le llamaban, Japón tiene
prohibido tener ejército.
Japón no tiene ejército, no puede.
Tiene…
¿Fuerza policial?
Tiene una fuerza policial especial armada con cosas muy guays, que sería el equivalente,
pero no está considerado como ejército.
O sea, un tropa de choque o llamarlo como que…
Japón no podría invadir ni que quisiera nada.
Eso es.
Claro, imagínate los vecinos que tiene.
¿Qué vecinos tiene Japón?
Claro.
Japia.
China.
China.
Corea.
No estás para hacer el tonto.
No estás para hacer el tonto.
¿Y tú crees que todo este clima favorece que Japón esté un poco atrapado en el tiempo?
Es la mentalidad.
La mentalidad es lo que…
Yo creo que es la mentalidad.
La mentalidad es lo que los tiene aislados, es la mentalidad de Isleño, que le llaman.
Podemos ver también en Inglaterra, en esas zonas en las que son muy suyos, que le decimos
no, es que son muy suyos.
Claro, tú ten en cuenta…
Son sus costumbres.
Claro, ellos tienen no solo la barrera de la cultura, sino una barrera física.
Entonces, la capacidad de mantenerse aislados es muchísimo mayor, con lo cual tienen ese
privilegio, fíjate, durante la pandemia, a una día de hoy están planteándose el abrir
a los turistas hoy, que son dos, tres años después, casi.
Es una pasada, ¿no?
Entonces, bueno, para mí, les ha unido muy bien, yo creo, eh.
Me han encontrado la excusa perfecta para decir, mira, nos deshacemos de los residentes
en Japón por una temporada.
Ah, sí?
Sí, económicamente les ha ido muy mal, porque Japón vive mucho del turismo, del turismo
asiático, sobre todo.
No, aunque el turismo… Aunque no lo quieran admitir y les joda,
pero viven de los chinos y de los coreanos mil y de los taiwaneses.
Pero entonces les ha ido fatal, ¿no?
Dices que les ha ido bien.
Les ha ido muy mal toda la zona, porque en Japón, por lo menos en Osaka, había zonas
exclusivamente creadas para el turista asiático.
Zonas de restaurantes, de compra, estos, como los YouTube Free…
Entonces, la parte que dices tú, que les ha… que están contentos y por eso han alargado
tanto, ¿dónde está?
Están contentos, porque ello conlleva un mayor control de la población.
Ajá.
Japón es lo más conocido, o sea, lo más parecido.
Al gran hermano que conozco, salvando dictaduras como puede ser la de Corea del Norte…
Corea del Sur también es un país que a nivel de control de las volviendo la nueva Japón.
Y todos los sentidos.
Dices de suicidios, condiciones laborales super animales, los estudios, un estrés brutal,
todo eso es casi un reflejo de lo de Japón.
Entonces Japón no quiere cambiar y lo único por lo que cambia es cuando no me queda otra.
Y como no me queda otra, arregaña dientes y voy a cambiar lo justo y necesario para sobrevivir.
No te creas que vengas y va…
No sé, dime cosas que yo vaya haciendo, no.
Si cambiando esto sigo adelante, esto es lo que voy a tocar nada más.
Y si en algún momento además puedo volver atrás, lo voy a hacer.
Y ese pensamiento hace que sigan siendo tan tradicionales y tan distantes con las nuevas
cosas que hay.
Las nuevas corrientes, el tema, por ejemplo, que está afectando a nivel occidental, estas
corrientes del buenismo, del político anti-correcto, Japón es inmune a todo eso, Asia en general
es inmune a todo eso.
O sea, son mamadas, son tonterías de los occidentales, ¿no?
Pero bueno, yo creo que es parte del encanto de Japón.
Sí, que es un sitio como único en el mundo, ¿no?
Hablas de…
El micro hacia la tele.
Muy bien, Nacho, controlando siempre todo, Nacho, estás atento, ¿eh?
Que me lo como, me lo como.
Estás pensado en la comida de Osaka y dices, venga, escúchame.
O sea, es que pasa que yo tengo un micro que no es tan bueno, me lo tengo que acertar,
claro, me lo tengo que poner aquí.
Hola, buenas tardes.
¿Qué tal, cómo estáis?
Bienvenido a un nuevo episodio.
Entonces, ¿te ha gustado tener el micro aquí para que capte más calidad?
Pero bueno, aquí con los new manestos, por favor.
Estamos aquí con la modernidad japonesa, viva Japón siempre.
Trastornos sociales.
¿Has nombrado a Corea que dices que está pasando cosas parecida a Japón?
Pero Japón es el rey de los trastornos sociales, uno de los reyes.
Enumérame algunos de los típicos o de los más graves trastornos sociales que tiene
el Japón es, vale, pues, mira, normalmente y el más habitual suele ser, que todos conocemos
que es el del Hikikomori, que eso es una leyenda urbana, no se da muchos casos.
Se dan, se dan casos, se dan casos.
Hikikomori es un miedo exacerbado a tener contacto con cualquier cosa de la sociedad.
Es gente que se encierna en sus casas, hace su vida, no son deprimidos que están llorando
en una esquina 24 horas.
No, no, no, no, es gente que lo que no quiere es la molestia que conlleva toda esa ritualística
de comportarse en sociedad, porque tenemos que tener en cuenta que Japón tiene rituales
para todo, para todo, para sentarse, para comer, para presentarse, para saludar, para
todo.
Todo tiene una manera de hacerse, no hay espacio casi para la naturalidad, hay demasiados formalismos.
Y eso acaba causándote un estrés en el que tener que estar pendiente de todo, de cómo
le saludo, de si se considera superior a mí o no, para ver cómo me tengo que comportar
con él.
Tiene muchísimos problemas para eso, en el trabajo que también, que bueno, ya veremos
luego que es un bastante explotador, eso que hace que la gente diga, ¿sabes qué?
Peta, ¿no?
Peta.
Peta, se encierna en casa, no quiere saber nada, muchos viven con sus padres, en casa
sus padres, les mantiene sus padres, viven en su habitación y solamente salen para coger
la comida, se mete en la habitación, comen y ya está.
Los que viven solo lo que hacen es pedir online la comida, cuando llega le toca la puerta,
por cierto, ventanas tapiadas, llegan a ese extremo, no quieren ni ver el periodico cartones
nada, abren la puerta, cojo en el paquete, abren la puerta con la máscara que no se
le vea, meten el paquete, cierran la puerta y ya está.
O sea, como periódicos y cartones y todo, como aspecies de error, Japón lo he visto
yo.
Sí, es un fenómeno que sucede.
Es un fenómeno que sucede, que es no sé, una especie de burnout, que estás tan quemado
de que reúyes de la sociedad, no quieres saber nada.
Hostia.
¿Y la gente está preocupada por ello?
No.
Se da como que hay casos que pasa ya.
Sí, es como, bueno, daños colatelales, pasa, hay un porcentaje aceptable de este tipo
de cosas.
¿Qué más trastornos hay?
Otros, vamos a ver otro.
Muy llamativo.
Con el trabajo es el Karoshi, que es la muerte por exceso de trabajo, hasta agotarse, ¿no?
Tenemos nosotros el caso, por ejemplo, ¿te suena Champollón?
No.
Bueno, Champollón es el que descifró la piedra Roseta, que se encontró en Egipto, lo de
los jeroglíficos, era coetáneo de Napoleón, ¿no?
Y se obsesionó tanto con traducir y descifrar aquella piedra Roseta, que se dice que murió
agotamiento, inanición, no tienes tiempo para nada, estás obsesionado, solo existe eso,
no duermes bien, y eso te va causando estragos, te va bajando las defensas hasta que te enfermas
y mueres.
Pues en Japón existe el Karoshi, que es eso, hasta la extenuación, ¿vale?
Esa es la imagen del esclavo, ¿no?
Hasta la tigazo, venga, hasta que mueras, ¿no?
Y ya se muere, ahí se cae, ya no puedo más.
Pues eso, pero en una oficina, imagínatelo.
Depriminte total.
Al menos hicieras una muerte de pica, pero ahí, muriendo entre hojas de cálculo, eso
es el infierno, ¿eh?
Sí.
Que es lo que pasará con Nacho en un tiempo, que Nacho va a morir aquí, ¿cómo se llamaba?
Karoshi.
Karoshi, Nacho es un Karoshi en potencia.
Yo lo recetito.
Resetito.
Como el ave fénix.
Como el ave fénix.
¿Qué más?
A ver.
¿Qué más?
Otro, otro más curioso, que es el síndrome de París.
De París.
Sí.
¿Eso qué es?
El síndrome que podíamos decir que es esa fase 1 del japonés que tiene idealizado
Francia, París, la Torre Eiffel.
Para ellos es como el, vamos, el sumun de la imagen que tienen del occidental.
Entonces, ¿qué pasa?
Ellos van a París y dicen, la ciudad del amor, todo bonito, comiéndote un cruasán
mientras tienes un tipo tocando el violín.
Claro, llegas a París, entras en el metro.
¿Te roban la cartera?
Como el metro de Barcelona.
¿Te roban la cartera?
Te roban la cartera.
Un día lluvioso de mierda, te vas, el cruasán no sabe cómo en tu mente sabía y empiezan
a deprimir.
Se dicen, pero esto no es mi París.
Pero de París.
De París.
Se llama el síndrome de París.
Y es porque hay mucha gente en Japón que tiene París idealizado.
París es el objetivo number one que quieren los japoneses para ir a Europa.
Más que Barcelona.
Más que Barcelona.
Sí, y Barcelona tiene un montón, también.
Todo lo que es Gaudí y la Sara Família es que hay unos japoneses en Barna.
Está petado.
También te digo que si vienen a Barna va a pasar el fenómeno a Barna, porque les van
a robar en cinco minutos.
Pasa por la Rambla en majo.
Entonces, bueno, entran, te dan cuenta de que no es lo que ellos esperaban y entran
a una especie de crisis.
Hasta ese punto, es que es ruralista esto.
Nosotros diríamos, joder, pues vaya mierda, aquí he venido a Viena, tío, pensaba que
esto iba a ser la hostia y pues no, mira, me aguanto las dos semanas que tengo, me voy
a casa y ya está.
No, no, estos entran en crisis, hasta el punto en el que tienen un teléfono de asistencia
psicológica 24 horas al día.
Si algún Japón le da el teléle, le da el yu-yu de...
Puede llamar, pero para el resto París, por si no me parís.
Me encanta, tío.
Es muy bestia.
Es muy bestia.
Esto ya es, yo creo que tiene una explicación, yo creo que sinceramente es porque ellos viven
tan encosetados y viven tan cuadriculados que a lo mejor pensar que esa liberación,
que ese otro mundo que también creen que existe, ese mundo libre, artístico de lo
que tú dices, de buena comida y de arte y de belleza, claro, cuando ven y piensan,
ostia, pues si yo estoy en la mierda aquí, aplastado y salgo y lo que hay en el mundo
que yo pensaba que era el número uno, tampoco mata tanto qué mierda de mundo tengo o qué
mierda de mundo vivimos, ¿no?
Claro.
Quizás podría ir por ahí.
Claro.
Pero bueno, ten en cuenta que tampoco quieren vivir en el extranjero.
No, pero a lo mejor es una decepción casi, podríamos decir, fundamental en la vida,
el hecho de como un poco la razón de la existencia.
Si te das cuenta que no vale la pena, de que no vale la pena nada, de que en el que
tú pensabas que era perfecto no lo es, a lo mejor te viene el bajón.
Claro, pero eso son expectativas versus realidad, es que ellos creen que va a ser como irse
a disneylandia.
No es así, disneylandia es un entorno seguro hecho para que todo sea agradable, que no
te pase nada, en el que te llevan en palmitas, tú te vas a parís, pero parís puede ser
la jungla.
No lo es.
Que se lo digan a los del Liverpool y el Madrid en el final de Champions.
¿Te enteraste que les robaron que fue una locura?
Se ve que había un montón de bandas en el estadio del PSG, que es donde hubo la final
de la Champions, y que un montón de peña fue robada.
Pero un montón de gris, sí, sí.
Una que tengo que decir, la inversa en Japón, hubo una final de un partido de fútbol y
jugaba argentina.
Fue mundial, ¿no?
Sí, fletaron un avión con todos los hinchas argentinos y después del partido, la fiesta
que hicieron, montaron en Dotonbori, que es el puente donde está la luz desde el glico
de este señor.
Sí, sí, sí.
La más famosa.
Bueno, pues estaban haciendo un pedote increíble y bueno, hasta punto de robar, entiendas,
ese punto.
¿Vale?
Vandalismo, vamos a decir.
Japonesa, a decirles chicos, calmaos, oye, ¿sabes qué hicieron?
Los argentinos, los hinchas argentinos, muy cachondos ellos, cogieron a los policías
y los empezaron a ahupar, como cuando coges a un fútbolista y vean que ha ganado la copa
al entrenador, y los empezaron a jalear hacia viva a los policías.
Porque los polis japoneses tienen muy poca autoridad con los extranjeros.
Es que muy poca, muy poca, ¿por qué?
Porque no están acostumbrados al conflicto.
Claro.
Claro, Japón es un país en el que es cero conflictos.
Van a hacer cualquier cosa por no llegar al momento del enfrentamiento, que es la situación
que más estrés genera y que nadie quiere pasar.
Lo habitual para la policía japonesa es que cuando detienen a alguien o dan el alto, esa
persona, bueno, disculpame, baje, les hable de usted de incluso o no, y ya está, y no
pasar eso.
Claro.
Que encuentras a la hincha de Argentina tomado después del partido y te vienen dos señores,
vamos a poner el estirotipo de Japón, 16 metros, 62 metros, 65 uniformados, que te
vienen, no, sumimasen, eh, yo todo.
Claro y tienes ahí, sumimasen, miempa aquí, pum pum pum, venga, eh, imagine los pobres
japoneses, ¿no?
Tena es increíble.
Es brutal la escena, ojalá hubiera estado ahí, yo estaría tan feliz.
y tirando un japonés para arriba. ¡Venga, ánima, te coño!
Sí, la gente, ¿qué tal?
Hostia, es... bueno, es un choque de culturas absoluto, ¿no?
Sí, sí.
A final también, son gente de los propios policías
que están encosetados por las propias normas.
Y el pánico que hablamos en otro podcast, el pánico al conflicto,
el pánico a enfrentarte a otra persona.
¿Hay algún último trastorno que sea destacable social?
¿O estos son los más curiosos y...
si tengo algun apuntado por aquí?
Ah, sí, bueno, esto.
Lo que ya lo comentamos es el estrés por el marido en casa.
Jajaja.
Este pasa en Japón y también en Venezuela y en España, ¿eh?
Sí, este es más común.
Ya lo comentamos una vez en un vídeo con Kira,
pero básicamente es pues eso.
Señor, ¿qué se ha pasado toda su vida trabajando en la empresa?
Se jubila.
Y pues lo tienes en casa como un fantasma o como alma en pena, ¿no?
Que no sabe muy bien qué hacer, porque recordemos además
que los japoneses, ojo, después de jubilarse,
pueden seguir trabajando y lo hacen voluntariamente.
Es que su vida es el trabajo.
Entonces, cuando no tienen nada que hacer, están en casa,
pues eso, tocando los cojones.
La mujer, tú imagínate, 60 años,
la mujer teniendo la casa...
Digo, la mujer, ahora explicamos por qué.
Todo el día, el marido sale a las ocho, vuelve a las diez.
La mujer hace y deshace lo que quiere.
Es ama y señora de la casa.
Sus planes con sus amigas, que tomo esto, que me voy, no sé qué.
Y de repente tienes a un señor que no se va a hacer la ojo con un canuto,
porque siempre se lo has hecho tú.
Porque tampoco tiene tiempo a hacer cosas en casa.
No sabe cocinar, no sabe limpiar, no sabe nada, se aburre.
Hostia.
Y lo tienes ahí como un mueble más, dando por culo todo el día.
Jajaja.
Y existe eso.
Es estrés por tener al marido en casa, tío.
De repente tengo un ente que no me deja hacer mis planes.
Tú imagínate, yo estaba tan tranquila viendo el salvame
y de repente tengo un señor ahí sentado al lado y está quien es.
¿Y por qué grita?
Y que es amiga de la otra y que no sé qué.
Un poco eso, ¿no?
Salvame como sería en japonés.
Tascete.
El tascero es ayudar.
Tascete es ayudame, ¿no?
Tía. Tascete.
Bueno, el síndrome del hombre o la mujer en casa
yo creo que es mundial.
También en los típicos jubilados aquí.
Lo mismo.
Andá Manolo, ¿quieres irte a la calle a ver las obras?
Exacto. Pero sí que es cierto que,
y eso ya hablamos en el primer podcast del enorme machismo
de la sociedad japonesa, que por eso tú decías,
que no es que ya demos por hecho que la mujer va a ser la ama de casa.
Es que lo es. Porque sí funciona Japón.
Y ya está. No hay más vueltas.
Japón es una sociedad extremadamente machista,
aunque luego quien vive bien
es la mujer que está, digamos...
Bueno, bien, si no quiere trabajar o si quiere trabajar,
es una putada. Claro, claro, claro.
Pero el marido está o el hombre está machacado.
El machismo que hay en Japón es lo que es.
Aquí llamamos el Techo de Cristal.
Ahí es de acero machizo, ¿no?
La mujer que quiera prosperar en el trabajo no le van a dejar.
Tal cual. Tal cual.
No va a poder prácticamente. Una mujer directiva es casi imposible de ver.
Casi imposible.
¿Por qué? Porque los objetivos o los roles asignados
por género son diferentes.
Una mujer... Mira.
Hay un término que es Christmas Cake,
que es el Christmas Cake, la tarta de Navidad,
que es algo que hay en Japón.
Le llaman Christmas Cake a las mujeres,
que con 25 años todavía no se han casado.
Con 25, ¿eh?
Nacho, ¿cuántos te quedan?
¿Para qué? Para llegar.
Para casarte. Ah.
Con 25.
Nacho tiene 130.
Sí, ¿cuántos tienes?
Nacho está viejito ya.
Se te ha pasado las dos.
Está pasadísimo, Nacho.
Yo la rosa está cubada ya, al mío.
Eso nos dice mucho de cómo piensa un japonés
que o una japonesa cómo debe ser su vida.
Si con 25 años el Christmas Cake viene a decir
se te ha pasado el arroz, 25 años.
Y teniendo en cuenta que lo habitual
en una pareja es que cuando hay un matrimonio,
la mujer deja de trabajar.
Se da por supuesto esto.
Se da por supuesto.
Aunque tenga buen trabajo.
¿Vale?
¿Qué pasa?
Un empresario da por supuesto que una mujer,
en cuanto se case, va a dejar de trabajar.
¿Por qué le voy a dar un puesto de responsabilidad?
Un puesto en un despacho.
Cuando yo sé que tiene pareja, al año se ha casado,
al año tiene el hijo y...
Ya está.
Y voy a tener que buscar a un nuevo encargado,
un nuevo directivo, un nuevo lo que sea.
Entonces a las mujeres les ponen mil y una trabas
para ser directivas o ser gerentes
o tener un puesto de responsabilidad.
Eso sí.
A cambio, cuando se casas,
tú eres ama de casa y nunca más
vas a volver a trabajar seguramente.
¿O qué es lo que decíamos?
Dueña y señora,
gestionás la economía de la casa.
No hablamos de que el marido te da para los gastos.
El marido te da el salario íntegro.
Hay maridos en los que les dan el sueldo
en un sobre y el marido sin abrir el sobre donde la mujer.
Y es la mujer la que le da la apaga al marido
para que se vaya a tomar cervezas con sus amigos.
Es un bachismo extraño, ¿verdad?
Es muy raro.
Es que son muy raros.
Son goles muy definidos por sexo.
Hablamos siempre en términos generales.
Habrá excepciones o extranjeros que están viviendo ahí
que tienen una idea muy occidental,
la mujer trabaja y era, a lo mejor, no obiceversa,
pero no es por protocolo lo que toque.
Un tema que habéis hablado en alguna vez,
y me parece muy curioso,
de la cultura japonesa es la dificultad extrema,
o incluso la frase lapidaria
occidental no vas a tener un amigo japonés.
O sea, ¿que el concepto de amistad?
No.
¿Esto es así?
Es así.
Es así.
Con matices, como siempre.
Presuntamente, presuntamente.
Tamayo, tamayo, aquí está el espíritu de tamayo.
Es así y ¿por qué?
¿Por qué? Por la idiosincrasia.
Es muy sencillo.
Si tú no compartes los valores más básicos con una persona,
antes o después, va a tronar.
Pero esto es un tema cultural.
Esto no es porque es que los japoneses son o es que nosotros somos.
No.
Nosotros hemos crecido con unos valores.
¿Nos guste o no? Son valores cristianos.
¿Por qué?
Porque, al final, la religión se ha convertido en cultura.
Ayudar al otro, al pobre, al desvalido.
¿Tú por qué lo haces?
Porque está bien hacerlo. ¿Y quién te dice que está bien hacer eso?
Los valores cristianos. Ayudar al prójimo, bla, bla, bla.
Los japoneses no son cristianos.
Vienen del sintoísmo, del budismo, donde ayudar a otros
o actuar con otros significa perturbar o modificar
algo de la otra persona.
Si yo interactúo contigo, estoy influyéndote, en cierta manera.
¿Y qué es el budismo y el sintoísmo?
Es una imagen que tenemos de ese señor que está en el bosque
con los animales sin mover nada, sin comer nada,
sin influir en el entorno, siendo uno más,
siendo un elemento más, sin intervenir con el entorno.
Es decir, tú ahí estás, yo aquí estoy.
Si yo te cuento un problema mío,
que yo tengo una preocupación muy grande y te lo cuento,
¿qué estoy haciendo?
Te estoy cargando con una energía negativa
que eso a ti te puede influir y te puedes poner triste.
¿Y qué derecho tengo yo a ponerte triste?
Estoy influyendo negativamente en ti,
o puede ser incluso positivo, ¿no?
Entonces, con esa máxima de no influir a la otra persona,
se toman ciertas distancias que para nosotros son no deseables,
porque para nosotros una amistad
significa compartir los buenos y los malos momentos.
Cuando sabes tú que un amigo es un amigo de verdad,
cuando estás jodido, cuando necesitas algo
y esa persona que te puede fallar,
porque a lo mejor necesitas un dinero, un favor,
esa persona ahí está, ese es un amigo.
Y le estás cargando con una responsabilidad,
con un dinero, con algo, ¿no?
En Japón, no. Japón no puedes hacer eso.
Porque en el momento en el que lo hagas,
la otra persona no solo no quiere influir en ti,
sino que tampoco quiere que tú influyas.
Entonces, si tú le vas con una preocupación o con algo,
esa persona le estás cargando con algo negativo.
De un japonés, tú que es amigo tuyo, en teoría, que vas de copas,
con él y charlas, de casas graciosas y tal.
De repente tienes un problema y dices,
oh, sí me puedes ayudar, no hablo económico, de hostia.
Es que tal...
Es posible que ese amigo que llevas a mejor cinco años,
quedando con él X tiempo,
desaparezca literalmente hasta bloquearte, etcétera.
Es posible eso. Eso se da.
¿Ha pasado a ti alguna vez? A mí no.
Pero sí conozco casos.
En el que causas una molestia o un malestar.
Un comentario que has hecho, despectivo.
Un comentario? Algo que le haya molestado. Sí.
Un comentario puede ser motivo de un bloqueo de la vida de...
Sí.
Es claro, es un concepto que aquí se te va la flappa.
Es que parece que es un de perdón.
No, ahí no.
Ahí es una vez has cruzado la línea, ya no marcha atrás.
Es posible que la persona sea tan intransigente en ese aspecto
en el que diga, mira, hasta aquí.
Yo he tenido amigos japoneses.
2, pero he tenido.
Pero 2.
Pero 2.
Entonces, claro, entramos en ese punto en el que los dos jugamos
y utilizamos un lenguaje y nos manejamos en unos términos
en el que sabemos que no vamos a incomodar a la otra persona.
Y estamos entrando en ese caso en la autocensura.
Porque yo sé que hay temas de los cuales no voy a hablar contigo,
porque si te los cuento, ya no vas a querer quedar conmigo.
Por ejemplo.
¿Qué temas tú con tus amigos japoneses no tocabas?
Puf.
Yo creo que tocaba a todos, prácticamente todos.
Porque tuviste suerte de que no fuera más abiertoso.
Yo tuve suerte y el ambiente en el que estuve era muy tolerante conmigo.
Vale.
Pero en otro caso, a lo mejor un Japón es más fervado,
¿qué temas son un poco tabú?
Por ejemplo, problemas domésticos.
No me llevo bien con mi mujer.
Problemas de trabajo.
Es que el jefe, es que no sé qué...
Claro, primero das una imagen de persona débil.
El japonés tiene la cultura del gaman.
Gaman significa aguante,
ser estoico, a pesar de que te caiga lo que tenga que caer.
Lo primero que haces es que eres una persona débil,
que no eres capaz de aguantar la presión que ejerce Japón,
que ejerce muchísima presión.
Lo segundo es que...
¿Pá qué me estás contando?
A mí qué.
¿Pá qué me cuentas esto?
Yo tengo mi mierda para que me vengas tú con lo tuyo.
Por ejemplo, pueden molestar hasta el punto de decir,
esta persona es mendokusada y es problemática, ¿no?
No me aporta.
¿Se piden favores en Japón?
No.
¿Estás rápido?
¿Estás dado 0,3 segundos?
No se piden favores.
Porque un favor es una deuda.
Aunque sea un favor tonto.
Aunque sea un favor tonto.
No sé si es por el orgullo que tienen,
pero tú, un favor,
o que te hagan o que hagas
va a quedar pendiente a cobrar.
Y eso es muy molesto, es muy incómodo.
Porque tú ya tienes una deuda con alguien.
Te genera una deuda moral.
O sea, salir de fiesta y decir,
bueno, pues llevar en coche que yo iba con el mío,
pero he bebido un poco.
Un japonés no lo pide.
Primero le estás causando una molestia al japonés.
Porque le estás pidiendo un favor.
Y segundo, vas a quedar a deberle algo.
Tú no sabes qué es.
Nunca te lo pide.
Pero tú ya sabes que le debes algo.
Entonces suele ser bastante incómodo.
Hablamos entre japoneses a nosotros,
no suena la polla, ¿vale?
Hasta el punto en el que esa persona
puede estar en necesidad extrema
de un favor
y negar una ayuda
que tú ofreces voluntariamente
por no generar esa deuda.
Prefiero pasar hambre.
Yo y mi familia
hablamos de hijos.
Con tal de no tener esa deuda con tío.
Y es tío, no es que me sobra la pasta,
pero a mí 200 euros no van a ningún lado.
No me van a ningún lado.
Tómalos, tío.
Esto te da de comer a tu familia dos semanas
o tres semanas, tómalo.
Y olvídate, no quiero ni saber del dinero, tío.
No.
No.
Con estas premisas,
tú dirías que los japoneses son de fiar.
Sí.
Pero, claro, son de fiar porque no los pides nada.
Son de fiar cuando aprendes cómo funcionan.
Porque están tan programados.
¿Es una lavadora o qué?
Están, no.
Pero funcionan
de una manera tan similar todos
que una vez.
Te has leído las reglas del juego.
Los puedes predecir.
Tal cual.
Y ahí es donde juegas.
Y ahí ya juegas.
Y luego volvería a Japón.
Porque llámese los códigos.
¿Qué código te sabrías que, ojalá,
lo hubieras sabido cuando llegaste?
Me hubiera gustado
saber lo que se llama el kukiyomi.
La lectura del ambiente.
Saber que cuando un japonés te dice sí,
a veces es no.
Saber que cuando un japonés te dice sí, a veces es no.
Eso no lo sabes.
Tú dices que no hay muchas cosas directamente.
Oye, ¿quieres esto?
No, no te apetece.
Claro, eso te cierra muchas valoras.
Porque el ser directo en Japón causa muchos problemas.
¿Qué tendrías que hacer?
Tienes que dar a entender que no quieres
sin decir que no.
Muchas veces.
Tienes que ir.
Tienes que ser muy civilino.
¿Qué pasa que el japonés ha aprendido
a usar el lenguaje de tal manera
en la que tú tienes ciertas formas
de hablar
en la cual estás diciendo
lo que los dos entendéis?
O sea, yo te digo,
Pedro, para que me entiendas Juan.
¿Vale?
Si yo te digo
tal vez vaya,
tú y yo sabemos que tal vez vaya
significa no.
Tal cual.
Ya lo sabemos.
Ya no tengo que preparar mi casa por si bien eso.
De manera que yo no te digo no,
es muy cómodo y muy dura el decir no.
Te digo que tal vez
pero tú y yo sabemos que tal vez
no es tal vez, es no.
¿Qué pasa cuando tú no sabes eso?
Que para ti tal vez es tal vez.
¿No estás pendiente?
Claro, a mí me ha pasado ir a una tienda, una librería.
Oye, perdona, tenéis este cómic.
Uy, déjame que lo mire.
Tal vez lo tengo.
Él sabe que no lo tiene.
A mirar en el ordenador.
Ve, esto es cero.
Es decir, no, no lo tengo.
Se va al almacén, hace el paripe, llama al encargado.
Y después de tenerte 5 o 10 minutos,
tú vas diciendo, bueno, no sé,
lo ha de estar superbuscando, ¿no?
Ahí bien, porque...
Y está un poco en tamagochi, ¿sabes?
Y al final viene y te dicen, pues...
Disculpa, no.
Me perdonas, pero...
Creo que no nos queda.
Les cuesta la vida esto.
Pero la vida...
¿Pero por qué?
Tú te vas con que ha hecho un esfuerzo,
esa persona ha hecho un esfuerzo de intentar conseguírtelo.
Y el otro puñetero sabía que no tenía.
Pero ha hecho todo el paripe
o ha hecho el esfuerzo fingido,
sabiendo que al término final no lo ibas a tener,
de buscártelo.
¿Qué más cosas te hubieras gustado que te dijeran el día 1 que llegaste?
Para ser más feliz ahí.
Para ser más feliz.
Socialmente, ¿vale?
No pidas lo que un japonés no te va a dar.
Que es todo, casi.
No exijas a un japonés lo que le exigirías a un español, en mi caso.
¿Tú qué le podrías exigir a un español que a un japonés?
Ya no lo harías nunca.
Pues...
¿A un japonés? ¿Qué le pediría?
No, al revés, digo, ¿qué cosas no le vas a pedir a un japonés
que a un español sí?
Que consuelo, por ejemplo.
Que consuelo, por ejemplo.
Que responda como lo esperarías de un español.
Ese nivel que decías antes, de no pedir favores,
de no explicar qué te pasa por la cabeza,
sobre todo cuando es algo negativo,
porque entiendo que si es positivo no hay problema, ¿no?
Si es una broma o algo...
Cuidado, porque también te puedes pasar.
¡Fuf!
El japonés es muy comedido, porque en la mesura está a su virtud.
Tienes que ser estoico y aguantar,
tanto para lo bueno como para lo malo.
¿Se va a acilar a un tío porque tienes que acilar?
Puedes resultar muy molesto.
Una persona, el ejemplo que siempre ponemos,
es el protagonista de un anime.
Luffy, Goku, esta persona que se llama Naruto,
súper alegre, súper tal.
En Japón sería un paria.
Nadie querría estar con él,
porque es un tipo que es muy dichadachero, muy gritón,
muy abraza mucho, es muy salsero...
Lo que no se hace en Japón.
En Japón eso está muy malvisto.
Porque eres como un niño, un infantil,
no te sabes comportar en sociedad.
¿Entre la familia pasa eso también?
Un marido a una mujer le puede decir,
mira, mi trabajo no estoy contento,
todo se guarda por dentro, a unos padres...
Se guarda por dentro.
Ni a un marido, ni a unos padres.
De, bueno, estoy feliz, a lo mejor quiero cambiar de trabajo.
Depende de la familia puede ser,
son núcleos muy cerrados.
Son núcleos muy cerrados.
Y es muy complicado...
que tu pareja venga
y esté pasando un bache, por ejemplo,
y te cuente algo.
Y tú sabes que le pasa algo.
Tú lo notas, le ves la cara.
Hoy no ha tenido un buen día, algo lo ha pasado.
¿No?
Le pasó una vez, unas marcas.
Hasta que me lo contó.
¿Un amigo tuyo?
Tenía marcas en el cuello.
Un taxi se había metido con un amigo
y se había subido por otro borracho con ellos.
Y le había puesto violento y le había medio agredido.
Japón es muy raro, violencia física.
Sí, estaba...
Un yakuza...
Y hasta que me lo contó,
le tuve que sacar la verdad, pero ¿qué te ha pasado?
¿Y eso crees que le molestó?
¿Le importó, no?
¿Qué te preocuparás por él?
No, yo creo que no.
Pero creo que les da más apuro
que el que tú te hayas dado cuenta.
Ya.
No te hubiera dicho nada.
Te estás preocupando por mí, te estoy influyendo.
Claro.
No sé si se entiende como que exageró un poquito,
pero es para que se entienda.
Vale, entonces,
el tema de no intervenir
o no influir en las emociones de los demás
es una cosa muy importante,
que va unido a la cultura del aguante, del gaman.
Si me pasa algo malo,
yo primero tengo que ser capaz
de sobrellevarlo,
porque es un valor aquí en Japón,
aguantar todo lo que te caiga,
y segundo, si yo se lo cuento a otra persona,
estoy siendo egoísta.
Vale, es muy complicado,
pero esto impregna
todos los estratos de una relación,
desde amigo, compañero de trabajo,
a pareja, a todo.
Desde el punto de vista español y latino,
esto es un infierno,
que es una represión absoluta
de nuestro aspecto social.
Claro.
Que eso es algo básico,
como el respirar, podríamos decir,
quejarte,
criticar algo.
Apoyarte en otra persona,
necesito tomarme unas cañas contigo,
porque me he peleado con mi novia,
o me ha pasado, no sé qué.
Lo que sea.
Entonces, yo lo que estoy viendo aquí
es que las relaciones de amistad japonesas
son muy superficiales.
Sí.
¿Qué se habla, tú con los japoneses?
¿O dos japoneses?
¿De qué hablan cuando quedan para echar unas vidras?
Sí.
Mira, yo hablaba de lo que me daba la gana.
Incluso temas personales,
temas personales.
Ya jugabas ahí.
Yo me la juego, pero ya sé en qué entorno
lo estoy haciendo. Yo sé que no me la juego ahí.
Gente de mucha confianza.
Gente de mucha confianza, sí.
Gente que venía al bar, clientes habituales,
que ya cogen más confianza,
viendo, se presta la situación
para que te cuenten ellos también sus miserias.
¿Sí?
¿Cómo puede ser eso?
No te estás jodiendo que te cuento una miseria, un tío.
¿No? ¿Por qué?
Porque estoy en un ambiente en el cual está permitido.
¿Y cuál es ese ambiente?
El bar.
El bar, Izacaya, el lugar en el que estés.
Si es un lugar en el que se toma alcohol,
se toman ciertas libertades.
Es un efecto psicológico que tienen ellos,
que es como si tú entraras...
Imagínate, no sé.
Vamos a poner ejemplo de los videojuegos.
Entras en una mazmorra y hay un daño de área.
Bueno, pues ya sabes que ahí vas a estar recibiendo daño.
En Japón es igual.
Entras en un bar y tú ya sabes que esa zona
tiene como un plus o un minus
en el cual tú puedes hacer cosas que fuera de ahí no.
Entre ellas,
ser más abierto.
Hablar de cosas que ni en tu casa,
en la intimidad más íntima, hablarías.
Hostia.
Y luego te pedirá alguna anécdota.
¿Qué es para un japonés un bar?
Un bar es un lugar donde podremos racharse hasta morir.
Hasta morir.
El japonés bebe mucho alcohol.
Muchísimo. Tienen un nivel de alcoholismo brutal.
¿De verdad?
Porque es parte cultural de ellos.
Es parte cultural.
Primero, porque en muchas empresas existe una cosa
que se llama el nomi-kai.
Nomu es beber.
Y kai es de juntarse o fiesta o algo así.
Pues eso.
Que consisten después del trabajo
con todos los compañeros y con los jefes
irte a un bar a tomar.
Es parte del trabajo.
Y en muchas ocasiones los jefes ni siquiera te pagan.
Te están obligando a consumir
una bebida y gastante tu sueldo.
Llegando a casa dos, tres, cuatro horas más tarde
de la jornada laboral.
Claro.
¿Qué pasa si no vas?
Bueno, ya está.
Creo que no ha venido. He cerrado la empresa.
Así no vas a ascender.
Porque se está escaqueando.
Claro.
Entonces estás más o menos obligado a ir.
Gastándote tu sueldo muchas veces.
Claro, es una putada.
Porque cuando sales a tomar, te puedes gastar 100 pavos.
Si no te gusta el alcohol.
Te va a gustar.
Sí, te va a gustar.
¿Y beben?
O sea, no hay un parón.
7 de la tarde, japonés salarimán, tirado en la acera.
Con la maleta ahí, despendolaba ahí.
Dormido en el metro.
Bueno, bueno, bueno.
Que te está diciendo, por favor, quítame la cartera.
Y ahí no pasa.
Aquí en España, dos minutos y medio,
del sereno y así,
y le han quitado la cartera y los zapatos.
O sea, le han hecho un dos por uno.
Y las salidas ya no están.
Yo, estando de estudiante, me encontré una cartera.
La cartera, así, los japones además, son unos cachondos.
¿Tú has visto estas carteras y alargadas
que se llevan media cartera fuera?
¿Les gustan esas, tío, que yo pienso?
Tío, esto lo haces porque estás en Japón, chaval.
Porque aquí no tienes cojones.
Ahí no tienes huevos.
Me encontré una de esas de color de rosa,
con lo cual, entiendo que era chica,
y estaba de estudiante. Necesitaba pasta.
Preferí ni siquiera abrir la cartera
para no tener tentaciones.
Dije, ¿cómo abra? Y tenga 200 pavos.
Ya no abran 200 pavos.
No sé si voy a ser capaz de...
En el momento en el que necesito pasta,
no sé si voy a ser capaz.
Cogí, lo llevé a un coban, que es un puesto de policías.
Dije, mira, toma, me lo he encontrado, aquí, tal.
Olvidote. Y ya está.
Yo creo que hubiera hecho un poco de limpieza.
Yo creo que hubiera hecho un poco de limpieza.
Ya se están, el sueldo es público.
Pero esa es una de las cosas.
Es uno de los efectos secundarios de Japón.
Te empiezas a volver a encorsetar
y a funcionar como los japoneses.
¿Por qué?
Porque en Japón no hay bolsas...
No hay papeleras en el suelo.
No hay bolsas de patatas, de chicles, colillas.
Luego si los vas a encontrar.
Pero la primera impresión es que no hay nada.
Entonces, claro, vas a tirar tú un papel de chicle.
Vas a ser tú el cerdo gaijin
que va a contaminar ese país tan ordenado.
Un viento en prejuicio que tendrán seguramente.
Vas a ser tú el que va a delinquir cuando nadie lo hace.
Entonces, empiezas a tomar...
Bueno, que son cosas buenas, ojo.
Sí, ojo. Algo bueno ya ha tocado.
Más limpio, más ordenado, más cívico.
Mmm.
Y eso es algo que te llevas yo en España también.
Pues eso me lo he llevado.
Para seguir con el tema del alcohol,
¿un japonés aguanta mucho alcohol?
¿O un europeo le mete un palizón que ni se entera?
Teóricamente, son genéticamente más débiles al alcohol.
O sea que tú le puedes seguir el rollo
y ellos van a acabar por el suelo y tú seguramente.
Porque tú, cuando trabajabas...
Claro, sí, sí, sí.
Si supongo que a veces estabas seguiendo el ritmo de la noche.
Claro, porque no solo eso.
Hay una curiosidad.
Aquí, cuando eres un cliente habitual,
lo normal es que el camarero te invita una nonda.
Venga, tómate un chupito conmigo.
No te invito a ver el siguiente.
En Japón es lo contrario.
Ah, y te paga el cliente.
El cliente te invita las copas a ti.
Para que te las tomes con él.
Para que te las tomes con él y porque es su manera de agradecer al negocio.
Haciendo una inversión.
Yo, en vez de darte una propina,
lo que hago es invitarte.
Te pago un trago y te meto 500 y 1.000 y lo que me cuesta el trago.
¿Qué quieres tomarte?
Hostia.
Yo te lo pago.
Curioso, aunque no estamos hablando de tema eligoteo.
No, no, no. En un bar normal.
Bar cualquiera.
Si a un cliente le has caído bien, te va a invitar.
Porque es su manera de hacerte el gasto, de agradecerte.
Y eso es muy peligroso.
Porque, claro...
A las 10 de la noche, 11, 12, aguantas.
A las 2 o 3 de la mañana, claro,
te has tomado hasta el agua a los flores.
Y no puedes decir que no.
Claro, porque es muy feo.
Un cliente se está invitando.
Le debe respeto.
Porque en Japón el cliente es...
Está por encima de ti.
Entonces acabas con unas bolingas elegantes.
A ver, no está poco está mal, ¿eh?
No, no, pero claro...
Es que luego hay que cerrar caja, tienes que dar los cambios.
Ahí es cuando hay el problema, que ya te han dado dos.
Si, no sabes cuánto te han dado.
Y dices, mira, aquí tienes.
Y ahí qué es lo típico de beber.
Cuando salen de los típicos de...
Les gusta, sobre todo, la cerveza.
La típica sabor de todas estas, ¿no?
Y les gusta mucho una cosa que se llama Highball.
Highball.
Me suena mucho de algún juego, de algún videojuego.
De Facebook, es una bola alta.
El Highball es soda, gaseosa.
Gaseosa, con o tónica, con whisky.
Hostia, y eso va con una lata o con un...
No, no, no, no, tú lo haces, tú.
Gielo, echas el atónica o es un cubata.
Es un cubata, tú, con whisky.
Cubata no lleva whisky.
No, bueno, es que aquí en Cataluña un cubata es cualquier combinación.
También en Valencia.
Un cubata puede ser un whisky, un ron.
A ver, el cubalibre es un ron con cola.
Vale, vale, vale.
Pero aquí un cubata, ¿cómo lo llamáis?
Es una combinación.
A un coctelo combinado.
No, aquí un cubata es todo.
No, no sabía.
Yo te enseño cosas de Cataluña y cosas de Japón.
Entonces, pues, es muy habitual el Highball.
Hay que decir también que Japón hace muchas campañas
cuando quieren que algo se consuma.
El japonés es muy bórrego.
Y si a ti te dicen,
esto es lo que mola y lo que hay que consumir,
tú te lo comes con patatas, porque es que sale en la tele,
es que lo anuncia fulanito, es que está en los carteles,
en las marquesinas.
Y hay muchas campañas del Highball con Nuggets.
Nuggets.
Los Nuggets. El pollo frito.
El karage. En Japón le llaman karage.
Aquí también hay karage, pero no es un...
No es lo mismo que Nuggets.
No, para la gente yo frito.
Para la gente que no conozca es sí, pollo frito.
Y hacen mucha campaña diciendo que el Highball es una bebida
que las mujeres pueden tomar, porque es ahí medio ligerito y tal.
Bueno, el whisky es ligerísimo.
Sí, la whisky es la cosa más ligera que hay en Europa.
Pero bueno, es que hay...
Claro, cuando el tú les preparas un Log Island,
que lleva de todo...
¿Y un TGV? Un viaje...
¿Perdían ahí cosas así fuertes o no?
No, pero a veces te decían, no, ponme lo que quieras.
Ponme lo que quieras, trae chaval.
Yo he tumbado a un japonés con un trago.
Con un solo trago?
Sí.
Cargado.
Claro, como tiene que ser.
Claro, es que lleva cinco licores, cinco bebidas espirituales.
Espiritosas se llaman.
Espiritosas.
Tequila, don Ginebra...
Es una bomba atómica.
Y luego le echas un poquito de lima.
Era lima, orisella.
Y un poquito de Coca-Cola.
Para hacer el engaño.
Lo mezclas, tío, es que sabe a té.
Pero lleva cinco chupitos...
A cementerio.
Cinco chupitos en un trago, tío.
Y eso es lo que...
Cuando tú querías ir a tumbar a alguien,
te dices, espérate un momento.
Cuando te dicen, dame algo fuerte.
No quiero cerveza, no quiero un whisky cola,
quiero algo más fuerte. Pumba.
Oye, en los bares había mujeres.
Sí, claro. Camareras también, ¿eh?
Y de cliente. Sí.
Vale, no solo eran salirman de estos...
No, no, no.
Un poco de gente. De amigas que van en grupillo.
Sí, y por ejemplo,
cuando estuve en la japonesa,
era muy comunidad.
Era un bar muy pequeñito.
Era un bar que tendría cuánto.
Puf, tres por tres.
De metros.
Pues es humano.
Sé que son pequeños los japoneses,
pero coño, es...
Que se metía uno encima del otro.
Sí, sí, es...
Literalmente estás tú,
que te ocupa todo. Debajo la barra tienes
las bebidas, las bebidas vera, todo.
Una lista.
O sea, yo, la barra,
una lista, una hilera de sillas,
de a uno, de taburetes y pared.
Ya está.
No había movimiento ni nada, claro.
Era como un anfiteatro...
Era un anfiteatro, claro, claro.
Y ahí qué pasa, que tienes clientes habituales.
Ya se conocen entre ellos,
hacen piña...
¿Cómo se llamaba el bar?
¿En inglés? Sí.
El japonés, o sea, el bar japonés
se llamaba Gwyneth.
Pero era porque al dueño le molaba...
¿Cómo era el grupo este?
El de Wonderwall. Ah, o Asis.
O Asis.
Entonces algo tenía que ver con oasis.
Y de ahí lo sacó.
Claro, es minúsculo.
Luego te preguntaré sobre anécdotas que te pasaron
en ese anfiteatro, que me imagino que
debería ser un poco un bodevil
de personajes japoneses.
Esos bares, además, tienen el plus de que
el cliente que va a esos bares
va a que le hables, a que interactúes con él.
Porque el espacio... ¿Qué puedes hacer?
Claro. No hay nada más que hacer.
Y estabas tú solo, entiendones.
Estaba yo y a veces venía otro compañero.
Y punto. Sí.
Tema que interesa mucho.
¿Cómo sois la juventud de...
El ligoteo.
Era morío.
Las japonesas.
Claro, tú puedes hablar más de japonesas.
En este caso, el ligoteo va a japonesas.
Que de japoneses, ¿no?
Yo te pregunto a ti.
Dispara, dispara.
¿Qué es lo mejor de ser español?
O de ser incluso latino,
que somos más o menos parecidos,
supongo, pero en japonés somos casi lo mismo,
para una japonesa.
¿Qué es lo mejor? Las cosas mejores.
Lo mejor que tiene un japonés para japonesa
es la imagen... No, lo mejor de un español.
¿Qué es... tú vas ahí.
¿Cuáles son tus virtudes? La imagen que tienen...
De ti.
Te conocen y dicen, ¡Vaya puta mierda!
Porque no eres japonés.
Porque ellos creen que un japonés...
O sea, que un japonés con un skin
de extranjero de occidental.
Y que vas a ser muy divertido
y muy dicharachero y muy tal,
pero luego se dan cuenta de que solo es agobia.
Porque eres un pegajoso.
Estás todo el rato dando un beso, un abrazo pesado.
Déjame.
Hay que me quiere todo el rato.
Te amo, te amo.
Me estás agobiando.
Y claro, lo que en un principio es algo de la pasión, ¿no?
Que les encanta.
El resultado que luego, en la realidad,
es un coñazo.
Así como tú piensas, hay las japonesas.
¿Qué modositas? Hay las reyesas.
¿Qué le habla así? ¡Ay, se sonroja!
¡Joder!
A los meses dices, tía, que estás sorda.
Tírate, hola, buenas, ¿qué tal?
Por lo mismo.
Para la inversa, claro.
Entonces, un punto a favor.
Inicial.
Esa ilusión.
Esa pasión que se cree que tenemos.
¿Qué más?
Algo bueno de verdad bueno es que sabemos cocinar.
¿Nos gusta cocinar?
A los españoles siempre he nacido.
A mí tampoco. Me da un asco cocinar.
Me estás demontando el chiringuito.
Y antes hemos tenido a Tamayo que dice...
Tamayo, yo te digo.
Tamayo, tiene una pinta que su plato estrella
voy más allá. Son patatas fritas.
Pero precalentadas, ¿eh?
Al microondas, te digo.
Tamayo es el plato.
¿Has dicho a los huevos? No sé qué.
Dos huevos fritos con patatas fritas.
Lo devuelves y ya está.
Tamayo, tío.
Tamayo está...
Como yo había trabajado también en cocina,
a mí me gusta.
Soy el país vasco.
Y yo lo he mamado.
La casa para mí es muy normal.
Y en Japón no es habitual que el hombre cocine.
Entonces yo creo que es un punto a favor.
Que tú digas, mira, hoy me luzco un poquito,
te hago unos huevos rotos.
Te hago algo así medio vistalcito.
Alucina.
Alucina porque nadie...
Chico japonés no suele cocinar.
¿No?
Físico. Bien o mal.
Una tía japonesa que vea
un chico fuerte, alto...
Ojos claros.
Es un punto a favor o es un punto en contra?
Es exótico al principio,
pero no es el estándar de belleza que tienen ellos.
Todos tenemos en mente estos,
sobre todo cantantes coreanos,
BTS, los idols,
los hostos.
Ese perfil que para nosotros lo digo así,
abierto, para nosotros lo ves y dices,
tú, esa es Marika.
Tú lo ves y dices.
Muy andróginos.
Les gusta mucho.
Y ahí entramos también en un perfil de personaje
de anime
que es muy japonés,
que, por ejemplo, puede ser Andrómeda,
de los cabellos zodíacos.
Xun, era?
Bueno, Andrómeda...
Un L de...
Exacto.
Que los ves muy monos, muy cosita.
Delgadito.
Ese perfil les gusta.
Es de, digamos, hombres sofisticados.
Un tipo que se cuida, que se gusta
vestirse bien, echarse cremas,
pintarse los labios, inclusive.
Yo lo he visto en Japón.
Como normal, ¿no?
Sí, sí, sí, pintan los labios para verse guapos.
Eso es.
El sofisticado.
No el bruto. A nosotros que nos gusta.
En Occidente nos gusta el machote.
Un tipo que se cuida,
al gimnasio, alto, fuerte,
alguien que tú notes que,
en caso de conflicto, te pueda proteger.
¿No?
Hostia, que me da la cara por ti.
Si hay que partirse la cara,
tu chico ahí va a estar, ¿no?
Con barba, viril, vamos a decir,
con mucha testosterona.
Estamos poniendo el ejemplo clásico
de macho ibérico, ¿no?
Ahí no.
Ahí la sensación queda, si es eso,
es que eres un bruto, tío.
Una especie neandertal.
Un tipo como demasiado musculado,
una cosa muy grotesca.
Bien, yo disfrutaría realmente
del rechazo generalizado.
Ojo, estamos hablando para
tener una pareja formal.
Ah.
Si tú lo que quieres es otra cosa,
echunba chumba.
Eso mucha gente le está interesando.
Ahí tienes el punto exótico.
Ahí podría ir la probadita.
Una cucharadita de gallín.
Eso es gratis.
Y ahí lo tienes ganado.
Para una noche, lo tienes muy sencillo.
Porque tienes el plus del exotismo.
Imagínate en Barcelona una chica,
así que sea medianamente mona,
una japonesa en un bar,
peta.
¿Por qué, hostia, qué rasgos exóticos,
qué guapa, oye, y hablas japonés,
de dónde eres, coreana, tal, tío, lo tienes hecho.
Pues lo mismo en Japón.
Si eres chico.
Si eres chica,
los japoneses, por norma general,
van a ser unos cafres
que van a pensar que diciéndote
que te vas a ir con ellos a la cama.
Se lo contó Anna Morales,
cuando vino en Size Matters,
contó que le habían hecho unas propuestas,
pero directísimas, loquísimas.
Son muy cafres.
Porque la imagen que tienen de la chica extranjera
es que es muy fácil.
Es una fasciclona, que le gusta disfrutar,
que se van con cualquiera.
¿Se nota que no has estado en el País Vasco?
Uf.
Que se pasa en un par de meses ahí, en Bilbao.
Le cruzan la cara, pero bien.
Pero qué tetas tienes, joder.
Te meten un viaje que te vuelves directamente a Japón
en primera línea y sin escalas.
Tal cual.
Aparte los esterótipos.
Y luego habrá excepciones en todo, por supuesto.
Vale, tenemos que el físico...
Veo que todo es como cara y cruz.
Lo que es bueno es bueno de primeras,
pero tenemos que el físico que es atractivo.
En el accidente, ahí...
El físico atractivo estamos hablando
del perfil chico blanco, caucásico.
Vale, ahí imagínate, un tío negro, guapísimo, fuerte.
Ahí, ¿qué pasa?
Ahí tienen muchas trabas.
Cuanto más moreno eres, es una traba.
Tenemos que tener en cuenta que Japón tiene...
Bueno, pues mucha...
Es cierto, racismo, dependiendo del color.
Como lo podíamos tener aquí hace unos cuantos años, ¿no?
Que la gente que estaba más morena era porque trabajaba
en el campo y los más blancos eran la gente de pasta
que se la pasaba en casa tocando los huevos.
Como todavía tienen eso, la gente morena...
Tienden a ponerlo como un escalafón por debajo.
Eso que quiere decir gente latina de Teth morena o negros...
Pues ya es más complicado.
Es más complicado que, bueno, pues...
Consigan algo con las chicas.
Les pueden entrar, sin embargo, por el tema latino.
El tema de bailar, que sabemos que los latinos
son muy duchos, muy bailongos, y por ahí se las pueden llevar.
En el tema de los negros es más complicado.
Hay un racismo importante, ¿no? Porque en Asia en general,
no solo en Japón, en China es brutal, pero sí, hay muchos reparo
a la hora de tener sobre todo una relación con una persona negra.
Por ahí, claro, implica presentárselo a tu familia,
formalizar algo con alguien tan diferente físicamente.
Y que va a haber malas caras, y va a haber...
Sí, puede ser complicado.
¿Qué más puntos crees que son favorables para los latinos?
Es que son favorables para un español o para un latino,
para una japonesa, en Japón.
En Japón, yo creo que...
Ya no hay mucho más.
Muy pocos, muy pocos.
Pues mira que tenemos aquí como el concepto, ¿no?
Tenemos como la idea de que ir a Japón para un occidental
es como en el tema chicas, ¿eh?
Es como ir a jugar en el modo fácil, en el FIFA.
Que casi los defensas se abren para abrir, ¿no?
Y para que tú puedas marcar tranquilamente.
Tenemos ese concepto, ¿no?
Porque nos tienen como adoración o que le gustamos más.
Entonces no están así.
No están así. ¿Por qué pasa esto?
Porque los japoneses, como hemos dicho antes,
no gustan de decir que no.
Y nos puede dar la sensación
de que no nos está rechazando cuando es mentira.
Pero ¿por qué? De nuevo, no sabemos leer, interpretar
las señales japonesas.
Entonces, a lo mejor, la chica te está rechazando
a la japonesa.
Con sonrisas...
No, perdona, es que no.
Vale, vale, vale.
Claro, nosotros eso no lo interpretamos como no.
Dice, bueno, si no me dice que no,
o si tampoco muestra señales de desagrado,
yo puedo seguir aquí, ¿no?
Y al final, muchas veces, se comete el crasso de error
de que caen por acoso de arriba.
Por no saber decir que no.
Por no querer violentar a la otra persona, muchas veces,
te besan, se dejan magrear, esto lo he visto yo,
es muy triste y te pone muy mala hostia.
Porque ves al extranjero baboso,
porque a veces hay, sobre todo, australianos y americanos,
tengo que decirlo.
Claro.
Se pasan mucho.
Y lo peor es que muchos lo saben, porque ya llevan un tiempo
en Japón y saben cómo funcionan.
Saben que les están diciendo que no, se hacen el longuís.
Con lo cual, sí puede dar la percepción de que,
oye, pues, no me estás rechazando, es mucho más accesible para mí,
cuando no es cierto.
Y lo peor de ser español y latino para una japonesa,
¿qué sería?
Las red flags, ¿tienen alguna?
Eso es que no les mola nada.
Además de lo que ya has comentado.
Todo tiene su punto un poco exótico, pero luego no les mola nada.
¿Hay alguna cosa más?
Bueno, pues pueden ser, primero,
las muestras de afectos, lo principal,
el que quieras hablar demasiado,
porque nosotros te hacemos una cosa,
que es que tú estás viendo la peli, una tele o lo que sea,
en alto, nosotros vamos por ahí hablando en alto.
Yo que sé, igual, se me cae algo en la cocina
y me cago en la puta, ¿no?
Y eso ahí no.
No, estás siendo gruesa ahí,
estás siendo muy pesado, muy molesto,
todo el rato está bla, bla, bla, bla, bla, bla.
Y eso cansa.
Otra de las cosas puede ser,
pues, eso, las muestras de cariño,
que eres muy pegajoso para ellos.
Otra percepción que tienen es que somos unos flojos,
que si algo no nos gusta, enseguida lo dejamos de lado.
Venga, vamos a intentarlo otra vez.
Bueno, me he cansado ya que le den, ¿no?
Que abandonamos muy pronto las causas.
Esas otras, esas.
Imagínate que yo conozco a una chica o a Japón,
conozco a una chica, nos caemos bien,
nos besamos, nos acostamos,
llevamos dos semanas,
yo voy a ir cogido de la mano por la calle con ella, sí.
Vale. Ahí sí que hay muestras de afecto, entonces.
Ahí sí.
¿Qué muestras de afectos no van a ver?
Eh...
Un te quiero.
Besos, por ejemplo, un te quiero.
Un te quiero no se dice, Japón, no se dice.
Aisteru es muy, muy claro.
Aisteru es te quiero.
Y es muy raro, incluso, con tu novia.
Es raro con tu novia, sí.
¿Qué le dices?
Aisteru es... Sí, es que son estas típicas frases
que vemos mucho en el manga y el anime,
y que nos pensamos que lo dicen acá.
Es totalmente una imagen, totalmente...
Yo diría que el anime...
Bueno, creo que lo hablamos con Kira,
que es un poco sus sueños interiores
de lo que ellos, los escritores,
querrían ser...
Es todo lo que no soy y me gustaría ser.
Y tengo reprimido lo plasmo
en un personaje en el que es súper extrovertido,
súper cariñoso,
supeoran,
son súper amigos, hasta el final,
con tita, pollo, lo que sea, ¿no?
Cosa que no es así para nada.
No es así para nada.
Es una forma de sacar la represión, ¿no?
sacar lo que tienes dentro.
Y dicen, por ejemplo,
si les gustas o si tal, te dicen el suki des,
suki es que te gusta, ¿no?
O sea, eso sería... Me gustas.
Me gustas, suki des.
Eso ya es el...
Cuando te han dicho eso, ok. Sí, eso es bien.
Ahora ya pasamos del ligoteo
y vamos a iniciar una relación
con una japonesa.
Claro, primero, a ver...
¿Cómo es la manera más fácil de conocerla?
Tinder, aplicación,
en un bar...
No sé, no enviaron muchos más sitios que...
Porque por la calle no creo que se ligue.
Según mi experiencia, en bares.
En bares. En bares es donde todos los japoneses
bajan las defensas,
son más auténticos, más abiertos,
y ahí es donde, bueno,
se presta esa atmósfera en la cual
te puedes acercar más,
puedes tocar incluso,
los japoneses no son nada kinéticos,
nada de tocarse.
Tengo más sentido, tengo un abrazo.
Incluso con una chica me gusta la mano
o un amigo, yo soy muy...
Ahí tenemos la ventaja, porque como extranjeros
que somos nos permiten ciertas licencias
que a un japonés no.
Al mejor a una chica japonesa le tocas la mano así,
y a un japonés le apartaría.
Primero el japonés no debería hacerlo,
porque va a incomodar, y si lo hace
la chica va a sentirse incómoda.
Digamos que sería un...
sutil acoso, no sé si llamarlo así.
Vale.
O sea, es un acercamiento no deseado,
sin llegar a ser nada exagerado,
sin llegar a abrazarla, a tocarla.
Pero bueno, tal vez un simple toque
o cogerle la mano.
Mmm, mmm.
Esa primera noche que conoces a una chica
y que hay feeling, es normal
liarte con ella.
Es normal que te puedas en el mismo bar
darte el lote, pero a ambos a gusto.
Ya no hablamos de eso que decías tú y los...
No, no, no.
Es normal acostarte con ella esa primera noche.
La primera cita en Japón no está mal visto.
No está mal visto.
Como mejor aquí es como muy rápido, ahí no.
Según lo que yo he visto en mi experiencia,
no hay problema.
No hay problema.
Vale. La primera cita formal,
una vez ya pues has acostado,
y vas mañana o pasado, nos vemos.
Tiene que tener algún ritual o algo
especial o tienes que dejar unos días
desde que la has visto
o hay algún tipo de cosa especial
para una primera cita.
¿Una vez ya has tenido algún contacto?
Pues normalmente
te sueles intercambiar
el Line, que es el WhatsApp japonés,
o el Facebook,
es un momento, ¿no?
Y es lo habitual.
O sea, y ya te vas mensajeando,
oye, ¿qué tal? Sí, te apetece el fin
de que viene, lo tienes libre, quieres,
no quieres.
Y vas viendo poco a poco.
Y ya cuando te lanzas, le hice la frase,
te quieres salir conmigo, ¿no?
Tienes que esperar más o menos,
todo tan cuadriculado.
Rápidamente, eso está mal visto.
Como aquí tenemos un amor de esos locos
que en dos semanas...
Sí, puede ser, puede ser.
Depende.
Vale, ahí no es tan cuadriculado.
Depende, no es muy cuadriculado.
Ten en cuenta que el japonés está ansioso
de tener una relación estable.
Es decir, de flor en flor, tanto chico como chica.
Tanto chico como chica.
Y sobre todo, las chicas.
Lo deseable es estar casada.
Entonces, claro,
cualquier chica que supere los 25
va a estar súper dispuesta
a cazar marido.
¿Van a cazar marido?
¿No van a conocer un chico con el cual me lleve bien?
¿Tenemos feeling? No.
¿Cazar marido? Si puedo, me lo llevo.
Yo me acuerdo con una chica
que a la segunda cita, ya me...
A la segunda vez que nos habíamos visto,
oye, ya podemos declarar a los novios,
pero esperate,
nos hemos visto dos veces.
Porque eso en Japón se formaliza.
A veces, aquí, tú conoces a una chica,
llevas un tiempo y no hace falta decir
somos novios, porque evidentemente ya lo somos.
Pero ahí no, ahí se tiene que declarar
verbalmente.
Aquí, sí.
Sí, le preguntas.
Y eso que si quieres salir conmigo.
Si, Tsukiago es, nos juntamos.
Es como, ¿me harías el favor
de juntarte conmigo?
De nuevo usamos la pasiva, ¿no?
El curero es hacerme a mí un favor, tú.
Vale. ¿Sólo decirle más el chico o la chica eso?
El chico.
Es raro que la chica te pida salir formalmente.
Sí.
Sí.
Y una vez, ya sois novios.
Sí.
Normalmente, ¿cuánto tiempo se la ver de noviazco
antes de la boda? Son largos, como aquí,
que pueden haber eso.
Ya te digo, pasado los...
Cuanto más te acercas a los 30, más inminente va a ser.
Deseando que se lo pidas.
Y ahí tienes que decir, ¿qué constecule más en cá?
¿Qué constecule más en cá?
¿Y eso qué es?
¿Te quieres casar conmigo? ¿Haces el favor
de casarte conmigo?
Sí.
Va a ser enorme, ¿no?
Va a ser enorme.
¿Cómo es una boda japonesa?
¿Cómo es una boda japonesa?
Bueno, pues yo estuve en una.
En boda japonesas, como si fuera una especie
o sea, con todos los honores.
Sí.
Contrataron una maico, que es un aprendiz de reyesa,
que son carísimos.
Contrataron un músico que tocaba el shamisen,
que es como esa guitarra alargada,
el ping-pong-pong.
Hacía espectáculo. La maico hacía espectáculos
con los abanicos,
bailaba, cantaba.
Una boda del copón, vamos.
Son las dos, son una celebración que flipas.
Sí, vestidos con kimono, los dos.
El era...
Ay, de Rusia, no.
Del sur de Rusia.
Ah, no era japonés.
Ella sí, y él era de Kazajistán.
De Kazajistán, joder.
De Kazajistán, nuestro querido armán.
Y bueno, bueno, todos lo yo.
Venieron sus amigos de Kazajistán,
vino el padre de la novia,
le trajeron un traje tradicional japonés,
ellos le trajeron una capa tradicional.
Pero el padre de la novia es normal,
y la madre también, supongo.
Eh...
Lo acuerdo solo al padre.
Estaban divorciados...
No está mal visto.
Además tienen una cosa que es divorcio expres.
En dos semanas tú estás divorciando.
¿Qué dices? Y te puedes divorciar unilateralmente.
Me parece cojónudo, ¿eh?
Es verdad, ¿por qué tienen que estar los dos...
Si una persona ya no quiere estar con alguien,
¿esto no es como desactivar una bomba atómica
que los dos tienen que apretar a la vez?
Hay mucho divorcio, porque hay muchísima boda
sin conocerse.
Hay muchas bodas concertadas,
hay una cosa que se llama Gokón,
que son una especie de reuniones
en el que tú vas a beber y vas un grupo de chicos
y un grupo de chicas.
Vais ahí a la mesa, habláis...
¿Os conocéis?
Y tú lo haces, tus cosas...
Mira, yo trabajo tal, gano tanto,
tengo no sé qué, vengo de familia tal,
y la chica te dice, no, pues estoy estudiando esto,
lo otro tal, y os casáis.
A mí me dices, normalmente...
Ah, que ahí mismo se saca la boda.
Casi, casi, casi.
Hay te novias y te casas ya.
Los Gokón son para casarse.
Conocerá mujeres para casarte,
u hombres para casarte.
¿Qué pasa?
Te das cuenta los tres, cuatro meses,
que eso no va ningún lado,
casado con un piltrafa, un vago,
un no sé qué...
¿Y divorcio al canto?
¿Y no está mal visto?
A ver, está mal visto, pues como...
Bueno, ya ver aquí no es agradable.
Es divorciada, claro, ¿qué pasa?
Que las mujeres tienen mucho estigma con eso.
Como siempre, la mujer sale mal parada en estas cosas.
Y una mujer que no está casado,
que se ha divorciado,
es una mujer que no es una buena ama de casa.
Es desechada.
Prejuicio que no ha dado la talla.
Aunque luego ya no tenga culpa de nada,
porque tío era un matatago.
Pudiera ser lo que fuera, eso, es un vago,
que la mujer le vaya a mandar a paseo,
pero la mujer ya ha sido desechada.
Ya tiene ese estigma, ¿no?
De algo raro ahí con ella,
que el hombre no quiso quedarse con ella.
Ya.
Hay muchos casos, como pasa aquí,
de maltrato en las parejas.
Es...
Yo no conozco,
yo no conozco y diría además que es muy raro.
Es muy raro llegar al...
al maltrato físico.
¿Seguro que hay?
¿Seguro que hay?
Pero yo creo que no.
Son mucho más de humillar.
Maltrato psicológico a saco.
¿Qué físico?
Y ambas partes se pueden humillar.
Ambas partes se pueden humillar.
Sí, sí, claro.
Sí, sí, porque tiene esas mujeres que claro,
como el marido es el que tiene que traer dinero a casa,
si el marido no tiene un buen sueldo,
la mujer le va a reclamar.
¿Cómo que no estás al nivel?
No estás al nivel.
Yo necesito un nivel de vida mejor.
Y tú no me lo estás dando.
Eres un mierda, un débil, uno sé qué.
Es que vuelves siempre deprimido, no aguantas la presión,
no sé qué.
También hay de eso.
Con lo cual es complicado.
En una cultura como la japonesa,
las personas son interesadas.
En este caso que estamos hablando de las mujeres,
la gente se mueve por interés.
Vamos a decir que son muy pragmáticos.
Calculan, ¿vale?
Me gusta físicamente aquí,
pero me aporta todo esto económicamente.
Bueno, pues, gana.
Es así.
A la hora de acercarse a alguien, tienen muy presente
lo que pueden sacar de esa persona
y lo que les puede aportar.
Una persona rica que lo sepan,
o de alto estatus social,
es famosa porque es un empresario poderoso,
va a tener una facilidad extrema para casi todo.
Sí, socialmente.
Sí.
Un poquito como aquí un actor de Hollywood o algo así.
O un youtuber famoso, que sé yo.
Que va a los sitios, les abren las puertas,
todos son sonrisas.
No se le niegan cosas que a otra persona.
Sí.
Típico trato de favor.
Pero, claro, Japón estamos hablando
que existen todas estas clases
de niveles de estar por encima de,
o de estar por debajo de,
claro, a muchos estratos.
Muchos estratos.
Y una persona muy famosa no está a un nivel por encima.
Está a muchos niveles por encima.
Muchísimos.
Claro.
Es como una divinización de la fama
y de que el estatus social.
Hablamos que todos están cuadriculados.
Imagínate una persona que mueve millones de personas.
Sí.
Para un chico o una chica, eso tiene que ser como Jesucristo.
Antes has mencionado las geishas.
Sino que había una pendiente geisha.
Eso se ha causado mucha curiosidad aquí,
en España.
Pero, a la vez, también dice la gente que se ven poquísimo.
O sea, sigue existiendo la geisha.
¿Qué una geisha es una prostituta?
O sea, ¿qué es?
Una geisha es un acompañante de lujo.
Pero de lujo extremo.
Pero existe hoy en día el Japón.
Y van vestidas como hemos visto.
Pero es como ver un...
Algo muy fugaz.
Las geishas se mueven en zonas de geishas.
Hay barrios que son de geishas,
donde tienen maestras y aprendices.
En la geisha es algo que tu contratas
para un evento muy especial.
O cuando es una cena de empresa de jefes,
o quieres hacer ostentación
de algo muy importante,
contrata servicios de una geisha.
Que es una chica que se dedica a dar
espectáculo y entretenimiento.
Entendido, en su forma, más sutil.
Servirte el té, tú puedes contratar
porque es símbolo de estatus.
Yo puedo contratar una geisha que es, digamos,
el Kulmen
del ideal femenino japonés.
O sea, puedo contratar una chica que es
el top del top, lo mejor de lo mejor.
No hay nada mejor que una geisha.
Ni más caro.
Me va a servir el café o el té.
Me va a cantar incluso.
No sé, puede hacer un baile,
puede tocar el shamisen también para nosotros.
Es decir, es una chica que me va a cantar.
Es una chica que me va a cantar.
Y también para nosotros.
Es decir, es un artículo de lujo
que solo muy pocos
pueden contratar, no solo eso.
Además, las compañías de geishas
se mueven por contacto.
Si yo quiero contratar una geisha, no puedo.
Tengo que ir recomendado
por otra persona.
Hasta ese punto son artículos de lujo.
No son prostitutas.
Que luego haya lo que haya
y que algún cliente muy adinerado
le ofrezca a la tal.
Diga que sí. Sí, se puede dar.
Pero, en principio, no es su función.
No es un tema secundario.
Es un tema de
apreciar la gracia, la sutilidad,
el detalle.
Porque al final es una persona que ha pasado horas y horas
perfeccionando cómo servir el té,
cómo moverse, cómo caminar de verlo.
Todo, todo.
Cada movimiento de la geisha está jaudiado.
Te lo juro que buscaré la forma
de conseguirlo.
En Kyoto tienes un barrio de geishas
muy, muy famosos.
Si no tengo un contacto, por muy famoso que sea aquí.
Tal vez encuentres un contacto
que diga, sí, mira.
Pero es eso, es la gracilidad
echa persona, ¿no?
Entonces, estás pagando eso, tío.
Es una cosa, una dedicación.
¿Tú sabes cuánto puede costar una geisha?
Ni idea. Ni idea.
Estás usando miles de euros al cambio.
Sí, sí, sí.
Depende del nivel también.
Esto es contratar una maico que era una aprendida geisha.
Una geisha de verdad, puta.
Es muy caro, muy caro.
Sigue existiendo.
Como la gente, a lo mejor, se cree que va Japón
y se va a encontrar una en cada esquina o en cada calle
y no.
Son artículos de lujo.
Me tienes que contar
alguna anectotilla, aunque no te haya pasado a ti,
pero del higoteo.
Para animar a la gente,
aunque sea un amigo o un conocido,
¿hay alguna buena que tengas tú?
Siempre cuento la misma, pero bueno.
Cuento una que salió mal.
Spoiler salió mal.
Qué fracaso tú contar la ilusión.
Yo llevaba muy poquito tiempo. Estaba como estudiante.
Sí.
Y la academia traía de vez en cuando
a estudiantes universitarios japoneses
que tenían cierto nivel de inglés
para que practicaran con nosotros.
El hablado nos hacía unas preguntitas
muy sencillas para que nosotros
no se...
Desenvolviéramos un poquito,
porque hablábamos con nativos, ¿no?
Y una de las chicas,
como quiere decir,
y bueno,
creo que le cambié el Facebook o algo así,
y quedamos.
Vamos a quedar y tal.
La típica era la chica más japonesa
que he conocido en mi vida, casi.
¿Y eso qué significa?
A nivel práctico.
A nivel práctico es que era como una monja,
una monja de clausura.
Callada, no decía nada.
Tenía que sacarle las palabras casi...
Yo con mis japones de mierda,
porque yo llevaba 3 meses,
muy, muy, muy poco.
El inglés tampoco era su fuerte.
O sea, no había manera de comunicación,
pero había manera.
O sea, íbamos caminando uno al lado del otro.
Claro, yo iba haciendo
comentarios de lo que podía
para intentar romper el hielo.
Yo veía que ahí no había nada que sacar, tío.
Bueno, nos fuimos al cine.
Que quería ver una película de Hugh Jackman.
Y yo, bueno...
Ha salido una nueva de Hugh Jackman, yo.
A mí no me suena ninguna de Hugh Jackman nueva,
pero vamos a verla.
Claro, cuando llego ahí,
veo que era la película de Prisoners.
No se le has visto.
Pasote, está muy bien.
Ah, vale, vale, vale.
El Dune y Enemy.
Blair Runner.
La segunda parte.
La estética espectacular.
El Dune, ahí se lo damos.
Mi Dune me ha gustado.
A mí me ha gustado mucho el libro.
Me parece un crack visual.
Bueno, susperes para mí son un poco acierto,
porque, por ejemplo,
Sicario me gusta mucho.
Me gusta mucho, pero otras se me hacen muy pesadas.
La de los extraterrestres,
que no comunican con los humanos.
Ah, sí.
Arrival, me parece un coñazo infumable.
Sí, eh.
La vi con ilusión.
Y Blair Runner 2 no me gustó.
No tiene ningún sentido.
De carno debería haber salido ahí.
No, es que no, es un humano.
Que no me engañen a mí, no es un humano, por favor.
Bueno, quería ir a ver...
Vamos a ver la de Prisoners.
Claro, me dice...
Que bueno.
No hay ninguna, pero vamos, el tío me gusta.
Vamos, de repente veo...
Hostia, pero si esta pelea ha salido
hace tres años en España.
¿Y la habías visto?
La había visto.
Si te enterarías de que va.
Tampoco irás a ver películas.
No irás a ver películas en ese momento.
Vamos al cine, tío, guay, ¿no?
La típica cierra como pústenen aquí, vamos al cine, ¿no?
Pero esto era la tarde.
Vamos al cine como la cingo la tarde.
Vale, total.
Que vamos ahí y la chica cogió...
Que esto igual era yo un panoli,
porque yo he sido un panoli de estos
que no le la señal...
No sabe interpretarlas.
En la última fila, en la esquina.
Que yo dije...
Vamos a ver la película como el culo.
Hombre, si no has pillado.
Estos son los de Japón, ¿eh?
Tío, en Japón, con los modositas que son...
Pero no decía ni Mu,
ni tocar, que podía haberme dicho
un poquito de jue...
Un poco de contacto, ¿sabes?
Que previamente, jue, pues...
Si, un abrazo, algo...
Me había ido al cine con una monja
y cogemos la última fila a la atrás
y le pregunté...
¡Cojones, hemos cogido aquí, tío!
Y me dice... No sé, me gusta ver
las películas desde aquí, desde la esquina.
Yo no sé si a lo mejor una persona
que no le gustaba estar con gente
que le gustaba estar aislada, tal...
Como no sabía, tío. Total, salimos del cine.
¡Oh, Dios! No pasó nada en la película.
Nada de nada, tío.
Salimos del cine y yo dije...
¡Vaya, coñazo de cita, por favor!
Tú por un lado, yo por el otro.
Y ahí no volvemos a tener contacto.
Oye, la chica muy detallista,
si me trajo un... un regalito...
¿Sabéis estas cosas? No me acuerdo cómo se llaman.
¿Para apoyar los palillos?
Sí, sí, los... No sé cómo se llaman.
Tampoco como dos. No me acuerdo.
Me trajo uno de esos, un regalo.
Pero te lo dieron la cita. Sí, sí, sí.
Me lo dieron la cita.
Entonces, claro, aquí yo no sé si pequé
de no saber leer las señales...
japonesas todavía, porque lleva poco tiempo.
Vale, ¿ahora con tu experiencia
¿qué hubieras hecho?
Uf, hubiera hablado mucho más, claro.
Hubiera tanteado.
Pero que te llevara la esquina,
¿tú ahora cómo lo identificarías?
Lo hubiera tanteado más, claro.
Es que no lo sé, no lo sé.
Porque no sé si ella estaba cohibida,
porque yo no tenía un nivel mínimo de japonés
y digo... nada.
O...
O quería algo... no lo sé, no lo sé.
A día de hoy no sé hacer una lectura,
porque tendría que volver...
e ir hablándole...
No tenés... no pensaste en...
¿Te aburriste tanto que pensaste?
Yo no quedo más con ella.
Yo pensé que no le gustó a ella.
Yo dije, no. La chica nada.
No ha ido bien. No ha ido bien,
o no le ha gustado, o se ha cansado...
La pareció un coñazo, así que mira, oye.
Ha sido culpable. Yo pensé eso.
Yo no he sabido hacer esta cita divertida.
O sea, que se quedó ahí.
Nunca más se supo.
Nunca más se supo. Esa salió mal.
¿Es de esas chicas que te ha quedado la espinita?
Me ha quedado la espinita...
de decir... lo podía haber hecho de otra manera.
No hay que darme con pena, ¿no?
Si no, ya con la curiosidad.
Así que es verdad que es violento,
que si no has tenido ni un contacto físico,
de repente girarte y mirarla,
e intentar besar a una chica que no te ha dado
ninguna señal.
Y le preguntaba y todas eran...
las puestas monosilabas.
Sí, no, mucho, tal...
Claro, yo estaba en ese plan y dije...
Me voy a pegar un tiro.
No voy a picar más piedra, porque aquí no voy a sacar nada.
Aquí no hay ni hierro, tú.
Y yo entendí eso como que la chica no estaba a gusto.
Vale.
¿Y luego aprendiste?
Luego aprendí, sí.
Luego aprendes.
A final aprendes.
Aprendes la manera japonesa.
Aprendes...
las palabras y las frases japonesas
y las amoldas a ser extranjero.
Es decir,
te comunicas en su idioma, en su lenguaje,
pero lo haces con tu...
Y soy vasco, ojo, cuidado, no os descohonéis,
con tu gracia.
¿Vale? Con tu gracia.
Con toda la gracia que pude un vasco.
Pero bueno, de manera que eres más dicharachero
que un japonés, pero te estás comunicando
como un japonés.
Que es línea más delgadita.
Es el combo. Yo sé cómo tengo que hacerme entender.
Y además le voy a ofrecer
lo que el japonés no lo ofrece.
Un plus, claro.
Entonces ya lo tienes hecho.
Ahí es un fue libre, casi.
Praticamente un fue libre.
Los que lo petan son los que llevan
un par o tres de años en Japón
que han aguantado
y que han conseguido...
Han conseguido el nivel suficiente
de los japonés.
El nivel básico, te hablo, tampoco hace falta
en el otro mundo.
Y que, además, siguen manteniendo el desparpajo.
Lo has adaptado.
Porque hay muchos que cuando están en Japón,
no, no, yo como los japoneses.
Al final es un sosainas, tío.
Porque no le estás ofreciendo nada
que no lo ofrezco a un japonés.
Y además tienes todos los handicaps
de ser un extranjero.
No tienes el físico que ellos esperan,
que es lo que decías tú.
Es un choque.
Yendo a curiosidades de Japón,
y que hemos hablado un poco del ligoteo,
pero yendo a curiosidades generales,
chorradas, que para mucha gente puede ser divertido de saber.
Por ejemplo, y esto habéis hablado con Kira alguna vez.
¿Qué cosas puedes hacer a un japonés
que le putea en un montón?
Uf, cualquier cosa que...
¿Cualquier cosa, punto?
Normal número uno, insistir.
Uf, eso les mata.
Les mata.
O sea, tú le pides a un japonés...
Ser pesado, ser pesado con algo.
Porque no saben cómo decir que no y...
Tú le vas a estar troleando,
porque tú sabes que él no quiere que ya.
O sea, no quiero más o ya me estoy cansando.
Pero da igual.
Te va a seguir el juego porque no quiere decirte que no.
Me voy a ver un borde o que se yo, ¿no?
Y tú le puedes seguir ofreciendo.
¿Quieres más cacahuetes?
¿Quieres más cacahuetes?
Le puedes inundar de cacahuetes y no te va a decir que no.
Pero por dentro lo estás matando.
Por dentro voy a decir, no vuelvo a quedar contigo, hijo de la gran...
En la vida, ¿no?
¿Qué más puedes hacer para molestar a un japonés?
Cuando sabes cómo actúan, todo lo que te dé la gana.
Todo lo que te dé la gana.
Puedes coger sushi mal, con tenedor, por ejemplo.
O untarlo en ketchup, por ejemplo.
¿Cogen molestar a...?
Imagínate qué cochina, tío.
¿Me molesta hasta mí?
Imagínate ese tipo de cosas, ¿no?
Claro, es que el japonés, como seguramente no te diga las cosas...
Tú puedes hacer lo que te dé la gana, tío.
¿Sorprenderlo es una putada para él?
¿Sorprenderlo? ¿De qué manera?
¿De susto? ¿Aparecerte...?
No, por ejemplo, aparecer cuando no se los espera.
En el sentido de...
Imagínate que sabes dónde vio un colega tuyo.
Un vecino que es colega y presentarte una tarde.
¿Qué, tío? Vamos a...
Me traigo un six pack, unas cañas o no sé qué...
¿Y un DVD?
Sí, o lo que sea. ¿Eso qué?
¿A un amigo, eh?
No, tío, no. ¿Qué haces?
¿Qué haces viniendo a mi casa? Porque estás loco.
Primero, que es mi casa.
Japones no te invita a su casa.
¿No váis a casa uno del otro?
Porque es el espacio privado.
Primero, porque son muy pequeños los pisos.
Normal, en la gran ciudad.
Segundo, porque es mi espacio, tío.
Es mi espacio.
El japonés finge, no finge.
Tiene tanto protocolo cuando está fuera,
que el único momento en el que puede ser él es en su casa,
en su comunidad.
Y cuando invita a alguien, le está invitando a lo más íntimo
que es él, porque vas a ver
sus libros, sus gustos, sus cómics,
su ropa como la tienes recogida, ¿no?
Todo eso es muy duro para un japonés.
Porque estás accediendo a lo más íntimo suyo.
Cuando es una cultura que se esfuerza
al máximo por presentar
una imagen prefabricada.
Es muy difícil.
Es decir, tacos incomodan a un japonés.
Si los dices tú, les va a sonar gracioso.
Un extranjero.
Es como cuando el típico futbolista
que tiene un acento de no sé dónde
dice, esto es la puta hostia y tú,
y ja, ja, ja.
Yo me acuerdo de la realidad sociedad.
¿Valerie Carpin nos de te acuerdas?
Claro, tío.
Se hablaba como un camionero.
Pero como era gracioso...
Claro. Eso pasa lo mismo en...
Ovangal o alguno de estos, que dices tu madre,
el amor hermoso. Pero, claro, es como...
Ay, míralo.
Lo intenta de...
Lo intento hacer para molestarlos.
Uf.
Ya te digo, cuando...
Es que cualquier cosa...
¿Tocarlos?
Tocarlos, por ejemplo, darles un abrazo.
¿Un abrazo?
¿Se quedan así?
No te lo devuelven.
Es como un abrazar un maniquí.
Sí, muchas veces se quedan como...
Y hacen así con los bracitos como...
¿Seldon?
Es un poco como un abrazar a Sheldon.
Tomar una aproximación tal es...
Es muy incómodo.
Te lo van a permitir porque eres extranjero.
E incluso les puede llegar a hacer gracia.
Vale.
No siempre es incómodo.
Porque es como, bueno, son sus costumbres.
No, no, no. Los ven así, ¿eh?
Los ven así.
La barbaria está.
Sí, es que así son en España.
El flamenco y la pasión.
Atenen la imagen de flamenco.
Sí, la tenen de verdad.
El flamenco.
Sí, claro.
Porque hay los bares españoles, muchos tienen temática flamenca.
No todos, pero bueno, poner musiquilla.
Además, es un atractivo, ¿no?
Muchas veces contratas a un grupo para que toque flamenco,
te viene la gente, haces eventos.
Claro, están con el puro prejuicio de lo que es España.
Claro.
Al final, aquí flamenco escucha...
No es lo habitual escuchar en España.
Mucha región es donde no se escucha.
No parece que se escucha más reggaetón.
Sí.
Pero de todas maneras, fíjate, la película,
el último Samurai, cuando cogen a Tom Cruise, ¿no?
Y le ponen a esta chica,
que es la mujer del Samurai que mató.
Fíjate cómo Tom Cruise se pone el yucata o el kimono,
sale a la calle, y cuando vuelve,
va entrando en la casa y va dejando las huellas de abardo.
Y la mujer que hace no le dice nada,
pero va detrás limpiándolo.
El tipo se da cuenta, ¿no?
No te lo van a decir, pero lo van a hacer saber sutilmente.
Japón es el país de la sutilidad.
Tienes que interpretar muy mucho todo.
Es un trabajo que cuesta demasiado hacer.
Y te va a hacer perder muchas oportunidades de trabajo,
de amistades, de todo por el camino,
hasta que aprendas.
Más curiosidades.
Hay algo que me llama la atención de los japoneses en general,
y es el tema de los dientes y la boca.
Aquí, en Europa, si tienes los dientes mal,
llevas brackets y te los pones rectos.
En Japón hay muchísima gente, chicos chicas,
súper guapos, súper guapas, pero con los dientes fatal,
que es el tema de brackets.
¿Por qué? ¿Qué pasa con los dientes?
Primero, que no le dan tanta importancia.
No le dan tanta importancia a la salud bucal, bucodental.
Segundo, hay una cosa que se llama ya Eva,
que es esto de tener como con los dientes así...
Salidos.
Y eso es que un idol la puso de moda, o una modelo,
no me acuerdo qué era, y muchas chicas se operaban
los dientes para ponerse los mal.
Ulu.
¿Por qué?
Porque eso simboliza la adolescencia o la prepubertad.
Los dientes de leche todavía no se han formado.
Volvemos otra vez a esa imagen...
Volvemos otra vez a esa imagen del otro podcast.
Volvemos a esa imagen tal vez de pureza, ¿vale?
De algo puro, no corrompido por el sistema todavía,
no es adulto, es un niño, es algo inocente, es algo bonito.
Entonces, todo eso que evoca esa imagen es deseable
para un japonés, para un chico.
O sea, que es un tema, por una parte,
seguimos con lo que dijimos, ¿no?
Esa idealización de su única época,
quizás no encorsetada, que es la niñez.
La niñez, hasta, vamos a decir, la universidad.
Esa es su época feliz.
Pero feliz a nivel de cero responsabilidades,
de disfrutar de la vida a tope
y de un miedo exacerbado al mundo laboral.
Entonces, bueno, pues hasta tal punto llega,
ese no ser responsable, que se comportan como niños.
Tienes a chicos de 23, 24 años que parecen adolescentes.
Con 23 años están en la universidad, sí.
Pero ahí aún son considerados niños o adultos.
Niños, hasta que no entras al mundo laboral.
Tú eres todavía un niño y puedes comportarte como tal.
Y como niño, ¿qué significa?
Un tío de 23 años, ¿qué haga qué?
¿Qué haga? Pues se le permite no tener responsabilidades.
No sé, es que tú los ves, de verdad.
Los ves hablar y parecen niños.
Parecen chavales de 15 años.
Con 23, con 22.
O sea, de que jugando a Pokémon y cambiándose cartas...
Con esa ilusión infantil.
¿Cómo puedes hacerle a un tío de 30 que aún está con el Pokémon?
Pero que lo ve un poco desde...
No es frialdad, pero es de nostalgia.
Sí, de jugando Yu-Gi-Oh, y yendo a leer manga
y haciendo ese tipo de cosas.
Y con miedo también a las chicas, por ejemplo.
Con miedo a las chicas, sí.
Niños que no han crecido.
Sí, eso es. Me gusta fulanita, ¿no? Me gusta machico y así.
Eso puede decirle un tío de 24 años en la universidad.
Luego, claro, van ahí, se dan una hostia de realidad que...
Claro, salen de la universidad, les toca el mundo laboral,
que es un mundo muy jodido.
Las grandes empresas, me refiero.
O sea, eres becario durante los primeros cinco años.
Becario no vato de la mili, o sea, tienes todo.
Te putean todas las novatadas,
vas a estar sacando fotocopias, haciendo cafés,
aguantando broncas de los jefes.
Humillaciones gratuitas, simplemente,
porque eres el último mono que ha entrado a la empresa.
Y como todos los demás, han pasado por lo que tú,
ahora me toca a mí disfrutar del privilegio de humillar al nuevo.
¿Humillar tipo? ¿Humillar tipo?
Mira, el otro día estuvimos grabando con Kira.
Uno de estos tips de trabajo en Japón.
Y era... Bueno, habían estado haciendo una videoconferencia,
porque hacen reuniones todos los días, los japoneses.
Todos los putos días.
Y al nuevo le obligaban a estar desde casa,
vestido con el traje, seis horas de reunión, de pie.
Tenía que estar de pie. ¿Por qué?
Porque sí.
Porque eres el nuevo, tío.
Eres el nuevo y te jodes y hace lo que te digo.
Y todos sentados, tal desde casa o de la oficina,
y tú tienes que estar de pie, te jodes.
Ese tipo de cosas, ¿no? Que no entendemos nosotros.
Y ahí una rebeldía... No.
Te van a echar, ¿no?
Te van a echar, claro, que te echen, es un fracaso.
Porque tú has estado estudiando en la universidad,
ten en cuenta que de la universidad,
prácticamente sales colocado.
Claro, si sales, ¿por qué te han echado en la siguiente empresa?
¿Por qué te han echado? ¿Por qué no has funcionado?
¿No has aguantado? Porque en esta empresa va a ser lo mismo.
Y existe además el handicap de que cada vez
que te cambias de empresa de ahí igual,
la experiencia laboral que tengas empiezas desde abajo.
Aunque seas un...
No sé, señor, en lo que sea, en programación,
vas a empezar desde abajo y te jodes.
Y te vas a tener que comer los tres años, los cuatro, los cinco,
de comer mierda.
Entonces, claro, la gente lo que quiere es, son casi funcionarios,
entró en un puesto en el que voy a estar hasta jubilarme.
Y lo único que tengo que hacer es aguantarse.
Sé que voy a pasar unos años de mierda,
pero a partir de ahí que me echen es prácticamente imposible.
La tengo que cagar de una manera bestial.
Claro, ¿qué pasa? Una empresa te ofrece seguro médico,
los pluses año tras año son muy suculentos,
hasta el punto de triplicar tu sueldo en diez años.
Ostras.
Pero claro, tienes que comer de mierda.
Tienes que comer de mierda toda.
No decir que no hay nada, aceptar todo lo que te digan,
lo que decíamos el nómica y salir a beber.
Tienes que dedicarte a la empresa.
Bueno, que eso para mí, a ver, sería una cosa que diría...
No, es una dureza extrema, salir a beber y emborracharme.
Sería algo muy duro para mí.
Sería la única parte buena.
Con el jefe que te cae como el culo.
Y tener que servirle, tener que ponerle...
Quiero usted más cerveza, señor.
Yo en Japón, con el caráter que tengo,
si yo fuera a Japón desde abajo,
no digamos con status que ahora podría ir a Japón con otro rollo,
creo que mataría a alguien.
Creo que sería un paria, sería un paria.
Yo sería un desecho social.
No, porque me pegaría con alguien.
Autónomo, te asociarías con un socio japonés,
abridías un negocio a medias,
su parte es la de la papelería,
manejarías todo, pero serías tu jefe.
Serías tu jefe. Muchos problemas.
Para mí no...
De hecho, estoy a lo conté,
pero yo cuando estuve en el restaurante de cocinero,
tenía compañeros que eran...
que eran Filipinos,
y sobre todo, chinos, estudiantes chinos de universidad,
20 y pocos años, prácticamente todos.
Claro.
A los chinos les gritaban, les daban empujones.
Hay racismo contra los chinos en Japón.
Sí, sí, sí.
Y mira que en China mañana podría conquistar Japón
y irse tranquilamente con Ichihua.
Les daban collejas cuando se equivocaban.
A nosotros no, ¿eh?
A los occidentales, cero.
Según japonés, es que me cuesta imaginándome
un japonés de una forma tan...
Despectiva.
Era agresiva, una colleja se me acerará para...
No, no, no. Y llamarles y decirles de todo...
Omae es la manera más despectiva de decir tú.
Omae es tú, pero es...
Omae, sí, cachomierda.
Para que se entienda, ¿no?
Entonces llamar de Omae es una falta de respeto muy gorda.
Tú lo veías cada día esto.
Y esto era muy habitual.
Cuando alguien se confundía con un pedido,
oye, que se te ha olvidado poner este ingrediente, lo que sea.
Sí, sí. Omae, ganan esto y no.
O sea, te hablan así y es como, wow.
Lo veía hasta el punto en el que uno de los cocineros,
que era muy bueno y era muy listo,
hablaba coreano, chino, japonés e inglés a la perfección.
A la perfección, te cagas.
Me daba mil vueltas con el inglés.
¿Já?
Hasta que un día llegamos y estaba el chiringuito cerrado.
Vallado, policías, ¿qué ha pasado?
¿Qué ha pasado?
Pues ese chino se había cansado.
Tenía sus movidas de estrés con su novia, con el estudio y tal.
Y en uno de estos gritos que le metió un japonés,
cogió un cuchillo de cocina, era una marisquería.
Imagínate los cuchillos que usan ahí.
Para romperles. Y se lo hundió en el pecho.
¿Ah, que se suicidó?
Al jefe. Y era tu jefe.
Sí, sí, sí.
O sea, mataron a tu jefe.
No lo mataron. Ah.
Pero una cicatriz guapa, guapa, ¿eh?
A un tipo que, además, era padre de una niña de dos años.
El jefe. El jefe.
Y el jefe era un hijo de puta con él.
Pagaran un poco.
No, justos por pecadores.
Son como son todos los jefes en Japón.
No era especialmente cruel.
O sea, era ¿por qué?
Porque el japonés te educa y te enseña a base de broncas.
¿Sí?
El japonés no te dice, mira, esto es así, así, así, así.
No.
El japonés te da dos, tres pautas.
Y en el momento en el que la cagas, él va a estar ahí
para corregirte y enseñarte a base de broncas.
¿Por qué?
Porque el japonés, la manera de decir,
te aprecio,
es invierto mi tiempo y mi esfuerzo
en enseñarte lo bien.
Que yo te heche la bronca
y que gaste mis energías en corregirte
quiere decir que tengo un interés y un aprecio por ti.
Porque si no, no te iría nada.
Te despido y fuera.
Hostia, la historia, ¿eh?
Es duro, sí, sí, sí.
¿Siguiste trabajando?
¿Y viste a tu jefe recuperado cuando vio?
Sí, sí, sí.
¿Le comentaste algo o no?
¿Cómo vas a hablar de eso?
¿Cómo no vas a hablar de eso?
¿Qué te acaba de apuñar?
Oye, ¿y qué tal? ¿Cómo estás?
¿Qué te hundió bien ahí en el pecho?
¿Cómo estás, sí? ¿Estás bien de salud?
¿Cómo te has recuperado?
Ni de coña.
No.
Le dices como mucho no sé bienvenido
y ya está.
Y el otro día se le llevaron la policía,
entiendo que son una pena bestia, ¿no?
Sí, habría estado... Si lo hubiera matado,
yo creo que es...
Pena de muerte.
¿Aún funciona pena de muerte en Japón?
Funciona, son casos muy particulares, pero funciona.
Pero en casos de delitos de sangre de japoneses,
yo creo que sí le cae.
Así que estuvo, me parece,
los dos años de pena que se cumplen en Japón
y el resto de la condena la cumplen en tu país.
¿Ah, sí? Sí.
Pero las cárceles de Japón son muy duras, ¿eh?
No lo hubiera dicho. Pensaba que Japón es todo tan protocolo.
¿Y son muy duras? Sí, sí, sí.
Eres un objeto.
¿Te tratan como el culo? Te tratan como el culo.
O sea, ahí no eres una persona.
No eres alguien que...
Quien hay que rehabilitar, ¿no?
No.
Olvídate de buen trato, de psicólogos, de nada.
O sea, no tienes nada.
¿Y son dos años solo en Japón?
Pero luego te devuelven a tu país, ¿entiendes?
Y sigues parando la...
Pero que condena, porque cada país tiene su jurisprudencia.
A lo mejor el delito en Japón son X años,
en España son X menos tres.
No sé cómo esté,
pero en el caso de este chico,
no sé cuántos años le cayeron,
pero después de los dos en Japón lo mandaron nada.
Él era chino.
No creo que sea...
O sea, que endureza, no creo que vaya muy lejos.
Era mestizo de chino con coreano.
Era un crack, el tío. Era un crack.
Era buen cocinero.
Era buen compañero.
Sí, sí, sí, súper simpático, ¿eh?
O sea, los chinos, otra cosa, no.
Pero son simpáticos de cojones. Eso sí que son divertidos.
Yo con los chinos y los taiwaneses
me lo he pasado de puta madre.
Todo lo que les falta... Son muy cerdos.
Son muy cerdos, pero...
En qué sentido, de tipo mujeres o comer,
y de higiene.
Muy bastos.
Los amigos que yo tenía, por lo menos,
no eran muy finos.
Iban a saco.
Pero es verdad que lo que tú decías,
de Japón hacia los otros asiáticos,
hay un racismo importante. Y es real y pasa...
Pero es entre ellos, ¿eh?
Entre ellos.
Los coreanos con los chinos y los japoneses con los chinos,
los coreanos con...
Bueno, los chinos y los japones han tenido muchas movidas históricas.
Sí, sí, sí.
O sea, muchísimas invasiones y contrainvasiones.
Son dos sitios que tienen una historia muy cruel.
A uno, ¿eh?
Desde la política se fomenta...
...ese enemista.
A un, desde Japón.
Desde la política de Japón,
las noticias que ves en los periódicos de China
siempre son negativas.
Pues que no vacilen mucho.
En los cables dirán, hola, ¿qué ejército me va a parar?
Al Winnie-Pooh, que ahora ya no tiene derecho a un autor.
Como al Winnie-Pooh se le enche, ya verás.
Eso no puedes decir que eso ya te van a por ti, ¿eh?
Sí, sí, sí.
Bueno, vamos ya con recta final, pero que va.
Hay unas cuestiones que quiero preguntarte.
Una de ellas son un poco bizarradas, ¿vale?
Porque yo sé que también hay mucha gente...
Hostia, que le encantan las bizarradas en Japón.
Una de ellas son los clubs de hostes.
Sí.
Cuenta lo que es un club de hostes para la gente que no tenga.
Ni idea.
¿Y qué se hace ahí?
Aún siguen existiendo, ¿verdad?
Sí, sí, sí.
¿Y qué se hace ahí? Y hasta donde se llega.
Vale. Hay que indicar que son club de hostes y de hostes.
Y de host, de chicos.
De hostos.
Hay de los dos, ¿vale?
¿Qué son? Son personas...
de compañía
a las cuales tú pagas
para que beban contigo y te entretengan.
En su club.
Bueno, pero esto es muy parecido a lo de las gaysas, ¿no?
Es lo de las gaysas, pero a nivel de calle.
Low cost.
¿Vale? Low cost.
¿Tú tienes la imagen del típico mayor domo
con los guantes así, con la corbatita, la chaqueta, tal?
Mocasines.
Sí.
Muy perfumado.
Y ahora ponle el pelo de los protagonistas
del Final Fantasy XV.
Del Final Fantasy XV.
¿Vale? Con cardados.
Vale.
Pero van tan elegantes vistiendo
a lo mayor domo...
Sí, sí, sí.
Clásico, pero luego te llevan un pelo...
Y luego un pelo engominado así,
en perifollado.
Que tú dices, vaya permanente, te has hecho con ella.
Que hemos viajado los ochenta, ¿no? Eso es.
Eso es un costo.
El ajuste sería el equivalente en chica.
¿Cómo van vestidas?
Porque de mayor domo no creo.
Medio ligeritas de ropa, muy de...
De videoclip de K-pop, de chicas.
Ah.
Así como de estudiante, pero con un top,
con faldita, tal, así, ¿vale?
Tú vas a esos sitios, tú decides
que chica o que chico de compañía quieres,
y lo que haces es
paga su servicio de compañía
y le pagas los tragos
o le puedes pagar para que cante un karaoke
y le puedes decir, oye, cante esta canción, venga conmigo,
¿no? Para que te entretenga.
Lo que estás es comprando a un mono,
pues a un mono que hace lo que tú le dices.
Monos muy bien pagados, por supuesto.
Cuando decimos low cost, comparándolo con geysa,
sigue siendo si no para todos los públicos.
No, no, no, para todos los públicos.
Y la diferencia entre hostes y costo
es que las hostes
son sumisas con los chicos, ¿vale?
Lo que les gusta a los chicos es
sentirse dominante con ellas.
Haz esto, hazlo. Claro, porque como yo pago,
tú vas a hacer lo que yo diga.
Es un tema muy dominante.
Sin embargo, en los hostos,
hacen lo contrario.
Quieren que los hostos sean proactivos.
No quieren un tipo así, un July,
que le digas, haz esto, no, no.
Quieren un tipo que las divierta,
que las entretenga, que tenga...
Sí, eso es. Quieren sentirse seducidas.
Por un playboy.
Es ese perfil de playboy.
¿Pero el playboy japonés?
Son muy descarados.
Yo he visto que un tipo, además,
te abordan en la calle.
¿Ah, sí? No solo están en los clubs,
pero te abordan en la calle.
Yo he visto que los hostos
tienen como proxenetas también, ¿vale?
Tienen un señor
que te dicen a las chicas,
vete a donde es y háblale.
Así, además, el perfil...
¿Sabes el rapero americano?
Con oros, cadenas, anillos...
Así, pero en japonés.
Es un yakuza, ¿no?
Tiene toda la pinta.
Ya pudo un chimpira.
Yakuza guanabí, sí.
Y los chicos son súper...
violentos.
El aspecto de entrar a las... les avasayan
a las mujeres.
Van y les dicen que no quieres contratar,
mira qué guapo estoy, no sé qué he visto,
hasta que les quitan la cartera, a las chicas.
¿Qué? Y las chicas, no, no.
A saco, va, ¿me?
Y si no quieren, les dicen que son unas putas fias y que se vayan.
No.
Sí, sí, sí.
Son súper asquerosos.
A mí me da, no sé, mucho rechazo.
Con los hostos, yo tengo muy mala imagen,
y eso que tuvo un compañero,
era francés,
que trabajaba de hostos, sí.
Hablaba un japonés brutal, ¿eh?
Pues tenía imagen, como tú has dicho antes.
Sí, era guapito, era un...
Era un guapito con barbita, coleta...
Ajá, vale.
Pero llevaba mucho tiempo en Japón,
sabía muy bien manejarse,
sabía las claves, con lo cual...
Bueno, pues ofrecía un servicio de hostos diferente.
Claro.
Muchos estarán pensando, bueno, a ver...
Pagas un acompañamiento,
pagas unas copas,
pagas un rato, pero hay prostitución a ello, ¿no?
Sí.
Sí.
Si quieres.
No estás obligado, ¿eh?
No paga servicio de prostitución,
pero es muy habitual que cuando
un cliente va mucho a un sitio,
siempre elige la misma,
se empiezan a encaprichar,
y ya no le vale solo con tomar una copa con ella,
sino con el cual le va a ofrecer bastante dinero.
Y la chica pues puede decir que sí
o puede decir que no.
Pero yo creo que una hostes o un hosto...
Los dos, ¿eh?
Los dos saben que pueden ganar muchísimo dinero
si se prestan a ello.
No tienen por qué hacerlo,
pero es una parte casi intrínseca
de trabajar de eso.
Pero eso ya no lo haces en el propio club.
No, se los llevarán a un hotel o lo que sea.
Sí, eso es.
Y siguen habiendo clubs de estos...
Apunta para... No solo en Tokio.
No, no, no, en todos los sitios.
Pero los tienes a pide calle,
pero por todos los sitios los ves.
Y además están obligados
a tener una fachada concreta.
¿Tú sabes que es un lobshotel por la fachada?
No, lobshotel no.
Digo, el club de hostes está por todo Japón.
Ah, sí, sí, por todo Japón.
Por todo Japón.
Sí, sí, son clubs donde puedes tomar tragos,
es como un bar, pero donde tienes
servicio de acompañamiento.
¿Puedes solo tomar con un amigo
algo sin contratar a alguien?
No. ¿Ahí tienes que ir sí o sí?
Claro, porque vas porque quieres ese servicio.
Yo ya te digo, yo intenté ir
y no me dejaron entrar.
¿No te dejaron entrar?
¿Por qué eres extranjero?
¿Qué dices?
Claro. Pero si tú tienes dinero y...
Claro, pero imagínate la incomodidad de esa gente.
Es gente que está dispuesta a servir
o a atender o tal.
Pero a Japoneses, tú vas ahí...
Imagínate que voy con los amigos de Japón
y digo, vamos a ver a un club de hostes,
y estoy en la puerta y no me dejarían entrar.
A mí no me dejaron entrar.
Tal vez haya alguno para extranjeros,
si hay algún, por ejemplo,
alguna hostes que hable español,
o sea, español o inglés,
tal vez y digan, bueno, pues,
mira, tú los atiendes, ¿ok?
Pero por norma general, no.
Seguimos con las diferencias ahí,
entre los cerrados que son realmente
en todo.
Es curioso, el tema de los Hotels
dice que tienen una apariencia particular.
Sí. ¿Qué apariencia tienen?
No, no, no, no.
No pueden estar camuflados como un edificio cualquiera.
Tiene que tener
una fachada que sea de castillo de película de Disney.
De castillo de película de Disney, como rojo...
O sea, que tú lo veas y digas...
Esto parece Disneylandia, tío.
De una tres o así...
Te lo juro, ¿eh?
Sí.
Ahora me da esta curiosidad.
Tienes que tener una fachada que sea
lo suficientemente distintiva y llamativa
para que tú sepas que es un lojo hotel.
Tal cual.
No puede haber distinción, porque ahí se va a follar.
Sí.
No es un hotel que una persona normal
contrate para dormir una noche.
Tú puedes ir a dormir.
No es lo normal.
Hay espejos en las habitaciones.
Tomas redondas, yacusi,
luces rojas...
Por dentro es un putiferio absoluto por dentro.
Sí, sí, sí.
Está habiendo habitaciones y el rollo...
Con PlayStation, pantalla de plasma,
servicio de pay per view...
Claro.
Lo que dices tú de la...
De la...
Ay, espérate.
¿Qué está aquí?
Mira. Es esto, ¿no?
Esto es un lojo hotel.
De la peli de Disney y de Hercules, tío.
Tiene que ser así.
¿Tú tienes que verlo?
Sí, sí, yo he visto con gárgolas y todo.
Te lo juro.
Que va a ser el castillo de Drácula.
Pero con las galores a la entrada.
Tiene que quedar muy claro
qué es para lo que es.
Es que Japón es una puta locura.
Estoy mirando esta calle y no entiendo nada.
¿A qué flipas?
Es que no hay nada que yo diga.
Me quedó tranquilo con esto.
Aquí, medio. Pum, venga.
Luego, este balconcito, si no hay ventana.
Es un balcón etéreo.
Que aparecen espíritus.
Yo creo que sí tiene, ¿no?
Ah, pero es muy pequeño, ¿no?
Sí, puede ser.
Como para meter dos pies y buenas tardes.
No sé, todos los carteles...
El hotel Casanova.
Se llama Hotel Casanova.
Ah, vale.
Está una zona que ya se ve.
Cosmos, se van a tener más nombres extranjeros.
De ambientazo, ¿no? Sí, sí, sí.
Y funcionan 24, 24-7, ¿eh?
Japón es una ciudad,
pero lo que comentáis es la otra vez,
que es muy nocturna, ¿no?
Es que no duerme, es la ciudad que no duerme.
Tokyo, es una ciudad que... Sí, sí, sí.
Tienes Sarao todo el día.
Porque muchas veces los que trabajan a la noche
salen camareros, que sello el restaurante,
salen a las 2, 3 de la mañana.
Y les apetece, ¡Jorge!
Tienen bares que están hasta las 7, 8,
o sea, es un non-stop constante.
Tú puedes tener vida nocturna
y dormir durante el día todo lo que quieras.
Tienes tiendas de revistas, librerías abiertas.
De todo. No solo la fiesta, sino de todo.
No solo la fiesta, sino de todo.
Además de los clubs, estos de hostes y tal,
más fricadas de locales están los Mates Café, ¿no?
Los Mates Café, sí.
Eso también, no es una leyenda órbana.
No, existe, existe, claro, claro.
Existen donde te vienen chicas, vestidas de...
Hay muchas temáticas, temáticas muy baratas.
Los Mates Café, sí.
Es de Mates, evidentemente, y son los más comunes,
los más conocidos, que son los de Sirvienta.
Sí. Sirvienta con el plumero, con la cofia, no, pues todo eso.
No hay.
Que no tienes interacción física con ellas.
No hay ningún tipo de prostitución ahí.
Nada. Nada.
Camareras que van disfrazadas.
Quiero estar en un lugar que es como de fantasía,
en el que me viene a atender una chica
que va vestida de X temática.
Hay muchas temáticas. Muchas, ¿no?
La que quieras, sí.
Idol de lo que quieras.
Y bueno, pues hay varios servicios.
El más curioso que yo conocí era en Denton Town,
ahí en Osaka.
La zona friki, vamos a decir, es como Harajuku o Shinryuku.
Y ahí pagabas, tenías varios servicios.
Y pagabas el servicio premium.
Era que la chica te diera una bofetada
y te montara la bronca delante de la gente.
Una bofetada de verdad. Sí.
Sí.
O sea, ya no es que te sirva el café o el té.
Si tú pagas el servicio premium,
te servía el café y te decía,
dame las gracias.
¿Por qué no me estás agradeciendo?
Si he estado aquí preparando el café con todo mi esmero
y tú ni me lo agradeces, eres un desgraciado,
eres, no sé qué, una escalada...
¡Pfff!
Y tú pagabas por eso, tío.
Hostia, tío.
Sí, es verdad que somos jeripollas.
Que la especie humana se va a tomar por culo.
Es que es verdad, si es que lo estábamos buscando.
Si es que lo estamos buscando, somos tontos.
Pagabas para que te pegaron un bofetón y insultaran.
Eso es.
Bueno, es como el BDSM.
La humillación pública, la humillación privada.
En Japón conoció un bar BDSM.
No jodas, un bar. Un bar.
Que podía entrar cualquier persona.
Y la temática era BDSM.
Sí, pero de más moda, con látigos y jaulas, ¿eh?
Y era un bar, a pie de calle.
Sí, sí, sí.
Vale, vale. Tenía un poco el rollo Mazmorril y tal.
Sí, sí, sí.
Pero tú podías ir, aunque sin enterarte, ¿no?
Pero en esa galería en la que bajabas tenías más bares.
Hostia, yo no era Mazmorra.
¿Tomaste algo ahí? Sí.
¿Y te trataron normal?
No, pero fui a hacer una visita a la dueña.
Porque antes había sido camarera de un bar al que yo solía ir.
Y me dijo, no, pues es que un bar de rock y de metal que había.
Oh.
Y me dijo que estaba intentando abrir un bar
con temática Shibari y todo eso, ¿no?
Ah, Shibari es lo que te atan y te atan.
Sí, que le gustaba y que estaba intentando abrir uno, ¿no?
A él le molaba ella. Sí, sí.
Ella hacía eso.
Y cuando lo abrió, pues me avisó y tal,
estamos aquí y bajé de hacerle una visita simplemente.
Hostia. Una copa, quería ver el lugar y ya.
¿Era pequeño?
Bueno, no sé.
¿Cómo esto? Hostia, pues no era tan pequeño, ¿eh?
Estas espacio para colgar a un tipo y darle azotes.
Ah, pero la gente estaba ahí en público.
Claro, claro, claro.
Siento, ofrecía servicios de BDSM en el bar.
Ah, yo pensaba que solo era escénica.
No, no, no, no.
Era un sitio normal. No, no, no.
Tenías servicio tomándote un highball.
Sí, sí, sí. Y ahora me atas y me das unos azotes.
Y la gente mirando ahí porque también habría gente que tomaba algo.
Claro, había máscaras, había caretas.
Es que era only Japan, ¿eh?
Only Japan.
Pero ese no es el más chungo en el que he estado.
A ver qué, a ver qué supera un sitio,
donde a un tío le pueden escupir y tal,
mientras tú tomas un café.
Estuve en un bar que era un tercio de esta habitación.
De esta sala, ¿vale?
Exclusivo para gays.
Mujeres no permitidas,
con un cartel en la entrada.
Vale.
El tipo se hacía llamar Cupidian.
¿Qué significa eso?
Cupidian es una marca de mayonesa
y es un bebé calvo.
Ay, ay, ay, ay, ay, ay.
Vale.
Ya empieza la alarma.
Entras en el sitio y era como una mazmorra también,
lleno de bebes nenuco,
sado masos.
Vale.
Bebes nenuco, los nenuco.
Pero vestidos como de...
Vestidos de sado maso,
colgados con luces rojas,
con una pantalla, con una película por no gay.
Sado maso también, ¿eh?
Sado maso también.
Sado maso también.
La nevera tenía dildos pegados en la puerta,
con cadenas...
Terrible.
Yo quería probar todos los sitios
a los que pudiera entrar y yo quería entrar.
Lo de los bebes, es muy chungo.
No lo ves de fuera.
Era con una puerta blindada,
con una mirilla así.
Que lo típico de...
En ese plan.
En esa misma planta,
tiene una cosa que es que,
como vemos aquí, aquí solo hay dos,
pero estamos hablando de siete edificios donde hay bares.
O sea, tú puedes ir a un bar
que está en la séptima planta,
o a un karaoke que está en la sexta,
o lo que sea.
De un edificio.
Sí, sí, sí.
Y este bar,
en esta segunda planta,
había más bares.
Y yo había salido y digo,
voy a entrar en este.
Estaban. Estaban celebrando una fiesta
de calzoncillos.
Estaban todos, incluido el camarero,
en gallumbo blanco, de señor.
¿Vale? Este tipo bragafaja.
Todos en pelota picada
con el calzoncillo aquel y tú.
Hola.
Me pasa.
Hostia. ¿Y traste?
Entré, entré, entré. Me tomo una copa.
Sí, sí, sí.
Y todo el rollo se mazmorra y todo.
Hostia. Es bestia, ¿eh?
Sí, sí, sí. ¿Y qué te decían?
No, de dónde eres.
Muy simpático, es súper simpático, oye.
Super simpático.
Todo el mal rollo que te podía dar la estética,
en cuanto hablabas, se iba.
Se iba, se iba.
Se va y enseña, me tienes novia, quiero no ver una foto.
Ah, bueno.
Sí, bueno, bueno, que esté en el móvil,
le fui a enseñar tal.
Y a la que me arrimó un poco, me intentó dar un beso.
¿Qué dices? Mira, claro que sí rock'n'roll, ¿no?
Sí, sí, sí, a tope, a tope.
Las tensiones sociales que decíamos antes no estaban.
No.
Eso de no tocar, cuidado, eso ahí se libera.
Nada, nada, nada.
Pero era, te digo, un bar de locas de choca,
a full. Wow.
Mola. Eh, muy guapo, eh, el sitio.
Hombre, a ver, o sea, muy extrafadario.
¿Me ves?
La cosa que dices, uy, pero mola.
O sea, es como una locura.
Sí, sí, para mí no era incómodo, no era que desagradable.
No, no, no, era... Uy, qué curioso, ¿no?
No lo veo en ningún sitio.
¿Hay algún otro tipo de local
que hayas dicho esto solo puede pasar en Japón?
Joaquín, ¿lo acuerdes? No, así chungo, chungo.
No, más chungo no.
No, eso es el top.
Sí, yo creo que es lo más,
lo más, lo más que he visto ha sido eso.
Ese es el más top.
Hemos hablado de muchas cosas de Japón, muchas.
Y algunas de ellas complicadillas.
¿Qué sientes cuando ves al típico motivado,
europeo, español,
que cree que es japonés,
que ha visto 24 ánimes
y cree motivado y motivada,
cree que son japoneses?
Vale, eso tiene un término en inglés, que es weabu.
Weabu.
Los weabus.
Hay muchos, ¿eh? Los japonís guanabí, ¿no?
Los llaman weabus.
¿Qué les diría?
Que disfruten de esa fantasía de Japón, si es no.
Y que si de verdad les gusta Japón tanto,
si tiene esa imagen tan idealizada,
que no se vayan a vivir ahí,
porque les va a estropear el concepto de Japón que tienen.
Y eso es muy feo, porque la ilusión que tienen
y que le ponen al manga, al anime, al cosplay,
que les flipa, que es su vida, que es su pasión,
si van a Japón, es muy probable
que se les caiga el mito
y que acaben renegando
de muchas de sus pasiones.
Hablas de vivir, no de ir a pasar un paro.
No hablo de ver, no hablo de tres meses, seis meses.
Hablo de dos años en el intentar vivir.
A ti te pasó un poco.
Tú no eras tan flipado, pero toda la ilusión que tú tenías de Japón
se va y no ha vuelto.
No ha vuelto, a mí me da un poco de pena
porque he perdido mucha de la pasión que yo tenía.
Cuando cojo un manga o veo un anime, ya no es lo mismo.
No siento lo mismo.
Mató una parte del Japón que yo quería,
que es culpa mía, porque no existe.
El Japón que yo quería no existe, no es real.
Pero ahí está.
También es un poco lo que nos venden.
Claro, es como quien quiere ir a Estados Unidos.
Yo imagino a los mexicanos.
Lo típico, que cruzan el sueño americano que van.
Tienen muchos mexicanos que te dicen...
Sí, estoy viviendo en la frontera,
5 años limpiando letrinas de ilegal en un piso compartiéndolo
con otros 6 mexicanos, con sí latino, lo que sea.
Con miedo de que sí me pillan, me mandan aquí, ¿qué tal?
A ver, si estás en Estados Unidos,
la calidad de vida será mejor que en México.
Depende. Pero no estás viviendo como un americano.
La imagen que tú tienes.
El Japón ya es a muchos niveles,
porque no tan solo es el tema laboral,
es el tema cultural, es el tema social...
Que va más allá, ¿no? O la ilusión.
Ahora pasa mucho con Corea al sur también.
Ahora está viendo como esta...
Hola de... Te va pereza esta gente.
Sí, sí. A mí también me da mucha pereza, no te voy a engañar.
Me da... No me da pena y sí, me da ternura.
Me da ternura y me da envidia, porque son capaces de disfrutar
de algo en la medida en la que yo ya no puedo.
Pero me da un poco de cosa porque digo,
ojo, es que están viviendo una ilusión, una fantasía.
El Japón que ellos tienen en la mente y que dicen
que les va a encantar muchos comentarios,
es que yo debería haber nacido en Japón, ¿no?
Es algo muy habitual, o no, es que Japón es mi país.
O no. No porque no lo sabes, no sabes lo que estás diciendo.
Que no es culpa suya, porque no han vivido la experiencia.
Pero bueno, pues sí, me da un poquito eso de decir, jo...
Que inocente, ¿no? Que inocente.
Vamos ya con lo último, que te quiero pedir un para de anécdotas así, ¿vale?
Que tengo aquí como una selección, ¿no? Venga.
Te quiero pedir la noche más...
La mejor noche que has tenido en Japón, noche más loca,
noche más... Lo que sea la que digas, inolvidable,
solo podría haber pasado en Japón, wow.
Muchas, ¿eh? Eso es muy bueno, mira.
Eso es para Japón lo malo que hemos dicho.
El ambiente nocturno más sano y más divertido,
que he conocido en mi puta vida, te lo juro.
Es divertido, además no puede.
Es un sitio para salir de fiesta, agustísimo, ¿no?
Cero peleas, cero miedo.
Vas a pasártelo bien, sin malos... O sea, cada lugar al que vas,
es una alegría, tío.
Puedes ir en la misma manzana, puedes ir a diez bares diferentes.
No han abierto aún el turismo Japón, porque ya estoy...
Nacho, apúntame rápidamente, Japón.
En el mismo bloque, tío, puedes ir piso por piso, entrando
en dos, tres bares por planta, simplemente para ver qué rollo.
Te tomas una, va a la siguiente, a ver qué decoración hay.
Alentazo y flip.
Hay muchos bares en los que son minúsculos, tienes el cliente de siempre
y el bartender, te pides una, oye, mira, ves, tal, te vas, ya está.
Y tienes otros que son temáticos.
Y uno que trabajera temático de Ghibli, de estudio Ghibli.
¿Qué dices? Al dueño le flipaba
de Totoro, con... Sí, sí, sí, sí, sí.
El... No, never, no, el...
El... Nof?
El Goody Nof. El Goody Nof.
Era de Ghibli. Era el estudio Ghibli.
Un mix de Oasis y estudio Ghibli. Sí, sí, sí.
Que es divertidísimo, cuéntame una noche loca, va, muy loca.
Una noche loca, bueno, yo tengo que decir que a mí me gustaba mucho
terminar la noche en bares que no fueran de japoneses,
de dueños extranjeros.
Y había dos en concreto, que era...
La locura eran el Persepolis y el Kulabá.
El Kulabá es un eucaliptus de Australia.
El tipo era australiano.
Un tipo que había sido deportista
de fútbol americano de rugby en Australia.
Ya venía menos con su tripita y tal.
Fútbol australiano, ¿no? ¿Qué se llama?
No sé cómo se llama. Que es el que chutan...
Pero es como un mix entre rugby y fútbol.
Y el Persepolis era de un tipo iraní.
Bueno, los dos eran mejores amigos.
El australiano y el iraní.
Que curioso.
Andy y Lucas.
Andy y Said.
Vaya dos.
Se llevaban clientes de uno a otro.
Ahora vámonos yo, con todos mis clientes,
dejo a uno de mis empleados atendiendo
y nos vamos a tomar una copa al bar de zulanito.
O sea, se peleaban de decencuando, pero eran...
Cipi Zappe.
Me lo pasaba de puta madre, tío.
Tenías clientes extranjeros y clientes japoneses,
pero muy habituados al extranjero.
Ahí conocí, bueno, gays japoneses homosexuales.
Hay un chico al rey que era estupendo, era un amor.
Claro, no había salido el armario,
pero tenía la mayor pluma que he visto en mi vida.
Ahí hablaba, sí, era súper divertido.
Un tipo que era un 10, te daba brazos, besos...
Ostia.
Mis padres y todos los demás... Oye, diles esto, pero era otro.
No parte de Japón eso. No, un tipo súper...
Hablaba muy bien inglés, por cierto.
Y era divertidísimo, tío.
Tragos bailables, ponían... Hacían sesiones de DJ.
Ostia. Te decían, ¿quieres atender?
Entra, como era camarero yo de otro bar.
Decían, venga, entra, entra y échame una mano.
Y te ponías ahí a atender tú también.
Y había mucha gente ahí, o qué, en lo que es de clientela y tal.
Sí, sí, sí, se movía.
Había también chicas, había ligoteo, había gente de todo.
Había de todo.
Ahí, en el bar de Andy,
he tenido una de las cosas más bizarras que me ha pasado nunca.
Y es que una chica me puso una japonesa, me puso contra la pared,
me levantó la camiseta...
Y ahí quería chuparlo todo, la mujer.
En el bar, en público.
Pero eso es irreal, ¿no? En Japón.
Bueno, a ver, que no pasa ni aquí,
que te vengas a una tía, te quite la ropa.
Te levanta la camiseta y se pone a chuparte el pezón.
Es muy loco. ¿Cómo termino eso?
Termino que me fui para casa. No jodas, te asustaste.
Está muy zumbada, tío. Estaba muy zumbada.
¿Qué más japonesa haga esto? Sí, sí.
Japonesa, que además tenía un novio canadiense, que no sé qué.
Uy, uy, se complica.
No, pero la tía estaba medio zumbada.
No es muy normal eso, claro. Sí, sí, sí.
Hostia.
Además estaba con su amiga, que era...
Qué guapa es mi amiga, ¿verdad?
Que mi amiga es muy guapa, ¿no?
Intentando validarse para que tú le digas tal...
Bueno...
Bueno... En otra ocasión,
en el bar este de Locky Metal,
que, por cierto, ahí estuve con los...
con los gamas, ahí, que dieron un concierto.
Hostia, acá hay Hansen, es grande.
Hostia, qué guapo. Sí, sí.
Porque se los llevaban a todos, a ese bar.
Después de los conciertos que daban en Osaka, todos los llevaban ahí.
Y yo recuerdo que era entre semana.
Con él estaba medio vacío.
Estábamos dos personas.
Y de repente entra un salarimán.
Típico gordito, trajeado, gafitas, con su maletín, ¿no?
Y empezamos a tomar y empezamos a hablar.
Y me enseñó, mira, pues esto es lo que yo hago.
Era ingeniero, mis proyectos, tal.
Tú estabas trabajando ahí. Él.
No, no, no. Tú estabas de cliente.
Y ahí, bueno, pues empezamos a hablar.
El tipo tomando más y más, cada vez, cada vez.
Y llegó un grupo de chavales que yo calculo que tenían 18 o 19.
Era un joven, es 4.
Y el tipo como que se vino arriba.
Se vino arriba. Es una mesa aparte ellos.
Y de repente pusieron a Reis against.
¡Oh!
Es una típica.
Empezó ahí, killing the name of.
Pum-pum-pum, a cantar, a cantar.
A cantar, tengo calor, tengo calor, me quito la camisa.
Tengo más calor, me quito los pantalones.
Y el tipo acabó en calzoncillos.
Y no en pelota picada, porque no le dejaron.
Ah, porque se iba a quitar los calzoncillos.
La camarera le dijo, chch, basta.
Y estaba cantando cuál playback,
como si estuviera en Eurovisión el solo,
dando el número y acercándose a los chavales de 19 años
que debían de estar flipando,
bailándoles así con tonel, killing the name of.
Ojo, porque además los chavales ya flipados, dijeron,
esto palinsta, tío. Y lo grabaron.
Y el tipo déjate que lejos de cortarse
era como si estuvieran en el escenario
y lo estuvieran grabando, tío.
Se acercaba a la cámara, cantando y bailando.
Brutal. Hostia. Brutal.
¿Cómo terminó ese tío? La calle, ¿no?
Le dijeron, al segundo intentó de bajarse los calzoncillos.
Ya vino la camarera y le dijo, perdona, pero no.
Lo echaron. Ya se vistió y se le bajó el pedo.
Bueno, le bajaron los ánimos, que ya se estaba muy pasada de vuelta.
Y ya se fue. No le echaron, pero...
Sí, pero ya era como... El show se ha terminado.
Ya cortarlo yo, ¿por qué no? Eso se ha terminado.
Hostia, son historias que parece que no puedan pasar en Japón,
que es como tan estructurado, de repente tienes un striptease ahí.
Flipas. Y has tenido alguna...
Aunque Japón es tan seguro.
Has tenido alguna de yacuzas, peña, chimpiras...
¿Qué hayas tenido algún momento de decir?
No, los he visto, los chimpiras los ves,
porque son los que más quieren demostrar que son gangstas.
Van con chándal, ¿no? Con chándal,
los dragones dorados aquí... Bueno, ese es el peyo, ¿no?
Yo creo que el yacuza, de verdad, es un tipo trajeado.
No es un payaso vestido de... ¿Y esos se meten con la gente?
Los yacuzas, ¿no? No, los chimpiras, sí.
Son los que hacen el trabajo sucio, los que molestan...
Son los que hacen méritos... ¿A un europeo le irían a decir algo?
No, no. Es como dos mundos paralelos.
Sí, sí, sí.
Claro, también es verdad que la yacuza, por lo que tengo entendido,
está en un muy mal momento, sino que está desapareciendo
y que hay yacuzas que son humbles...
Ya no, ya es una cosa, ya no es necesario.
Fíjate hasta qué punto, ¿eh?
En Japón todo está unido y todo está cohesionado.
La yacuza ya no es necesaria y se la van a quitar de encima, seguramente.
La yacuza está en extinción, sí.
El sistema actual no tiene cabida.
¿Por qué ya no es necesario?
Porque no, porque en un momento dado, pues...
La yacuza era muy potente, tenía mucho dinero,
ayudaba mucho en uno de los grandes terremotos.
Los primeros que ayudaron, que llevaron camiones con suministros,
fue la yacuza, a la gente necesitada.
Se quedó sin casa y la yacuza fletó camiones, metió comida
y se lo llevó a la gente.
Con lo cual, bueno, están metidos en todo, en política.
Es un poquito como en México y en los mercos.
No se entiende el estado, la política, el banco sin...
Sin esos contactos, pues un poquito lo mismo.
Si quitas a los yacuzas y retira su dinero, seguramente...
La economía es posible que quiebre.
Ahora ya se lo van a quitar de encima.
Porque en los últimos años ya no hace falta.
Es que yo voy a comentar que varios yacuzas estaban malviviendo.
Ya no había trabajo para ellos.
¿Qué hacen?
Aogan tanto, los japoneses no toman acciones en sí,
pero hagan tanto el sistema, el ecosistema en el que viven
los yacuzas, que no tienen recursos.
No tienen recursos, la gente se va a la calle
o no aumenta el número
y al final que se van quedando cuatro, se van quedando cuatro,
las generaciones no entran al negocio y desaparecen.
Yo creo que estos son los últimos estertores de violencia
de los yacuzas.
Se suelen ver, es verdad, los bozos o cu,
que son los motoristas.
El típico grupo de motoristas que están...
Dando por culo en la calle, esos sí que quedan todavía.
Son como bandas de moto semi-violentas, vamos a decir.
Sí.
Pero yo he visto persecuciones en Japón.
Un Lamborghini a toda hostia, un Lamborghini negro.
Y detrás, quien tenía en la policía.
¿Qué es esto?
Mi Hamilton conducía así, entre coches.
No jodas.
Es un puto crack.
Un crack, yo decía, no se ha matado, tío.
Pero sí, va.
Como en las películas, tío.
¿Qué ves ahí, el Fast & Furious que van ahí?
Hay una de Tokio, realmente, de Fast & Furious,
que es la 3 o la 2 o algo así.
Tokyo Vice, ¿no?
¿Tokio Vice es la serie esta?
¿Lo has visto? Sí, algo he visto.
¿Es representativa? Sí, no.
¿Exagera un poco? Sí, a ver, es ficción.
La realidad es ficcional.
Es un caso real, de un periodista y tal.
Pero sí, al final, bueno,
que hacen el personaje principal,
que el extranjero, que viene a cambiar la mentalidad japonesa,
una puta mierda, ya te digo yo.
Ya te digo yo que no los cambia, ni a tiros.
Ni Jesucristo. Pero bueno.
Pues bueno, quería hacer uno corto.
¿Y cuánto llevamos, Nacho? 3...
2.50. 2.50.
Y se nos han quedado temas por aquí.
Dime uno que te apetezca mucho.
Y luego queda la netota paranormal.
¿Tienes alguna para saberlo?
Mira, me quedaba una que estará para ti.
A ver si, sí.
Conocí, estuve en un lugar que se llama Purple Haze.
Que era muy chiquitito, de karaoke y bebidas.
Sí.
Ahora ya se llama Purple Garden y el dueño ya no está.
Y lo interesante de ahí era el dueño.
Que era río.
Él decía que era el Asamurai.
¡Ayam deras, Asamurai! ¿Te decía eso?
Sí, que ya no había Asamurai en Japón.
Él era el último.
Era un tipo metalero con greñas.
Es más.
Creo que...
Creo que Rainbow.
El Rainbow de Dio.
No, Deep Purple.
Deep Purple.
Salió, no sé qué cantante, creo que Dio salió.
Hicieron...
Se apuntó a un casting para ser vocalista.
Él.
En Japón tenían Loudness.
Era un grupo que cantaba en inglés.
De heavy, de hard rock, muy bueno.
Él era un personaje.
Un personaje que cantaba que flipas.
De verdad.
Había postulado, pero el tío tenía una voz.
Se cantaba el Titanic.
De Celine Dion y la cantaba que te cagas, ¿eh?
Sí.
Hostia.
Te cantaba toda una voz.
El tipo, además eso, con melenas.
Tica pinta.
No sé si te suena Gironobu Kageyama.
El cantante de Dragon Ball.
Hostia, del original.
Con esa melenita...
Se parecía clavadísimo.
Clavadísimo, tío.
Y se iba mucho para allá.
Ahí iba lo que podía.
Esa es la primera vez que fue Japón.
Ya cuando volví, había ido un par de veces antes, ¿eh?
Ya cuando volví eran dos hermanas,
que eran pescateras.
Y que habían comprado el negocio.
Era puta mierda.
¿Era Zorozaka también?
Sí. ¿Por qué se dio en Penozaka? ¿Por qué no Tokio?
Porque no sé.
No quería ir a Tokio, tío.
Porque todo el mundo iba a Tokio.
Era el diferente único y especial.
Yo decía, no quiero ir a Tokio.
¿Y te arrepientes? No.
Para nada. Hostia, es muy claro.
¿Qué es que hubieras vivido peor en Tokio?
Sí.
Más caro, supongo, todo, ¿no?
No sé si más caro, pero es más frío.
Yo creo que Osaka tiene
como un ambiente más rural,
como de pueblo, la gente es más cálida.
Hay mucha cultura de la comida,
que es lo que yo decía.
Que es lo que yo decía, que a mí me encanta.
Y eres muy familiar, tío.
Para mí, Osaka llegó a ser un sitio muy familiar
dentro de lo frío que es Japón.
Claro. De toda la locura de Japón, ¿no?
Pero sí, sí, yo llegué a estar.
Tenía amigos no japoneses.
No me faltaba yo.
Iba mis bares.
Hombre tal, hombre cual, ven.
Una copa, te invito.
Tenía mis zonas, la que eras, el puto amo.
Claro. El puto amo en cuanto a contactos.
Sí, pero...
¿Eres fácil de distinguir?
Sí, no sé qué. No sé quién preguntando por ti.
Hostia. Eres el rey de la noche, ¿no?
No eres el rey, pero se crea una dinámica
que es maravilloso.
¿Le echas de menos eso? Sí.
Claro, claro.
Desde que salió Japón, ya...
Mis noches de cuerga.
Mis noches de neón.
Sí, son de buenas tardes.
Son las 11 ya.
Las 11 y venga.
Algo de Netflix a la cama.
También la pandemia ha ido.
Hemos decaído.
No es lo mismo la noche que a mí me ofrecía
el país vasco ni de coña.
Es que ni Barcelona, ni Madrid.
Nada.
Nada que ver.
Con los karaoke.
Que se determina la noche y no has visto nada todavía.
Es una pasada.
Nada más ganas, pero es que de coger
un avión privado para meterme ahí
escondido a ver si puedo...
Si puedo entrar... Una gozada.
¿Recomiendas o saca también?
Si vas con alguien que habla japonés,
vamos, el 1.000%.
¡Garas todo!
Te comunicas, pregúntale esto.
Dile a ver si tiene tal.
Lo flipas.
Y ya se animan a hablar contigo.
Si hay un intérprete, van...
Se animan más.
Es una pasada, es una gozada.
Lo mejor de Japón, aparte de los konbini,
es la vida nocturna.
Los konbini son los supermercadillos.
Sí, los konbini store.
Que están leve, laos, boxos.
Serían los pakis, pero bien.
Pero currados, muy limpios, grandes.
Bueno, grandes quizás no tanto, pero bueno,
con muy blancos, ¿no?
Sí, tienen luminosos.
Tienen ropa, en seres aseo personal,
tarjetas de móviles, comida,
congelados, camisetas,
todo lo que...
Pagas facturas en el konbini,
puedes comprar billetes,
comprar juegos, accesos, todo.
Hay algún otro tema que haya quedado
en el tintero importante.
Déjame que lo mire.
Algo que...
Esto es muy de la abuela.
Me había apuntado porque luego se me van a olvidar.
Esto es muy de la yaía.
Con una libretita, falta un subrayador.
No, yo creo que anécdotas así importantes...
Hemos hecho una buena recopilación, ¿no?
Hay más, pero no se pueden contar.
¡Ve!
¿Es eso o qué? No.
Sin decirla.
Pero solo de qué temática.
Bueno, de índole...
Índole gibirí, gibirí...
De sepso.
Hay muchas cosas, que es muy loco.
No puedes contar nada ni que no seas tuyo.
Es muy fuerte, es muy loco.
Quedaríamos chocaos.
Sí, yo creo que sí.
No es malo, ¿eh? Pero es que dices tú.
¡Uh!
Mal rollo.
Pero no se puede decir. Quedas feo.
Quedas fanfareón, queda feo y no se puede decir.
Pero fanfareón, si es algo que has vivido o que te han contado.
Me han contado, me han contado.
Tengo un amigo que... Tengo un amigo, la clásica.
Al final, si es verdad que la noche te da para muchas anécdotas
y muchas, por respeto...
Pero claro, pero con las cuentas.
A ver, sobre todo, si esa persona implicada o personas
podrían hacerse coclado.
No, pero aunque sean japonesas, no me gusta.
No me gusta.
Voy a contar una que sí se puede.
Que no es una anécdota, una chica.
Yo me acuerdo que en ese bar de Ghibli, el Guti Noff,
ese pequeñito, había una chica muy mona, muy tal.
Y salió el tema de que le gustaba ser maguro.
Maguro es atún.
¿Cómo atún? Atún.
En japonés es maguro.
El pez, el pez.
Pero maguro, en términos sexuales,
significa chica no activa en el sexo.
Una estrella de mar.
Exacto. Y eso te lo dijo ella.
Y eso, delante de todos los clientes.
No es una buena carta.
Estábamos hablando y comentando...
Y yo les decía, yo no entiendo...
Cuando estás en el sexo, lo que quieres es que la otra persona
participe, que te demuestre que también se lo está pasando bien.
Y la verdad es que no entiendo cómo puede haber alguien
que disfruta de ser pasiva.
Pasiva total.
Porque ella me decía, no, no, yo es que me tumbo y que me hagan.
Así, o sea, yo me imaginaba así.
Estaba en almohada y...
Hasta ojos cerrados, yo me imagino.
De estar, esperate, que estoy aquí leyendo las noticias,
apuntándome así.
Y apuntando mañana.
Tengo que ir a las diez.
¿No? Sí.
Tienes cosas así.
Terminos como maguro.
Me vas a permitir dos más, que son del slang.
Uno es kamatoto.
Kamatoto es lo que nosotros diríamos...
Mosquita muerta.
Es una persona que finge que no sabe nada.
Que finge que no sabe nada.
Pero sabe de todo.
Eso pasa en el tema sexual también, ¿no?
Que, ojo, dicen que las burico son las más kamatoto.
Las burico son como las gote y glolita.
Pero de arrosita.
Vale.
Muy color chicle.
Con muchos volantitos blancos.
Esas dicen que son las más fieras.
Yo no tengo el placer.
Pero esas dicen que son las más kamatoto.
Son muy fresita, muy así.
Y luego en la cama no veas.
Luego guerra mundial.
Y el otro es tsutsumotase.
Tsutsumotase.
Es un término que no existe aquí.
Básicamente es que un chico y una chica,
que se conocen, se ponen de acuerdo
para tangar a un tercero.
Atimarlo.
Entonces, ¿qué hacen la chica?
Se pone a tomar con esa persona, con el objetivo,
como si fuera una chica normal o la tal.
Hostia.
¿Qué te he visto? Me invitas a una copa.
El otro se piensa que está ligando.
O que se lo está pasando bien.
Vamos a un karaoke.
Seguimos la fiesta y cuando está en el karaoke,
la tipa llama al colega.
Y el colega viene y a extorsionarla.
Le dice, no, no.
Tú has estado disfrutando la compañía de la chica.
Ahora me tienes que pagar.
Y dices que no ya está.
Al pagar qué?
De Japón, no.
Y te pones contra la pareja, te empujas.
El tipo ya se ha cagado encima.
Aquí es otro mundo, claro.
¿Quién haría eso? No tiene sentido.
Pero ahí la gente...
Existe ese término, ¿no?
Tsutsumotase.
Y esos son dos...
Es raro, además. Es una palabra que significa chico chica,
que timan.
Es una pareja que tima un tercero,
haciéndole creer que está conociendo a una persona
y en el momento más íntimo aparece él
a extorsionarlo.
¿Tienes alguna otra palabra que no exista en español
y que sea una de estas combinaciones raras?
Benjomechi, por ejemplo.
¿Eso qué significa?
Eso significa comer en el baño.
¿Tú te imaginas estar sentado en la taza del batter
comiéndote...?
Hay una palabra, pero hay una palabra...
Es una combinación. Benjomechi.
¿Qué es el concepto de comer en el baño?
Esto puede ser bien porque te sientes incómodo
y que te miren los compañeros.
Hay gente a la que le da palo comer, ¿no?
No que yo conozca.
No me gusta que me vean comer en público.
Si no son colegas...
Entonces, muchos estudiantes
no les da cosa comer delante de otros
y se van al baño...
¿En la taza?
Sí, comiendo en la taza.
Como alguien haya dejado la bomba atómica ahí.
Imagínate.
Eso es un effluvio...
también.
También puede darse en empresas en las que tú no quieres molestar
a los demás compañeros.
Ojo cuidado, porque en las empresas,
si tú estás comiendo el vento,
el vento es la típica caja...
Están estando jonudas, por cierto.
Eso sí lo he hecho de menos.
Esa es la fiesta.
En el que tú si abres y esos ventos
muchas veces los tienes que calentar en microondas,
lo abres y eso emana olores, evidentemente.
Oye, una chuleta, un arroz o lo que sea, ¿no?
Estás molestando a los compañeros
que no están comiendo, porque están en el ordenador,
están a sus cosas y tú estás con tus olores molestando.
¿Qué haces? ¿Te vas al baño a comer?
Qué exagerado.
Hay muchas cosas de éstas.
Muchos términos que son muy locos,
pero que dicen...
Me dijiste uno el otro día que era muy loco.
¿Cuál?
Me pasaste por WhatsApp.
Mira lo por si acaso. A ver si lo tengo que apuntar.
Era largo. Era una palabra...
Era una palabra muy larga.
Puna, no sé.
A ver.
No, no. O sea, si no fue por...
Por WhatsApp.
Y no debe estar lejos.
Sí, es...
Ah, no, era ésta.
Era ésta de comer en los baños de la oficina
para no molestar.
Era ésta.
Sí, bueno, hay muchas más.
No sé.
No sé. Vamos a ver.
Tengo que ir unas poquitas.
Ya terminamos con esto. Si no, vamos a dormir tarde.
Hay un término...
Hay un término que es...
Tsundoku.
Que es para denominar esa pila de libros
que ha sido comprando y que tienes pendientes de leer.
¿Sabes?
La pila de la vergüenza que dices,
está me la leo y ves otro libro y dices,
que guapo, esto me lo voy a leer.
Y lo vas apilando ahí, todos tenemos esa pila de libros pendientes.
El DVD también puede ser de películas.
Es que yo casi no acumulo nada de esto,
pero si lo he visto en casa de colegas y tal.
Bueno, esto qué es.
O sea, tiene un nombre, eso.
Sí, sí, sí, sí.
Hay otro que es, por ejemplo, cuando no tiene antojo,
se dice cuchiga sabichí.
Que la boca está solitaria.
Quiere compañía.
Me gusta el concepto.
Porque eso se puede aplicar en muchas cosas.
No tengo hambre, pero se me antoja esto.
Cuchiga sabichí.
Está me la voy a apuntar, si voy a Japón.
Y otro, que se suele usar mucho a las mujeres,
que es betsubara.
Betsubara significa el otro estómago.
Es decir,
¿quieres algo más?
O ya estás, no, ya estoy satisfecha.
Llega el postre, bueno.
Creo que voy a pedir, no sé qué, hija puta.
No te has terminado las lentejas,
pero cuando temen en el menú de postres,
ahí sí quieres, ¿no?
Bueno, pues es el betsubara.
Hostia.
Que te guardas para el postre.
Claro, para la segunda parte.
Hostia.
Tienen un montón muy interesantes.
Mira qué te parece.
Has pasado de hace unos años,
que seguramente sería Goku o Naruto,
ahora te has vuelto proamericano.
Y a pie de esto,
a pie de esto,
me lo regaló mi compañera Raquel.
A dinar un saludo desde aquí.
Qué bien hilado.
Y no me quiero olvidar de mi compañera
que me ha dicho, saludame.
Saludame como si fuera, vamos.
Eres mojabraba máximo.
Un saludo, Sara, desde aquí te saludo.
Que quede constante.
O sea, patente, perdón.
Así que, bueno, para mis dos amigas.
Las mejores del mundo.
Semi japonesas, además.
Nacidas en Kyoto.
Dos monjas, dos monjitas, ya te digo yo.
Y Geisas en sus tiempos libres.
Geisas españolas.
Aquí podría ser Geisas que te hace pan con tomate,
que sea una geisha que te hace una paella.
Y luego, ¿qué podría hacer? Te baila una jota.
Claro, tendríamos que tener la geisha española.
Lo equivalente, claro.
Que sería una bailadora de flamenco.
Que luego te toca la guitarrita.
Que te toca una guitarrita, te canta.
¿No hay la figura del geisho?
No, en Japón no existe.
El hombre que hace esto no existe, ¿no?
Es una cultura tan machista que, al final, es...
¿Sabes qué pasa?
Que la mujer tiene una gracilidad que el hombre no.
Uy, hay hombres muy graciles.
En la mentalidad japonesa.
La delicadeza.
Es como el pétalo de la flor.
Ya te presentaré alguna que de flor.
Ya, ya. De flor.
Más espina, más espina.
Bueno, escúchame.
Ya está. Porque ya han hecho putos desaparecer del mundo.
Te ha sido Japón un rato, ¿eh?
No, es un crack.
Dar más un crack.
Y mira que llevamos dos podcasts seguidos.
Hemos entrado a las cuatro y son las 12 y pico.
Tela, ¿eh?
O sea, ha sido una dosis
amplia
de noticias, de tamaño.
Fíjate. Y de Japón.
Y más cosas que tienes que ver con Kira, ¿eh?
Para hacer más simposios.
Y ahora lo que tienes que hacer
es firmar...
Bueno, creo que el retrolador negro no funciona.
Así que te doy el blanco y en alguna zona que sea oscura
tienes que hacer cualquier cosa.
Firmar dibujo...
Si me permites que salga del pleno, yo tengo un bolinero.
Bueno, vale, vas a coger una parte más...
Más...
¡Clara! Pues ya está, ¿no?
En el oscurillo.
Lo que tú quieras, dibujo, dedicatoria...
¿Qué haces?
6 años de buena suerte.
Quien lo toca, son 6 años de buena suerte.
No hay fallo.
Y además están prometidos por mí.
Sí, sí.
Y ya los tienes.
¿Ah, pero hay escondidicatoria?
¿Aquí la hecha? Está un cubata.
O sea, Piquem me hizo un cubata, como no.
¿O sea, qué buena letra tiene?
¿Sí?
Sí, sí, sí.
Muy buena letra, ¿no?
Más estar guay en la lista, Dharma.
Claro que sí, te has pasado bien, ¿no?
Me lo he pasado de puta madre.
Has disfrutado esta experiencia, muchísimo.
Bueno, eso es lo importante.
Ha merecido la pena la palicia al viaje.
Los 14 horas de...
Madre mía, y la que me queda.
Eso no ha sido el tren bala, ¿eh?
No, no ha sido...
Ni sin cáncer ni nada.
Podrías utilizarse en una bala.
Sí, pero bueno, encantado.
Además, pues con el compañero tan mayor.
Nos vemos la semana que viene, amigos.
Acerca el 18 de junio.
25 horas de directo interrumpido.
En streaming, locura absoluta.
Con espectáculo, con de todo.
Y ahora, Dharma va a despedir este podcast.
La cámara es esto.
Me estás pidiendo que sea espontáneo.
Ni en mi propia sección.
Soy espontáneamente bueno.
Adiós, simplemente.
Algo japonés, podéis quedar como un puto rey.
Es muy pasacarte a la chorra.
Al momento, japonés.
Pero va a ser japonés en plan tirado.
Venga.
Ya quiero a Kokomades.
Matane... ¿y qué ha dicho?
Ya está.
Que hoy es... O sea, hoy es hasta aquí.
Ya se terminó.
Un saludo.