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Este The Wild Project es, y de verdad, como siempre digo, el pesado muy especial para
mí, pero es muy especial. Totalmente en serio porque uno de los primeros libros que yo leí
vamos a decir para adultos cuando tendría unos 11 años más o menos fue la tabla de
Flandes. Un libro de misterio en el cual el ajedrez tenía una parte muy importante.
En ese momento, a duras penas sabía mover tres piezas de ajedrez, pero me encantó. Y
eso, que era muy pequeñito y ahí se toca ante más de asesinatos, misterio y tal, me
fascinó. Luego leí el club Dumas. Y no me fijaba ni quién era escritor, porque
con esas edades a duras penas te enteras de las cosas. No seguramente no lo entendí
ni bien, luego lo re-leí, lo entendí mejor. Por eso mismo, yo creo que una parte importante
de mi amor por la literatura está aquí delante. Y estoy emocionado, estoy un poco modo fanboy,
voy a tener que controlarme. Para mí es un honor, un placer tener Arturo Pérez Reberte
en igual proyecto. Muchas gracias, gracias por recibirme aquí.
Y te voy a decir una cosa también, gracias a Gervasio, porque es que ha sido un poco
el impulsor, Gervasio Sánchez, de esta conexión. Ha sido un poco pesado, ¿no?
Bueno, Gervasio es muy intenso, lo pasé muy bien, tienes que ir con él, es un tío estupendo,
ve con él, ve con él. Si Gerva lo avala, pues aquí estoy.
El podcast de Gervasio, yo creo que es uno de los favoritos de todo el mundo, es un podcast
largo, es un podcast duro, con ciertos momentos complicados, porque hablamos, al final, tema
de la guerra, la muerte, la miseria humana. Pero también está muy bien, yo quiero hablar
de estas cosas en un sitio así, que hay mucha gente joven que lo está viendo, y al final
es la vida. No todo es ilusión y caminos de rosas, también se tiene que hablar, ¿no?
Y gente como Gerva, que tiene una experiencia prolongada, larga, una experiencia de haber
visto a las cosas de cerca, de verdad, no se lo han contado, no son películas, ni internet,
sino que lo ha visto él, pues en vez de su experiencia es muy importante, claro, saber
la cosa de primera mano siempre es bueno. Para muchos, Arturo será un escritor de
grandísimo éxito, me gustaría hacer un poco de trayectoria y una parte importante,
muy importante de tu vida, fueron 21 años, ¿no?, de reportero de guerra. Pero antes
de eso, me gustaría simplemente conocer un poquito cómo era Arturo Pérez Reberte
de niño. ¿Cómo te dio, de pequeñito, para tener la idea de mayor, pues voy a meterme
en conflictos bélicos y a mostrar la realidad del mundo? ¿Ya tenías esa pasión por la literatura
de pequeño? ¿Cómo eras tú? Era el lector, lo sigo siendo. Yo leía mucho, crecí en
casa con biblioteca grande, lo cual la ayuda mucho también. Y bueno, un día dije, bueno,
en el mundo de verdad es así, las cosas son como en los libros. Hay chicas guapas, aventur,
compañeros, heroicos, hay lugares, burceles raros en Bangkok y caravanas por el desierto
y guerras y piratas y dije, bueno, pues voy a acercarme a ver si es verdad, ¿no? Entonces
los libros, digamos, me hicieron salir de casa. Yo nací en un puerto junto al mar,
el mar no es un obstáculo, es un camino para la gente que nace en esos lugares. Y entonces,
bueno, pues un día me eché a la mochila y me fui a ver. Empecé a caminar con libros
en la mochila, a ver si era verdad lo que había leído, ¿no? A ver si conocía a chicas
guapas, amigos, amigos, generosos y leales, malvados, enemigos, malvados. Y bueno, y durante
21 años anduve por esa, en la isla de los piratas, digamos, ¿no? Y fue una experiencia,
realmente vi que sí, que había de todo, no era como yo había creído, era diferente,
pero bueno, pero viví en ese mundo y ahora, al regreso de ese mundo, con lo que me traje
la mochila con eso escribo, ¿no? Cuando empezaste a ver el mundo, ya de un poquito
más mayor, encontraste la vida de libro que habías visto en esas historias, ¿te superó
la realidad, la ficción o te decepcionó? Es distinto, o sea, no se parecía, no se
parecía, en realidad era mucho más amarga, mucho más real, ¿no? Para un joven de 18,
20 años la aventura es la aventura, ¿no? Uno pues es todo adrenalina y es todo ilusión
y es toda ambición y eso es de patear el mundo. Después ya ves, no, después ya ves
que la vida tiene lados muy oscuros, tiene rincones muy peligrosos, tiene... Y bueno,
y entonces ya te va templando, digamos, ¿no? Pero lo que pasa es que yo tenía una gran
ventaja y eso, la ventaja de ese lector es que cuando llegué a esos lugares y yo veía
cosas, ya las había leído, yo veía la guerra, veía la gente matar o sufrir, arder una
ciudad y todo eso y lo llevo ya en un libro. Entonces yo te... Los libros me ayudaron
a entender, ¿no? Sin libros, supongo que esa vida tan, tan turbulenta durante tantos
años me habría lo mejor quizás arrastrado con ella, ¿no? Pero los libros me ayudaban
a serenarme, ¿no? Me ayudaban a interpretar. Claro, yo veía y digo, claro, ese es Héctor
Entrólla o ese es el Capitán Trueno, o es quien sea no, o es el Kennedy del Leopardo,
o es D'Artagnan, reconocía en el mundo que me rodeaba y eso me permitió, me permitió
comprender mejor ese mundo y después también me daban consuelo. Cuando había mucho horror,
mucho dolor, mucho sufrimiento, ponerte en un rincón, una linterna, ya leer un libro,
¿no? Te ayudaba a serenarte, era una especie de analgésico, te quitaba el dolor, no te
lo quitaba, digamos, te ayudaba a soportar el dolor.
Tú estudiaste, si no me equivoco, periodismo en Madrid. Sí. ¿Por qué te dio por eso
por ir a conflictos bélicos, por lo que era un periodismo menos peligroso, incluso para
tu propia salud? ¿Qué es lo que te llamaba la atención de la guerra, de la batalla?
Yo no fui a la guerra por la guerra, yo fui a la guerra y a la guerra me la encontré,
viajé a Oriente Medio y me encontré en una guerra y me di cuenta de aquello era un mundo
especial. Me di cuenta de que en la guerra uno, en un día, descubría, veía cosas que
a lo mejor tardaría 10 años en ver en una vida normal. Me di cuenta de que el ser humano
en la guerra, y eso lo aprendí muy prontito, en la guerra al saltar el barniz de la civilización,
al saltar, digamos, la educación, la moral, convencional, al haber impunidad para hacer
barbaridades, el ser humano humanista más como era. Entonces para mí me quedé fascinado,
via el ser humano en lo que era de verdad, en lo que era de malo y también de bueno.
Entonces digamos que la guerra fue una escuela de aprendizaje muy intensa, donde tanto el
horror como tanto el horror oscuro como lo hermoso del ser humano se manifestaban con
mucha intensidad. Y eso me quedé fascinado. La guerra fue como ir a una universidad, hacer
un máster de vida acelerado y me quedé allí 21 años. Yo dije quiero ver esto, quiero seguir
viviendo esto, quiero aprender, quiero aprender de esta escuela y aprender también sobre
ti mismo, claro, sobre tu sometido a eso, también tu cabeza, tu cuerpo, todo tu evolucionas
y cambias, te estudias a ti mismo. Y fue muy interesante, muy muy interesante, muy interesante.
Todo lo que sea de bueno o de malo, todo lo que las fees que tengo todavía y los desprecios
que todavía por el ser humano los aprendí en la guerra.
Entiendo que estar tantos años en en en zonas de conflicto te cambia para siempre.
Bueno, también te cambias el juez o ser abogado, ser médico de urgencias o ser tasista, no
todo cambia. Yo no encuentro gran diferencia, únicamente que a lo mejor lo que el tasista
o el abogado o el juez tardan 10 años en ver, a lo mejor lo veía en tres días o en
tres semanas o en tres meses. La única que hacer es la intensidad, te asomas a la vida,
la vida es la misma, pero hay mucha forma de acercarse a ella. Pero claro, la guerra
es una, es un, además hay varias fases. Hay una fase primera adrenalina y una fase segunda
de horror, una tercera fase de reflexión, una cuarta fase de serenidad y de... la guerra
es muy compleja, es muy compleja.
Pero la gente que ve las guerras en la tele, incluso ahora que está con todo el tema de
Ucrania o que ha visto mil guerras en películas, incluso ficciones o ha leído sobre la guerra,
la diferencia entre leerla, verla y estar ahí, ¿es abismal? O la gente que está leyendo,
informándose puede hacerse una idea de lo que es, o hasta que no te la encuentras, no
eres consciente.
No hay que verla.
Hay que estar.
O sea, todo hay que olerla. La guerra huele, la guerra tiene un olor, un olor que solo es
de la guerra nada más.
¿Y a qué es ese olor?
Es muy sencillo de explicar, hay que ser, cualquiera de estos sabe que me refiero. Huele
como una especie de carne podrida y plástico quemado y basura vieja.
No es un buen olor, precisamente.
No, no es un buen olor, no se queda aquí, mira, es una cosa singular.
Yo llegué a la semana de los de las Torres Gemelas, yo llegué a Nueva York a presentar
un libro mío en inglés, de lo que se publicaban allí, y entonces estaba con mi agente literario,
llegué a mi hotel, cuando bajo del taxi, bajo del taxi le digo a Howard, a mi agente
le digo a Howard, entonces me lo huele, aquí huele a guerra.
Dice claro que las Torres Gemelas están a dos manzanas de aquí.
Ese olor lo reconocí, lo reconocí porque ahora lo tenía en la naricia y en la cabeza,
y es el mismo olor.
Las Torres Gemelas solían a guerra también.
Sí, fue un ataque de guerra, pero sin conflicto abierto en sus países.
Claro, ese olor de destrucción, de plástico quemado, basura, se queda en la...
Todavía ahora lo...
¿Aún lo reconocerías rápido, no?
No lo conocería, no lo huele afortunadamente, pero lo tengo en la cabeza, lo tengo, es imposible
de escribir.
Hay que olerlo.
¿La guerra te puede volver loco?
Sí, claro, hay gente a la que ha vuelto lo que a la guerra.
Sí, absolutamente.
¿Sabes qué pasa?
La guerra es cada vez que la guerra depende, como seas, hay gente que está, digamos, preparada
psicologicamente para soportar tanto la guerra allí como el paro aquí o un accidente de
coche.
¿La situación no existe?
Hablamos del horror.
El horror, ¿no?
La guerra, insisto, es el horror muy intenso.
Hay gente que está más preparada, que es más serena, más equilibrada intelectualmente,
pero psicologicamente entonces puede... bueno, tú eres psicólogo, tú eso puedes entenderlo
perfectamente.
Y gente que no hay gente que se le va a la pinza o aguanta muy poco, o gente que aguanta
muy bien, pero a la semana o a los diez días ya se descompone.
Hay un caso, por ejemplo, un ejemplo que es Paco Custodio, que es un camar excelente,
un gran amigo mío, había estado conmigo en Eritrea, en sitios muy duros, ¿no?
Y estuvo en Sarajevo, estábamos en Sarajevo, y el tipo rodaba, me maravilla, tal, ni nada,
y un duty y dijo, Arturo, se acabó, no puedo más.
Había matado a una chica que nos ociamos, dijo, no puedo más, y terminó, me voy.
Y dije, fue una razón, le di un abrazo, ha cumplido, hasta ahí llegó él, ¿no?
Perdón, cada uno tiene sus límites y sus cosas, ¿no?
Pero digamos que si eres tranquilo, si tienes un carácter tranquilo, si tienes una especie
de estoicismo personal, si asumes el horror y el dolor como parte de la vida, pues la
guerra es más soportable que si no.
Ahora, si vas a la guerra en plan turista de, bueno, esto, tal, aquí, tal, mecherito,
si es saber aquí el dolor, el horror, tal, termina llorando y te vas, y como decía Márquez,
me el cámara mío, decía, es que si lloro no puedo enfocar.
Hostia.
Y es verdad, claro, ¿no?
Sí, sí.
Es que allí vas a hacer un trabajo.
Claro, es que hay que entender una cosa, Jordi, es que nosotros, yo en toda la guerra ya no
lo sé, éramos profesionales, éramos, éramos, éramos tu trabajo.
Entonces, claro, tú no vas allí a, a, tú vas allí a contar lo que hay.
Eso plantea problemas muy serios, ¿no?
Es decir, si arde un, un colegio con niños dentro, filmas o ayudas.
Entonces, iba a preguntar eso en un momento determinado.
Es que es una situación concreta, no, no colegio, era un, era un orfanato, era una bomba
en Sarajevo.
Lo he visto eso tú.
Sí, que yo no voy a Sarajevo y haber niños dentro, entonces yo llegué, llegó Márquez
mi cámara, el cámara, llegamos allí, y bueno, ya, yo estaba viendo, entonces bueno,
yo, yo, esperando, pues la verdad, tenía que firmar primero, entonces al final cuando
dije, ya, ya, entonces me metí, esperé un minuto y entré, ¿no?
Y cuando saqué un niño, pasé delante y dije, oye, oye, ¿si quieres ayudar?
Hasta enfermera, cabrón, me dijo mi cámara.
Y tenía razón, yo había ido allí a contar lo que pasaba, no a sacar niños, para eso
estaban otros.
Entonces esa, pero bueno, al final no pudeis saquear el niño, no, bueno, a los niños.
Quiero decir con esto que la, la, la lucha continua entre, entre, digamos, ética moral
o sentimientos y, y la, y la, y el trabajo que estás haciendo es continua para un, para
un periodista.
Eso causa un montón de, de, de complicaciones que después cuando estás en los delas olas,
en la botella con los amigos o cuando han pasado los años los tienes en la cabeza, te acuerdas
de eso, ¿no?
O sea, es, es, es una, es el eterno drama de los periodistas, ¿no?, ayudar o, o contar.
Claro, tú imagínate, ¿no?, que hay un hombre en el mercado de Sarajevo, 25 muertos y 30
y tantos heridos.
Tú llegas allí, empiezas, bueno, empiezas, ¿qué haces?, pues, pues, te pones a, a ayudar,
pero también tienes que grabar.
Entonces tienes que compaginar, porque si, si, si ayuda, si no grabas, mira tu jefe,
vale, estupendo, eres un chico estupendo, pero vente para acá, porque la CNN acaba
de dar las imágenes y solo no las tenemos, ¿no?
Entonces, ese hacer compatible el trabajo con la, con el legado, la compasión o la,
o la solidaridad o lo que quieras, es muy complicado, produce grandes y grandes periodistas
han tenido terribles problemas éticos y morales y de ese tipo y grandes remordimientos
o los hemos tenido, porque, porque es, no es fácil.
Cuando te encontrabas ante estas situaciones, hemos visto que en el tema del, del orfanato
entraste, pero habrá muchas otras que habrás tenido, pues, bueno, la decisión de primero
informo o primero ayudo.
Claro, o no, o no has podido, o no has podido.
Claro, está sin posibilidad.
Gente a la que no puedes ayudar, ¿no?
Claro.
Gente a la que estás viendo en una calle, gente que le están tirando y hay una familia
que está tirada en una, en una, apelada a un portal en el otro lado de la calle y
no puedes cruzar porque están tirando y entonces estás grabando, sabiendo que, que, que, que
no los vas a poder ayudar y estás ahí, el cámara, toma, focas o estás así, el cámara
está filmando, tal y lo ves ahí que, pero no puedes, no puedes, no puedes cruzar porque
te van a matar sin cruzas, a veces cruzas, las cosas como son.
A veces lo, lo, te harás jugado.
Pero otra vez es, pues, pero otra veces no cruzas, ¿no?
Y después te quedas, ¿no?
No cruce, de, quizá debí cruzar, ¿no?
Quizá debí.
Claro, es que el, el, es, no, no es fácil, es que no se puede juzgar.
Es complicada.
Te puedo, te puedo poner miles de ejemplos, Dobriña, Sarajevo también, que una bomba
y entonces había un niño pequeño, yo entonces tenía una hija, mi hija tenía entonces siete
o ocho años, tenía, tenía la, tenía la de mi hija, ¿no?
Pero lo cogimos, lo agarramos, el chiquillo estaba reventado, nos vimos al coche y echamos
a toda pastilla para el hospital, para llevarlo al hospital, el chiquillo se iba desangrando
en, en, en, yo le tapaba, en, en, y te aclines en los agujeros y decía, no te duermas y
el que iba, se iba, se iba, se iba y llegó, el que llegó muerto, ¿no?
Y entonces, bueno, y, y, y me quedé con toda la ropa mojada de sangre y en las uñas y no
había agua y tres días tuve trabajando con la, con la camisa y con las uñas.
Entonces, claro, por muy duro que seas, por muy curtido estés en tu trabajo, eso lo tienes
en la cabeza y te acompaña y si todo eso te perturba no vales para ese trabajo, que
te perturba en lo, en lo profesional, quiero decirlo, ¿no?
Entonces, bueno, hacer eso compatible con, con, no es fácil, por eso no hay que juzgar
nunca a un, a un reportero allí, todos, todos tienen, todos tienen, todos tienen rincones,
rincones personales que, muy amargos, muy amargos.
Por eso, cuando alguien hace bien su trabajo es admirable, ¿no?
Yo cuando veo, ahora ya no voy, ¿no?
Pero cuando veo un único intervisión que hace un buen buen y me doy cuenta lo que está
pasando, ¿no?
Y el tío tal ha hecho tal, yo qué bien que, que, o es otro que está metiendo en el
hotel y no sale ahí, todo el rato con el checo antiguo a las envidadas.
Eso no son reporteros de guerra.
No, sí lo son.
Que a mí no le gustaba mucho ese rollo, ¿eh?
Sí, lo despreciaba mucho.
Lo despreciaba mucho, ¿eh?
Decía que eso no era reportero de guerra, ¿eh?
Bueno, es que hay gente eso que va dos días y dice, ¿sí?
Reporto lo de guerra.
Y no ha salido del hotel de cinco estrellas, ¿eh?
Por eso es de todo, no todo el mundo diría por qué ser, por qué ser...
Para ir a trincheras, ¿no?
Valiente, claro.
¿El primer momento en reportero de guerra es cuando estás solo en el hotel?
El primer momento es cuando lo puedes transmitir.
Cuando todo eso no vale para nada.
Cuando has pasado por riesgos, has hecho cosas a veces de las que no estás orgulloso,
cuando has faltado a la humanidad, o has pasado peligros o por tu causa, porque estabas
allí y ha habido gente que a veces es muy elegente por tu culpa, ¿no?
Sí.
Claro.
¿Qué te refieres?
Pues, a lo mejor estás con grabando y entonces el de frente ve que hay ahí barullo y tiene
una bomba, ¿eh?
Como una atracción de atracción de...
O sea, una cámara es muy llamativo, ¿no? o a lo mejor un chico de una cámara y dice,
la cámara, voy a hacer el macho del veo, ¿no?
Eso ha pasado, ¿no?
Ha pasado.
Bueno, pues...
Claro, eso vas acumulando, vas acumulando remordimientos y acumulas lugares oscuros
y acumulas...
Pero lo peor es cuando dices, ¿tú esto no ha valido para nada?
¿Por qué no he podido transmitir?
Porque he sido al diablo de la conexión, porque no tenía un teléfono, porque llegó
tarde el telediario y porque...
Y esto es ahí para contarlo, ¿no?
En la guerra todo periodista te dice que va la guerra por primera vez, por malo humanidad
y está mintiendo.
Un reportero va la guerra primera vez por adrenalina.
Por aventura.
Por aventura.
Por aventura.
La primera guerra...
Y también de todos, ¿no?
La primera guerra siempre es aventura.
Hasta San Jerva, hasta San Jerva, que es San Jervas, yo...
Sí, sí, se lo cortaba.
La primera guerra fue por adrenalina.
Después que alguna vez ya estás allí, entonces ya...
Y una vez ya tienes la dosis primera de adrenalina, entonces ya empiezas a evolucionar.
Entonces, según como seas, te haces compasivo, te ayudas, en fin, ya vas cambiando, ¿no?
Pero el primer impulso siempre es, siempre es adrenalina.
Después y al final eres profesional.
Y después hay...
Después al final...
Ah, esto es muy complicado preguntarlo así.
No, pero me encanta eso.
Es a finales.
Yo no sé si me estoy viendo psicología.
Esa es bien.
¿Por qué?
Al final, ¿sabes qué pasa?
Al final, desarrollas o bien haces dos cosas, o desarrollas una especie de cinismo suave
que te permite trabajar sobrevivir o bien te transformas en alguien como Jerva, ¿no?
Te hace...
Quieres ayudar, ¿no?
Son las dos actitudes del periodista.
El periodista, digamos, misionero o apóstolo o salvador o colaborador o ayudar, o el periodista
cinico que hace su trabajo, intenta no sentirse emocionalmente, ¿no?
Bueno, Jerva es del grupo de los que...
De los que los...
Porque Jerva es muy buena persona, entonces claro, a Jerva la guerra lo transformó para
bien, ¿no?
Lo hizo querer ayudar, ¿no?
¿Y tú qué tipo eras?
Yo era un profesional, yo contaba en mi trabajo.
A mí me andaban para que yo contaba lo que estaba pasando, tanto allí como en donde
fuera, allí en el Salvador, en Nicaragua, en el Líbano, en el Hiritán de fuera.
Entonces yo contaba, mira esto lo que hay.
Entonces lo que yo en el hotel, cuando volvía y mi cámara iba dejando mayas, huellas de
sangre en el suelo, el dibujo de la bota de mi cámara en el suelo, ¿no?
Y sentamos ahí los dos, me miramos callados con un cigarrillo, una botella, tal, y estabas
allí, ¿no?
Y estabas o solo o una chica o yo que sé lo que fuera, ¿no?
Y ellos no ya venían ya el...
Pero eso es después, eso es cosa tuya, ¿no?
No estás contando...
Yo nunca conté mis sentimientos en la tele, a veces me indignaba, en trabajo me indignaba,
hay crónicas mías, ahí están, que se me nota que estoy enfadado, insulto a Solana,
una vez estuve enganche con Solana en directo por televisión y usted está en Brusal, yo
estoy en Sarajevo, no sabe de qué está hablando.
Pero intenta ser frío, objetivo contar, aquí un muerto, aquí dos muertos, aquí 20 muertos,
aquí los...
La bomba está atar y ustedes, que son los espectadores, jude lo que están viendo, ¿no?
Pero después cuando te vas te quedas solo, todo eso empieza de vueltas y los recuerdos,
las imágenes del niño, las uñas o lo que sean, lo que has visto, lo que no has podido
ayudar, es que la guerra es un sitio muy turbio, muy complejo, como te he dicho.
No está tan claro, eso es bien y el mal, además eso es bien y el mal.
Muy dogmático, ¿no?
Muy creación humana.
Yo he visto gente por la mañana, héroe que hay por la tarde perversa o al revés, por
la mañana cobarde y por la tarde maravilloso, te pongo un ejemplo.
No sé, la guerra, ¿no?
En Eritrea en el año 77 yo estaba con los Eritreos, en la batalla de Sene, era el único
pero he estado con ellos, yo tenía disentería, echaba sangre, estaba muy mal, estaba muy
mal.
Y los tíos me cuidaban, eran mis hermanos, yo he visto con ellos dos meses y esperando
esa batalla, ¿no?
Me cuidaban, yo estaba muy mal, eran como mis hermanos y ese día a la 4 de la mañana
atacaron a Sene y yo entre con ellos en la ciudad y bueno, chicos de 16 años, 17 años
luchando de una manera por sus deber, su patria, lo que tú quieras llamar, por sus ideas
o porque tenían que estar ahí, ¿cómo es?
Y lucharon, hicieron cosas admirables y por la tarde cuando tomaron la ciudad los mismos
chicos violaron, mataron y saquearon, los mismos chicos que yo admiraba y lo todavía
pienso yo sí lo sigo queriendo, ¿no? y decía, Arturo, yo decía no, no, no, no, no, no,
no, no.
Y yo había algún y yo te dije, ¿cómo no intervenías?
Y si violaban, ¿cómo no intervenía?
Yo decía, no, no debes violar porque, porque violar es malo, a los Eritreos, eso está
mal, no debes hacerlo y me iba a hacer caso, yo podía interponer.
Y en ese momento por supuesto.
Como no, pues me parece muy mal que no intervenías, no, no, por otro lado si me des intervendré,
no os preocupes.
Quiero decir con esto que el bien y el mal son conceptos muy, muy relativos, ¿no?
Y las mismas personas tú y yo, cometidos a situaciones diferentes, podemos ser lo mejor
o lo peor, ese es el ser humano y por eso, por eso sabes con la edad ahora tengo 71 años
y lo que más desprecio en el mundo, lo que más odio en el mundo es los idiotas que trazan
líneas, maniqueas, diciendo esto es bueno y esto es malo, esto es blanco y esto es negro,
no tienen ni puta idea, Jordi, ni puta idea, todo es gris, todo es gris, tú y yo somos
grises, ellos son grises, todos somos grises, depende del momento, la venganza, la ambición,
la lujuria, la soledad, el miedo, hay un montón de factores que hacen el ser humano, se comportan
de formas diferentes, nadie es bueno y nadie es malo.
Por eso, por eso, pero en estos tiempos de estupidez y de que hemos cambiado las ideas
por los sentimientos, bueno, pues es muy difícil hacer entender eso, ¿no?
Entonces, cuando lo dices, cuando te riesgas y lo dices porque crees que es útil decir
lo crees que es, que ayudas diciendo que eso es así, dices, ah, la, fascista, machista,
tal, insensible, ese tipo de cosas, ¿no? No entienden, no entienden, no entienden, pero
bueno, era la edad que tengo, me da igual que entienden, no, no, quien entiende, entiende
y está.
Claro.
Luego hablaremos del tema más literario, tú y yo.
Pues está bien, ahora está mirándote los tatuajes, ¿sabes qué es este punto de tener
un tatuaje?
¿No tienes ninguno?
No tengo ninguno, pero yo decía en Beirut en año, en año 74, fui a mi primera guerra
en el sur del Líbano y en la Guerra de Chipre y, y estaba en Beirut, Beirut antes de la,
de que petar la Guerra Gorda, se Beirut, como en las películas de tipos con el Tarbus
Rojo, Fumato Rárguile, ahí tal, ahí fue un barrio así.
Lorens de Arabia.
Sí, absolutamente.
Qué malo ya.
Se brulla desapareció.
Ya no existe, no tal cual.
Y entonces fui, estoy hasta en ese barrio, entonces había un tatuador y entonces había
una serpiente que tenía pinta muy bonita, una serpiente preciosa y entonces dije, me
la voy a hacer.
Entonces me senté con él, me puse el brazo para una serpiente aquí, pero cuando iba
allá a meterme la aguja, dije, no, o sea, soy periodista, una serpiente para mi me han
identificado en aquellos tiempos el tatuaje no era como ahora.
No, no, no.
Se tatuaban los legionarios, los marinos y las prostitutas, creo que nadie más, me parece
nadie más, ¿no?
Y entonces dije, bueno, pero tatúa igual a lo mejor después, algún día tengo que
pasar un advertido y me reconocí, entonces dije, dije, no, entonces le di cinco libras
a Iván esa, dije, no, ya me tatué, pero estuve a punto, a punto de tener mi tatuaje.
¿Y nunca ha dado por hacer un remember y tatuarte en algún sentido?
No, pues después ya el tatuaje ya se puso ya más de moda y ya no había, pero en aquel
momento estuve aparte, yo soy marino, yo tenía, digamos, justificación aquí al tiempo para
hacerme, ¿no?
Pero no decidí que no, no, y ya pasó un buen tiempo, entonces conmigo es muy tatuado.
Geros, que es un fotógrafo estupendo y grafitero, gran amigo mío, está tipo tatuado, tiene
más que tú, es más muy bonito, preciosos, muy bonito, muy bonito, pero no, me gustan
los tatuajes, tengo los tatuajes, pero yo no me tatúo.
No hubiera dicho nunca por eso que Arturo, pero es reverte, casi estuve a punto de tatuarse.
Pero si estuve así, y con el brazo de su dolla, apunto así en la mesa.
Para mucha gente que estará allá con la imagen, ¿no?, lo que decías tú antes, que te etiqueta
ni tal, imagínate, o sea, es que el tatuaje se asoce con algo mucho más moderno.
Tenía 20 años, un pantalón maquina, una camisa de algodón, una mochila y el mundo
de un lugar fascinante, un mundo de un lugar...
¿Lo sigue siendo?
Lo sigue siendo.
Si luego es que yo ya tengo mi dosis, ahora se lo dejo otra.
Ya la fascinación, ya que lo disfruten otros, ¿no?
Tú imagínate a los 20 años salir de entonces, el mundo no estaba globalizado, no había
teléfonos móviles, no había internet, una mochila y a viajar por el mundo áfrica...
Mi primer viaje, sí, yo con 22 años empecé a viajar, y claro, y bueno, antes de viajar
en Petoleos, bueno, pero digamos el viaje solo con mochila fose, ¿no?, de guerras
y tal.
Imagínate el mundo, ¿no?
No existía el sida ni siquiera todavía, lo cual hay que entender lo que es el mundo
tan diferente, ¿no?
No era...
Tengo también a entender la vida, las relaciones humanas, tú pones a un chico con 20 años,
una mochila, pues eso, en Bangkok, o en África, o en América, o en durmiendo en locales
de los más raros y...
Sordo, ¿no?
Sí, en un autobús y haciendo otro estroco mochila, por ahí parí a los sintios, y
cada día he tenido de guerrilleros y de narcos y de putas y de traficantes y de guerrilleras,
y yo que sé, ¿no?, enamorándote de mujeres raras, interesantes...
¿Has tenido amores con mujeres que hoy en día serías imposible?
De eso no, vamos a hablar, pero bueno, digamos que cuando eres joven, todas esas cosas son
posibles, no son posibles.
Entonces, claro, fue una juventud, era más con libros, además, ¿no?, tú llegabas
al mes, estabas esperando que los guerrilleros te recogieran en cartún para ir a tal, estás
en un hotel 20 días, ¿por qué hacías pues leer y reaccionar, te bajabas al bar, salías
a conocer a la gente y eso, y tal, era una vida muy... fue una vida apasionante, una
vida fascinante.
Tu primer viaje, entonces, fue en Beirut?
No, mi viaje fue un viaje en Petroleros, navegando, pero, digamos, el primer viaje, digamos,
de adrenalina, de acción, de tiros, de tal, fue Beirut y la guerrilla.
Estás reportero de guerra ahí.
Sí, bueno, empecé a serlo ahí, pero yo empecé a serlo antes de tener la carrera.
Antes de terminar la carrera.
Sí, sí, sí.
¿La fuiste ahí?
Claro, ahora, lo que tú dices, hoy está muy globalizado, es tan fácil.
¿Quieres ver cómo es un cualquier ciudad del mundo?
La buscas en Google, la tienes, en ese momento, no.
No, fíjate, yo hacía fotos y a todos, a lo mejor, después tienes que ligar tu raza
fata en Iberia, en Guinea, o en Nigeria, para que te mandearán las fotos a tu período
que las revelarán y las publicaran, claro, los carnetes de fotos, ese tipo de cosas,
o un amigo piloto, o un cazador, bueno, ya tengo otro un cazador en Sudan, en un pueblo
ahí español, en el dueño de una discoteca que se llama Pussycat, de Barcelona, y le
di unas fotos para llevarme a Iberia, las entrego a los 15 días, ¿no?
Y las se publicaron.
Hija, a ver, en un mundo, ahora estamos, están hechos a un mundo rápido y globalizado, que
ahora tarda cinco minutos y ya no vale lo que has hecho, ¿no?
Pero, entonces, estabas un mes en África, o tres meses ya la vuelta de reportaje, sale
en primera página, era otro tiempo distinto, por eso me fui, después de la guerra del
golfo, vi que esto estaba cambiando mucho, aguante todavía la guerra de los balcones,
y después de Sarajevo dije, saca, voy, ya, ya, estoy mayor para esto, el mundo que viene,
es, tecnológicamente es un mundo al que no me quiero adaptar, me iba a pillar demasiado
mayor ya, así que las novelas me dan una, me dan una salida digna y cómoda y que más
quiero navegar y escribir, así que me voy y me fui, por eso.
O sea, que tú te dejaste el reportero de guerra por una, por una conjunción, ¿no?
Estabas cansado ya del mundo ese.
Sobre todo hay, es que hay muchos factores, quizá algunos son demasiado personales, pero
digamos que llegué esa fase en la cual empiezan, dejas de creer en tu trabajo.
Yo le digo, me pasé tres años los balcones diciendo, miren ustedes la mierda esta, miren
ustedes lo muerto, miren ustedes esto, ¿no?
Y nadie hacía nada.
Hay que ver que a mí es que las ve ahora y son llamadas de auxilio, por favor, hagan
algo, o sea, y yo, y yo no debía, no era mi, mi trabajo a pedir auxilio, yo era contarlo,
pero yo empezaba a implicarme ya, estaba ya tan harto del ser humano, de los políticos
europeos, del gobierno español, del gobierno de la Unión Europea, de los hijos de puta,
de todos los colores con escopeta, estaba tan harto que ya se me notaba, ¿no?
Empezaba a perder el respeto a más a los espectadores, ¿no?
Y entonces ya eso ya era más grave.
Y dije, no, me tengo que ir, me tengo que ir porque al día me terminé insultando a
alguien directo y esto no puede ser.
Y nadie me fui, pero no me fui por, me fui porque estaba harto, harto, harto, harto.
Y tenía, por suerte, las novelas me permitían, me daban un respaldo económico importante,
tenía mi velero que quería navegar, dije, bueno, pues se acabó y lo dejé ahí está.
¿Crees que sin las novelas, sin el éxito como escritor, hubieras hecho el paso de dejarlo
igualmente o hubieras aguantado un poquito más?
No, lo habría dejado también.
Lo habrías dejado.
Lo habría hecho otra cosa, quizá ahora estaría navegando, no estaría en el barco viviendo,
pero lo habría dejado.
El periódico periódico estaba muerto ya.
Pues escribí Territorio Comanche, fue mi despedida, fue mi despedida del periódico.
Dice, ahora que me hui, quiero que sepáis cómo se ve desde dentro, ¿no?
Territorio Comanche, Despertó Sentimientos, que es un libro que recomiendas espectacular.
Describí, o sea, Despertó Sentimientos, fue muy criticado en su momento.
Y alabado fue las dos cosas.
Muy controvertido.
Sí, ¿por qué?
¿Entendiste las críticas?
Sí, claro, claro.
A mí me gustaba salir ahí, cómo salía, claro, pero es que yo he contado la verdad,
he contado cómo era este oficio, para lo bueno y para lo malo, ¿no?
Por eso tengo que, Territorio Comanche, a la hierba, ¿no?
Y para que veas cómo es que me ha gustado una cosa con hierba, para que veas cómo es
hierba de buena gente.
Estábamos en Bucover y estamos, los servicios están muy cerca, tiran con morteros, morteros
de 60 milímetros, entonces tú cambias, tienes prácticas a ver, oyes, tú, oyes, la salida
del mortero que tiran los servicios, tiran cerca de ti a unos 700 metros, oyes, el túm
del mortero.
Por eso ven, en caer el mortero, pues unos 30 segundos, ¿no?
Y estábamos un día, Marque del Cámara, yo y hierba allí, y entonces yo digo, ¡tum!
Digo, ¡herba, mortero!
Y entonces, digo, tengo 30 segundos, ¿no?
Y yo se hubiese, ¿qué?
Digo, mortero, y dice, yo también te quiero, ¿no?
Dio, no, gilipollas, mortero, mortero, y me agacho, y ¡pum!
Y hierba se agacho, cayó, me agallo lejos, y cuando vi que Marque y mi cámara estaba
grabando a Jeroz y le cayé encima para tener a Jeroa hecho filetes en el telediario.
Qué bueno.
Dice, yo también te quiero, y ser a Jeroa.
Le cuadraba más el amor que no el mortero, ¿eh?
Era un pedazo de pa, era un pedazo de pa.
Te contó la neutra famosa del hotel, del hotel.
Que subiste arriba, tú.
Sí, sí, sí.
Bueno, es que hablaremos un poquito de la guerra a los balcanes, porque es yo que...
Se parece mucho a ésta.
Se parece mucho a ésta.
¿Está recordando la guerra de Ucrania a los balcanes?
Mucho.
¿Sí?
¿Crees que va a ser tan grave?
Va a ser más grave.
¿Va a ser más grave por las consecuencias que puede tener o la guerra en sí?
La guerra en sí.
La guerra en sí.
Sobre todo, no crees que se termine pronto?
No creo.
Me voy a equivocar, yo no soy tampoco un politólogo, ni una divino, pero mi instinto, mi olfato
de viejo reportero me dice que esto va a morir mucha gente y va a haber mucha destrucción,
va a haber mucha sangre.
No va a ser una guerra fácil de acabar con ello, ¿no?
Los géneros son duros, los eslabos son duros y crueles, los dos son duros y crueles, los
dos bandos, los géneros son muy valientes, luchan por su casa, sus familias, los rusos
su técnica es aplastar, aplastar, aplastar, un combate callejero es muy costoso para
el que ataca, porque tienen muchas bajas, toda la forma de evitarlo es más destruir
la ciudad.
¿Qué es lo que están haciendo ahora?
Me temo que lo que van a hacer los rusos va a ser justamente destruir antes de entrar
¿no?
Pues chicos de tu edad, ¿qué de tu edad?
Chicos de 18 años, ¿qué van a estar ahí?
Yo cuando los veía, ¿sabes qué pasa?
Que los he visto, los veía de estos países, sus mujeres y sus hijos y volvés otra vez
para allá con los fusiles, tal.
Y pensar que decía esos tíos que a lo mejor son, no sé, a lo mejor no son buenas personas
ni son maltratadores, yo qué sé, o cobardes o viles, o sin embargo en ese momento están
ahí, ¿no?
Dándome eso a mujeres y sus hijos y se van a luchar para defenderlos, a lo mejor esos
5 minutos lo redimen, ¿no?
O sea que el ser humano, ese no es un hijo de puta en la vida normal, ¿no?
Ese padre que a lo mejor maltrata a los mujeres ya que se ve su tal, pero el tío se va al
tío a luchar porque tienes que ir, ¿no?
Porque estuvo de ver y porque van tus amigos y claro, o sea, hasta los peores de los seres
humanos pueden tener 5 minutos de decencia o de heroísmo o de honradez o de lo que sea,
¿no?
Pues no puedes nunca condenar al ser humano de una manera taxativa porque siempre hay
un resquizo de secuela.
Y pues otros personajes en los libros siempre son muy grises.
Claro, yo nunca iba a ir malos ni buenos, eso es verdad, yo te iba a decir, me ha acordado
toda cosa ahora, claro, imagínate, cada vez que la guerra es un lugar muy complejo, hay
que tener tu eres pacifista, ¿no? No quiero la guerra, ¿vale? Pero estás en el colegio,
eso lo he visto, ¿no? Iban tus compañeros de clase, se alistan, ¿cómo no te vas a alistar
tú si van tus compañeros de toda la vida a tus amigos?
Mira, en Croatia en el año 92 una vez tuvimos en un combate donde habían las dos unidades
que había eran chiquillos de 15, 16 años y 17 años de un colegio, los dos cursos se
habían alistado y los jefes eran sus profesores.
Y yo decía, ¿por qué esta?
Y decía, estoy aquí porque mis compañeros han venido, ¿no?
¿Cómo no voy a venir?
Y eso es, eso me comovía, ¿no?
O sea, y estaban muertos de miedo, pero van tus compañeros, ¿no?
Eres antibilicista, no quiero luchar, no quiero malestar, pero ¿cómo vas a dejar a Manolo,
a Paco, a Pepe y tú te vas a quedar en casa?
Pues te vas con Manolo a Paco y Pepe, vean, es el profe, el profe es tu jefe, todo eso
es...
Un grupo de sociedad.
Y fíjate, la escena que más recuerdo después le dieron muy fuerte y le dieron, murieron
muchos de esos chiquillos, pero y el profesor también murió, pero recuerdo cuando íbamos
hacia allá una amanecer gris, una mañana gris, caminando sobre la gravilla del suelo
que hacía al caminar, los críos están blancos de miedo, todos estábamos blancos de miedo
y el profesor les iba pintando en las manos, en el dorso, el grupo sanguíneo con rotulador
a los chiquillos.
¿Qué grupo tienes?
Cero positivo les pintaba, cero positivo, tiene, a negativo, a negativo les pintaba.
Gente que no había disparado nunca nada, niños que de instituto.
Algunos no estuvieron, no fueron soldados ni cinco minutos, murieron en cuanto empezó
el ataque.
Bueno, quiero decir que son, todo eso te quede en la memoria y vas a comunar, es caro cuando
oyes tontería, y por qué te caberé hacia...
¿Por qué viste lo que es importante?
Cómo no voy a cabrear, ojalá pudiera hubiera un escánero ahora que tanta tecnología
moderna, que te enchufen la oreja y puedas eso, y puedas las imágenes puedas para que
veáis, ¿no?
Entonces, es que el ser humano no, es que no, menos, es que es una guerra civil, tema
tal, evidentemente que en España, claro que sí, el bando republicano, el bando bueno
y el bando nacional, el bando malo, claro que sí, por supuesto, pero ¿qué pasa?
Un chaval de 16 años porque fuera falangistor requete, iba a ser peor que un chaval, porque
fuera comunista o fue republicano, otra cosa es la idea, otra cosa es el que está malo,
pero el ser humano, porque cayó allí, porque su padre, yo que sé ahí, por mil razones,
porque te pilló, te pilló en la zona, mira mis padres, mis padres eran chicos de buena
familia y lucharon con el bando republicano, mi padre y mi tío Antonio, y mi tío Lorenzo,
y mi abuelo, ¿no? Y era, o sea, que es que nunca, nunca sabes, ¿no? Los azares de la
guerra y de la vida, por eso, yo digo, la lección que tengo es que con la edad, lo que más
desprecio es la estupidez, antes, antes quería que los malos eran lo peor, ¿no? Un malo
al malo, no, no, no, lo peor es el estupido, ¿por qué sabes qué pasa? Juntas un malo
con mil estupides y tienes mil humalos. La manipulación, y será hoy en día, más
fácil que nunca, más fácil que nunca, basta un tuit, aunque sea fake, basta un tuit, basta
una consina, una frase, basta cualquier cosa. Entonces, claro, si no tienes el momento en
que si no tienes, por eso es tan importante la educación, la educación de verdad, el
conocimiento, la educación de esta, de tal sino el saber, el conocer, el entender, porque
cuando llegue el manipulador, dices, para cabrón, ¿qué me estás diciendo? No me
encuentres milongas, o sea, pero si no, te llevan a cualquiera, te llevan al huerto, el
que es huérfano, cualquiera le dice, hola, soy tu padre y se lo cree, ¿no? Entonces,
y por eso es tan, me entristece tanto cuando los jóvenes que tienen, pues sabes qué pasa,
mis teléfonos son teléfonos muy antiguos, yo uso un Nokia, uso un Nokia de la vieja
general, bueno, pero en los vuestros, en los que tiene mi hija, en los vuestros, en esos
teléfonos, tenéis con hacer así, hay tres mil años, tres mil años de historia, de
literatura, de técnica, de ciencia, de filosofía, está todo y basta hacer así, pero tienes,
es facilísimo, mira, cuando alguien era al alfabeto hace cien años, era porque a
veces no había tenido la suerte de tener dinero, ni nadie que lo educara, ni poder,
ni poder educarse, ¿no? Y había tenido toda la vida que vivir cabando allí tal o trabajando
y no había podido estudiar, ni nada, pero hoy en día, cualquiera que tiene eso puede
acceder a cualquier cosa, hoy día el que es al alfabeto es porque quiere serlo, el
que es ignorante es porque no quiere saber, ¿no? Entonces, no hay ya no hay ninguna justificación,
lo cual te lleva a lugares muy peligrosos, pero eso podemos saber en otro momento, bueno,
el caso en todo es eso, que tenemos las armas para que no los manipulen, pero nos dejaron
manipular porque no las utilizamos, y eso es lo que más me indina, la estupidez, la estupidez,
la ignorancia y el día de con la estupidez, la ignorancia voluntaria es lo peor.
¿Crees que estamos yendo a una sociedad en el mundo occidental, cada zona es un poco
diferente, en el mundo occidental más estúpida que hace 50 años?
Sin duda.
Sin duda.
Sin duda.
¿Cuál crees que es el motivo?
Paráuticamente.
¿Cuando más facilidad tenemos para encontrar?
¿Por qué?
Pues mira, pues muchas razones, yo no sé, te varía otra entrevista, ¿no? Y yo tampoco
soy un sociólogo, pero tuve una cosa básica, hemos cambiado, hemos cambiado la razón
por los sentimientos, es decir, si tú podemos saber, yo tengo Twitter y Twitter, no te
preguntaré por el tema Twitter.
Si te das cuenta, te das cuenta, casi nunca se razona, siempre se siente, no es que yo
siento que los animales, que los perros, que los locatos, siento que los ucranianos, siento
que la mujer, siento, siento, no, pero vamos a ver, razónalo, de acuerdo, o sea, a lo
mejor, tienes razón, pero razónamelo, no me lo vas en lo que tú sientes, lo que sientes
me importa una mierda, o sea, me importa una mierda, porque si eres tonto, lo que sientes
me importa un carajo, nada, no, razónamelo, y es donde falla el planteamiento, no se
razona, se siente, se tira está muy bien, pero hace falta, además de sentirlo.
Entonces esa especie se cambia, entonces qué pasa, también es muy peligroso, cuando cambias
una razón por unos sentimientos y te guía tu religión, son los sentimientos, tu religión
tiene apóstoles y tu apóstol puede ser fanático, y tu fanático puede ser inquisidor, con lo
cual entonces resulta que al final el sentimiento puede convertirte en inquisidor, y si no conoces
más que tu pequeña parcela del mundo, eres inquisido de todo aquello que no comprendes
o no conoces, y entonces están lleno todo. Cultura de cancelación. Que se calle, que
se congo, que se calle, vamos a ver, imbécil. Si yo conozco a Hitler, si tú te sientas
aquí a Hitler, a Stalin, a Franco, ¿cómo no los vas a dar? Conozco aquí, después,
a la salida, los inflas a hostias, los fusilas, lo que tú quieras, ¿no?, lo que tú quieras,
pero los tienes aquí y los escuchas, ¿cómo no es interesante saber cómo Hitler hizo
para quedar sin millones de judíos? ¿Cómo Franco hizo para estar cuarenta años teniendo
este país agarrado por el Gabnate? ¿Cómo Stalin hizo morir a millones, a millones de
hambre, millones de ucranianos, precisamente? Pues claro que sí, el asesino, claro que sí,
mira, te voy a contar otra cosa. En Angola en el año 81, 82, 82 me parece fue después
de la Guerra de la Malvina, 83, yo conocía un torturador, yo estaba con la guerrilla,
con Unita, con una guerrilla pro-occidental que combatía contra el gobierno angoleño
que era de izquierdas, ¿no? Y entonces, en los mercenarios que había con el grupo con
lo que yo estaba en ese momento, yo estuve con todos los bandos, ahí me tocó estar
con ese, ¿no? Entonces, y un tío se llama Felipe, que era un portugués, un antiguo
militar que necesitaba un informatio y estaba torturando a un prisionero, ¿no? Y estamos
en un hotel y hoy vamos a gritar al tío que estaba ahí, entonces, estamos en el bar
ahí, tomando, ¿no? Pregunta, ¿y por qué no interviniste?
¿Qué vas a hacer? Vete al carajo. ¿Qué vas a hacer?
Te voy a decir, no, Felipe, por favor. Dale menos por eso.
Hay autoridad de periodista extranjero, no tortures a este, no, por favor. Sí, por
favor, que eso no es humano, ¿no? Bueno, y Felipe, al que hubo un rato, entró en el
bar y tal, y tuve una cerveza y estuvimos hablando. Pero, oye, tal, le pregunté, oye, oye, tal,
que está, oye, no, no, lo conté mucho, pero bueno. Y estuve andando conmigo durante
una hora, ¿no? Cuarenta y cinco minutos. Mientras descansaba el tío.
Y él mismo, ¿no? Y el tío, el tío sudando, además, ha sido
mucho calor. Y el tío me hizo cosas muy interesantes. Los inteligentes hablan antes que los tontos.
Oh. O un inteligente lo dejas que se cueza en su propia inteligencia y termina él solo
torturándose hablando, el poco inteligente, valiente, puedes matarlo y no habla, el que
si sabes hacerlo, todos hablan al final. En fin, yo estaba escuchando y se le pagué
un montón de cervezas. Y mientras lo cogeé. Y ese día aprendí un montón de cosas sobre
el ser humano. Total, ¿eh? Después, a lo mejor, yo lo habría matado. Pero durante esa
hora, para mí, fue fascinante. Pero ¿qué pasa? Hoy en día, te gano el tudor, que no
hable, que no hable, o sea, cancelémonos a todos. Ese es el grave error, que no leamos
tal, no leamos, no vemos tal película. Ese es la gran estupidez de la actualidad, ¿no?
Entonces nos perdemos la gente de información, que es utilísima, utilísima, pero utilísima
para la guerra y utilísima para la paz, para la convivencia, para todo es conocer al ser
humano, saber que tienes en frente. Hombre o mujer, hombre o mujer. Saber que la mujer
es más cruel que el hombre cuando actúa en lugares extremos, que los niños son peores.
Los peores son los niños. El niño que te apieda más de él, el niño es un hijo de puta cuando
tiene un machete en la mano o un arma que no te puedes imaginar. ¿Por qué? Porque es
irresponsable, cree que está jugando y la crueldad de un niño es mucho mayor que la
de un adulto. ¿No te habrás visto barbaridades? Los niños son terribles, ¿no? Yo paso miedo
con niños en frente. Miedo de verdad, ¿no? Miedo, porque un niño es imprevisible, mientras
como mayor sí es previsible. Todo ese tipo de cosas que aprendes allí son útiles y
cuando la vida llegará. ¿Todo cómo es los niños los niños? Te matan, hoy te matan,
Carlos. ¿Pero qué? Pero mi ventaja es que tengo la vida resuelta, mis lectores me
tienen en 40 países, tengo 71 años y puedo permitirme este tipo de cosas. Lo tengo todo
pagado. No depende de nadie. El héroe es mío, o sea que no, no tengo y puedo permitirme.
Y el que entiende bien y el que no entiende oye, pues a ver estudiado. Es un buen resumen,
¿no? El país está el teléfono, dale a Google y busca niños, guerra. A ver qué te dice,
no todos los niños son víctimas, los niños son víctimas en la guerra. Claro. Yo cuando
yo vi ahora, cuando yo vi a las imágenes de Extremadura, era los que os hay pequeñitos
y me conmovia porque estaba viendo a otros niños que me vas a toda la vida viendo, ¿no?
Otra, otra, si es que todo es... Es maravilla, entonces esta es una clase de...
Chipre años 74. No se evacúan, pues bueno, después de unos combates, salimos de Nicosia,
un convoy, los periodistas, todo, un inglés conducía a toda pastilla, carretera, camposar
viendo, tal y eso, una familia de chipriotas que van huyendo de la guerra, iban padre, madre,
niña y niño. El niño pequeño tendría seis años o siete años, el niño ya un oso de
peluche enorme, ¿no? Entonces el padre hace sí para que paremos, ¿no? Y le dijimos al
chofer, para, y dijo, era un militar inglés. Dijo, no hay sitio, y el tío no paró a apretó
el celo y siguió andando, ¿no? Yo mire y vi al niño que crecía así con el puño. Pues
ese niño, años 74, el niño a la cara del niño, si yo hubiera el niño, ahora lo reconocería
al adulto. A ti no se ve con el puño, chiquillo, un oso de peluche, ahí se quedaron, no sé
qué fue de ellos, ¿no? La memoria, un periodista, está llena de personas que no sabes qué
fue de ellas, ¿no? Bueno, pues ahí están mis remordimientos, a mi maleta de remordimientos,
un ese, el niño de Sarajevo, el niño del oso de peluche, el perro de Beirut, un perro,
que a veces la gente piensa que el horror de la guerra es, es, las tripas y eso, y en
efecto, sí, a veces sí lo es, ¿no? Pero a veces, si te semas, no sabéis qué es eso,
sabré y chatí la de una matanza enorme, en el año 80 y algo. Y bueno, yo entré allí
en el que estaba todo muerto, muerto, muerto, moscas, muchas moscas, muchas moscas, los de
las moscas, y un perro, un perro con la pata rota de un balazo o de metralla. Y el perro
vi un ser humano, que era yo, y se vino detrás, cogeando de nuevo en mío. Yo no podía llevarme
al perro porque estaba trabajando, tenía que hacer mis fotografías, tenía que matar
mi crónica, había una matanza terrible y tal, yo no podía llevarme al perro, no había
manera, ¿no? Y el perro me seguía, claro, porque vi un ser humano, yo que soy un tío
que defiende los perros a muerto, los perros son para mí, y el perro me seguía y yo le
diría una piedra a vete y el perro me seguía y se me quedaba mirando y me fui llorando
como una madalena, había visto un montón de muertos y bueno, muertos, está muerto,
al final que a un ser humano muere y tal, el perro y el perro no entendía porque yo no
lo atendía, ¿no? Pureza. Y todo, pues el perro está aquí en el archivo con todos los
otros, ¿no? Y va sumando y al final te digo, el horror a veces no es en las tripas, el horror
es un perro cojo que te va siguiendo por a ver, que no te puede llevar. Si hubiera tenido
el vía pegado un tiro, si hubiera tenido una pistola. ¿La tampoco tiene una pistola?
Pues bueno, pues ahí se ha podido, por eso. Sí, claro, sí, ahí se quedó el perro, para
que un perro la bata rota donde va ese perro. Estaba muerto. Pues todavía me acuerdo del
perro. ¿Cuál es la imagen? Mira, no te voy a contar otra cosa. Una cosa que no he contado
nunca en la vida. No lo conto nunca en la vida a nadie. A nadie. Ni en privado. Para que veas
lo que es la falta, bueno, alguna persona lo sabe pero muy poca, lo que es la ignorancia
y esta es mi propia ignorancia. Yo fui educado en un colegio de los maristas, en un colegio
de una familia tradicional, educada, tal vez un niño educado. Bueno, el sexo, todas
esas cosas. Yo nací en el cincuenta y uno. Imagínate. No es ahora. El sexo no existía,
los curas eran buenos, los soldados eran todos heroicos, los guardias eran todos bondadosos
y honrados y los jueces todos eran justos y Dios estaba en el cielo. Ese fue mi educación,
como la después de la vida me la fue modificando. Pero así. Ese fue mi partida como la de mi
generación, claro. Y entonces, de pronto, yo vivía en el campo junto al mar, en una
casa con un jardín y un día jugando playtas, yo tendría seis, siete años y encuentro
una gata, un niño, entonces ve una gata en el suelo, sangrando y al lado de cuatro gatitos
ciegos. Entonces, el niño ese conmovido, compasivo, dice la gata está moribunda y sus hijitos
son ciegos, nadie va a cuidar de ellos. Entonces, cogí a los gatitos, había una alberca y
ahogé a los gatitos para que no sufriera. Y todavía recuerdo, Jordi, ha ido saciéndose
así en el agua hasta que se quedaron quietos. Yo no sabía que las gatas parían gatos, creía
que existía la cigüeña. No sabía que esos ciegos no es que acababan de nacer, no sabía
nada. Era un niño ignorante, aunque era un niño con una extrema educación, en la vida
no sabía nada. Y mi ignorancia me hizo hacer esa barbaridad. Nunca había contado esto
en público ni volver a contar. Y los gatitos, tengo 61 años, Jordi, han pasado de eso 65
o 64 años. Todavía hacen así en mi cabeza, ¿no? La ignorancia, la ignorancia. Yo era
un niño ignorante. La ignorancia es la arma más peligrosa que exista. La ignorancia.
Por eso me enfurece tanto cuando veo ignorantes voluntarios. O quien se pudiera enseñar no
lo hace. La ignorancia es lo peor. La ignorancia linda con la estupidez. Ignorancia, estupidez.
Y el mal está alrededor, tejiendo el hilo. Y al final todo es una sola madeja. Ignorancia,
estupidez, maldad, todo es lo mismo. Para ti, ¿qué paras? El mal a la ignorancia.
Sí, el que es y el que es. Pues sabe por qué. Mira, yo conocí malvados así. Casi
tantos como tontos. Más tontos que malvados, en verdad. El ser humano es más tontos.
Pero con todo debido de todo, ¿no? Y te digo una cosa, malos he negociado con muchos.
Por mi trabajo como reportero, tengo que hacerlo. Cuando la reina del sur, que siguió la reina
del sur, estuve en México con los narcos, tomándome copas con ello mucho tiempo y algunos
son amigos todavía. Bueno, muchos están muertos, pero otros todavía son amigos.
Bueno, con un malo puedes, sobre todo si es inteligente, negociar. Mira, chaval, vamos
a entendernos, vamos a observarnos bien, tal, aquí los dos ganamos, yo informo, tú te
detrás, tranquilo. O sea, o te pago o lo que sea. O te caigo bien. Mira, te pago la caña,
que diablos, no reímos, te cuento un chiste. Pero un idiota nunca puedes. O sea, un malo
puedes entenderte, puedes incluso aprender. Aprender mecanismos de maldad, que son útiles.
Incluso cuando quieres hacer el bien. Pero con un idiota no puedes aprender nada, solo
estupidez, solo estupidez. Pues eso.
Te voy a contar lo de los gatos. Los espesos en la historia.
No, yo creo que era el momento adecuado para contarlo. Fijate que nunca lo había contado.
Y ese es mi primer remordimiento. Y mira, que tengo podía hacer un libro sobre esa
mara. Los remordimientos.
Con varios volúmenes. Pero ese es mi primero de todos. Y es un niño ignorante.
Claro, la historia es... Claro, tú la ves desde fuera, alguien que no... Un observador
externo y dirías, este niño es un salvaje, será un psicópata de mayo.
Porque no comprende el mundo en el que vivíamos entonces. Yo quería ayudar. Son gatitos ciegos,
un gatito ciego sin madre. Porque la madre se está muriendo. La madre acaba de parir.
Que está muriendo, será mamá. Y los gatitos van a... Yo estaba en el campo. Yo no puedo
llevármelo en el campo, como con el perro. Los gatitos ciegos además, que van a ser
unos gatitos ciegos. Pues lo mejor, lo más compasivo es que no sufran.
¿Lo contaste a tus padres, eso? No. ¿Lo guardaste para ti?
Sí, después lo he contado a personas muy íntimas un par de veces. Pero nada más,
que lo veis en público. Fíjate, el proyecto que tenemos aquí, la
historia es... Pero sabes por qué, porque no me importa. Porque en otro momento a lo
mejor habría pensado que podían no entenderme. ¿No?
¿Tú qué es de verdad que esta historia podían no entenderte? ¿La quién no podría entenderte?
Perfectamente, perfectamente. Porque a la gente que no te va a entender habrá gente
que igualmente lo verá y no entenderá, pero... No lo sé, no lo sé, me da igual. Pero es
que ahora ya me da igual. ¿Estás en un punto de tu vida que te da igual
muchas cosas? ¡Muchas! ¿Depasiadas? No, demasiadas, no. Todavía creo, todavía creo.
¿Sabes qué pasa? La vida te va quitando cosas, ¿no? Tú naces en la meta de salida,
en la línea de salida, tú tienes un montón de cosas, ¿no? Que es fe, religión, honor,
amistad, amor, patria, bandera, yo qué sé, mil historias, las que tengas, ¿no?
Y sales, ¿no? Y empiezas a correr y la vida te va... Te va despojando, cae una,
cae otra, y al final llegas con muy poquitas a la meta, muy poquitas, ¿no? Pero llegas,
lo malo es cual que llevas sin ninguna, que también, ¿no? Pero al final yo llegué
a mi meta, yo llegué a mi meta, yo también quedé en algunas intactas, ¿no? Y con esas
te construyes el tinglao. O sea, yo, de hecho, mis novelas son... Yo con mis novelas yo las
escribo con la vida, con lo que la vida me quitó y con lo que la vida me dejó, ¿no?
Ahí está. Que bueno, ser mayor te haces ser más
cínico. No, no, yo no soy cínico. No tiene por qué, no tiene por qué, ¿no?
Lo que pasa es que a veces, ante la estupidez, adoptas el cínico e incluso la chulería,
¿no? Que se vaya al carajo, o sea, que no, o sea, que no, que se vaya a usar al carajo,
o sea, que no hay, que no hay, que no hay. No, pero es que tal que vamos a... No, no,
es que no razóno, que te vayan dando por el culo, o sea, me he expresado claramente
pues eso que te den, que te den, ya está, ¿no? Que no vamos a debatir, no, no voy a debatir.
Tengo ese detenso, ¿no? Voy a debatir con un imitación.
Es claro, eso es chulo, tal, chulo, tal, la arrogancia, ¿no? Es que me da lo mismo, me
da lo mismo, ¿no? No tengo tiempo que perder ya, pues, prefiero pues estar contigo hablando
porque sabía que contigo hablaríamos bien, o con mis amigos, o con gente que sé que
entiende, ¿no? Que entiende, pues sí, bueno, no entiendo.
Ese, casi personaje, ¿no? Que está en redes sociales, que tiene mala fama de borde.
Ese no sé yo. Ese no sé yo.
Este no es tú, o sea, porque incluso Gerba me lo ponía en una cuestión, me dice, dile
eso, dile el tema del personaje que para muchos es chulo, prepotente, borde, y que en persona
es una persona majísima y lo puedo corroborar ya no solo en cámara, sino fuera también,
eso es un poco que lo has hecho como una especie de construcción para defenderte, una especie
de máscara para alejar a la ignorancia, por ejemplo.
No, para defenderme, digamos, es para mantener, sí, para mantener distancia, ¿no? Es como
a veces el usar el usted, por ejemplo, mantiene distancia, ¿sí, mantiene distancia? Cuando
quieres mantener, no siempre, pero bueno, pero en Twitter, pero luego siempre utilizo el
usted, ¿no? Una forma de mantener la distancia, ¿no? Y esa especie de, digamos, de ese personaje
es una construcción que hice porque quería poder expresarme sin tener que dar explicaciones.
Ah, que realmente es un chulea, sabe tanto. No tienes que andar razonando, ¿no? Pero
me va muy bien, es un personaje que me... O sea, tengo, no sé cuántos son, dos millones
y cinco...
Dos millones y pico en Twitter.
Pero bueno, es igual. Es decir, que no sé, porque no llevo la... No veo la esa. Pero
me es muy útil, me es muy útil. Me ahorra muchas explicaciones, ¿comprendes? Me pone
a salvo de... Y hay gente que no se atreve a entrarme con el reverte, entonces se quedan
frías...
Te va a dar un fascista, ¿eh?
Te va a dar un fascista.
Igual que, por ejemplo, yo la tengo que bloquear, la uso mucho, ¿no?
Ajá.
Soy un bloqueador. Pero no porque te ofendan, sino porque no se dice algo, ¿no? Dice,
no, si imagínate, dices, pues... No sé, habría que ir en la Biblia, ¿no? Que es un libro
interesantísimo, por otra parte, y en el cual se basa en una parte de la cultura occidental,
porque Europa se construyó sobre la violenta, otras muchas cosas, ¿no? Pues no religiosamente,
sino culturalmente.
Y uno me dice, vaya, está con la religión, señor reverte, bueno, bloqueado. Es que ni
le oye explicaciones. O sea, si no sabes después de tantos años no saber qué estamos hablando,
pues no...
Bloquea esa ignorancia, ¿no?
Exactamente, eso me refiero, ¿no? Eso me refiero.
Y por eso también tienes ese carácter en redes más duro, mucho más duro, ¿no? Un
poco para para alejar y para no dar explicaciones, para no perder tiempo, entiendo, tampoco.
Pero te gusta el troleo, que se dice mucho, te gusta provocar un poquito, eh, Arturo.
Es que hay una parte...
A veces lanzas ahí la púa, ¿eh?
No, te lo admito, te lo admito, no te lo estoy negando. Hay una parte lúdica, dice.
Ah, a mí.
O sea, yo soy un hombre que mira, ¿no? Yo me beso la vida mirando, mirando. Como reportero,
como novelista, como ser humano, me siento. Antes me gustaba, ahora no puedo hacer lo
que me da el abrazo, entonces me senté en las terraces, me tomaba un bermuda, le gubí un
libro y miraba a la gente pasar, las chicas, los chicos, tal, como hablaban, miraba, miraba
y era... Es fascinante, ¿verdad? El ser humano es fascinante en lo bueno y en lo malo, ¿no?
Ahora ya me siento, ahora ya me siento, tata, bueno, todo lo que se me siente, ya no puedo
hacer. Igual que ya no puedo viajar en metro ni puedo ir en el comandante si va, ¿no? Por
una vez que se va a hacer, cada uno tiene su... ¿Pero te dice esto? Tiene que estar
al cielo. ¿Cuál es la pregunta?
Ahora a mí también me ha pasado, a mí estaba yo con él. Tenemos aquí un conflicto. ¿Cuál
era, Nacho?
Bueno, a veces también se llama todo el tema, o sea, Twitter, la imagen.
Ah, no es la provocación. Sí, la provocación, sé que.
Bueno, entonces, a veces hay una parte en mí que yo sigo siendo, o sea, no he perdido
todavía mi juventud, digamos, o mi infancia, o mi carácter y me van a irse de jovencito,
de gamberro. Y ahora bastante de gamberro de joven, bastante de gamberro, ¿no? Hay muchos
bares en Banco o en Angola. Que podría andar fe.
En México podría andar fe, como tenía 20 o 30 o 40 años. Pero bueno, hasta los centitantes.
Entonces, lo que a veces me gusta mucho es ver las reacciones de la gente, ¿no? Entonces,
a veces lo que hago es que largo algo que sí, que va a ser conflictivo y me quedo mirando.
Si te vas a visitar eso, cuenta, yo nunca debato con la gente. A veces, con texto, alguien
taldo y en el zasca ese. Pero yo no ando explicando de talda, me quedo mirando. Entonces, es muy
divertido ver cómo el... pateas el hormiguero y con el hormiguero se lo habíamos echado
para los patos. Lo habíamos hecho. Y bueno, ya es divertido así. Y aprendo, ¿no? Porque
todavía hoy, con la edad que tengo, sigo aprendiendo cada día, ¿no? De lo que leo, lo que mire,
lo que escucho, lo que hablo, de los jóvenes, de los mayores, ¿no? Y Twitter es una escuela
estupenda. Si no te lo querés, o sea, ahora si te tomas en serio, tú eres una agonía.
António Lucas, David Histao, que era muy amigo mío, dejó Twitter, ¿no? Porque no
podían soportar la presión continua el bujir continuo de Twitter, de las redes sociales.
Pero como yo soy más bien, yo, aunque soy activitar, soy muy tranquilo de que entonces
yo me gusta, entonces de vez en cuando le doy la pata al hormiguero y miro cómo se mueve
y es interesante. Y además, te lleva un terreno peligroso. Porque, claro, ¿sabes qué pasa?
La estupidez. En Twitter se ve la inteligencia. Pero también se ve la estupidez. Yo creo
que más, ¿eh? No, no, hay de todo. Sí. Yo, por suerte,
quizá porque en muchos años son lectores, gente que leeta, quizá, pero bueno, yo realmente
yo, de seguidores, hay, tengo auténticas malas bestias como seguidores. Tengo fascistas recalcitrantes,
tengo anarquistas enloquecidos, tengo comunistas que no sé qué, con el triángulo de se dice
ta, ra, ra, ra, ra, ra, ¡dale, pa' cañas! O sea, tengo una, tengo una mala gama ahí.
Una cosa extraordinariamente muy compleja, porque mi vida es compleja, mi cama es un
compleja, si mi mundo es complejo. Entonces, hay un poco de todo. Además, cuando te mentes
con los otros, ¡ah, qué bien! Cuando te mentes con ellos, ¡ah, bueno! Y entonces,
hace que veas cómo el ser humano reacciona, antes de terminar las cosas. Entonces, claro,
te das cuenta de que la estupidez es muy abundante en el ser humano. Entonces, claro, al final
te haces una pregunta que es muy peligrosa y que me preocupa de verdad moralmente. ¿Hasta
qué punto un mundo estúpido merece compasión? ¿Te acuerdas la película del meteorito,
la última? ¿Hasta qué punto un mundo regido por estúpidos, vivido por estúpidos y ideologizado
por estúpidos merece sobrevivir? ¿Y si ese mundo se perturba hasta qué punto merece
que lo compadezcamos? ¿Hasta qué punto merecemos el meteorito? Es una pregunta muy seria, muy
grave y muy peligrosa además. ¿Crees que estamos yendo para allá a nivel de mundo
estúpido? No lo sé porque no es mi trabajo, no iba a estar
aquí para verlo. Yo me quedan diez, quince años con mucho en este nivel. Y lo vamos
a comer nosotros. Pero, claro, también dice, bueno, y realmente
este idiota merece sobrevivir. Este cretino que ha puesto, no sé, cualquier, no, lo
de mí, de cualquier cosa sobre lo que sea, política o sobre cine o sobre Woody Allen,
no, no, Woody Allen habría que cortar los huevos tal, por fascista y por machista, porque
machista es igual que fascista. No hay machistas de izquierda, por ejemplo, todos los machistas
son todas fascistas. Y, bueno, ¿y este tío merece sobrevivir?
¿Merece sobrevivir? No, no lo vas a matar, ¿no? Tendrán mujeres, hijos, dar gente que
lo quiera, eso es cosa. Pero, si que hay un meteorito, yo voy a sufrir porque este tío
desaparezca. La pregunta es muy seria y te llevo a lugares muy... Entonces prefiero
ahí, prefiero... No sé, no lo pensarlo. Cuando me ronda el...
La pena misántropa, eh. Sí, exactamente, me ronda el fantasma de la misantropía.
Está ahí, eh. Intento desconectar porque te llevo a lugares peligrosos, ¿no? Y entonces
procuro retirarme. O sea, le tengo... A eso le tengo miedo, yo tengo miedo, miren, muy
pocas cosas, ¿no? Y eso sí le tengo miedo, ¿no? A una misantropía excesiva, excesiva.
Yo pienso la gente que habéis vivido tanta guerra, que es raro que no volváis siendo
los misantropos. Porque habéis vivido tanta miseria, porque sí dices que se ve lo mejor.
Pues ten, ves lo mejor. Veis lo mejor. Y sobre todo porque ves que te digo que ese hijo de
puta que le pegaba a su mujer, o ese hijo de puta que es un tío lujurioso, ambicioso,
cobar de tal, de pronto tiene cinco minutos, y dices, joder.
Que es impresionante. Joder. Admirable. Y después luego tal vez ha sido el mierda que fue.
Pero dices, claro, esto... Y por qué, a lo mejor se repite, eso de un minuto se va a
hacer en su vida. Y eso de un minuto a lo mejor ese tío ha salvado un niño, ha hecho
todo tal. Ha sido el agua para salvar a un perro que se agaba, yo qué sé, ¿no?
Entonces claro. Entonces claro. Cuidado, ¿no? No condenemos, no condenemos. Por eso yo no
condeno tanto, ¿no? Por eso no condeno. Condeno. No, no, porque no sé, no sé, no sé, no
sé, no sé. Igual tú, tú eres un tío joven, guapo, triunfador, tal, tal. Pues a lo mejor
mañana, porque no creo que se te pasan algo, matan a tus padres, te ves a tus amigos,
te ves un hijo de puta que eres venganza y te digas a degollar vecinos, porque puede
ser. Puede pasar, ¿no? Ocurre, ha ocurrido, es la historia de esta llena, llevamos tres
mil años de memoria que está ocurriendo eso, ¿no? Entonces por eso, a lo hora de condenar
o de apludir, hay que tener siempre una salud, aunque lo hagas, una saludable distancia.
A qué distancia, ¿no? Cuando estabas en conflicto, cuando estabas ahí día a día,
llegando con la muerte ajena, pero a veces, y es donde va la pregunta, ¿no? Te subo
que también propia, ¿tú cuántas veces realmente, has llevado alguna vez una cuenta, cuántas
veces has estado a punto de morir? No hablo de estar en una situación tensa, pero alguna
vez has estado ante la espada de la pared y decir, me llega el momento. Pues todo lo
que me estoy haciendo ya no le pasa, no le pasa. Agerba, marque a todo. Momento de pensar
se me acaba. Aquí no le pasa. Por mí no. Pero final, no, pero no, pero te ha pasado
otra vez, te ha pasado un día conduciendo. Ya, ya, ya, si, un volantazo, ¿no?
Pero fíjate, hay una cosa, pero lo curioso que es el cerebro humano. Una vez, en Nicaragua,
en el año 78, pero a veces fue 78 y tantos, 79, en los combates de cuando la guerra contra
la Somoza, pero ya no hay esa cuerda. Y ahora en esa guerra para que ahora esté allí
un hijo de puta como Ortega, que hubiese un dictador, tanto sufriendo tanta muerte para
terminar así, pues va a ser la vida, ¿no? Bueno, pues en aquella, en aquella guerra había
matado a Stuart, le habían matado a un americano, le habían matado a un control, le habían
matado. Llegó al control, ahí estaban los Nicaragüenses, Chiquititos, Indios, Cascos,
Fuerzas de la Liga, el Gringo, hacía, no sé, de rodillas, se puso de rodillas, va cilándome,
no entendía que un latino es otra cosa. Entonces, cuando se hartó el bulpe, un teorebé
de lo mató. En ese mismo sitio, a la semana, paso yo con mi chófer, que era un Nicaragüense,
el coche para y me dice, pare, para el carro, lo mismo, bájese, dicen, parqué el carro
y contra el muro, hijo de puta, quítense las putas. Entonces, la puta nos fue contra
el muro, el chófer y yo, así. Y estaba, y el cabrón del Nicaragüense estaba llevado
a un fusil galil, su fabricación israelí no se me diera en la vida, un fusil galil me
daba con la bocacha así en la cabeza, me daba así, la cabeza. Y yo yo veía el chófer,
todo el chófer, yo lo veía y el chófer llorando. Y decía, si este tío que está aquí está
llorando, es que está muy crudo. Y fíjate, sentí una tristeza enorme, como si el día
se hubiera vuelto gris, ¿no? Que tengo 30 años, voy a morir aquí en un sitio asqueroso
del mundo, con un tío que no sé como se llama, por nada, estaba así. Entonces, pensé
que cuando me dispare, voy a dar con la cabeza en el muro, golpearé. Entonces lo que hice
fue apoyar la cabeza en el muro, la apoyas, esperando que ese cabrón me tirara, pero
no tiró, no tiró. Y al cabo de un rato dijo, papá, vaya, no pasó nada, ¿no? Pero fíjate,
en lo que pensé fue en eso, no pensé en tal, pensé y dije, qué pena, ¿no? Que me daba
la gana de llorar, pero no de miedo, sino de tristeza, ¿no? ¿Qué forma bastante de
morir? Y entonces lo fue apoyar la cabeza en el muro para que no golpeara en mi frente.
Tenemos ese tipo de cosas que son absurdas, son realmente las que pienso. O sea que cuando
te pasan esas cosas, no siempre estás pensando en cosas dramáticas ni en...
Recordar a tu familia. Ni en tu familia, ni en el aplico de tu vida, ¿no? A veces piensas
que vas a derrubar contra el muro o lo que sea. ¿Tú viste miedo en ese momento? Claro
que tuve muchísimo miedo, claro. Me pasó la vida teniendo miedo. A ver, ¿qué hay dos
tipos de miedo? Una cosa es el pánico, que te descompone, ¿no? Yo he visto, incluso navegando,
porque estoy navegando, he tenido temporalis, he tenido tripulantes a bordo que estaban muertos,
estaban descompuestos, pero no soy miedo, la cosa es el pánico. El pánico te descompone,
el pánico es cuando es peligroso, porque el pánico... O hacer que te maten además,
¿no? El pánico es cuando pierdes los papeles. Y después está el miedo, el tío tiene miedo,
que digo, bueno, tengo miedo, pero estoy aquí para trabajar en mi trabajo, estoy a bordo
de este barco y tengo que llevar este barco a bordo con los tripulantes y tengo que comer
el mesto y demás. Entonces, ese es el miedo, claro, lo tienes. El pánico no he tenido nunca,
nunca en la vida eso es verdad, jamás, pero me he tenido continuamente, continuamente.
Como no es tener miedo. Cuando ves lo que hace, ¿tú sabes lo que hace un pedazo de hierro
así? No hay nada. Como desegarra, como tal, como rompe, como mutila, como... Claro que
sí, cuando boom, en la guerra de Yugo Leguémo, mataron a 52 periodistas.
En teoría, eso es indocable. Como no va a ser peor, indocable. En teoría, ¿no?
No quiero entrar en detalles, mira, yo se impecho que un periodista en la guerra nunca lo asesina.
Lo matan trabajando. Es un accidente laboral. O sea, asesinado, bueno, para que no se perdonele,
pero no, no, no. Y esto casi todos los periodistas estamos de acuerdo, lo casi todo, no todo
lo casi todos estamos de acuerdo. Que te maten, que te vean un tiro, son parte de tu trabajo.
Tú eres un soldado que estás allí con tu... Y en frente de ahí que se está moviendo
allí con un tío raro con unas cosas rectas, tú el tiras por si acaso, por si acaso.
No es un asesinato, es... La guerra es eso, ¿no? Mira, en el Líbano una vez fuimos un
dos equipos de Tercino de España y un equipo de Televisión Alemana. El Televisión Alemana
bajó el tío con la funda del tripo de que era así de grande, pensaron que era un misil,
le tiraron y lo mataron. Pero lo asesinaron, no, no. Periodista, periodista, periodista.
El que está en frente está caliente, tiene miedo como tú, o está cabreado, o dice este
hijo puta que hace aquí, que le den pal periodista. O sea, es un asesinato laboral. Entonces,
si vas allí tienes que saber a qué vas, ¿no? No puede, te estaré llorando a los cinco
minutos, los niños te matan, te matan, esto es horroroso. No puedes hacer eso. O has
matado a Manolo, un asesinato, no, no, no, te matan trabajando, ¿no? En vez de una cosa,
si me hubieran matado en una guerra, yo, decir que me asesinaba, habría sido insultar mi
memoria. Yo era un profesional, era mi trabajo, mi trabajo. No todo el mundo lo entiende,
el mundo lo compartió, ni siquiera todos los periodistas lo comparten, pero yo lo veo
así, lo veo así.
O sea, al final, es como el boxeador que por lesiones cerebrales acaba muriendo en un
combate, no es un asesinato, es un daño colateral, o es...
Un montón de carreras que se te da el coche, pues que te está tocado, sale tu número,
sale tu número, es que a veces sale el número, sale en la bañera al revalarte con el jabón,
lo va a salir en la guerra. Tampoco es, y tampoco pasa nada, los humanos llevan muriendo
desde que el hombre existe sobre la tierra, mueres y llegan otros, fíjate, hay una cosa
que un amigo se llama Belal y Ulma Harawi, que era un Saharawee, yo lo conocí en el
75 y murió, en el 76 luchando en el Polisario contra los Marroquíes, y después lo encontré
en la guerrilla, bueno, era amigo mío, muy amigo mío, Belal y Ulma Harawi, y entonces
un día estamos tomándonos un día allí, en un campamento allí más cerca de la zona
del frente con los Marroquíes, una noche, y le digo, oye Belal y digo, para ti qué es
la muerte, y se queda así y dice, la muerte, la muerte es que alguien te quita el reloj,
alguien coge tu fusil, alguien se acuesta con tu mujer y tú desapareces, suerte, suerte,
eso es la muerte, con una naturalidad, con una, una frialdad, una lucidez extraordinaria,
no, y es verdad, mueres, morir es eso, morir no es, no es tan, no es tan extraordinario,
es que pues es que hay que estar preparada para que eso ocurra, y si haces un trabajo
peligroso pues tienes que saber que eso fue una parte de tu trabajo, ninguno de los periodistas
de verdad que cubrían guerras, dejó de pensar nunca en que podía morir, yo me iba, una
cosa que típica de periodistas era la vida de un periodista donde se iba al frente sin
peor habitación, todo ordenado, era típico las camisas, ropa seciona bolsa, porque sabías
que a lo mejor era otro que recogía la habitación, me dejaban los papeles tal, lo hacíamos
todos, o casi todos los que yo conozco, casi todos, era como un ritual casi, si lo dejabas
todo ordenado por si no eras tú el que recogía la habitación, eso es así, pero sin dramática,
o sea no salías haciendo adiós mundo, no no tal, o te estudiaste de la novia que tuvieras
en donde fuera adiós, mirno irina o adiós, gajas de la fricción, adiós, liyun, me
voy tal y voy a ir salidas con música, no no no, bajaba a la mañana, una mañana gris
bajabas, sabías que ibas a ir a Dobriña o al frente tal y bajabas, te levantaba por
la mañana, te lavabas un poco porque te afitabas porque se me procuraba ir pulco tal, cogías
el chale con tibalas, el casco y el equipo bajabas tal, llegabas a vos y estaban tus compañeros
esperando todos callados, nadie hablaba, nadie hacía bromas tal, subías a ella al coche,
voy amaneciendo y bueno y te ibas y ya está, en el trabajo era la vida y volvías, volvías
a votarte por la chava, activas de putas, lo que fuera o de putos, lo que fuera, pero
a la ida era eso, era eso, era eso. Me ha hecho una cosa, Gervasio, y es que tú en conflicto
solo querías trabajar con tu equipo, no te gustaba con otras personas.
Sí, yo decía a los paquetes. ¿Por qué? ¿Qué es lo que te hacía trabajar solo con
los tuyos? Porque yo a mi cámara lo conozco, yo conocía, yo siempre, yo viajaba a la guerra
siempre con los mismos cámaras, en la época de televisión, había siempre solamente dos
o tres cámaras que iban, sobre todo Marquez, que iban conmigo, tío, es que yo los conocía
muy bien, o sea, yo no podía meterme, jugarme la vida en un sitio para hacer una información
y que el cámara no se acaba de decir, me ha pasado alguna vez y después digo, tío, pero
yo te llevo, hemos ido allí para que hagas esta mierda. Entonces, ¿para qué? Tú eres
que yo de allí para divertirme y de allí para informar, si lo ves, yo no vale, hemos
perdido el día para nada. Entonces, yo tenía que tener gente fiable. Entonces, era gente
siempre muy fiable, gente muy, que yo la conocía muy bien. Además, que te entiendes, que te
miras y sabes, un tío te va a dar un control y sabes cómo reaccionar, no dices tonterías
que te maten como Stuart, ¿sabes cómo hacer? ¿En qué bolsillo llevas la acreditación
de ese bando o la del otro? ¿No te equivocas? O sea, ese tipo de cosas profesionales, ¿no?
Como Márquez, un tío que vamos conduciendo y dice, para ahí no vayas, porque mira, la
hierba está sin pisar, es verdad, está sin pisar, había minas. Claro, pero esas cosas
el que sabe sabe, ¿no? Yo quiero ir con ese agente, es claro, llevar gente que no conoces,
que un error si hubo que obstarte la vida, pues no quería, nunca quería. Es como mujeres,
¿no? Hay un problema, es que no es machismo, no es machismo, yo trabajo con mujeres, con
induzca, harían, catilerói, mujeres valientes, duras, curtidas, fenomenales, ¿no? Pero
aún así es un peligro porque trabajar en algunos lugares, ¿no? Por ejemplo, en África,
una mujer, pueden matarte para violarla. Llegas un control, te paran, dicen un blanco, una
rubia, tal, el blanco lleva un reloj y lleva una cámara, hay una rubia, pues al marrán
con lo macheteamos, y a la rubia la violamos. Entonces, yo, por lo mejor, hace unos dólares,
le darás el bolígrafo, le darás el reloj, tal, ya está, ya está, amiguitos, ya nos
vamos juntos, ¿no? Claro, pero es que a veces la compañía que lleves puede, a Julio Fuentes,
lo mataron porque iba a comer una mujer, un aganista, y quiso defenderla, quiso defenderla.
Pero cuando quieres, ojo, no, usted dice que la mujer no tiene la guerra, que hay un asumir
su responsabilidad y su trabajo, por supuesto, ¿no? Pero yo no quería ir con nadie, hombres
o mujeres, que me complicaron la vida. ¿Y que era para ti tu equipo? ¿Era una familia?
Eran mis hermanos, mis hermanos. Cuando has estado con gente así, cuando has estado
con gente así, aunque no hables, ¿no? Aunque no hables. Marques era un tío más silencioso,
nunca decía nada, ¿no? Marques era un tío, pero sobre todo era gente que la conocías
muy bien, o sea, sabías lo que estaban pensando en cada momento. No tienes que decirle, filma
aquello, filma esto, filma lo demás allá. Ya digo una cosa, ¿eh? Había periodistas
que mandaban al cámara y se quedaban ellos en el hotel, o sea, quedaban en la trinchera.
No habrá nunca un cámara de televisión que trabajaba conmigo y te dijera que yo que
estaba a su lado, díndole, por tu derecha, por tu izquierda, cuidado a la izquierda,
que haya dado a él. Pero no por... sino porque el trabajo era mejor así, ¿no?
Pero de las mujeres que he dicho antes, es asombroso, ¿no? Al margen de que me gustaron...
De unos los sitios no me gustan llevar mujeres o amigos, ¿no? Pero he conocido mujeres como
Corin Dufka, que era una... que ahora este no es una OVNG. La típica era fotógrafa de
guerra. Saltó en un... iba en un vehículo vindado, murieron los cálculos azul y ya
quedó con heridas y tal. Y al mes estaba otra vez allí haciendo fotos.
¡Hostia!
Yo le he visto a Corin. Corin llevaba los vaqueros como en ellos. Se han dado los vaqueros.
Tenía un tipo de un vaquero y era una cosa espectacular, ¿no? Recuerdo, en mitad de
un incendio de noche, eso fue en Beirut. No, en Sarajevo, en Sarajevo. Haciendo fotos,
recortaba tal de pie, en mitad del fuego, tirando los servios, las llamas y la recortada en
contra luz. Hacía fotos tal y bueno, es que uno vive para ver mujeres así en situaciones
así, ¿no? Pero mis recuerdos de las mujeres loriasas que tengo en la cabeza es Corin haciendo
fotos esa noche. De pie, erguida, orgullosa con sus cámaras valiente como ella sola.
Hay muchas mujeres así. O harían que me pese. Cada vez que... La guerra es muy compleja.
En la guerra no hay tampones, no hay tánfax. Se acaban. No hay farmacias. No hay farmacias, ¿no?
Y muchos días que pasáis fuera de... Claro, esto es claro, harían... Estuve en el
este y me dice, oye, tienes clíneos y me puedes dar un paquete de clíneos, porque
tengo que darse en tánfax. Y le di varios paquetes de clíneos, los uso como tánfax,
porque no había... No tenía tánfax. Corin... Corin, ¿continuemos a transmitir a la televisión,
para transmitirme aquí, imagínate, no sé, pues la gran Madrid, el paseo de la castellana,
de punta a punta a toda pastilla, porque te tiraban y la decisión estaba en la otra
punta de la ciudad. Eran 15 minutos y íbamos a toda velocidad para que no nos diera. Y
Corin ponía siempre música alta para no ir los tiros. Voy a decir, porque si oigo tiros,
voy a afectarme y no quiero estrellarme, entonces ponía la música para no ir los tiros,
y poder conducir a 180, 190 por mitad de sarajevo. Esas mujeres solo estaban en el
adelante, esas mujeres son espectaculitas, un revuelo magnífico de ellas, pero claro
que pasa, pero que a veces te... Igual que a veces te apetitan las cosas, ¿no? En Beirut
igual te estoy aburriendo. No, no, para nada, no. Joder, me estoy aquí, que me estoy como
reíntono de tus libras ahora mismo. Con Catilore y una foto que había sido antes,
que había sido modelo, y después... No, pero eso fue gratis, bueno, hay una...
Mucha mujer es beba Arturo ahí en la memoria, ¿no? No, pero si un poco, si un poco, pero
si un poco mujeres, pero estas ahí. Y entonces llegamos a un sitio y entonces nos sentamos
y eran las fuerzas libanesas, o sea, fueras libanesas, los cristianos libanesas.
Entonces ahora cuando eras tan jovencito, si yo tenía ahí, 25 años, 25 años. Y dice,
yo venía del Sájará y fui al Libor. Y dice... Estaba aquí conmigo y siempre miraba
la señora tal y eso, le bunté un café tal, todo pendiente de la señora, que era muy
guapa, ¿no? Yo... Ella me ayudó a llegar allí, con lo cual, y yo estaba ahí aprovechando
de que ya estaba allí que era rubia y guapa. Y dice el tipo, dice, dice, ¿qué es usted
que bombardemos? Y dice, ya, bueno, si van a bombar venta, ¿no tiene usted que tirarlo?
Dice, ya, pues, no sé, pues, no sé, pues, la luz tal, lo mejor es que aquí ya son...
No, no puedo creer. Creo que estoy contando. ¡Bombaceo! y ya son... ¡Plaa! y tal. Y catigón
la voy también. ¿Qué tal? Dice, ya tiene. Bien, un poquito más...
Bombardeo la carta. Te lo juro. Digo esto. ¡Bum! Vale, vale, vale. Maldito, no me vaya
a estar. Fíjate el poder, ¿eh? El poder para contenerla.
Yo no era una mujer, a mí no me he hecho ni putiñetero, que has...
A mí no me he dejado ni pasar a la zona aquí, pero con ella, pues, muchas veces las mujeres
ayudan a esas cosas. Te da rabia. Y hay que tener valor, ¿eh? Para meterte en uno de
esos jardines, tal y... Y siendo mujer. Y tener mucho valor. Países muy machistas.
Otra cosa es la irresponsable que va y dice, ¡me hay que me saquen de aquí! Que también
hemos visto estos días unas cuantas, ¿no?, en la tele. Pero la que sabe dónde va y vuelve
aquí otra vez y vuelve otra vez. Y hay tipas... Absolutamente.
Te da rabia cuando te califican de machista. Es que yo no sé por qué me da rabia, no
soy machista. Nadie que haya leído una novela a mí, o hay uno de mis artículos. Otra cosa
es que yo me burle el lenguaje, inclusive. Que no quiera decir todos, ni niños y niñas.
Pues, oye, es otra cosa, eso ya queda cual. ¿Qué pasa con el lenguaje?
Cualquiera que me haya leído, cualquiera que me conozca mis artículos, mis novelas.
No, no, la flante es de no muy fuerte. En absoluto, en absoluto.
¿Qué pasa con el lenguaje, inclusive? Te lo voy a decir, bueno, te lo voy a decir.
La lengua es una herramienta. Yo escribo novelas, y antes era meteorista. Usaba la lengua y
el idioma lo usaba como forma, mi herramienta laboral es el lenguaje. Necesito que mi lenguaje,
mi herramienta laboral esté, si es una navaja muy afinada, si es un cinzel muy afinado,
si es un micro que esté bien, he leído que sea perfecto. Para expresarme bien con eficacia.
Necesito ser eficaz, contar mis historias con eficacia. Si me dice una señora, a menudo,
a veces en la alfabeta, a veces no, me dice que yo debo decir todas, todos y todes en
una novela mía. O decir, los niños y las niñas son tan, yo no puedo escribir una novela así,
ni un artículo. No puedo hacer eso, porque eso me impide, expresamos, es una cosa que
me llama economía narrativa, normas del lenguaje, ortografía, gramáticas, sintaxis, hay unas
reglas básicas. Yo no puedo transformar el lenguaje para agradar a una lectura política
del lenguaje. Política y lectura política tiene mucha razón, que por supuesto, naturalmente
es una cosa. La mujer lleva sometida tres mil años de memoria documentada y antes al
ser humano y naturalmente que debe, puede, debe y además quiero, además tengo una hija,
primero quiero que la mujer tenga una independencia respecto al hombre que no ha tenido nunca
y tenga un respeto y un asentamiento en el mundo que no ha tenido nunca, pues le hemos
negado los hombres, los culpables. Otra cosa es que el lenguaje que utilizo para contar
cosas me lo quieran contaminar, son dos cosas distintas. Entonces, cuando yo he atacado
el lenguaje inclusivo, estoy defendiendo mi herramienta de trabajo. Además, soy académico,
tengo la obligación moral de defender la lengua, otra cosa es la transformación. La lengua,
o sea, la lengua debe evolucionar y de hecho está evolucionando, cambia, pero no puede,
pero evoluciona por el uso, porque cuando la gente habla, cuando al final la gente diga
todo, pues dentro de medio siglo, pues se dirá todo, pero es que al momento no lo dice la
gente y como dice la gente, yo no voy a, en mi novela, ni mis artículos, a escribir así,
ni voy a dejar que uno me diga de una altura, no, pues usted, todo se insulta, no, entonces
me burlo, me río, critico y me aparto de eso, pero eso tiene que ver, o sea, o sea, las
mujeres han estado sometidas aún, aún, a unas normas sociales hechas por hombres durante
muchísimos años, y evidentemente el siglo XXI ya no es de los hombres, es de las mujeres,
está cambiando y va a cambiar más, hasta en literatura, el héroe narrativo, Aquiles,
Héctor, el Pirata Negro, el Corseo Negro, Altañán, nada, pero no, ahora no, ahora
es el siglo de las mujeres, son ellas, ahora los personajes femeninos están además evolucionando,
son afascinando, porque más todavía no han dejado de ser lo que eran y eso es otra cosa,
entonces hay un montón de complejidades, hay un montón de contradicciones fascinantes,
entonces naturalmente que, pero no, pero no, pero porque yo esquiva a todes, eso no vaya
al contrario, la estupidez retrasa el combate justo y necesario que el veradero feminismo
debe hacer, o está haciendo, y eso es la razón, y eso es claro, cuando me enfrento
a eso, a la machista, a la machista, lete cualquier texto mío idiota. Lo que decíamos
de la ignorancia, y de, bueno, y también lo de los sentimientos, al final parece que
estamos en un mundo de bandos, todo tiene un bando. Nelsina de etiquetas, a ver, defínase,
defínase, mojese, mojese, definase, usted está con fraco en la República, con la República
por supuesto, pero medio usted también, la República metió la pata, eso es ser franquista,
no, no, no, eso es que la República metió la pata muchas veces, pero eso usted está
haciéndole el juego a los, no, pero eso no lo puedes dar debate, si te metes en ese
perverso debate estás perdido porque no hay salida, así que prefiero quedarme fuera.
Volviendo a un tema que Gervasio me dijo que era muy interesante para hablar, porque
él lo vivió también contigo, que es el tema de los Balcanes, y hay varias cosas que
me gustaría destacar de los Balcanes, porque ya antes hemos dicho que te recuerda por
desgracia lo que está pasando en Ucrania, los Balcanes, ¿los Balcanes es donde has
visto la miseria humana de forma más profunda, más grave? No, no es en todos los sitios.
Pero sabes que pasa en los Balcanes, los Balcanes son ruyos.
Se parecen a nosotros. Claro, pero te aseguro que, o sea, sean indios, sean americanos,
sean africanos, sean asiáticos, el drama es el mismo siempre, lo que es que aquí vemos
a nuestros hijos, como se parece el niño a nuestra hija, o a nuestra prima Manoli, o
a nuestro papá o a nuestro abuelete, claro tal, pero es lo mismo, no, no.
Vais que los Balcanes, vais que los eslabos son muy duros, son muy duros, no, es gente
que ha sufrido mucho, y entonces claro tienen una manera de entender la vida, la guerra,
la muerte, la supervivencia más cercana a la realidad que nosotros, que estamos en
el lado cómodo de Europa, ¿no? Entonces claro, lo que para nosotros es horror, para ellos
es más natural. Entonces bueno, pero, pero es igual, te aseguro que es lo mismo, es lo
mismo. La guerra es igual, vayas donde vayas, ¿no?
A algún tonto dice que no hay otras guerras iguales, pero no es verdad, todas las guerras
no son iguales, cambian las maneras técnicas, cambian las de Troya, Sarajevo evidentemente,
cambia el caballo de Madadera y los misiles, por supuesto, ¿no? Y hay algunos son rubios,
otros son morenos, otros son negros, otros son blancos, amarillos, pero bueno, pero el
hecho es el mismo, no es el ser humano, el ser humano, por otra parte es el ser humano
siendo fiel a sí mismo, hay veces. El ser humano hemos olvidado, cada vez que el problema
está en que en Europa estamos, la comodidad, el confort han creado un capullito de ser en
el colvión los europeos hace bastante tiempo, ¿no? Refugiados en él, ¿no? Pensamos que
el dolor, la muerte, el horror, imágenes muy duras y sale un tal, no, por favor, da, que
el niño no vea, no lo da, el abuelito se ha muerto por el tanatorio y el que el nieto
puede irse traumatizado, ya lo llevo a mi abuelo y le digo un beso cuando estaba muerto
y a mi abuela, tí, eso o la mojama friva y tal y no estoy traumatizado por eso.
Es decir, hemos creado un especie de espacio de confort en Europa, en Occidente, lo vemos
Occidente en Europa, que nos aleja de la realidad y la realidad es aquella y es el hambre en
África y es el africano que está muerto del hombre que quiere comer y está y el afgano
que maltratas un mujer y la viola y la martiriza y le pone velos y es la realidad general del
mundo, ¿no? El horror, el dolor, el sufrimiento, la muerte son habituales, son las reglas, el
universo, el universo idiotas míos, el universo es un lugar desagradable, frío, peligroso,
que no tiene sentimientos, que hay un volcán y se llama la palma y te destroza o bompella,
donde hay epidemias, hay guerras, hay azares, hay accidentes, hay rebalones en la bañera,
hay virus, hay covid, hay un montón de cosas que periódicamente atacan al ser humano.
El universo, el cosmos tiene sus reglas, reglas inmutables que han sido siempre así y esa
realidad de vez en cuando se ve unicever esperando al titán, a veces da y a veces no, pero siempre
hay uno ahí. ¿Qué pasa? Que eso que en África, que ahora no crea, lo saben de sobra porque
tienen la memoria reciente, porque el abuelo, el padre han vivido eso en África, aquí
hace mucho tiempo que no tenemos nada de eso, entonces lo hemos ido olvidando y pensamos
que el mundo es lugar que ya hemos conseguido vencer al diablo, el mal ya está vencido,
nada, estoy a cuestión de exportar, exportemos a otros países nuestra bondad, nuestros sentimientos,
nuestro éxito democrático, exportemos lo que el afgano, que el chino, que el mexicano,
que el nigeriano, sean felices como nosotros los somos.
Esa es la gran estupidez, primero porque esos mundos, nuestras fórmulas no valen para
esos mundos, en Asia por ejemplo, el ser humano, el individuo nazista existe en la colectividad,
bueno, en fin, esto es muy complexo. Resumiendo, creemos que esta es la forma de vida,
que esto es un éxito, que esto es una meta, pero esto se puede ir al diablo otra vez,
o sea, sociedades seguras, sociedades evolucionadas, desarrolladas y potentes han caído en pedazos
a lo largo de la historia y esta puede caer también, mañana pueden llegar Putin o la
invasión de los mongoles o de los africanos de África o la de los, lo que sea, y destruir
y ver otra, y dentro de dos siglos habrá otro imperio, otra cosa, bueno, resumiendo,
hemos olvidado que el dolor, el horror, la muerte, la tragedia son normales, que horror,
se ha muerto un infarto, que horror, tú también, pero que dice, pero como, que nos vamos a
morir todos, ellos, tú, yo, todos, todos, entonces esa negación de la realidad es muy
peligrosa, porque te deje indefenso, cuando llegas no estás preparado, es como dice,
niño, tú, no, no, que mi hijo, no quiero que sea violento, no quiero que pele, vale,
de acuerdo, estupendo, es muy, muy, muy loable eso, que no pele, que no borde, vale, de acuerdo,
pero cuando va a darle una paliza, que lo va a defender, el amigo que sí es violento,
entonces claro, es un poco el ejemplo, un poco torpe, pero vale como ejemplo, no, negamos
la realidad, ser humano es lo que es, negamos la realidad, y el ser humano es lo que es,
ya es lo que es, y en la guerra se ve como ser ser humano, en la guerra se ve en todas
partes científicas, pero en la guerra se ve con mucha más, como dijimos al principio,
con mucha más intensidad, con mucha más frecuencia, con mucha más evidencia, claro,
o sea, yo no sé cómo serías tú, pero sé cómo eres aquí, pero tú con un casco,
un fusil, con la madre, la hermana violada, la madre muerce en un bombardeo, los amigos,
una ciudad rasada, a lo mejor a un ruso y le corta el cuello, y lo disfruta, en equicabrón,
claro, entonces ese es el punto, y eso es lo que creemos, no, que es que Jordi ya ha
llegado, no, Jordi no ha llegado en una parte, Jordi mañana puede ser otro Jordi, a eso
me refiero, entonces el gran error de Occidente o de Europa, como vamos a llamarlo, es que
hemos olvidado eso, creemos que todos somos Jordis, comprendes, y que ya no somos Iván,
ni somos Bongo, o somos quien sea.
Una prepotencia incluso de pensamiento, no, de que ya no hemos conseguido todo, de que
lo que estamos viviendo ahora es, ya no hay marcha atrás, que el estado de bienestar
no hay marcha atrás, y cosas como lo que está pasando en Ucrania, que a lo mejor luego
acaba en nada, en el sentido de que no nos afecta directamente, o si, o si, te da miedo
una tercera guerra mundial, no, eso no, crees que no llegue a ese punto.
Ah, no, no, eso, yo no lo sé, que te da miedo, no sé.
Ya te da igual, ¿no? ¿Te hace con el barco?
No, es igual, es decir, que no es eso, pero imagínate, imagínate, mañana no sé, cuide
un error en la OTAN, aviones que en Polonia, y bombardea Putin con un misil, Polonia, y
salía, pum-ba-pum-ba, te irá a la nube radioactiva, el viento en pedir para allá, la trae para
acá, pues, hasta hemos llegado, hasta hemos llegado, o sea, no estamos, y todo esto,
todo esto se va al carajo, y entonces, ¿quién sobrevivirá? El más hijoputa, el más gruto,
el más fuerte, la chica más guapa, o sea, sí, ¿por qué la chica más guapa? Porque
la chica más guapa subió mejor que la fea, esos rosos, ¿qué dice Reberte? ¿Por qué
es verdad? ¿Por qué es verdad? Porque lo he visto, lo he visto, lo he visto, aunque no
siempre, ahora que lo pienso. También puede ser una arma... Me contradigo, porque, por
ejemplo, en los balcones, los refugiados, los servios decían, tú, tú y tú, la guapa
la sacaban, la llevaban a burdeles para soldados, o están preñadas a la matada. O sea, no
siempre, no siempre, o sea, que puede ser una arma, o sea, no. ¿Ves? No sé, también me
puedo contradecir o puedo... Es así, es así. Bueno, a ver, los dos casos, en algún caso
puede ser positivo y en otro puede ser que sea el fin. Como el fuerte, el fuerte puede
subir, porque es el fuerte, para lo mejor el comienzo fuerte va adelante y es el primero
que se cargan. Claro. Pero ves lo que digo siempre, la vida es una gama de grises, nada
está establecido, ni siquiera mis afirmaciones, ahí la he hecho con toda tal, y ya lo he
rectificado. ¿Por qué? Porque la vida no está nada hecho. Entonces, claro, cuando
ves en Twitter, ves la gente, o esa seguridad, o ese tío. Sí, sí, sí, increíble. O sea,
me llamo Manolo, me gusta tal y eso tengo 18 años y... Y este tío tiene los santos
cojones de ponerse a discutirle a Gerva o a... A quien sea. O a mí, o a quien sea. Bueno,
pues claro, pues eso es, ¿no? Eso es, eso es. Yo creo que esto que tú decías, que es
un poco que nos están, en esta sociedad actual, sobreprotegiendo tanto, nos están evitando
tanto el enfrentamiento, aunque sea dialéctico o intelectual, que luego, cuando viene el
problema, porque va a venir, va a venir en... va a venir en Sarajevo, en Ucrania, y aquí,
y hoy a día. Y con el COVID. Y con el COVID, vino también, o sea, y puede venir peor.
Pero la que viene la gente no está preparada. No, no lo está. No lo está. Nosotros no
lo estamos, pero los que sí están es los que vienen de abajo, esos sí están preparados.
¿Los chavales? No, no, los... los africanos y los... Ah, claro. Esa gente no está preparada
para todo. Eso es, van a ganar. Van a ganar porque tienen... tienen hambre, ganas, valor,
fortaleza física. El que llega es que ha pasado ya todos los filtros. Van a ganar, sin
duda, y merecen ganar. Esa es otra. Sí. Mere... ¿Quién merece ganar? A ver, Dime Jordi, dime
en serio. A ver. ¿Quién merece ganar? En el mundo. Bongo. ¿Qué ha pasado? Salido de
su pueblo para darle comida a su familia. Llevo un año andando por África a pie. Lo ha
unumillado los marroquíes, los libios. Ha trabajado lo que ha podido. Ha visto que violaban
a su amiga, lo que fuera, los tal. Ha subido a la patera. Ha llegado aquí, ha llegado a
Marruecos, ha saltado a la valla. Y el tío está ahí. Merece ganar. Bongo. O merece ganar
el niñato de mierda que está toda la vida mirando a la tele, tocándose la nariz, que
no da el menor esfuerzo por nada, que solo tiene hecho que cuando se queda sin wifi
se pone y mata a la madre a machetazos porque se ha quedado sin wifi. O sea, ¿Quién merece?
Dime, ¿no? Contesta tú, no yo. Contesta ¿quién merece sobre él? Es evidente, claro. ¿Quién?
Bongo, ¿verdad? Pues ya está. Por eso van a ganar. Y me alegra de que ganen. Cuando
llegue el momento, no todavía, evidentemente, ningún imperio cae de golpe, ¿no? Todo esto
va poquito a poco, ¿no? Pero bueno, pues claro, es que estamos condenados. Estamos condenados
por justamente... Pero no es dramático, porque llegan caindo imperios toda la historia de
la humanidad. Bueno, ¿por qué va a ocurrir? Claro, si la alternativa. ¿Quién nos va a
saber de los box? Hombre, por favor. Claro. O sea, ¿quién nos va a... O sea, esos son los que nos van a defender?
Claro, prefiero a Bongo.
Entonces, tú en España no tienes a nadie que te representa, ¿no? Que te sientas identificado
políticamente o... Ya estoy muy mayor. Desengañado totalmente.
No, no lo desengañado, es más que fuera. Yo respeto aquí. O sea, tengo muchos amigos
que creen, ¿eh? Muchos amigos. Político, no tengo ningún amigo político. A la vez que
no tengo ninguno solo. Pero periodistas, gente profesores. Gente afín. Gente que realmente
gente buena y gente que creen y tienen... Yo hablo con ellos, los escucho, los animo.
Pues realmente lo merecen, ¿no? Merecen ganar. Pero... Pero... Pero... No, no, no.
Tampoco estoy fuera, sino que estoy mirando, ¿no? Digo, vale, sí, estupendo. Os aplaudo
fenomenal adelante, adelante, ¿no? Si uno cree de luchar... Si uno cree... O sea, es que
yo no creo y hay cosas en las que ya no puedo creer. Entonces, como digo, es que yo lo que
no creo. Sería hipócrita o sería falso. Pero... Pero si tú crees, es que... Quien
cree de luchar, naturalmente, lo terrible es el que cree y no lucha. Por miedo, por comodidad,
por un montón de razones. ¿Te da miedo o te da un cierto pesar la situación de España
hoy en día a nivel cultural, a nivel político... Pero no sólo España. España es un germo,
pero igual es de Europa. No quiero entrar, lo he dicho muchas veces, no puedo insistir
en eso. O sea, yo creo que el ser humano para defenderse ante la vida tiene que saber,
tiene que conocer. Y eso se llama educación. No digo educación de aprenderse en fechas,
pero educación tiene tener una aproximación a los mecanismos culturales, saber por qué
somos lo que somos, ¿no? O sea, estamos en Cataluña. Bueno, pues, saber por qué Cataluña
hay un problema en Cataluña. Para eso, saber. No basta que te diga, nada es que los españoles
malos que pañan o rogan. No, no, no. Hay que irse atrás. Mira la historia del siglo
XVIII y la historia medieval y todos los procesos europeos de construcción de nacionalidades.
Y cuando ya sabes todo, es decir, bueno, sí o no, o tal vez, o puede ser o no del todo,
que es la actitud crítica razonable. Pero no, es que resulta que hay que quemar a la
policía como... Los piolines han pegado mucho tal... Bueno, pues hay que el piolín secundario,
que no sea el piolín lo que te condicione tu manera de ver el mundo, que sea el conocimiento,
¿no? Entonces tú puedes ser independientista actualmente. Oye, yo tengo amigos independientistas,
además es muy radicales, pero son gente a la que respeto porque han llegado a ese proceso
mediante un proceso intelectual, muy serio, ¿no? Pero, bueno, ahora que tú aquí me
digas en Twitter y tal, vete a la mierda, vete a la mierda. ¿Qué estamos hablando? Ah,
no, que lo de creo no creer. Entonces, claro, cuando tienes ciertas biografías y yo tengo
una biografía determinada, hay cosas que no puedes creer. Hay cosas que no puedes asumir
como tuyas, ¿no? Pero eso no quita que respetes a quien las tiene. Eso me refiero. Nunca me
verás atacar jamás a nadie honrado que defiende una cosa honradamente, nunca, jamás, jamás.
Pero hay pocos de política... En política no conozco a ninguno.
Un poquitos. No, yo, o sea... Es una pena, ¿eh? Por eso
que quien tiene que representarnos sea así. Pero, escucha, ahora es muy fácil, pero hace
yo escribo artículos hace 35 años. Ahí están las hemerotecas, ¿eh? Entonces, nadie habla
de los políticos así. Yo he dicho cosas muy duras de todos ellos, de todos ellos.
Por eso, muchos de los políticos no les quedó, se empaticaron, ¿eh? Pero, y entonces, no
lo decía tanta gente. Entonces, muchos de los que ahora están entonces bien callados,
porque estaban ahí y tal, en el Cervantes allí, estaban acá, estaban a Cuyau, estaban
a Tari, estaban ahí. Los he visto, los conozco. Cuando eres mayor, ya has visto muchas cosas,
¿sí? Pero nunca jamás me han producido, ¿por qué? Porque he visto, ¿sabes qué pasa?
He visto los resultados. Desde muy joven vi dónde lleva la política, a los bosques
de cruces de madera. Cuando los políticos entran en espirales complejas, al final, quien
paga, es el pueblo de Gracia de Siempre. Y el político nunca está ahí para pagar.
Nunca verás un político en primera. Raro, alguno puede haber. Quizá el de Curán,
por lo que es un cómico, no era un político era un cómico. Sí, sí, sí, sí. El actor.
Zelensky. Curioso, ¿eh? El tema de…
Entonces, está aportando, ¿eh? Sí. Y muchos pensaban que era un títere
y que iba a ser un… Yo también lo pensaba.
… un político de papel. Yo también lo pensaba.
Tenía el perfil. Un tío que viene de la comedia. No hace tantos años que era cómico,
incluso hizo, creo que una serie que era la presidencia ucrania.
Sí, sí, sí. Por eso es presidente, por lo que quiero, por eso. Es un sólido popular
y lo votaron por él. Es alucinante, ¿eh? Y está aguantando ahí y con lo que le va
a lo que… Se está aportando muy bien.
¿Tú entiendes a Putin? Perdón.
¿Tú entiendes a alguien como Putin? Entiendo, entiendo.
Pero claro que lo entiendes. Él es ruso, él quiere que Rusia sea grande,
que él es un patriota y un nacionalista, con todo lo que es implicado en peligro,
claro, que nos salve Dios, que nos libre Dios de los patriotas y los nacionalistas, ¿no?
Que nos salve Dios, como decía… Y no hablo quién fue el autor que dijo,
«Livio Dios, te quedaré manos de héroes». Pues es verdad, ¿no?
Pues tiene sus motivos, todos tienen motivos, todos tienen motivos.
Pues es un nacionalista que cree que así hace grande a Rusia,
lo que lo comience un hijo de la gran puta. Bueno, pero él cree que hace…
que así tiene el poder y Rusia y que él cree, bueno, ahí está.
Claro.
Cuando antes hablabas por eso de que si hubiera un conflicto global a ti, bueno, ya no te
hagan el fondo por eso mucha pena, el hecho de que tantas cosas todos se desmoronan,
ya se termina todo, ¿no? Aunque no nos toque directamente un ataque aquí,
sería el fin de la civilización como la conocemos, ¿no? Te daría ni un poco de pena.
Bueno, un conflicto global lo que haría sería acelerarla. La civilización, vamos a ver.
Ya me voy a ir… Bueno, me voy a poner estupendo.
Homero, Dante, Virgilio, Platón, Aristófanes, Montaigne, Voltaire, Ruso…
Todo esto está en proceso de emolición. Están cada vez más olvidados, más apagados,
más cancelados. Entonces, ese mundo, este occidente, este Europa, está ya cayendo.
Caerá despacio porque los imperios tardan mucho tiempo, a veces siglos, pero los hermanos
tardó cuatro siglos, seis, cinco siglos, en…
Dante se tardó en desaparecer, ¿no? Pero al final que era… Un cataclismo aceleraría
el proceso, pero eso va a ocurrir igual. Igual que te cierran, tú ya tienes un edad
que ya te adapta a que te han cerrado algún sitio que te gustara cuando seas joven.
Claro. Pues es un poco eso. Te van cerrando restaurantes, te van cerrando cines, bares…
Poco a poco. … lugares. Pues es lo mismo, pero a lo bestia,
en plan histórico, ¿no? Cuando vives mucho, poco a poco te van cancelando, te van calusurando
cosas. Bueno, no es tan dramático es la vida, es que es así, es que siempre ha sido así,
siempre ha sido así, siempre, siempre. El problema de un conflicto es que es…
Lo acelera. Lo acelera, ¿no? Lo acelera, cosa. Lo brutaliza, sin duda, sin duda, sin duda.
Obviamente no me gusta nada que esté pasando el Ucrania, ni me gusta que pase ninguna guerra,
¿no? Pero bueno, pero también la guerra forma parte de la… Eso te lo dijo Gerbán,
que la guerra forma parte de la vida, de la vida humana, claro, que es así. El ser humano
ejerce la violencia para conseguir cosas, que sexo, comodidad, alimento, confort, poder,
claro, es así, y eso siempre ha sido lo que lo consigue por vías menos espectaculares
o bien por vías más espectaculares, pero siempre es lo mismo.
Putines, un ambicioso de aquí, ¿qué te dice? Yo, Putines, no sé, un empresario que aquí…
Que hace una opostil.
Y ahí está haciendo su opostil a Ucrania, pero ese es el mecanismo llevado a lo bestia,
¿no? Pero el mecanismo básico es el mismo, ambición, poder, tal.
Canibalizar al que tienes cerca. Claro, es así.
Hablas de lo de la sangre y la violencia y lo brutal, una cosa que me destacó Gerbásio,
que es el cerco de Bucobar, que creo que estábais ahí juntos.
Entramos juntos. Entrasteis juntos, erais muy pocos, poquísimos,
y él lo recuerda como algo y el que ha vivido de todo, también, muy bestia. Fue realmente
un cerco, un asedio tan duro, ¿cómo era el estar ahí dentro?
Pobre, una bomba cada 1 minuto y medio, durante 3 días.
Muertos por las calles, ningún lugar, es que no sé, era guerra concentrada a lo bestia.
Era un búbobar, fue muy duro, fue de los sitios más duros.
Mucha artillería y nosotros teníamos que movernos por las calles.
Pero qué pasa, claro, la diferencia está en que Gerbásio era su primera guerra a lo
bestia. Tú ya habías vivido.
Ya llevamos 15 años de guerra. Nos lo sabíamos como movernos, como tal.
Cuando eres como todo en la vida, igual que un futbolista sabe dónde está el gol y donde
el pase tal, un reportero de guerra sabe cómo moverse, sabe lo bueno y lo malo.
Toda calleta hizo lo bueno y lo malo. Yo todavía lo hago sin darme cuenta, todavía
tengo reacciones del reportero que fui. Cuando cruzó una calle, cuando fui por lo bueno
y lo malo, con el frío, el sol, el viento. En la guerra sabes dónde despisar, dónde
no puedes pararte, en qué lado es mejor, si tiran allá o tiran de acá, si sabes por
el ruido lo que están tirando y lo que están tirando, qué es lo que hace.
En Búbobar, todo eso yo lo tenía como marco y tal, lo teníamos asumido, pero Gerbán
no, por ejemplo para Gerbán fue mucho más deslumbrante aquello, mucho más terrible
en ese sentido. Pero Gerbán es un buenazo, te cortó el episodio del hotel.
Sí, sí, sí. Yo llegué arriba, estaba abajo.
¿Tú querías dormir? Yo llegué a dormir y estoy harto de estar
ahí estando borracho y llorando y llorando, llorando, llorando y llorando y uno lo lo
además excremento en las letrinas del hotel y tal.
A ver, a mí me subí para arriba. Fui para arriba, busqué una columna, miré, dije
es difícil, tiran de allá, piste el hotel, hay una columna aquí, me puse bajo la columna
y tal, me puse allí y tal, me puse en medio de dormir.
Y entonces Gerbán apareció ahí, arrasó, se va, estaba ahí, haciendo así.
Y en la calle, que hay en la calle, tiró con el antiguino, entonces se iluminaba
con la facción, se iluminaba con los películos, reclamó el punto, ya estaba ahí dormido,
intentó dormir, pongo, pongo, pongo y Gerbán, Arturo, Arturo, yo, Arturo, Arturo, yo, ¿qué
te da el pie?
Bájate, boteo, no, ay, que voy a bajarme tal, no, ¿qué es que a ti, qué es esto?
A ver, Gerbán, que no voy abajo, porque me he quedado contigo, no, por qué, así que
quedate conmigo.
Yo no sé qué me hago, digo, végate.
Y me dice eso, que como me maten esta noche por tu, para no te perdonaré nunca.
Es que era un buenazo, era tan buena persona.
Es una persona de tan buena, tan buena persona, en una situación tan estresante, es que yo
creo que mucha gente lo estará escuchando y dirá, guapo, pero es que imaginaos iros
a dormir en un sitio en el que podéis no despertarlos o despertaros porque acabáis
de ser cercenados por la mitad porque te cae de una bomba cerca.
Y esto no es una exageración, podría haber pasado.
Porque una bomba en vez de cadera a 700 metros podría haber caído ahí, muertos.
Sí, trabajo, mala suerte, todo toco, ha salido tu número.
Lo mexicano tiene un dicho que me encanta, dicen, cuando no te toca, ni aunque te pongas
y cuando te toca, ni aunque te quites.
Pues eso.
Lo que está, lo que está.
Pues eso es así, así fue, así era, ¿no?
Y es que, claro, éramos profesionales, cada vez que allí no había a la gente pisa chulería,
ni tal, ni eso, ni eso, ni eso, ni tal, y no tengo más larga en la cámara.
No, no.
Hacíamos un trabajo y cuando tuvimos el trabajo te ibas, o sea, no estamos ahí por gusto,
a dispararlas, no, no, no, era un trabajo, entonces nuestra actitud era profesional,
como la tuya, o sea, tanto como la tuya, no hay ninguna diferencia, solamente que aquello
exigía una serie de comportamientos que aquí no hacen falta.
Bueno, yo, que sepa, no me jugó la vida, o es que a veces hay putadas, te cuento una
faena que me hizo mi cámara, Marquez, que es el de Doco Manche, el personaje, le digo
el libro a él, estamos, fue en Bucobar también, fue en Bucobar, no, no fue en Bucobar, sí,
en Bucobar, sí, en Bucobar, y entonces había un sitio que estaban los servíos muy cerca,
entonces yo tenía que hacer mientras había para el teléfono, estamos aquí y tal, está
aquí detrás, los servíos, tal, tal, entonces dice Marquez, bueno, él habla así con la
de una voz herida, bueno, hacemos la entrevista, y vamos a hacer la entrevista, bueno, pero
la hacemos, le digo, vamos a dar lo que el tanque sirvió, dice, pero ahí se lo hace,
no disparan, no van a disparar, porque era más bonita, entonces no fue, para allá por
la, pusimos, y el servio nos miraba el servio, que estaba, está loco, estamos de piedra
antes, entonces, me voy a hacer entrevista, digo, bueno, tal, el servio, tal, tal, tal,
quita, tal, tal, tal, ya está, dice, digo, ha valido, dice Marquez, no ha valido, hace
otra, hace otra, había valido perfectamente, era para fastidiar, para joderte, pa, pa,
yo, yo, yo, pa, tal, estamos aquí, pa, tal, tal, ha valido, decía Marquez, y cabrón,
y me hizo hacer cuatro entraillas el cabrón, se lo va a fastidiar, o sea que incluso ahí
a veces el humor, la broma, tal, bueno, esa es otra, claro, a veces las bromas y el humor
son una vía de escampo importante, o sea, ¿cómo puede hacer bromas? porque es la forma
de dar salida a la tensión, y bueno, y entonces todo ese, ese mundo, que es un mundo, el de
los reporteros de guerra, era un mundo muy interesante, un mundo muy peculiar, ¿no? esa
mezcla de cinismo, de bromas, de drama, de un compañero muerto de pronto, y no hablar
de él, y hay una historia muy buena también, que es la de Julio Fuentes, que lo mataron
a Ghanistán, Julio era sordo como una tapia, era muy sordo, entonces llevaba un sonotone,
y estamos en Osichek, y había un bombardeo enorme, y estamos en las habitaciones, entonces
bajamos todos al sota, ¿no? porque empezaron a caer bombas por la noche, y estamos allí
tal, y entonces estaba en ese gran ramiro, guiapad vierna de ABC, y a no serle que haya
una bomba y lo iría en la espalda, ¿no? que no me ha creído quién era otro, no me ha
creído quién era el otro, y entonces, y Julio no está, Julio, Julio no está, no está,
entonces subimos arriba a otro, y yo no volvió quien era el otro, por la escalera hasta el
sétimo piso que estaba, y ya no había una puerta, rompí la puerta, entramos y está
Julio durmiendo así, se ve aquí todos los sonotones de la noche de la noche, estaba
viendo así, bueno, 30 de la verada, y digo, Julio, Julio dice, ¿qué? ¿qué? ¿qué? ¿Julio?
¿Julio? ¿Qué? ¿Qué? ¿Somos los sonotones y dicen, ¡Hostia! ¡Hostia! Y bajó corriendo
el primero al sota, ¿no? Bueno, aquí vendí te ignorancia, ¿eh?
Las cosas, después van parte de ahí el folclore, ya las vas con, las anotas del oficio, las
vas cuando ya te ríes y la cuentas y todo, todas esas cosas hacen que vayas, porque el
horror crudo solo es demasiado, es demasiado a solas.
O sea, el humor negro te gusta? No, no mucho, no mucho, pero la guerra del
particular humor negro. Ah, sí, sí, es una, es una herramienta, un mecanismo, ¿no? de
defensa psicológica. Es una tar salida, como la oyes pres que tiene salida para la presión,
¿eh? Es que la guerra solo pues tiene humor negro. Sí, no hay otro. Ah, bueno, hay otro.
No hay otro, o sea, no… Hay tontos horrores que tienes que sacarlo de alguna forma, pero
lo insisto. sí, lo insisto. No, sin dramas. No, no, sin dramas.
Oh, physiological son trabajo. Es un trabajo, es un trabajo, es un trabajo.
Deja de ser reportero de guerra, porque estás cansado, ¿no? Estás ya… Ya no querés
lo que tú dices, ya no querés irla profesión. ¿Y?
No creo unir los telespectadores como alguno dice. Ya no querías ni en ellos.
te molestaban incluso? No, es que la actitud, hoy no mandes que hoy tenemos
partido, hoy abrimos con el partido y en un directo estábamos hablando y
estaba el ministro Solana en Bruselas y en la edad de Elena Sánchez que estaba
en el TV y Solana empieza a contar del tío, por eso no soporto a Solana, no soporto.
Eso está resuelto y eso está besando con los serios todos los días
negociando ahí, nada, o sea absolutamente blando con ellos, con los que
estaban haciendo ahí. No era verdad. Esto está resuelto y yo dije en el TV
Española, dije el ministro Solana en Bruselas, yo estoy en Sarajevo y este no
tiene idea lo que está pasando, fue un tremendo, estaba me amaron y dije ya se
me nota demasiado, entonces me tengo que ir porque ya se me va notando mucho el
día, me los pensaba, tengo un incidente serio, pero no por
principios morales, no por hartadgo personal, no me fui ponética.
¿Qué hago? ¿Qué estoy haciendo aquí en Sarajevo? Pasándome siempre era mi hija, con un
velero que no pone a vegar, que a lo mejor todavía voy a palmar aquí, para que
Solana, hoy no mandes nada que hoy tenemos fútbol.
Es más importante. Y ella dije esto, y además venía ya la cosa tecnológica,
o sea es que cuando era joven tú tibas África, América o Asia, estabas allí
con tu mochila, cuando había un teléfono, un telés mandaba estar y tenías
autonomía ¿no? Ahora cada vez más ya con lo que fíjate ahora con los tres, ya no,
estás todo el rato pendiente de... y la guerra del golfo tiene que hacer un directo
cada media hora, entonces bueno, cuando voy era al frente, si esté todo el rato
todo el rato entrando en directo, y todo eso ya me fui hartando y dije me voy, me voy,
me voy, me voy, me voy, me voy. O sea, ¿te gustaba el romanticismo de...
No era romanticismo, yo no que soy romántico. ¿Qué crees que es entonces, que echabas de
medios de lo más clásico? Era un mundo muy interesante, horrible, horrible, lleno de
amargura, de sufrimiento, que también era un mundo muy interesante, de lealtades, de
amistades, de emociones, de conocer gente estupenda, de las noches locas también
entiendo y divertidas, que mucha gente dirá la fiesta que se ha pegado en
Barcelona no se fue comparar. Por su pitraso un gammero, ¿no?
Por su... un pof. No, no, era normal, normal. Un poquillo.
Al huevo me dijo una fiesta de cumpleaños al marques en Sarajevo, su cumpleaños, ¿no?
Fui al mercón negro y me gastí una pasta horrorosa de dinero de la tele, claro,
en comprar huevos. Cada huevo alía, cada huevo alía, 8 marcos alemanes. O sea, que era
unos, unos 8 marcos alemanes, todo eso eran 80, 80, 80, 90, 40, unos 200, unos casi 100 euros,
casi 100. Un huevo. No, 50 euros. Un huevo o 50 euros. Le compré un montón, un
montón de, 12 huevos, tal y en el mercón negro, pagué un pastón que luego a la
tele puse factura o puse, no sé, me acuerdo, taci de París a Blago Stor.
No, no, no, no, lo cuento entre tí, lo comanche, todo eso. Y entonces, claro, la guerra no puede
justificar esas cosas y te levantas los horrosos, borrando, pagándose.
Y pues una fiesta, una fiesta que fueron todas las traductoras guapas, todos los
periodistas, los amigos, tal. Y una fiesta estupenda, estupenda y para celebrar el
cumpleaños del marques, ¿no? Sí, sí, y esas cosas, borrachas y bueno, o la fiesta
que hicimos en Rumania cuando Callo Chaucesco, aquella novedad, fue terrible.
Fue el año 90, fue una novedad horrorosa, hubo muchos muertos y había mucho frío y
estuvemos muy buenos periodistas ahí. Y entonces, y quien decidimos hacer la
fiesta de noche vieja para los periodistas, ¿no? Entonces, bueno, pues estamos allí,
estamos ocho, nueve periodistas de varios países y hicimos una fiesta igual
pagando, además es una cosa divertida. Todas las prostitutas trabajaban para
Policía Secretaria de Chaucesco y estaban todas escondidas, tenían miedo de que la
revolución las matara o les cortara el pelo. Entonces, dije, bueno, vamos a
rehabilitarlas. Entonces, fui yo con un rumano, que era muy putero, a todas las
que él conocía, le pidimos a la fiesta, invitadas, que fueron con trajes de
todas sus elegantes o trajes en plan, todas bien, y al mismo tiempo están ahí
también algunos militares de la nueva, con lo cual les hicimos tal, y fue una
fiesta muy diversa, estaban los chulos de las chicas, las chicas, los camareros,
esas fiestas, esos momentos raros, ¿no?, de tres horas de varentesis en una
guerra, ¿no?, que te permiten soportar todo el horror de la tortura que te
muerta en los canobozos, con alandres, los rotiradores, todo ese tipo de cosas.
Ahora lo iremos con el tema ya de la escritura, que también tengo muchísimas
ganas de conocer, porque nos queda un poquito menos de una hora, porque tiene
que coger un avión y tal. Hay algo personal mío, a mí me gusta muchísimo
cuando has dicho Beirut, a mí todo ese... Por eso me da pena cuando me dices que
ya se ha perdido ese Beirut clásico, ¿no? Ya que te hablo de putas,
una cosa, no me ha costado que una puta nunca en mi vida pagando, nunca.
Ya que me he mencionado eso, que quiere declarar, nunca en mi vida. No poco
hubiera pasado nada, yo creo. No, pero es que no se dio el caso, no tuve la
necesidad, gracias a Dios, nunca. Queda claro.
No, pero es verdad, este es un tema también que da para siete... Yo lo he hablado
muchas veces aquí, pero creo que lo naturalizo mucho, creo que es sano naturalizarlo
y más en conflictos y en caras que ahí no se puede negar lo que hay. Y bueno, lo
que hay, pues si hay aquí, no habrá en medio del sábado.
En Sarajevo hay a chicas y estudios por un paquete de cigarrillos. Por un paquete de cigarrillos.
Tengo que contar otra historia antes de que lo tengamos en tiempo.
Estamos en Sarajevo y lo hacemos, lo hacemos hacer shopping. Al hacer shopping
ya nos poníamos en la ciudad vieja, nos poníamos pegamos una pareja allí, el
equipo de esperar. Esperar, que hay una bomba cerca. Estamos esperando con los
cacos tarde. ¡Bumba! ¡Bumba! Y llegué una cerca. ¡Eso que lleguemos corriendo, que había
ido cerca a grabar en el momento en el que acaba de quedar la bomba! El pueblo, la
gente, se iba a estar todo el mundo. No puede querer a nosotros también, o sea que
estamos pagando los precios, pero bueno. Y una vez que estábamos así se acerca una
chica. Rubia, guapa, dice hola tal, ¿quién es el jefe? Dijo yo. Dijeron este. Y dijo, si me das un
paquete de cigarrillos, echamos un polvo. Yo dije, no, siento mucho, a través con mucho, pero
estoy trabajando en el paquete de cigarrillos, tomalo, pero no podemos estar en Sarajevo.
No estéis ahí. Pues nada, tal vez que mi padre fuma, está inválido y entonces bueno,
el tabaco para él. Digo, mira, haz una cosa, si quieres esta noche, ve al hotel, ve al
hotel, ahí está un jolidín, ya sabéis, los de los periodistas y te doy un cartón de
tabaco y te doy vital para tu padre. Ahora vale, entonces nada, estamos por la noche y
apareció un vestido de negro para que los francotidores no la vieran, no le tiraran,
pues te llamas yasmina. Entonces ahí hay que tratar, bump bump, tanto tal. Y dice, tenéis
agua en la habitación. Digo, sí, hay agua corriente, hoy hay agua, no había agua siempre.
Puedo ducharme, dije, sí, subí a mi habitación, subí a su habitación, subí a uno, sé
yo, yo le había dado un cartón de tabaco y una narración, subí a su habitación.
Había la puerta atrás, se metía ese desnudo delante de mí, se metía en la ducha y estaba
por allá en el marco de la puerta. Era muy guapa, tenía pecas, tenía pecas en todo
el cuerpo, era guapísimo, no hay asmina. Y la chica me mira como diciendo, cóbrate,
no? Pero no puede ser el hijo, mayor hijo de puta del mundo y he sido hijo de puta
muchas veces en la guerra porque mi trabajo me exigía a serlo. Pero uno no puede aprovecharse
de una chica en un hotel de Sarajevo por un paquetecerrello y un pa... No puede hacer
muchas cosas malas, pero esa no, esa no. Y gané a toda la promedeta, me quedé así
en la puerta disfrutando de la verdadera vista, era espectacular, tal, ella se quedó un poco
sorprendida, tal, bueno, tal, y eso, tal, tal, tal, terminamos, tal, se secó, tal, tal, le
derje yo una que se secara, tal, bajamos abajo, te doy una copa con nosotros, y se fue. Y cada
vez que no lo vimos por ahí, le damos siempre tal y eso, y andaba buscándose la vida. Y
un día estamos en la morgue de Sarajevo, haciéndolo, grabándolo, cada vez que pudimos
bombardirnos a la morgue, a filmarlo, a grabar los muertos que había. Y un día había muchos.
Entonces vemos que llegan un volván con una espina de chica que salían del maletero
del volván. Y estaba, miré de la fuente que ahora está, por cierto, ahora está en
Ucrania con mijayo, de triso española, el tío está así, grabando, y dice, mirar
quién está ahí. Hostia. Y era ya el... la guerra, que pues... y la vida, ¿eh? Entonces
empalgo gusto, y el otro cámara se puso a llorar, dijo Arturo, he cumplido, he cumplido
con un tío, no pasa, me conoces, me voy, ya no puedo, pues se fue ahí, está ahí, y está
ahí. Si hemos sido a mí, lo vemos de vez en cuando, ¿no? Su punto de no retorno, ya
de no aguantarnos. Así que guayasmina, es la historia de la vida.
Sujele que pensaba que habría un final feliz. Tú imagínate que yo me hubiera costado guayasmina
en el hotel, yo tuviera en la cabeza ahora, que le eché un polo a una chica, que después
la vi muerta y lo ponía en un paquete de cigarrillos, o sea, algunas cosas en la vida
haces bien, otras hechas mal. A ciertas. Pues te iba a...
Eso es la guerra, Jordi, eso es la guerra. Es todo eso. Y la humanidad.
Es así. Te iba a preguntar, para terminar con esto de las aventuras, del mundo más
de aventuras, al menos aventuras físicas, me gusta mucho eso, ¿no? El rollo del antiguo
Damasco, incluso a mí, esas callejuelas estrechas, me atrae mucho, sí me me ha traído mucho
y cada vez queda menos. Entonces, yo tengo que preguntar si me puedes contar alguna anécdota,
alguna historieta más divertida que te haya pasado, por ejemplo, en un Beirut, en una
zona de ésta. Si tienes alguna que recuerdes, especialmente alguna, yo qué sé, pues ya
no tenía que ser trágica, pero bueno, seguro que habrás tenido 150.000 historias más en
tu época de aventura, jovencito. La de Jerva yo también te quiero, eso es bueno.
Eso es buenísima. Pero eso es buenísima, ¿no?
Eso fue en Bukovar. En Bukovar, ¿eh?
Jerva mortero. Yo también te quiero. Es increíble, es increíble. ¿Tienes alguna
por eso ahí en estas zonas alguna noche que recuerdes muy loca o algún momento que te
perdiste o alguna aventura? Sí, tengo bastantes. No todas son contables.
Bueno, claro, si no, por supuesto. Lo que no contarás valdrá más que lo que…
No todas son contables. Bueno, siempre hay algunas, siempre hay algunas, sí. Una vez
estaba con unos amigos, un amigo libanés en su casa, oyendo un disco, entonces eran
discos, como ahora, un LP. Un vinilo, ¿no?
De Coen, de… ¿Cómo se llama? Leunar Coen.
Leunar Coen. Que hay una bomba y saltó el leso y le rayó el disco. Es el tío, se
cabía mejor de poder. Y estuvo pegando tiros por la ventana hasta que todo el cargador
empeñado lo habían rayado el disco. A que el tiró un militar.
No, era un libanés de lo que estaban por allí, ¿no? Da esas historias raras a escuchar.
Claro. Oye que Miguel de la Cuerda Salcedo apareció
por una ventana. Estaba en casa de una amiga y Miguel apareció por la ventana por el balcón.
A visitar la amiga no se veía que la amiga estaba acompañada y apareció por la ventana
allí y tal. ¡Hijo de puta, que haces aquí! Entonces entró y se lo estuvo tomando ahí
unas copas, Miguel, la dueña de la casa y yo. Hay muchas, hay muchas, hay muchas, pero
no sé… Una vida ha subido para mucha gente…
20 años en ese mundo, en ese mundo, claro. Hay una… Ahora estoy mayor, pero bueno,
pero claro, pero la biografía está ahí, ¿no? Lo que has… Y con eso escribo novelas,
¿no? A la hora de… Yo no cuento mi vida en mis novelas, pero cuando estoy hablando
del ser humano, utilizo lo que esa vida me dejó, la mirada que se había me dejó
para escribir las novelas. Para ti escribir, ya yendo más al tema
de la literatura, para ti escribir es una parte importante a la catarsis que has hecho
en tu vida. No, hay novelas que sí lo fueron. Como
decirlo con mancho, el pintor de batallas. Hay pintor de batallas.
Entonces, es mi novela más autobiográfica, esa fue mi novela, sea mi adiós a la guerra,
sea mi intento de limpieza mental, mi intento de comprender los mecanismos del mundo en
el que he vivido durante 21 años fue el pintor de batallas. Mi novela más compleja, más
dura de leer, más difícil de leer, más todo, ¿no? Y en las otras novelas lo que pasa
es que deslizo cosas que la vida me dejó, ¿no? Pero… no, no, no.
No. Un novelista es una mirada, una forma de mirar el mundo, ¿no? Cómo miro el mundo
ya lo has visto. Llevo dos horas hablando de cómo veo el mundo, ¿no? Y con esa mirada
es con la que escribo novelas, ¿no? Y no puedes evitarlo. Sabes qué pasa, ¿qué?
A veces querría poder hacer una historia en la cual hubiese bueno de verdad, hubiese
amor… puro.
…eterno y eterno. Pues claro, esa es otra, ¿no? Bélícula final feliz y se besan, final
10, ¿vale? ¿Y qué pasó después?
Claro, dos semanas pues se divorciaban.
Claro, cuando tienes… cuando has mirado, ¿no? Bueno, ¿y quién mintió primero, quién
engaño primero, quién tuvo primero una enfermedad, quién envejeció primero, quién cambió
porque los seres humanos cambian cuando se hacen mayores, quién fue infiel, quién
traicionó. Te ves, claro, ¿sabes? Cuando a veces ves cosas que no querrías ver. El
problema de los que han tenido una biografía como la de Gerva, como la de Mía, como la
de Mace, como de todos estos, de los que hemos estado hablando, si digas a viejo, es que
ves cosas que no querrías ver.
Veo a mi hija, bueno, la tenía atentista, pero la vía de pequeña tal y que hombre
la da desgraciada, que hombre querrá aprovecharse, lo malo, tal, que hombre la traicionará
y mi hija o cualquiera, ¿no? Entonces, claro, ves esas cosas, ¿no? Entonces, a veces estás
con alguien y mientras él habla, tú estás viendo sin querer la ambición, la vanidad,
la lujuria, la mentira, el miedo, la cobardía, la bileza, la ruinda, ¿los ves? No lo buscas,
te lo aseguro, Jordi, no lo buscas, no vas en la vía de observador, ¿no? Pero de pronto
dices el tic, el movimiento, la manera de tocarse la oreja, de tal de sentarse, de dar
un cigarrillo, de pedirle cuenta o de no pedirla. Sobre todo de no pedirla, ¿no?
De no pedirla más.
Pues tú la pides, ¿no? O sea, y ves, ¿no? Entonces ves que a veces, si no, amaría más
la humanidad si no hubiera cosas que veo. Pero, claro, ¿cómo uno, por ejemplo, puede
hacer a perder su biografía? No puede perderla, no puede perderla.
¿Eres quien eres por también lo que has hecho?
Perdón.
¿Eres quien eres por también lo que has hecho?
Claro.
Claro.
La vida es tu.
La vida que llevé no sé a lo que soy ahora. Todos somos lo que somos porque fuimos lo
que fuimos, sin duda, ¿no? Sin duda. Pero, claro, te aseguro que a veces me gustear
ser inocente, ¿no? Hay cosas que me gustaría compartir, entusiasmos que me gustear compartir,
¿no? Cuando amigos, gente a la que quiero, entusiasmas, matas, ah, qué bien, ta, ta,
ta, ta, y lo ves. Jóvenes a lo mejor, ¿no? O no tan jóvenes. Cómo me gustaría compartir
eso, ¿no? Pero no, no puedo. O sea, a cambio de todo lo que aprendí, he perdido. Hay cosas
que ya nunca, que son imposibles, ¿no?
Que son imposibles.
Una mirada un poquito más cínica. Ahí sí.
No, pero yo no soy cínico.
¿Tú crees que, por eso no?
Ha sido una conversación de cínico.
No.
Y es evidente que yo no estoy haciendo un papel.
No, no, no.
Está claro que soy yo, el que estaba antes soy yo.
Totalmente.
¿Tú ves cínico en mí?
No.
Pero esa mirada.
Y puedes ver amargura, puede ver decepción, puede ver distanciamiento. Incluso a veces
un suave cínismo en algún momento respecto a algunas cosas. Cierto, ¿no? Pero yo no
soy un cínico. No, no. No lo soy. No puedo serlo. He visto más cosas buenas de ser humano
para ser un cínico. Si solo hubiera sido malo, si lo he visto en el lado malo, sí lo
sería. Si no, es que si disparabías contra la gente, ¿no?
Es que disparas, fracotirador, sarajevo. Quiero traba, quiero grabarlo. Me pide dinero.
Le pago dinero. Vamos con él. Arriba. Terrafa. Fusil. Él allí. Mi cámara allí, yo allí.
Yo preguntaba. Y él mirando, de vez en cuando, y hablando con nosotros. ¿Por qué tal, David,
un tío te cuenta? Tiene la foto de su hija que toca el violín. Un tío que tiraba y te
dice, te explica que cuando a los niños más dificilidades que a los mayores, los niños
se mueven mucho. Pero espera, espera. Te dice que él nunca procura no matar con el primer
tiro, pues entonces van a buscarlo y te matan los cabanos que van a buscar al herido y luego
por fin remata al herido. Te dice, ayer estuve una mujer en el punto de mira. Y la vi, le
estuve siguiendo, pero en el alza vi que se parecía, no sé a mí, no malo de quien dijo
a mi tía Amalia, no sé, yo le dijo Irina. Y dijera, no voy a matarla. Y vi que había
una mujer que estaba mirando, un hombre que miraba a la mujer, quizás esperando que la
matara a alguien y todo lo disparió y lo maté a él. Le dice a un tío que está a tu
lado y te dice, un momento, un momento, un momento. ¡Bum! ¿De qué estamos hablando?
¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! ¡Bum! O sea, eso es ahora con ese tío
que me costó, le pagué para dejar estar con él mientras trabajaba y hablaba. ¿Cómo
diría? ¿Y cómo no le pegaste? ¿No le quitaste el fusil? Pues mira, no. No, no sé lo que
tiene. Bueno, pues eso. No, no sé por qué te he descontado esto.
Bueno, es por lo de decinismo, lo malo, lo bueno del ser humano, que también te has
visto muchísimo bueno. Bueno, es decir, que ese individuo, cuando
mencioné el fotos con el violín, estaba emocionado. ¿Seguro? No, no, es lo estaba.
Ya, mejor es un padazo. Y saltar en mí me ha emocionado.
Oye, hay una cosa muy divertida que le pasó a Marquez. Vamos a tomar, a echar gasolio,
al otro lado de la línea, el cruz de Morel, para echar gasolio, para el coche, en la zona
de la servía. Y todo estábamos en la zona Bosnia, en el Sarajevo. Entonces, un tío se
la acerca a Marquez y le dice, tú eres periodista. Y así. Y entonces, un coche blanco que pone
pres, dice, sí. Si te tuve ahí en el puente marshalatito, te tuve en el visor durante
mientras recorrías, cruzabas el puente. Te he reconocido. Hoy no voy a matar este
gilipollas. Dejo glupán, que es gilipollas en Servocrota. Y no voy a matar, no te
mate. El tío lo ya tiene en el visor. Claro, lo cuentas.
Pero no lo mató, no lo mató. No, pues ya. Igual que no lo mató porque recordaba su
tía Amelia, como se llamaba la tía. La guerra, claro, la guerra te acerca a ese tipo de cosas.
Claro, ¿cómo no va a fascinar como observador donde ocurren esas, donde las seres humanos
se manifiestan en su mayor hijoputez, en su mayor intensidad? Es una escuela, claro,
con todo eso. Claro, te llevas, quiero no verla. Cuando me dice un tuitero, tal, esto,
niñato de, ¡reverte, hay que viajar más! ¡Fantástico! ¡Fantástico! ¡Fantástico!
¡Fascista! Pues sí, pero tío, voy a viajar un poco más.
Fantástico. Seguramente él ha viajado online, ha ido a...
A League of Legends. No, son las cosas, pero hay que sumirlo como es, ¿no?
Claro, ¿qué vas a hacer? Discutir con un niño de 16 o 15 años que te dice eso porque
le toca. Pero bueno, me tengo un pido yo.
No, estamos hablando del escribir, ¿no? De hecho, de la catarsis, de escribir. Entonces,
para ti... No es catarsis, no es catarsis.
No es catarsis. Para de escribir. A demás de...
La catarsis es otra cosa. ¿Te divierte escribir? Sí.
¿Te sigue divirtiendo a día de hoy que ya no tienes ninguna necesidad?
Me lo paso muy bien escribir. ¿Te lo pasas de lujo?
Me lo paso muy bien escribir. ¿Tú sabes lo que es vivir durante uno o dos años
con una historia en tu cabeza? ¿Dónde puedes decir tú a quien matas, a quien el sexo,
la chica guapa, el chico, lo que sea, el feo, el malo, tal, montar un mundo, te acostarte
y dices, mañana voy a seguir, ¿no? Es como ver una película o leer una novela que está
en tu cabeza, que tú creas, ¿no? Y entonces, y todo lo que lees, lees, caminas, comes,
vives, viajas, tiene que ver con eso, ¿no? Vives en un mundo, una especie de lugar mágico
lleno de cosas donde todo es posible, ¿no? Todo es posible. Vues a ser joven otra vez.
Puedes matar, puedes ayudar, puedes hacer tapas remordimientos, cosas que no hiciste bien
y que no hiciste bien hacerlas bien. Y sobre todo, el gente que después, gente, en tu caso,
sabes que hay miles y cientos de miles de lectores en España y fuera de España en 40 y tantos
países que van a compartir esas historias, que van a vivir lo que tú vas a estar viviendo,
que van a soñar lo que tú sueñas, para quien tus personas van a ser importantes, es un
privilegio. O sea, cuando me dice un lector gráfico, no, gracias a usted, ustedes me hacen
libre, usted tiene muy libre, yo no, no, no, usted me hace libre. Si usted no compró
mi libro, yo no podría decir las cosas que digo. Claro, le libertás a uno de ustedes.
Entonces, Jordi, eso es maravilloso. Entonces, claro, renunciar eso mientras pudiamente mis
novelas sigan siendo razonablemente escritas y los lectores las quieran leer, seguiré
ahí, claro que sí. Yo soy un escritor muy feliz, yo no sufro ante la página en blanco,
no, no sufro. He tenido mucha suerte en eso, mucha suerte. Nunca quise ser un escritor,
esto no quise ser escritor, yo quería ir a la guerra y después navegar. Pero a no ver
ese gusto en mi vida y me cambió la vida, pero soy un hombre muy afortunado, muy afortunado,
mucho. Y además, si estoy vivo entero o no, o alguna pequeña cosa, estoy todo bien.
Cuando te enfrentas, que supongo que habrás tenido como todos los escritores, en el momento
del bloqueo, la página en blanco, ¿qué le recomendarías a muchos escritores que pueden
estar viendo estos noveles, quizás que lo tienen tanta experiencia, ante ese momento
del bloqueo? ¿Qué sueles hacer tú o qué le recomendarías?
Pues que hagan lo que hago yo. Lo primero es tener una biblioteca. Si no, no sé qué
diablos haces escribiendo. Tener una biblioteca donde estén ahí los clásicos. Tener los
clásicos, quiero decir, los clásicos, es decir, greos y latinos, que de ahí viene todo,
biblia, de ahí viene el culturo occidental, siglo de oro, y vienen las herramientas del
lenguaje, que veedo, lo observantes, calderón, siglo XIX era gran novela, balzac, Dumas,
tendral, siglo XX, escofiseral, Conrad, Quiroac, etcétera. O sea, tener una biblioteca.
Entonces, leerla o estar leyéndola, o tenerla como proyecto de lectura. Y cuando estás,
que ya es un día, no, es un día que no consigo cuidar del toro de diablos, no, tal, hoy no
estoy listo, no consigo expresar. A ver, maestro, se ha hecho a mucha mano. No, no, es lo que
voy a hacer. A ver, con la humildad, pero uno y uno puede ser el más chulo del mundo,
pero la humildad, para trabajar, hay que ser muy humilde en cualquier oficio. Es muy humilde
profesionalmente, siempre lo que sea. Si no, si no, no aprendes. Si no aprendes, estás
perdido. Cuando, creo que un globo vuelvo a la biblioteca. Cuando yo empecé el oficio,
yo llegaba a la redacción, llegaba a una guerra, iba al hotel y decía, a ver, ¿quién es
el tío que más sabe aquí? Jan Larte, y aquel, tal, tal, y me iba, Oriana. Hola, mira,
soy Arturo, no tengo ni puta idea de esto, acabo de llegar. Cuéntame y decía, ven aquí,
chaval, no me falló, nunca me falló, jamás Jordi, jamás, ven aquí, chaval, mira, ven,
ven conmigo, porque sabían que querías aprender y la gente, cuando le entras así, es generosa.
Si eres humilde, aprendes y así aprendí muchas cosas. Después, cuando yo era el mayor, había
otros que vinían, don Arturo, Arturo, tal, Arturo es Twitter, Arturo, tal, yo le daba,
otros que llegaban y decían, nada, tal, yo no parezca aquello, tal. O sea, ya tú puedes
te echabas. O sea, cuando eres humilde, normalmente aprendes y te ayudas. Bueno, me ayudó mucho,
mucha gente me ayudó siempre. Entonces, aquí vuelvo a la biblioteca. A ver, maestros,
¿qué hago? Estoy aquí, cojo algo así y voy a ver, yo soy con Rastalda, el otro, tal,
el guaco, quien sea, o Fante, o Bukowski, o su puta madre, yo qué sé, quien sea, ¿no?
A ver, y no falla, siempre, aquí está, este párrafo, esta entrada, este ambiente, este
diálogo, está tal, esta palabra, y pronto ves, no lo copias, siempre te va y entonces
con tu propia, eso dispara, dispara en ti el mecanismo de creación que necesitas. Ella
sonrió y con ella sonrieron todas las mujeres del mundo. Lo he hecho, lo he hecho, soy cojonudo,
lo he hecho, o sea, y te eres un hombre feliz, una mujer, un escritor feliz, ¿no? Eres un
escritor feliz, porque lo has hecho hasta la... Otra vez, te atracas. Y vas a ver, pero
ojo, Agata Christie, como Dostoyevsky, o sea...
Sí, que no litismo son los grandes clases.
No, no, no, no, no, no, literatura cualquiera, o sea, yo he aprendido tanto de técnicas
narrativas, de los best-seller americanos más crudos y duros, de la nueva policía que
más elemental, corrente ya no, porque no le digo nunca corrente a yo, pero habría aprendido
eso que le había leído, como de los grandes maestros, como de Corral, Dostoyevsky, Estendal,
Balzac o Galdós, sin la menor duda. Todo un escritor, todo le vale, eso, porque no
hay una línea que separe el arte de baja literatura.
Una obra de Agata Christie se llama El asesinato de Rogelio, a Croyd, que es una obra maestra.
Es una novela policiaca, normal de crímenes, Agata Christie, o sea, despreciada por la crítica
erudita, ¿no? Y es una obra magistral, o sea, es perfecta como novela policiaca. Pues
eso es una gran novela, tan buena como puede ser la montaña mágica que tomas más, que
es así y es otra cosa. Y eso es lo que un escritor debe tener presente, que uno aprende
con todos, con todos. Sobre todo, si este tío esta tía tiene éxito, ¿por qué lo tiene?
A ver, Simán, si Estendal, si Balzac, Galdós lo tenían, ¿por qué?
Entonces te lo estudias, te lo lees estudiándolo con lápiz para tomar nota. A ver, y le buscas
los mecanismos, les buscas los trucos, les buscas el estilo, les buscas las maneras,
les buscas y después con ese máster de tu biblioteca te vas a tu propio texto y lo desarrollas.
O sea, rechazas el litismo de algunos que creen que hay literatura superior, literatura
inferior. Y te lo dice un tío que tiene en su casa, 32.000 libros, que es mi biblioteca.
32.000 libros. El último censo lo han 32.000 libros. Y no lo digo por alardear. No, no,
personal. Para que veas, ahí está, desde libros de historia, de política clásica,
latino y griego, novela policiaca, novela. Y te digo una cosa, con la edad, con los años,
cae el idioma novela policiaca. ¿Sí? A nivel personal. Sí.
Cuando has leído, digamos, lo que uno, en una vida razonable, puedes leer, digamos,
lo grandes, lo tienes leído, ¿no? Me interesa mucho la fórmula narrativa, la eficacia narrativa.
Y la novela policiaca es muy eficaz. Es donde hay más imaginación, más osadía, más eficacia,
más eficacia. Una novela de 100 páginas, lo mejor, el sueño eterno, o a Dios Muñeca,
o el Rogelio Acreud, o el diablo enamorado de Casot, o en esa novela policiaca, una
del Desmor Leonas, que es un dialogista extraordinario. Todavía aprendo. Entonces, yo quiero leer
aprendiendo. Yo todavía soy lector, no dejo de ser lector. Lleves de ser lector, estaré muerto.
Si el lector de ser lector muere, muchos no lo saben, pero están muertos y ahí están,
muertos de pie caminando, pero con el puñal en la escala están muertos, porque ya no son lectors.
Pero el que el lector se mantiene vivo, porque aprendes. Entonces, yo, digamos, no es que lo
sepa todo, pero digamos que la parte que necesitaba aprender para mis novelas ya la leí. Pero la
novela policiaca aprendo continuamente, aprendo efectos, diálogos. El perro estaba moribundo,
movió las patas. El perro dejó de mover las patas. Eso es de Hamet. O sea, es que estás viendo,
fíjate que va tan sencilla como un perro, el perro dejó de mover las patas. No lo ves,
tú te vas a lo tuyo, a tu propio perro, ¿no? Eso me refiero. Pero sobre todo eso es humildad
profesional. Buenos libros, variados, y irte a ellos sin ningún complejo. Y, por supuesto,
saquearlos y están para que lo saques. Ellos también saquearon a otros, claro. Saquearon a
otros. Eso es plagiar, eso es diferente. Pero saquearlos, por supuesto. ¿Tienes algún escritor
fetiche o algún libro fetiche? Es mi escritor fetiche, sí. La única foto que tengo en mi
biblioteca ahora, foto, es de... Bueno, tengo una foto con una carta dedicada que me escribió
Patrick O'Brien, el escritor que me gustaba mucho, pero en el lugar de lectura donde yo me siento,
tengo solo la foto de Joseph Conran, que fue marino y después fue escritor. Y es un
único escritor. ¿Sabes qué pasa? Hay otros que lo vas dejando atrás, no porque tú seas mejor,
sino porque ya te dan lo que te podían dar. Hay autores que me entusiasmano como Estendal, como
Balsak, como Galdós. No, a Galdós todavía vuelvo el de vez en cuando. Como Scotty Sherrill, que
los adoré y procuré empaparme de ellos. Pero ya con el tiempo con los años, tras escribir muchas
novelas, todo eso ya va quedando. Los leo ya no veo nada nuevo, pero Conran envejece conmigo. Conran,
cada vez que leo a Joseph Conran una novela, aunque le haya leído diez veces, hago una lectura
diferente. O sea, se va adaptando a mi edad. Ahora hago lecturas que no hacía cuando leí,
la línea de sombra leí con 15 años, ahora la leo, la lié hace poco con 70. Y eso es un libro
diferente. Entonces Conran es, digamos, el que va envejeciendo conmigo. Pero mi libro Fetiche
es el Quijote, sin duda, y los ensayos de montaña, y después la Elía y la Odisea y la Ineidad de
Virgilio. Son los libros que yo, digamos, estuviera aquí. Si mi mundo ardiera, salvaría esos. No,
no salvaría, no. Ardiera todo, todo. Aparte, si pudiera, estaría esa aventura de tintin,
que tengo mis piedras ahí. Esas son las que me habría dado con los brazos. Pero si todo ardiera,
reconstruía mi biblioteca otra vez, iría al corte inglés, o de fuera, al abnak, o a Amazon y
compraría una eneida, una odisea, una iliada, unos ensayos de montaña, un Quijote. Y con eso ya
tendría para ir a la biblia y con eso ya tendría para empezar a construir una nueva biblioteca.
¿Y de tu propia obra? ¿Tienes algún libro que digas este? Por el motivo que sea,
porque crees que es el mejor, porque crees que es el que tiene más significación. ¿Hay alguno o
algunos? Son más complicados. El pitor de batallas, sin duda, es el más autobiográfico.
Lo personal para mí es mi libro, entiendo, digamos, donde igual que he tenido comanches
autobiográficos en plan, divertido en plan, gamberro en plan. Es muy divertido. Hay miserias,
es muy divertido. Es emocionante. No, pero digamos que en mi libro, y yo donde me asomo más al dolor,
al horror, al remordimiento, a la memoria, digamos, es el pitor de batallas, que es mi
libro más difícil de leer, menos divertido, más complejo. Yo nunca lo recomiendo a alguien que no sea
un lector, digamos, cualificado. Pero otro, no sé, el Cruz Dumas, la verdad, tengo mucho cariño. El
italiano, la última novela. La última novela siempre es muy querida por eso, ¿no? ¿Y la
taula de Flanders, la consideras de las buenas tuyas? Esa fue la que te cambió la vida.
Te cambió la vida, ¿no? Fue esa exactamente. Me fui a la guerra del golfo dejando esa novela
detrás, uno era un novelista conocido, había hecho un servidor de batallas, pero no sé, pero
del user y el maestro de la misma. Y al volver, así me después era un Besseler en todo el mundo,
y eso fue lo que me cambió la vida. ¿Sabes o alguna vez lo has pensado qué fue lo que hizo
que una si y otra no? No tengo la menor idea. No tienes ni idea. O sea, en tu cabeza cuando la
escribiste, tú nunca pensaste en ser un escritor Besseler. No, yo no quería ser un escritor. Era
como un hobby, ¿no? Sí, era una novela. Bueno, tenía, es que era una novela porque me divertía.
Como el Héctor me divertía, pero le daba el Flanders fuera que dijo, no, diablos, es que esto a la
gente le gusta, se vende y además me da dinero. Con lo cual, pues mira, tengo una salida allá y
cuatro años después me fui. Con territorio Comanche, ¿que recibiste críticas? ¿Por qué es lo que
tú dices? Fue muy alabado, pero también fue muy criticado. Llegaste a pensar en dejarlo,
en decir, mira, no me quiero meter en más líos y aquí terminamos, dejar la escritura. ¿Por qué?
Si me divertí muchísimo con las reacciones. Te divertiste. Hombre, por favor, pero si lo escribí
para eso, yo quería provocar, yo quería provocar, quería pegar patadas en el hormiguero, claro. Quería
hablar de los... Era el Twitter antes de que existiera Twitter. Claro, que yo quería honrar a los
compañeros que lo merecían y quería descojonarme de los aquellos que no lo merecían y lo hice con...
Con toda la intención. Con todo el mundo. Fue divertidísimo. Sí, sí. Y yo, de verdad,
aunque nos guste mucho la literatura o leer, es un libro que recomiendo porque es que se lee
muy rápido, porque es muy... Pasan tantas cosas. Escribí en un mes, lo escribí. En un mes, solo.
En un mes. Es el libro más rápido que... Hostia. El que más rápidamente escrito.
Pues para un... Es muy rápido. ¿Y cuánto es el que más queda costado? ¿Cuál es el que más tiempo
has tardado? Hombre, es que cuando estaba en la guerra iba y venía y todo eso lo me llevaba más
tiempo, ¿no? Pero, fíjate, el que más trabajo me costó fue un día de colera. Un día de colera
es un libro que tiene 280 personajes, que son todos los maneros que lucharon con todos los
franceses. Entonces, estructurar en un día con todo... Pues todos son personajes reales. Utilicé
los partes de ese día, ¿no? De los heridos, los muertos y tal. Entonces, ensamblar todo
cronológicamente, pasar de uno a otro. Es la estructura más compleja de todas. Y ese, si me llevó,
fue un esfuerzo realmente muy duro y me quedé muy contento del. Pero fue un esfuerzo, ese me costó
mucho trabajo. Tenías un esquema... Si tenía un gran panel con los personajes, los horarios,
los sitios y tal. Fue un libro muy complejo, muy complejo. Ese, mirá si te lo voy a mandar,
si no lo lo voy a mandar. No, pues fantástico. ¿Ves cómo se va con todo el libro? Soy yo,
no sé cuál es el libro, vale, ¿no? Te lo voy a mandar porque es un libro que... Aparte que es
el 2 de mayo. Es como... Imagínate una cámara que se pasé por Madrid el 2 de mayo, por todo Madrid,
¿no? Contando lo que está pasando en todos sitios. Y ese es el libro, estoy muy nervioso,
porque fue un esfuerzo técnico muy importante. Falco de la saga nueva me está encantando.
Falco es de los divertidos. Es muy divertido. Es muy literatura de misterio. Falco es un hijo
de la gran puta. Sí, es un antihéroe. Bueno, para ti llegaría a ser antihéroe ni eso.
No, no, no, no. Ni eso, no. No pensé que fuera antihéroe, no, no. Es un tipo que es un jeta,
un vividor, guapo, elegante, cruel, que trabaja para los nacionales como para trabajar para los
republicanos. No tienes clupos. Que a la mujer le gusta mucho y le gusta mucho a las mujeres. Y con
el herido de los tres, al lido uno... En los tres. Los tres al lido. Falco me queda bien. Es un
personaje... Al menos me queda bien. Con lo que tiraba de cohesión pido que yo al capitán de la
triste le confiaría mi vida, pero a Falco... Tenía de copas, claro. Ya de copas. Sí, porque
era mejor si... Esa típico que se tiraría a tu mujer, se tiraría a la mujer de cualquiera,
le da igual. Y luego chocaría la mano contigo y te diría eres un crack. Pues sabes por qué sabés
que en Estados Unidos no se publica. Falco. Sí, porque me han pedido los editores americanos que
lo suavice. ¿Qué? Pero lo que te estoy diciendo. No es una novela que digas. Dicen que es demasiado
políticamente incorrecto para un público americano. Y les he dicho que se vaya al carajo,
entonces no les volví a Estados Unidos. ¿Estás preferido no tener todo el mercado americano?
No, el mejor mercado lo tengo. Ya vendo los Estados Unidos no va bien, no me puedo quejar. Ahora
menos quizás porque últimamente no le cuido mucho. Con el de Falco, de Falco yo no me
publican en Estados Unidos. Pero querían que le suavizara, que le quitara, que lo limara,
que le quitara algunas actitudes, tal termino, si te dije que no. Por tema políticamente incorrecto,
no supongo. Era que era demasiado provocador en ese sentido. Eso no pasaba hace diez años.
No. Nunca te hubieran dicho alguna cosa así hace diez años. Nunca la vida en Estados Unidos.
Y mira que Falco, la verdad, tampoco, se ha visto mil veces. Hay que reconocer tipo que tortura.
Sí, pero un personaje se ha visto mil veces, ¿no? En ficción y en historias. Sí, pero se ha visto
antes. Ya. Ahora ese tipo de personaje, no. Tampoco me sentí en tiempo y cosas muy peculiares también.
Pero ahora ese tipo de personaje no corresponde a un mundo así que nada, pero no pasa nada.
Claro, lo tienes claro, ¿no? O sea, a ti la cultura políticamente correcta, no.
No, yo lo soy en algunas cosas, yo intento sobre todo no ofender. No ofender a quien no merece ser
ofendido. Yo no lo provoco, yo no lo provoco, pero me gusta usted que yo no. Claro, la estupidez,
cuando le vas, eso ha agrado estupidez y sobre todo a inquisición. Es decir, no, usted tiene que,
no, usted no. No es que usted, no, no, usted no. Déjeme usted libre expresarme tranquilamente, ¿no? Que
me he vivido una vida que me da derecho a opinar lo que quiera y como quiera, ¿no? Y a usted debería
escucharlo, porque a lo mejor no estaba de cuerpo, a lo mejor lo que digo, que puedo interesar, porque
es un tipo que ha tenido. Pues mira, antes a los abuelos venían, se le ponía junto a la obera
y decían los jóvenes, a ver, abuelo, cuéntanos. Y pues salimos a por aquel mamut, y entonces el
mamut empitó, no, me gané, yo le metí la lanza y después anduve bajo la nieve con los chuletas
de mamut y murió, y cuando el joven salía a cazar su mamut, tenía la experiencia del abuelo
que sabía cómo iba a hacer mamut. Ahora no, ahora desprecian al abuelo que cazó el mamut, ¿no?
Creen que pueden cazar, me gustó, o a lo mejor incluso piensan que no hace falta cazar mamut,
comprenden. Entonces claro, pues tiene esa tendencia, ah, pues ya vieja, el abuelo, no lo
de mí, el abuelo en general, la vieja, rancio, talos abuelo, tal, tal, tal. O sea, el abuelo ahora
se le margina, no se les respete ni se le escucha, ¿no? Y se están perdiendo, pues no sé. Hemos hablado
durante dos horas y media larga. Sí, experiencias y historias. Te digo, ¿te puedo asegurar? Pues
cualquier abuelo, cualquier abuelo, cualquier abuelo, hallazó en la guerra o no, tiene mil
historias que contar. Lo que es que no los preguntamos. Y el abuelo se muere y se lleva y ¿sabes qué
pasa? Cuando uno muere, no muere él, muere el mundo que conoció, muere lo que vio, muere lo que le
contaron. Y mis, o sea, mis abuelos nacieron en el siglo XIX. Vieron el mundo en el siglo XIX. Entonces
claro, yo, de pequeño, el... Otro mundo. El abuelo me fascinaba lo que te contaba mi abuelo. Uno al
otro no lo llegué a conocer. Y mi abuela me contaba porque te acercas a un mundo que nunca vas a
conocer. Cuando todavía era el mundo de otra manera. Pero cuando un abuelo muere, todo abuelo
que muere se va con él una mirada, una memoria. O sea, tu propia historia. O sea, ¿quién te va a recordar
cuando muera tu madre o tu padre? ¿Quién te va a recordar bien tus padres? Si, si, si. Si tienes tu
suerte, mi madre murió con 98 años, una vida feliz, murió además con su casa, con su sé. Muy bien,
murió hace... Hacíamos todas. Murió porque le tocaba moriría, muerte natural, murió porque
la gente se muere, murió. Mi madre murió, se llevó imágenes de mí que nadie ha tenido más que
ella. Yo en la cuna, yo en el biberón, yo jugando con mis hermanos, mis hermanos, el jardín, la casa,
mi padre, tal que también murió hace tiempo. O sea, su abuela, su madre, entonces eso desapareció
con ella. Entonces ahora, lamento no haberle preguntado todavía mucho más de lo que le pregunté. Le
pregunto mucho, ¿no? Porque lo que se llevó, ya no, jamás nadie lo va a ver. Entonces hay que recordar
que cada vuelo, cada padre, cada madre que muere, se lleva con él un mundo. Están aquí, los tenéis ahí,
aprovechar, pregunta, no pasa nada, preguntarles un rato. Siempre habrá, hay pepitas de oro, siempre hay
pepitas de oro en eso, siempre, siempre. Ya vamos enfocando la parte final. Hablas de la gente joven,
hay una realidad que yo me doy cuenta incluso en mi generación. Y yo mismo es una de las cosas
que más rápida me da de mí mismo en los últimos cinco, diez años. Y es que me doy cuenta de que
estoy perdiendo la afición por la lectura. Y yo antes devoraba novelas, devoraba libros. Pero es que
yo ya de mi generación casi nadie le hablo de novelas. Y la gente joven, por la que yo pregunto y
yo tengo mucho aficionado joven y tal, muy pocos leen. En normal, ¿me pasa a mí? Así que tú también
has perdido. Yo leo menos ahora. Imagínate, aún podemos leer algo, pero hay gente que ya
directamente tendrá 16, 18 años y quizás porque le habrán obligado en el colegio y habrá leído
dos novelas, no habrá leído nada. Ya no están solo como escritor, sino como persona que le gusta
la cultura. ¿Tú qué crees que puede pasar aquí? Esto es una crisis total. No es dramático. No,
no es dramático. No, es que el mundo evoluciona. O sea, el ser humano si no necesita dos relatos.
El ser humano necesita relatos. Caínle cuente cosas. La imaginación, el aprendizaje, todo eso se
basa en relatos. Y antes era el relatoral, luego fue la escritura, novela tal, pero en el siglo XXI
el soporte es otro. La gente ahora se mueve por aquí. El videojuego, si ahora fuera un joven
escritor, medicaría hacer millones para videojuegos, te lo aseguro, escribiría novelas. La novela
está sentenciada como tal físicamente y como concepto. Ahora hay otros soportes, el videojuego,
las películas, las teleseries. El va cambiando. No digo que el mundo sea mejor o peor. Ahí no voy a
entrar, evidentemente, por mi generación. Prefiero el mío, la verdad, pero porque yo nací allí,
en el 100 años 51. Hace tres cuartos de siglo, así yo. Yo prefiero mi mundo, evidentemente. Lo
que voy a decir es que me niega este. Pero yo entiendo que el soporte futuro va a ser otro. El
podcast, lo que estás haciendo, el videojuego, se va a ir hacia ahí el relato. Entonces,
es evidente que el lector del libro tiene, yo creo que de aquí a unos 20 años o 30 años,
el libro será un objeto de culto para gente exquisita que disfrute con el papel, que coleccione
libros antiguos y tal, pero el soporte será diferente, pero es normal, no es dramático,
es así, es la vida. El problema es el lector. El problema es cuando el lector no exige,
cuando el lector no le exija al videojuego, ni le exija al podcast, ni le exija al soporte
del futuro, no le exija calidad y contenido de profundidad. Cuando se conforme con la
banalidad, con la superficialidad o con la mediocridad, ese es el problema. Mientras haya soportes
y contenidos buenos, qué más da el soporte que sea. Pero si el lector se mueve idiota
y no era anti-superficial, pedirá contenido superficial, entonces sí que será triste
que muera estendal, balsak, dumas con ra... y todo aquello que ellos han generado, porque
lo que estás viendo cuando hablas de Percy Jackson, que me canto esa película, para
adolescentes. ¿Sabes quién es Percy Jackson? Sí, que es como medieval o fantasia. No,
no, no, pero es Perseo. Ah, es Perseo, es que yo no lo he visto, pero sé que es para niños,
¿no? Perseo, ese es el mito de Perseo llevado a una película, hecho con un talento enorme
y cantidad de los videojuegos que estamos viendo y la película que estamos viendo,
historias clásicas, adaptadas a un medio y a un público moderno y eso es
maravilloso, pues los temas están ahí, lo malo es cuando la gente ya no sepa
que Perseo, quién era Perseo, entonces no sea capaz de identificar a Percy Jackson
ni sea capaz ni le interese en esas historias, cuando vaya muriendo digamos
lo que es la base cultural de la que sale todo eso, pero mientras haya gente que
identifique y no rompamos el vínculo cultural que une al Perseo de los
griegos y de los romanos y de la aventuría clásica con el Perseo del
videojuego, no pasa nada, cambia el soporte, no cambia el contenido, lo malo es cuando
desaparece el contenido, cuando se mediocriza, se bastardea, se difumina o se
emporece el contenido y el problema que tenemos no es que la gente no lea, es que
los contenidos son cada vez más superficiales porque el público, al no
tener una base cultural que lo hace exigente, exige cada vez menos y se
conforma cada vez con cosas más insustanciales o más superficiales, ese
sí es el problema. Y no crees incluso que la lectura y la literatura te da unas
herramientas que con lo de visual se pierde, que es la imaginación, el crear
tus propios mundos, la propia ortografía, y lo haces aprendiendo y
pasándote lo bien, pero ganas vocabulario. Sin duda, sin duda, pero lo que estoy haciendo es
aceptar todo el mundo. No digo que lo prefiera, digo que prefiero el otro, pero
como es esto, bueno, yo vivo aquí, yo no estoy encerrado en mi polla viejez.
No, no, no, el ruborrezo, nada, más de retro, no, no, a contrario, mira, hay una
película que me interesa mucho, que se llama, que se llama un Charter, un
Charter. Ah, sí, bueno, es un videojuego eso. Es un videojuego, por eso se interesa mucho, porque
digo, no, digo, adenturas. Esto es el tratamiento que el futuro va a dar a las
historias, ¿no? Es claro, me pongo delante y la veo con mucho interés, naturalmente,
o sea, por eso, a lo mejor me sigo vivo como escritor, porque justamente porque
todavía tengo la curiosidad, o sea, todavía quiero aprender, aprendo todavía, y
aprendo de los jóvenes, o sea, un joven que está viendo un Charter o está viendo
el videojuego o asesín crédito, o lo que sea. Yo lo veo, no, mira al joven, lo veo
reaccionar, lo veo actuar, lo veo, lo que eso le deja, lo que eso influye en su vida,
y estoy aprendiendo del ser humano, estoy viendo el futuro en ese joven que juega
el videojuego, ¿no? Que no es alguien que es persillaxo, pero se siente persillaxo en
la historia, y eso es maravilloso, con 71 años, aprender todavía, tener la
curiosidad que te permite aprender para comprender, para no despreciar nunca el
ser humano, ni tampoco glorificarlo, sino mantenerte en esa presencia.
Que se equistancia, eh. Eso es maravilloso, por eso yo soy uno
feliz, porque tengo esas, no sé qué se pasa dentro de cinco años, y mira a la
oya me llevará a una, a mi pregia, que se me dará un híctor, ya que no lo sé,
¿no? Pero ahora estoy disfrutando de mi experiencia, y mi experiencia me vale para
comprender el presente, y mirar el futuro. Es maravilloso.
¿Te ha gustado que hicieran adaptaciones cinematográficas series de tus obras?
Algunas y otras, ¿no? Pero bueno, pero eso ha sido, ha sido siempre han sido amigos.
Los amigos son la perdición. Hay un amigo que viene a hacer Falco, en serie
para televisión. En serie, sí. Da para serie. Da para serie. A ver qué pasa, a ver qué pasa.
Ahí tengo varias, y el italiano, la última no era el italiano, ¿tú has visto
Gomorra? Sí, claro. Pues los que han hecho Gomorra han comprado el italiano para
hacerla en serie. ¿Quién ha hacerla tan sufia? Porque Gomorra era un tratamiento
casi de documental. Bueno, no lo sé, pero ellos sabrán, pero son los que
la han, los que la han, los que la han. ¿Te gustó Vigo Bortensen como aladrista?
Mucho, mucho, mucho. Incluso a pesar del acento argentino.
Ya sí que es verdad. Que ahí sirve un poco, pero es un gran actor.
Y la tabla de Flandes, que es una película de Kate Beckins.
Valísima. Mira que los actores son buenos, ¿eh?
Los actores son... Fue la primera que hizo Beijing Shell, que está guapísima.
Está guapísima, pero cortito. Como protagonista, ¿no?
Cuando vi la película, le dije al productor, te voy a romper las piernas, hijo de mí.
Me acuerdo siempre de eso. Entonces, bajo ese cuñón, es muy amigo mío, lo sigo siendo.
Y yo te voy a romper la pierna, hijo de mí. ¿Cómo ha sido la realidad?
No, pues qué tal. Digo, yo era más grande del norte, me entendí o nada de la novela.
Me quedaré muchísimo con él. Te voy a romper las piernas,
dormí en El Club Dumas, del Chonitep. rock.com.
Está muy bien también.
¿Te molesto que cambiaran el título?
No, me dieron permiso.
Ah, te pidió permiso.
En mis contratos,
yo siempre pongo que tengo que aprobar el título, el guión.
A ver, después no lo hago, pero bueno...
Aprobar los actores principales...
Hostia, incluso los actores.
Sí, y eso me pasó con Ioni de...
Fue la segunda vez que dije Rupolo a final, cuando Ioni iba a rodar
el club Dumas, había un robo de presa en Toledo,
voy a empezar a rodar en Toledo, estaba Polanski,
yo y Ioni de llegó para el alcalde de Toledo
que facilitaba el rodaje,
y entró Ioni de, con algo raro al revés,
cuando es un canuto de un parmo el tío,
un colocón y...
Este hijo de puta va a hacer Lucas Coso, lo mato, agarrame, lo mato.
Ya verán mañana, Polanski, ya verán mañana.
Lo mato, este caro, cómo has entendido Lucas Coso.
No lo tenías.
Y al día siguiente lo vi trabajando y me quedé atorazo.
Vaya pedazo de actor.
Dije, lo siento, hay gente que quería patar, pero un abrazo.
Está inmenso, la vida está muy bien.
Me gusta mucho. No es mi novela, el final lo cambian.
Pero aún así, la vida se puede ver muy bien.
Tiene ese y bien pido, pero siempre se llama la primera puerta.
Polanski me encantará, Semilla del Diablo,
es una de mis películas favoritas de terror.
A veces patina, pero bueno.
Bueno, claro, qué director con tantos años no mete a lo nada.
La verus de los pieles patino, pero bueno.
Y también la de... ¿Cómo se llamaba? La de barcos.
Sí, pero guapa está. Es la marísima.
Emanuel está guapísima.
Se llamaba...
Fue un fracaso además, porque era carísima de hacer.
Fue un fracaso de taquilla.
Pero Emanuel ya merece la pena.
Esto se encantó, era guapísima.
Es mayor, pero sigue siendo guapísima.
Y una mujer encantadora me cayó.
A la que lo conociste.
Y cuando el rodaje de la película.
Y después nos vimos varias veces.
Y Emanuel, señale, la vida se llamaba cruel, cruel, algo cruel.
No me acuerdo, pero fue un rato.
Bueno, y estaba en la biblioteca.
Ella ya mereció la pena. La biblioteca es un desastre.
Además, él es de...
El inglés, ¿cómo se llama él?
¿Qué le hace el protagonista?
Hace un papel infame.
Sí, ahí es.
Luego lo miraré en Wikipedia, porque no me acuerdo.
Ella está espectacularmente bella.
Me guisima, guisima.
Ella es una chica muy agradable.
Me cayó muy, me gustó mucho.
Bueno, en todo el sentido.
Me gustó mucho.
Y aquí se termina ya, porque es que son casi...
La 7 tiene que coger un avión.
Me han quedado mil cosas, porque la verdad...
Ahora vamos a hacer una firmita,
que es siempre que hay un póster de Justin Bieber,
que todo el mundo firma.
Te tengo a decir que me lo he pasado del lujo.
Te estás aburriendo.
Artur podría haber durado 7 horas más y te prometo que estoy así.
No sé una cosa, nunca me he dicho que no te he visto tan larga en mi vida.
O sea, estás en lignes.
Estás en lignes.
¿Te has pasado bien?
Ha sido muy agradable.
¿Has disfrutado? ¿Te has espayado cómodo?
Ya me sabe más que el tome.
Es otro tono, otra manera de conversar.
Yo me he ferido de formarse con más cuidado.
De formar...
Por eso, tal, porque bueno...
Es que la televisión...
Hay que estar, sabe lo que es, una cosa fura de contexto.
Ya saben.
Reventa dicho.
Y sobre todo que me da pereza, ¿no?
Pero es un momento relajado, tu público es un público relajado.
Y aquí sí puedo estar tranquilo.
Y como es esto, muy tranquilo.
O sea, aquí no hace falta estar con la defensiva,
aquí la gente bien explica lo que quieres.
Es televisión, televisión muchas veces.
Y constártelo en mis gatitos.
Sí.
Esto es exclusiva.
Es exclusiva mundial.
Y ahora para que lo saquen los periódicos mañana,
o el día que sea, Arturo, para que lo vea...
Pues si lo sacan, que les den.
Me encanta, láctito.
Pues, Arturo, te pido solo la cosa. Mira.
Aquí, en Justin Vivereste de la Suerte,
todo el mundo que ha venido ha hecho algo.
Ya sea un dibujo...
No me han dejado en la quepisita lo que ha ganado.
Sí, está la cosa complicada para hacer algo.
Pero bueno, que si quieres hacer cualquier cosa, aunque sea...
Nada.
Cada uno elige lo que quiera hacer.
Ahí te lo dejo.
Voy a poner aquí esto.
A ver.
Estuve aquí.
Arturo.
Qué grande.
Arturo, ha sido un placer tenerte aquí un honor.
Mucha gente se va a sorprender, porque es...
Yo creo que es un poco la fusión, ¿no?
De lo que muchos entienden como el Skool,
como un escritor de hace tantos años.
Yo creo que vas a demostrar a mucha gente joven,
ya no tan joven, que eres mucho más moderno
de lo que muchos pensaban,
porque creo que hay eso, ¿no?
Incluso por lo que tú decías desde la chulería,
que muestras en redes, tal, que a veces te muestras más distante
de lo que realmente eres. Nos vemos el martes que viene.
Yo siempre dejo al invitado
despedirse como quiera y nada, ha sido un honor.
Bueno, no os fíais nunca de los profetas,
ni de los apóstoles, ni de los inquisidores.
Nunca os fíais, Dios. Nunca.
...