This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Amigos y amigas, bienvenidos a un nuevo The Wild Project. Hoy día maravilloso. Hace buen
tiempo sol en las calles y sol aquí también, en el estudio. Y eso es porque Nacho hoy viene
muy guapo. Muy elegante. Y bien es elegante hoy porque es un día importante, ¿verdad?
Tenemos una leyenda aquí. Cuidado. El único jugador del que tú tienes una firma en una camiseta.
Sí, sí. Está ya un poco borrosa. Pero está. Pero lo importante es que hay la esencia. Hay
la esencia hoy. Un podcast en el que hablaremos con un ex jugador ya. Se acaba de retirar. Una
persona que ha sido muy, muy, muy querida. Mucha gente ha hablado de él. Y para mí tiene una
parte muy importante. Y es que además de ser jugador de fútbol ha sido ser humano. Y esta
veces no es tan fácil de ver porque muchos grandes jugadores, grandes estrellas del deporte se ven
como dioses o como seres etéreos. Y son personas como nosotros. Tienen dificultades como nosotros.
Pueden tener problemas mentales como nosotros. Y me parece maravilloso que alguien que ha sido lo
que ha sido lo explique, lo hable con naturalidad. Aunque seguramente fue cabeza de turco en algún
momento. Y hoy para mí es un auténtico honor, placer, tener aquí a Bojan Kirkic. ¿Qué tal?
¿Cómo estás? Bien. Muy bien. Muy contento de estar aquí. Muy contento de tenerte. Muy contento
porque, coño, yo como culé. Quieras o no. Claro, yo he mamado y mi familia, ¿no? Hemos mamado tu
irrupción en el Barça, lo que fuiste. Y para mucha gente eres una persona que te tiene mucho cariño.
Eso lo notas, del culé, que te tienen cariño. Sí, sí, sí. O sea, de hecho, siempre para mí ha sido
ha sido vital ya desde que empecé a jugar con 17 años el cariño de la gente del Barça, el cariño,
bueno, de la gente del fútbol en general, ¿no? La verdad. Sí que es verdad que siempre me he sentido
querido. Y a día de hoy, que hace 12 años, más de 12 años que me fui del Barça, pues la gente me sigue
me sigue recordando con mucho cariño. Y para mí lo más importante de este cariño es que sobre todo
es el agradecimiento de lo que tú transmites, ¿no? Como ser humano más allá de lo del
jugador de fútbol. Normalmente empiezo con el pasado de la persona, ¿no? Y vamos a ir a eso y
a pues cómo empezaste y cómo eras de niño y cómo llegas al fútbol. Pero te voy a hacer una pregunta
de entrada porque hay algo que choca. Tú tienes 32 años, que para un deportista profesional a hoy
en día es joven, y te retiras. Te lo tengo que preguntar ¿por qué te retiras tan joven y estando
bien físicamente? Sí, sí, sí. Bueno, el hecho de retirarte tienes que entender de que es una realidad,
de que tarde o temprano llega, ¿no? El mundo del fútbol es un mundo maravilloso, es un mundo en el
que yo me siento un privilegiado de haber formado parte de este mundo profesional, de haber vivido
sueños inimaginables. Cuando empecé a jugar a fútbol con cuatro años, cuando llegué al Barcelona
con nueve años, ni siquiera estaba en mi cabeza poder algún día ser el jugador profesional y lo
conseguí con 17 años, siendo muy joven. Entonces, han sido 16 temporadas de unas
vivencias muy gratificantes, tanto a nivel deportivo como a nivel personal. Y uno siente,
o sea, pocas veces tomas decisiones con lo que sientes, ¿no? La mayoría de decisiones que tomamos
es con lo que creemos que tiene que ser. Y por primera vez sentía que era el momento de tomar
una decisión con lo que sentía. Lo que llevaba sintiendo desde hace unos meses. Independientemente
de la edad, era un momento que yo sabía que la etapa como jugador de fútbol estaba llena. No es
que había llegado al final porque, como tú dices, físicamente y a nivel incluso de ganas de jugar,
yo creo que uno nunca pierde las ganas de jugar. Pero sí que el hecho de ser consciente de que era
el final de la etapa como jugador, por lo que yo sentía y por las ambiciones que también tengo
de empezar una nueva etapa, pues por eso tomé la decisión de dejarlo con 32 años. ¿Qué notabas?
¿Notabas que cuando tenías que ir ya a entrenar o incluso al partido, tu cabeza estaba quizás en
otros sitios o tenías la sensación de estaría en otro lugar en vez de ir para el campo? Bueno,
sobre todo los últimos años que han sido años en una punta del mundo, en Estados Unidos. Luego
me fui a la otra punta del mundo, en Japón. Cambios con todo lo que repurcute a nivel de
vivencias, a nivel de todas... Te preguntaron sobre Japón, que es un país curioso. Sí, sí, sí. Pero
claro, todas estas vivencias las hice solo. Y entonces, pues quieras o no, son muchas horas solo,
muchas horas que pasé solo, estando en el extranjero. Y no quería que tener un mal sabor
de boca con el fútbol. Llegaba un momento en el que, sí que es verdad, que el último año tuve
varias lesiones que me hicieron vivir un poco la parte esta de las lesiones, que gracias a Dios
durante mi carrera me han respetado bastante. La parte de vivir solo en el extranjero. Entonces
estaba sintiendo como que el fútbol ya no me estaba llenando, ya no lo estaba viviendo de la
misma forma que lo había vivido hasta día de hoy. Y no quería dejar que esa sensación evolucionara.
Se hacía un poco más bola, ¿no? Ya la carrera... Eso que dices tú. Bueno, ya está. Todo lo que venga
ahora ya no me va a llenar más, ¿no? Sí, exacto. Sí, sí. Había un momento que dije... Me siento
lleno. Realmente me siento lleno como jugador de fútbol y me siento lleno como persona que ha
vivido este deporte. Deporte pasa bastante, ¿eh? Sobre todo el deporte de elite, donde empieza a
deportistas, no solo en el fútbol, en el básquet o en muchos deportes gordos, de gente que dices tú,
ostia, mira, ya tiene el dinero hecho porque realmente no le va a aportar nada más. Y que están
como unos años que los notas, ¿no? Que están ya casi por estar o por costumbre, que también es muy
importante, ¿no? Creo que es valiente a veces decir, oye, ¿estar por estar? ¿Para qué? Si estoy mejor
en mi casa o con otros proyectos. Sí, no, no. Es que estar a medias, no, no, no, no. Para un jugador
de fútbol, por ejemplo, en este caso, no te hace competir bien, no te hace jugar, no te hace vivir
las experiencias que realmente el fútbol te da la oportunidad de poder vivirlas. Entonces, yo creo
que yo siempre me consideraba un jugador ambicioso, un jugador que... un romántico del fútbol. Pero
tienes que ser consciente que... ¿Hasta dónde llega esto, no? ¿Qué significa ser un romántico del
fútbol? Bueno, pues un poco... Yo empecé a jugar con cuatro años siendo un ignorante, ¿no? De la
vida, del fútbol. Y yo... Lo que me atraía era correr detrás de ese balón. Y a partir de ahí,
pues fue un poco, pues, empezar a... La sensación de marcar un gol, de dar una asistencia y ver cómo
el equipo lo celebra, de vivir cuando un equipo pierde, lo que es el juego, ¿no? Entonces, yo me
considero romántico del juego, de lo que me llevó durante tantos años a hacer lo que sentía y lo que
me hacía vibrar. Como esa inocencia, ¿no? Sí. Exacto. El fútbol quitado del negocio, del público...
O sea, el fútbol como juego. Exacto. Un juego de niños, un poco se podría decir, ¿no? Sí, sí. Bueno,
es que es un juego. Como todos los deportes, es un juego. Y el reto está en que cuando, bueno, te vas
haciendo mayor, intentar vivir este juego de la misma forma, ¿no? Es difícil porque entran...
Muchos factores. Empiezan a entrar muchos factores externos. Lo dinerico ahí, ¿eh? Y la presión y
todo, ¿eh? Pero sí que uno aprende a centrarse, ¿no? A hacer su coraza y realmente conectar con
ese niño, con esa persona que empezó a jugar a ese deporte. ¿Crees que nos tomamos demasiado
en serio el fútbol, por ejemplo? A ver, sí que estaba en un momento ahora mismo delicado, ¿no?
Ayer vi que Williams, el jugador de la Lety de Bilbao, cerró todas sus redes sociales después de la
eliminación de la Lety. Son cosas que realmente es una reflexión que tenemos que hacer la gente.
O sea, obviamente estamos en un momento de evolución de la sociedad, en un momento de
mucha crispación, de mucho cambio, de mucha inestabilidad, inseguridad. O sea, lo entiendo
perfectamente, ¿no? Y al final, pues, es una forma de evadirte el ir a ver deporte. Pero ¿cómo nos
comportamos? Yo no te hablo a nivel profesional, te hablo incluso a nivel amateur. El otro día fui
a ver un partido de primera catalana que el entrenador de un equipo es amigo mío y también
lo que se generan... La imagen que dan el propio staff de los equipos, ¿no? Frentándose con los
jugadores del equipo contrario, el público... Todo esto, yo creo que está llegado... O sea, está en un
momento que es realmente desagradable. Luego te preguntaré por el tema de la presión y por el tema
de esto, ¿no? De estas implicaciones negativas emocionales del fútbol. Porque tú eres una
persona que, además de ser deportista, siempre has estado muy interesado en lo que hay detrás,
¿no? El ser humano y las emociones. Creo que eres alguien muy sensible, además, que es importante
la sensibilidad y la empatía y todo eso. Pero antes de irnos a estos temas, vamos a hacer un
poquito, que eso es bonito también, de conocerte como futbolista y repaso y todo. Lo primero que
te quiero preguntar. Tú vienes de una familia... Tu padre era futbolista. O sea, tú el fútbol has
mamado desde pequeñito. Entiendo, ¿no? Sí, sí. O sea, tú ya eres de en Lignola, el novio de Lignola.
Tú desde ahí ya empiezas a jugar a fútbol como un juego inocente y te empieza a gustar mucho, ¿no?
Bueno, de hecho, mi padre es serbio. Sí, Kirkic, de Zampadón, o qué lo que sea. Y de Lignola,
tampoco. Pero mi madre es catalana. Entonces, claro, mi padre llega a Mollerusa. A Mollerusa,
cuidado. Que él llegó a España para firmar por el sabadell. Lo que pasa es que por temas de
extranjeros no firmó y se encontró aquí. Y el representante le dijo, mira, aquí hay un pueblo que
ahora mismo está en segunda división. Podemos ir a jugar ahí. Entonces, mi padre vino a Mollerusa a
jugar. Se lesionó y conoció a mi madre, que mi madre es enfermera. Hostia, toda la historia es
maravillosa. Es perfecta. Nací yo. Tu madre de hecho lesionó a tu madre. Sí, puede ser. Lanzó
algo ahí. Y entonces, bueno, por eso yo creo que eso ya forma parte un poco de mi sangre, ¿no? Cuando
ya nací, un poco la sensación de llevar el fútbol en mi ADN. Ajá. Y cuando empiezas a darte
cuenta o tus padres se dan cuenta de que no eres un niño más. De que ahí hay un talentillo y de
que, ojo, es muy jovencito que empiezan ya… Empiezas a tirar para lo profesional. A ver, mi padre
sobre todo, ¿no? Que es el que entiende de fútbol. Claro. Y yo entró en el Barcelona con nueve años.
Pero, obviamente, el Barcelona no tenía categoría Benjamín. Tú empezabas en Alevín. Ajá. Y yo
jugaba en Beipuch en la escuela de fútbol que mi padre estaba en el club. Y jugábamos en un
torneo internacional. Jugábamos torneos, pero ya te digo, seis, siete, ocho años. Imagínate. Y ahí,
pues, el Barcelona se fijó en mí. O sea, yo hice las pruebas para entrar en el Barça y entré,
pues, el primer año que se hace que se crea la categoría Benjamín. Y, claro, ya empiezo metiendo
muchos goles y ya empiezo despertando el interés de gente que ya está en el mundo del fútbol, ¿no?
Obviamente, estamos hablando del niño de nueve años, pero que sí que es verdad que hacía cosas
diferentes. ¿Llegas a la masía? ¿Llegas a vivir ahí? No. ¿Nunca viviste ahí? No, no. ¿Ibas a entrenar y
te volvías a casa? Sí. O sea, estaba todo el día excepto cenar y dormir. ¿Por qué crees que no hiciste
ese régimen como otros? ¿Era algo tuyo que tú querías estar en casa o fueron tus padres? Bueno,
a ver, en los tres primeros años yo iba y venía de mi pueblo. O sea, no estaba ni en la masía. Mi
madre me llevaba en coche, íbamos a entrenar, volvíamos al colegio el día siguiente y así lo
estuvimos haciendo cuarto, quinto y sexto de primaria. Primero de la ESO, así que ya me viajó a
Barcelona y empiezo a vivir los dos primeros años en un piso con mis abuelos. ¿Por qué no en la masía?
Pues yo... Primero porque realmente llegué hasta el lado. Sí. ¿No? Y luego porque mis padres, pues
obviamente que la masía es un lugar que para mí es mi segunda familia. Es un lugar privilegiado
para la formación de los jóvenes deportistas y las jóvenes personas porque sobre todo en ese
momento son lo que te formas, es como persona. Pero mis padres querían esa extra de protección
o de crecimiento con la familia y los dos primeros años lo hice con mis abuelos y luego vinieron
mis padres. Tú sin vivir en la masía, por eso tú convivías con la gente que estaba ahí. Sí. ¿Cómo
era el ambiente de niños y adolescentes con ideas de ser profesionales del fútbol? Porque el ambiente
era bueno o era muy competitivo. ¿Entre vosotros qué tal era el día a día? Yo para mí es la
etapa que viviría una y otra vez, ¿no? Es la mejor etapa de mi vida a nivel de vivencias, experiencias.
Empiezas a convivir con gente fuera de Lleida. Cuando llegué a Barcelona no hablaba castellano
porque claro, en esa época en el Pueblón se hablaba castellano. ¿Qué habla éste? Claro, llegaba,
bueno, me pasaba a mí, le pasaba a mucha otra gente. De más de pueblo. Y claro, eso ya era como un
aprendizaje que en el pueblo no tenías. Luego ya te venía gente de Andalucía, te venía gente de
fuera de España. El poder convivir a esas edades con gente de diferentes lugares para mí es algo
que fue la convivencia algo increíble. Eráis como una familia, ¿no? Podríamos decir. Como
una chavalada ahí, todos con el mismo sueño. Ahí no había aún las envidias quizás que pueden
venir posteriormente. No había la competitividad. Era como muy sano todo, ¿no? A ver, sí que había
envidias. Lógicamente hay envidias, pero la maldad que tienen esos niños no es la del mundo
profesional, ¿no? Obviamente estamos hablando de un Barcelona, un fútbol base que es un lugar
privilegiado para los jóvenes que tienen la oportunidad de estar ahí y en el que cada año se
dan bajas a los jugadores. Y cada año llegan nuevos jugadores y cada año que te vas creciendo,
pues se va perfilando más tu situación, ¿no? Entonces sí que es verdad que es un mundo
competitivo. Sí que es verdad que es un mundo de mucha envidia. Pero a la vez también está la parte
de bondad de los niños, ¿no? Aparte de lo que te digo, no hay tanta maldad entre esos jóvenes.
Tú eras una máquina de hacer goles y de hecho creo que tienes a día de hoy aún el récord de
más goles en categorías inferiores del Barça. Sí. Que es una locura. Sí, sí, sí. Es una locura. Bueno,
realmente formé parte de la primera categoría hasta la última. O sea, el primer equipo. Entonces
fueron muchos años de muchos, muchos goles. ¿Cómo te trataba ahí? Entiendo que eras una perla y que
el club propio te trataba quizás con una deferencia, ¿no? Con la sensación de este
llega al primer equipo seguro. ¿Notabas eso tú? Bueno, yo la verdad que no tuve la sensación de
poder llegar al primer equipo hasta que no estuve en el filial, ¿eh? Porque realmente el primer
equipo de Barcelona es algo… O sea, a día de hoy lo vemos cerca porque cada vez hay más gente que
juega. Hay más gente que juega. Pero antes el primer equipo era uno de los mejores equipos del
mundo. Ni que formaras parte del fútbol base. Eso no significaba… Claro. O yo no lo entendía como que
yo iba a llegar al primer equipo ni mucho menos. De hecho, yo disfrutaba mucho el año. Cuando era
infantil era un privilegio por estar en el fintil B del Barcelona. Luego en el A. Sí que es verdad que
a partir de KDT ya empiezo a saltar categorías, ¿no? Es cuando ya empiezo, ya tiene primer año,
a jugar unos partidos con el KDT de segundo año. Lo terminó con el Juvenil de primero y así… Claro,
eso te dabas cuenta, ¿no? De que… Y ahí veía que la progresión estaba yendo muy rápida.
Hasta dónde me llevaba eso no lo sabía. Sí que me estaba llevando en un proceso muy ascendente y
que realmente cada vez que subía era como ir pasando de fase porque lo hacía bien, ¿no? Y marcaba
goles y por eso me llevaba a la siguiente fase. Pero ya te digo, hasta que no llegué al filial no
me veía en el primer equipo. Cuando llegas al filial ahí sí que empiezas ya a tener la idea de
oye, me puedo dedicar a esto y puedo llegar al equipo top. Sí, pero el día antes de que me llama
para entrenar con el primer equipo esa noche no dormí, esa noche estuve nervioso, llegué al vestuario
del primer equipo… ¿Cómo fue? O sea, ¿cómo te enteras tú? ¿Cómo te llega el mensaje? Después de
un entrenamiento… ¿De el filial? Sí, sí. Nos dicen a mí y a dos compañeros más que íbamos a
entrenar con el primer equipo. ¿Y quién te lo dice eso? El delegado. ¿El delegado? ¿Te viene y te
dice? Mira, ¿vais a estar mañana? Entonces esa noche que locura, ¿no? No dormí, no dormí realmente. Y de
hecho es que al día siguiente cuando entré en el vestuario del primer equipo me senté y tenía sed
porque tienes que estar media hora, una hora antes. Y había unas botellas de agua a cinco metros y no
me levanté. Era tal el respeto que tenía en ese momento que yo decía, digo… Claro, o sea, es que
realmente es… O sea, eso es una exageración, ¿no? Llevarlo a su extremo, que fue así… No es una
exageración en su caso. No es una exageración el respeto que yo tenía, ¿no? Pero realmente es que
es un poco como yo entiendo que tienen que ser las cosas. O sea, estamos hablando de un vestuario
donde hay veinte jugadores, donde subimos tres jugadores y donde en el mundo hay millones de
jugadores, ¿no? Entonces para mí tiene mucho valor. Tiene mucho valor el poder estar ahí y el poder
ganarte un lugar entre esos jugadores. Tú cuando vas para la zona de entrenamiento, ¿ves tu barrio?
O sea, ¿tú qué ves? ¿En qué te fijas? ¿Qué jugadores te llaman la atención ya de primeras?
Ronaldinho, sin duda. Es que encima era la época de Ronaldinho, cuidado. Ronaldinho, claro, ya había
ido muchos años al Camp Nou. Antes de la llegada de Ronaldinho, el Barça estaba viviendo una época
triste. Muy triste. Y Ronaldinho trajo luz al barcelonismo. La gente iba al estadio a ver a
Ronaldinho. Sí. Y Ronaldinho empezó a levantar la historia reciente del club. Claro, para mí,
y ver esos rizos de Ronaldinho, esa sonrisa, esa alegría, esa naturalidad, fue impactante, la verdad.
¿Os dijo algo a los que veníais? ¿Quién fue el jugador que más se acercó a vosotros? ¿Fue más,
de alguna forma, os recibió o os hizo más fáciles el proceso? Bueno, en este caso yo creo que,
o sea, no recuerdo exactamente, pero te diría gente de la casa, ¿no? Gente que ha hecho el
mismo procedimiento, gente como Andrés, como Xavi, como Víctor, gente como Puy, ¿no? Que,
al final, bueno, han estado muchos años ahí, han subido del fútbol base y son los que un poco te
hacen quitar ese nerviosismo. ¿Bebiste agua al final? Bueno, bebía agua cuando me levanté para ir
al entrenamiento porque me tenía que levantar. Deshidratado, tonta, caído en el suelo. ¿Qué le
pasa? Bueno, hubieras estado así, seguramente. Y no hubieras dicho nada. Tú callado. No, no estoy bien.
Vamos, vamos para allá. ¿Te acordás del primer entreno o qué? Sí, sí. La masía. ¿Cómo fue? Bueno,
ahí sí que es verdad que una vez ya salte al campo, ¿no? Fue como realmente un niño feliz de poder
compartir el juego con mis… Bueno, con gente que admiraba mucho, ¿no? Y eso sí que me quitó todo
el nerviosismo. Fue un momento en el que, bueno, el autoestima, la confianza me llenó para realizar
ese entrenamiento y poder intentar atrapar todos esos momentos que estaban sucediendo tan rápido,
poder vivirlos y recordarlos. ¿Cuántos años tenías tú en ese momento? 16. 16 años. ¿Haces
esos entrenos de vez en cuando y tal? ¿Pero aún no debutas? No. Oficialmente. No, no. Era el final
de la temporada previa a debutar. ¿Ese verano, tú ya tienes claro que la temporada que viene,
¿hay la posibilidad real de debutar? Bueno, ese verano… De hecho, ese fue un año malo
para nosotros en el final porque bajamos de categoría. Hicimos desaparecer al Barça C.
Ojo, eh. Que eso… Gracias por la ayuda. Igual el club no ha sido… No sé si estaban muy contentos.
Estaban por el culo con el Barça C. Una categoría a menos.
Un muerto de muertos que se quitaron. Son muchos papeles. Y entonces, bueno, el filial ese año
bajó a tercera división y fue el año que entró Pep como entrenador. Y entonces, pues yo recuerdo
que Pep me dijo que quería contar conmigo, lógicamente, como jugador importante para ese
año, pero a la vez tenía la opción de poder estar en el primer equipo en la pre-temporada. Y entonces
yo le dije, ostras, digo, se me está abriendo la… Está empezando a abrirse, ¿no? La oportunidad de
abrirse a una puerta que para mí es un sueño. Y yo fui a la pre-temporada con el primer equipo sin
ninguna garantía de poder estar ahí. No fui con ficha de primer equipo ni mucho menos. Un poco
probar, ¿no? Ambos, ¿no? Tú y el club. Y el club. El entrenador. Exacto. El entrenador. Y bueno,
la primera parte de la pre-temporada que la hice con el equipo fue muy bien. Marqué goles, fue muy
bien. Y me fui con la selección subdiecisiete a jugar al Mundial en Corea. Y al volver, nada,
los cinco días, debuté en Liga, campo de Sassuna, debuté en Champions. Y ahí pues ya fue un poco la…
No, donde me instalé en el primer equipo. Hablemos del debut. Eso es muy importante.
Todos los jugadores recordáis. Ese primer partido del otro día tenía un zue aquí también y se
acordaba perfectamente de todos los detalles. ¿Cómo fue tu debut? O sea, primero, ¿tú sabías que ibas
a debutar el día antes? Yo sabía que iba convocado, por claro. Pero no habías… Reijard no te había
dicho que ibas a jugar, no te ha dicho nada. No, no. Simplemente ibas convocado. Sí, sí, sí. Era la
primera vez que ibas convocado con el primer equipo. Sí. ¿Cómo dormiste esa noche? Bueno…
Va chimpachando. Sí. A ver, sí que es verdad que ya había vivido… O sea, ya me sentía parte del
primer equipo, ¿no? Ya me sentía realmente con esa ambición, ¿no? Con ese ego, ¿no? Que todos
tenemos de decir «ostras, estoy aquí a ver si juego». Claro, lo valgo, ¿no? A ver si juego.
Yo creo que ese día… O sea, ese… Ahí en Pamplona fue realmente ganas de llegar al día para
intentar jugar. O sea, no fueron ni nervios, no fue la sensación que te comentaba antes de ir a
entrenar. No, ahí era… Ansies. Sí, ya era un poco el decir «ostras, estoy cerca, quiero cumplirlo,
quiero jugar». Claro. ¿Cómo es el momento? Cuéntame, cuéntame cuando estás ya ahí en el banquillo.
¿Cómo es todo? Bueno, ya desde la previa… O sea, desde la charla previa en el hotel, cuando da el
equipo titular, cuando tú te ves entre los 18 convocados en el bus llegando al estadio, la gente,
el equipo rival… Llegas al estadio todo preparado en el estuario, sales a ver el campo… Empiezas un
poco ya a decir «esto, esto, está aquí, está aquí». Y ya cuando empieza el partido estoy ahí sentado,
para mí ya era de decir «estoy feliz, estoy feliz, estoy aquí». Estaba mirando a los compañeros que
están al lado sentado míos. Recuerdo que estaba Xavi, estaba Santi Izquerro… Hostia, Izquerro,
bien me ha acordado allá, ¿verdad? Gente… Para mí era como estar jugando. Claro. Entonces, claro,
en el momento en que te dicen que salgas a calentar, empiezas a calentar. El equipo rival te insulta,
eso ya te motiva. Eso ya te motiva, ya te enciende, ya quieres jugar. Ya estás ahí calentura. Y cuando te llama
el delegado para entrar, ¿sabes? Te giras como diciendo «no, no, tú, tú, ah, yo…» Vamos a por ello.
Entonces, cuando ya juegas… O sea, cuando entras al campo quieres comértelo todo. ¿Te acuerdas de ese
momento justo cuando entras en el campo? Sí, sí. ¿Por quién entras? Creo que entro por Giovanni.
Por Giovanni. Por Giovanni dos Santos, creo. Ese primer momento ¿tú tienes miedo cuando
pisas ya al campo y dices «ahora empiezo a jugar»? No. No. Es ganas, ¿no? Sí, es lo que te decía. Es la
ilusión de… Primero de un fan del Barça, de un seguidor del Barça. Luego de un jugador de fútbol
que está debutando como profesional y que tiene que ganarse los minutos, que tiene que demostrar que
está ahí porque ha hecho méritos. Pero esos méritos ya no sirven. A partir de ahí hay que empezar.
El fútbol es constantemente hecho. Entonces, yo lo percibía desde ese momento. Ojo, Nacho,
¿estás bien? No te ha pasado nada, ¿no? Te he escuchado aquí una bomba. Digo ¿qué pasa aquí?
Está aquí Boyan con la historia de su vida, el mejor momento y me viene esto aquí.
No esperaba hacer eso. ¿Qué le pasó? Al dejando un poco el lío.
Ah, bueno, míralo. Míralo, hostia. Grande, grande. Perfecto. ¿Te acuerdas del minuto más o menos en
el que saliste? ¿Cuánto tiempo tuviste de juego? Deberían ser unos 25 minutos más o menos. ¿Y cómo
fue? ¿Cómo te sentiste? Bien, con ganas de tener el balón, con ganas de marcar un gol. Es el primer
momento que empecé a jugar, ganas de marcar un gol, de llegar al área. Ese partido, si no recuerdo
mal, cuando yo entré no estábamos ganando. Creo que no lo ganamos ese partido. No tengo ahora mismo
la certeza, pero sí que recuerdo que no estábamos ganando. Necesitábamos un empator. Ahí está, Nacho,
muy bien. Busqué a ver el debut de Boyan, cómo terminó el partido. Sí, fue en septiembre del
2007. Sí, sí. A ver, ¿ahora cuándo? 16 de septiembre de 2007. Sí. No, abril. No, no, no.
¿En septiembre? No, no, no, no. Ah, perdón, perdón. No, claro. Si el debut tenía que ser... No, no, no, no.
En septiembre, el Liga. Al Egipto fue amistoso. De aquí se ve. Entraste en el 78. Uh. Yo he dicho 20. Sí ¿no?
Bueno, de momento bien. Y no recuerdas el resultado ¿no? No. Yo diría que perdimos 1-021 más o menos. 0-0.
Ah, bueno, 0-0 guay ¿no? Sí, recordaba que era... No empezase con derrota. No, no, no. Pero sí, bueno eso.
Mucha gente hablaba de ti en ese momento ya. O sea, ya eras una perla. Tengo que preguntarte por una cosa.
Que luego ahondaremos más con el tema de la presión y todo eso. Pero a ti desde que debutas y un poco antes,
se habla de ti como la nueva estrella del Barça, la nueva perla de la Macía, el nuevo Messi.
El nuevo genio. ¿Tú notabas esa presión? Porque se habló mucho de ti. Mucho.
Ese primer año realmente no era consciente de lo que estaba sucediendo en el exterior. Porque es lo que te digo.
Era tanta la felicidad que tenía. El tiempo pasaba tan rápido. Debuté en Pamplona los 5 días.
Debuté en el Camp Nou en Champions. No me daba tiempo de ser consciente de todo lo que se estaba generando.
Yo estaba jugando. Seguía jugando. Y mi primer año fue un año en el que marqué 12 goles.
Me convocó a la selección a los pocos meses. O sea, fue un año que profesionalmente fue muy bien.
Eso generó todas estas etiquetas. Que luego sí, sobre todo a final de esa temporada con el tema
de lo de la Eurocopa, al inicio de la otra. Ahí sí que es cuando empieces realmente a hacerme daño.
Porque hasta que no identificas que no es una etiqueta tuya, que es una etiqueta externa,
tú tienes que saber cuál es tu etiqueta, cuáles son tus objetivos y cuál es tu proceso de crecimiento
que tienes que estar empezando. Es un proceso que sigue, obviamente. No es fácil.
Sí, luego hablaremos del... Lo dejaremos para después de tu trayectoria, el momento de la selección,
que fue el primer gran momento en el que se habla de ciertos problemas psicológicos.
Que es muy importante eso y marca un poco un antes y un después. Pero eso lo hablaremos después,
más en el apartado de salud mental, etc. Ahí, cuando tú tienes ya o la gente te pone tanta etiqueta
de que eres la nueva estrella, ahí notas cierta rivalidad en tus compañeros, notas, o incluso
compañeros también del filial, notas envidia, rabia, o la gente te apoya desde dentro, te dan alas.
A ver, sí, obviamente. Ya desde el año anterior. O sea, que sientes que estás generando mucho
rechazo, ¿no? Es normal. Pero es triste también. Sí, pero... Naturaleza humana, pero es triste. Sí,
es un mundo muy competitivo, ¿no? Y se entiende. Lo que no yo no sabía era que el vestuario del
primer equipo era igual. Yo pensaba que era un cuento de Disney, ¿no? Lo pensabas, ¿no? Sí,
obviamente. Que recuerdo que iba al psicólogo antes de llegar al primer equipo y le dije,
¿no? Cuando ya sabía que iba a empezar la pre-temporal con el primer equipo, le dije,
es que tengo ganas de que termine esta temporada. Está siendo muy dura con los compañeros en el
filial, con la situación, para llegar al primer equipo. Y recuerdo que ella me miró, sonrió y no
me dijo nada, ¿no? Y yo me quedé en plan, ¿qué he dicho ahora, no? Y claro, lo entendí cuando
llegué al vestuario del primer equipo, porque ese ideal pasó a ser una realidad, pero una realidad
que esos ídolos eran seres humanos y que allí había mucha competencia, había mucha experiencia.
Era una selección de los, probablemente, los mejores jugadores del mundo. Y yo formaba parte
de ese vestuario, ¿no? Y entonces sí que toda esa sensación de que yo un poco... Pues bueno,
cuando alguien destaca, molesta. Pues eso sí que lo tenía. Lo que pasa es que era tan alta el cariño
de la gente, de los aficionados, de la prensa en ese momento, que eso no me afectaba. O sea,
te apoyaba más el externo que el interno. Bueno, no es que me apoyara, sino que, a ver, el externo,
obviamente, era la nueva ilusión. Sí, sí, me acuerdo. Niño de 17 años. No, no, Messi, la gente lo que decía, ¿no? Es la nueva gran perla del club. Exacto.
Un hombre extranjero, ¿no? Yo creo que todo generó una sensación muy bonita. Pero extranjero, pero a la
vez como muy catalán. Sí, sí. La gente le gustaba mucho aquí. Exacto. Entonces, se generó eso. Pero en el
vestuario, profesionalmente yo estaba compitiendo contra otros rivales y contra jugadores que
también juegan en mi posición, ¿no? Eso, al final, pues... Eres una amenaza. Es normal. ¿Tú como profesional
No. O sea, obviamente que he sido muy exigente. Sobre todo con los entrenadores, ¿no? Porque al final...
Ay, yo quería jugar. Y he sido exigente siempre que yo creía que tenía jugar. Era muy realista también.
O sea, yo entendía perfectamente cuándo no estaba bien. Entendía perfectamente el por qué no estaba
bien. ¿Qué tenía que trabajar? Lo que pasa es que sí que es verdad que, bueno, al final los jugadores
siempre queremos cojar. Siempre queremos jugar y, bueno, y nos quejamos normalmente cuando no nos
tenemos que quejar, ¿no? Pero con los compañeros no. Y menos con los jóvenes. Eso sí que un poco
ha formado parte de mi forma de ser. Yo no os creo que sintieran un poco lo que tú sentiste. Sí. Esa
amenaza, el niño que viene a quitarnos el sitio... Tiene que ser complicado porque, claro, llegas a tu
ilusión a lo que habías idealizado. Es imposible no idealizar las cosas. Todos lo hacemos. Todos.
Cuando piensas, voy a hacer esto, y lo tienes en la cabeza, además de la ilusión, lo idealizas. Cien
por cien. Cuando llegas y dices, coño, pues que la realidad no es tan bonita. ¿Eso te afectó? ¿Ese
choque de tu ilusión con la realidad te afectó? Quizás en ese momento no te diste ni cuenta, ¿no?
Porque estabas tan adrenalínico. No, fue una... Bueno, te desilusiona, ¿no? Yo diría un poco cuando
descubres la realidad, ¿no? Ya no te digo sólo de la parte humana, sino también del mundo profesional,
de cómo empiezan, ¿no? De cómo tú ves que funcionan ciertas cosas. Dices, ostras, esto te desilusiona,
pero empieza el proceso de entender que forma parte del juego. Ya no es un juego de niños. Ya
no es un juego de niños. Ojalá, ¿no? Ojalá. Bueno, había gente como Ronaldinho que seguramente se lo
tomaba así, ¿no? Aún. Seguramente. De los que no se notaba que él ha tenido más la idea esa, ¿no?
De juego de niños. Empiezas, debutas con el Barça, ya. Luego hay lo de la selección. Pero, bueno,
eso lo hablaremos después porque es interesante por lo que sucede. Pero ya te instauras como
jugador de elite. Ya estás metido ahí. ¿Cómo recuerdas ese primer año que tú al final empezaste
con 17 años? Tú y yo somos el mismo día, 28 de agosto. Toda la temporada la haces con 17. Sí. Bueno,
de hecho, voy a entrenar con mi padre acompañándome. No podía conducir. Qué heavy esa locura. Toda la
primera año eres menor de edad y estás jugando en el Barça. Sí, sí. Sí, sí. Bestia. Sí, sí. ¿Cómo
viviste ese primer año? Bueno, fue duro. Fue duro porque sí. O sea, fue duro por lo que implicaba
ser jugador del primer equipo de Barcelona. O sea, no por la parte de ser jugador del primer
equipo de Barcelona. Eso fue... Espectacular. Espectacular. Pero sí que la parte personal fue
un cambio, ¿no? Ya desde que a mí se me generó un personaje, ¿no? Con 17 años pasa a ser un
personaje público. Incluso tus amigos, ¿no? Inconcientemente se relacionan contigo diferente
porque ven que tú eres. Vas por la calle, la gente te conoce. Vas a ciertos lugares, no puedes ir
porque se genera ahí la avalancha de gente. Entonces, todo ese cambio de vida es la parte que fue dura,
sobre todo en el primer año, de entender lo que estaba pasando, lo que estaba cambiando, lo que
estaba generando. No sólo para mí, sino para mi familia, para la gente de mi alrededor. ¿Te gustaba
la fama en ese momento? No. Nunca me ha gustado. ¿Nunca te ha gustado? No. Incluso de adolescente,
que es como la época quizás que el ego y las ganas de ser popular, nunca ni en ese momento te
te incomodaba. Sí, no me he sentido nunca... Igual ha sido esto un problema. O sea, sí, un problema.
Ha sido una... No lo he trabajado bien esta parte, ¿no? Porque, al final, el personaje existía, ¿no?
Lo que pasa es que yo nunca me había identificado con ese personaje que se había generado. Entonces,
sí que ha sido algo que yo no he llevado bien. Primero, porque nunca me he sentido parte de lo
que implicaba. Sólo que la parte de la gente en la que tú llegas, que realmente tú ves que eres
una inspiración para gente... Eso sí. Eso sí que es algo que siempre me ha llenado. La gente que te
viene, que te agradece... Ya no es que no te pide ni fotos ni autógrafos, sino que viene que te
agradece. Gracias por compartir tus historias, gracias por que todo el día estás riendo. Dices
que una persona haga algo natural, que le sale de dentro y que pueda llegar a gente. Pues eso es lo
que sí realmente a mí me orgullece de haber sido un personaje público. Pero la parte de la pérdida
de intimidad y de ser un... Bueno, ser un personaje. Ya más que una persona para muchos es un personaje.
Eso es duro. Sí. Además, tú eres una persona que al final venía del pueblo tranquilo, ¿no? Tú
siempre has sido muy tranquilo. No te gusta la gran masa y todo. La mejor profesión elegiste,
sin duda. Sí, por eso sí. Era esto, hacerte actor. Era muy inocente. No había otra. Si hubieras
podido tirar para atrás en el tiempo, si tuvieras la máquina, ¿seguirías haciendo lo mismo o no?
Sí, cien por cien. ¿Te ha compensado más lo que te ha aportado? Sí, cien por cien. Eso es bonito
también porque todo tiene su parte mala. En el primer año, ¿con quién te llevas mejor del primer
equipo? ¿Quién te acoge más o tienes más feeling? Que ya estás consolidado. Ya no eres un niño tan
solo. A ver... Cierri Henry fue alguien muy especial para mí. Yo creo que él se ve reflejado en él.
Llega el primer año en el Barça y ve ahí a un niño que no conoce, seguramente, con 17 años,
que dice... Ese era fan tuyo. ¿Qué hace este chico? No, no creo. Entonces, claro,
empieza a ver lo que se está generando con ese niño. Yo creo que él le sale el
instinto paternal de proteger a ese jugador. De hecho, hay una foto en pretemporada que está él
cogiéndome de un hombro y Turam de otro. Turam también fue un padre dentro del vestuario, un señor.
Se le veía muy maduro. Alguien que no formaba parte del mundo del fútbol, realmente, por sus
valores, por un poco como él era, lo que él transmitía. Otras inquietudes. Muy implicado
con el tema del racismo. Y luego, pues bueno, con Andrés, por ejemplo, sí que fue una relación que
yo creo que nos... O sea, que conectamos desde muy inicio, ¿no? Pero fue un proceso como más de
resistencia. Al largo de los años fue cuando más íbamos conectando. Con Samuel, con Eto también
fue otro padre, ¿no? De vestuario, por compartir posición, por, bueno, un poco... Sí. Hubo gente que
realmente... O sea, con él no notaste esa amenaza. No, no. Mucho menos. Al revés. Como que te quiso
como apadrinar, digamos, ¿no? Era un Barça que era muy ilusionante. Un grupo de gente que hacía un
fútbol muy divertido, ¿no? Y llegas tú ahí y te vas posicionando. Cuando tú te haces ya mega
profesional, entiendo que llega la realidad que tú comentabas y llega otra mentalidad de yo tengo
que acabar siendo delantero titular. ¿Era tu objetivo? No. Tú conformar parte del grupo ya
tenías suficiente. No, no. No era... O sea, yo te he dicho, yo soy muy ambicioso, ¿no? Y aunque
tuviera 17 años y estuviera en el primer equipo de Barcelona, yo quería jugar. Pero entendiendo
perfectamente dónde estaba, ¿no? Y con los jugadores que ya estaba. O sea, que jugara Eto antes que yo,
bueno... Claro. No había nada que debatir. No faltaría más. Al siguiente año llegó...
Bueno, es que cada año llegaba... Si no llegaba a Ibra, llevaba a Villa. Si iba a Ronaldinho,
llegaba a Henry. Claro. Bueno, él ya estaba dentro. Al final estaba con los mejores delanteros de la
historia reciente del fútbol. Entonces, yo no podía demandar el jugar titular, ni mucho menos,
¿no? Lo que sí que me demandaba a mí mismo era aprender y estar a la altura cuando a mí me tocaba
jugar, ¿no? Y ir ganándome mi sitio en esa plantilla. Ya no te digo en el once titular, en esa
plantilla. Por eso siempre digo, yo estuve cuatro años en el Barcelona. Tres de los cuales han sido
el mejor fútbol de la historia que hemos visto, ¿no? Probablemente. Sí. Es claro. Son muchos años.
Son muchos partidos. Y implicó mucho esfuerzo diario de entrenamiento, de sufrimiento, ¿no?
De muchos días que las cosas iban bien, muchos días que las cosas no iban bien y tenías que
remontar. Entonces, cuatro años muy intensos, muy gratificantes y a la vez de mucho valor el
poder haber estado ahí dentro. Reijard, te has hablado siempre de maravillas de él. ¿Qué ha sido para ti?
La llave. La llave que me abrió la puerta al mundo profesional y la llave
que me ha permitido hacer la carrera que he hecho. O sea, sin esta... Sin la confianza de Reijard de
apostar por un chaval de 17 años y no sólo darla por de una edad. Hoy en día vemos tal equipo ha
dado... Ha hecho debutar a 20 debutantes. ¿Y dónde están ahora? O sea, no es el hacer debutar. Es
dar la continuidad a ese jugador. Para mí es clave. Si tú realmente haces debutar a alguien es porque
tú crees que ese jugador va a jugar y le vas a... Y va a ser importante. Y Reijard lo hizo conmigo.
Entonces, si Reijard no hubiera estado en ese año, ¿cuántos jugadores de fútbol hay jugando en
segunda división, segunda, B, tercera con una calidad extraordinaria y no jugó en primera división?
Porque no han tenido en ese momento a esa persona. Y yo la tuve y ese nombre es Reijard. Entonces,
para mí siempre va a ser una persona muy respetada. A nivel personal ¿era fácil de trato? Sí. Porque
desde fuera parecía que sí. Sí, era un padre. Reijard conmigo me cuidó mucho. Vio en mí,
vio mucha inocencia. Sabía cómo era el vestuario profesional. Y él me enseñó a hacerme valer por
mí mismo. Me acuerdo un día después de un entrenamiento que yo llego al vestuario. Había
sucedido en el entrenamiento. ¿Algún pique? Sí. Tú ya no eres un trozo de pan. No me digas que
ibas viéndolo ahí. No, no, no. Yo había recibido. Digo, a ver si ahora me vas a sacar un puñal.
Nada, y menos que menos. O sea que habías también dado una leche ¿no? Sí, pero no. Pero es lo que
pasa en los andamientos. Nada fuera de quitar el contexto. Y yo llego al vestuario y me dicen
te llama el mister ¿no? Y yo voy al despacho y el mister tenía como los ojos llorosos ¿no? Como un
poco de mucha impotencia ¿no? No podía ser un porro también ¿eh, Reijard? Es Frank. Yo no lo he dicho. A ver, que nos conocemos. Un genio, un genio.
Y él lo que me vino a decir era que él sentía mucha impotencia de que él quería en ese momento
actuar por mí. Pero él me dijo, vean, yo no puedo actuar por ti en estos momentos ¿no? Tú tienes que
ser suficiente, tener la suficiente… O sea, sacar el carácter, digamos ¿no? El carácter en ese
momento es reaccionar. Que en ese momento no hice. Es claro, eso fue como un punto de inflexión ¿no?
Que yo vi en Reijard decir, ostia, este tío, ese tío aparte de que me valora como jugador, de que
me está haciendo crecer como jugador, quiere que crezca como persona en el mundo profesional. Y eso,
Reijard para mí fue una figura más que un entrenador de fútbol. Fue un protector, educador, entrenador. Todo. ¿Sigues
tenido contacto con él? A ver, con Reijard he tenido muy poco contacto. Pero sí que es verdad que las
cosas que le hemos pedido, ya sea celebraciones de cumpleaños, que haga un vídeo. Ahora estamos
haciendo un documental que apareciera en este documental. Siempre ha estado muy abierto a
poder participar en todo lo que yo le pueda pedir. ¿Entiendes? ¿O ya lo preveías que se haya apartado
tanto del día a día del fútbol? Porque ha sido… Mira, fíjate, sale de un equipo de megaéxito. Él
podría haber entrenado donde hubiera querido durante años. ¿Ya lo veías que él quería quizás o
tenía inquietudes fuera del mundo puro del fútbol? O sea, a mí me hubiera gustado seguir
más años con él, obviamente. Sí, ¿no? Sí, estuve solo un año con él. Y creo que si hubiera seguido…
Bueno, yo pues hubiera sido muy feliz después de seguir con Reijard. Pero sí, al final… Bueno,
ese… Ahora lo entiendo mucho más. En el mundo profesional no solo es el ser entrenador,
no solo es el jugador, es la persona. Reijard tuvo un poco la sensación de decir «estoy lleno,
me siento realizado». Ahora mismo a nivel personal tengo ciertas situaciones que me implican estar
cien por cien y me aparto. No tengo ningún tipo de problema. Al contrario, estoy orgulloso de
lo que he hecho y empiezo una nueva vida. ¿Cómo viviste su marcha? Bueno, fue… fue triste para mí
porque es lo que te digo. Es como que más allá de que era el entrenador, era para mí alguien que
me está ayudando mucho en el proceso de crecimiento, de ser un jugador profesional. Llega Pep. Yo me
acuerdo… Ojo, eh, salseo aquí. Yo me entreviste, hiciste con Alberto cuando te fuiste del Barça,
que eso ya lo haremos bien, que cuentas que la relación era muy fría. No mala, pero fría. Que no
había… Como con Reijard seguramente tenías casi una amistad o un paterno filial, con Pep era mucho
más fría. ¿Tú se notas desde el primer momento que es otro tipo de personalidad que no tiene mucha
implicación emocional, digamos? A ver, yo realmente había tenido pocos… O sea, había tenido entrenadores
en el fútbol base, ¿no? A nivel profesional. Había tenido solo a Frank. Pero sí que… Bueno,
a Pep ya le ves que es una… O sea, a Pep cuando llega ya ves que algo va a pasar, ¿no? Ya le
ves que ese año él había subido al filial a… Lo había vuelto en su sitio, ¿no? Después de que
quedó cargada eso. Exacto. Y veías que realmente tenía las cosas muy claras. Cuando él empezó a
hablar con el equipo, a dar las charlas, veías que se estaba generando algo que es muy difícil
conseguir cuando tú hablas… Cuando tú haces una charla, ¿no? Y se empezó a generar… Bueno,
al principio, que fue muy poco, hubo dudas porque perdimos en… Perdimos en Soria. ¿Empezó mal?
La primera jornada empatamos en casa contra el Racing y luego ya fuimos a Gijón y empezamos a
ganar. Pero claro, el proceso de dudas fue muy corto. Entonces, ¿no? Yo como venía de una
temporada como la que venía, ¿no? Tanto a nivel de profesional, que de equipo no fue una temporada
buena. A nivel personal fue muy buena. Pero venía de un verano, del tema de la selección, venía como…
Bueno, como empezar de cero, ¿no? Y entonces pues la sensación que tuve fue esa. Empezar de cero.
Empezar de cero en un escenario que algo se estaba creando, algo se estaba generando, ¿no?
Notabais. Notabas, ¿no? Empezaron a haber decisiones importantes con jugadores que…
Bueno, lo dijo, ¿no? La trébua de prensa famosa esa, ¿no? Ronaldinho, Deco y eto fuera. Que eto,
al final se quedó. Gracias que se quedó. Pero es fuerte empezar así, claro. Sí. Y entonces yo pues,
bueno, estaba pues… Verlas venir un poco, ¿no? Sí, las estaba viendo venir de que ninguna bala
me estaba tocando, ¿no? Dices, bueno, yo me quedo aquí sentadito. Estaba ahí y estaba siguiendo mi
proceso. Estaba siguiendo mi proceso de mi segunda temporada en el primer equipo. 18 años. Lo que te
decía antes. Por todo lo que había conseguido el año anterior no servía de nada. Empezábamos
otra temporada y otra temporada que yo me tenía que ganar la confianza de un nuevo entrenador.
¿Cómo es ese primer año de Pep? ¿Cómo te sientes tú?
A ver, es una temporada, lo que te digo, que a partir de la tercera jornada es increíble. Es
increíble lo que… Con el nivel de entrenamiento, lo fácil que entendíamos los conceptos, lo fácil
que empezamos a aplicarlos, lo que Pep decía, lo que sucedía. O sea, era como que todos creíamos
en el discurso de Pep. Y pues bueno, era como que todos estábamos preparados para cuando nos tocara
jugar, jugar bien. Y la dinámica del equipo era tan buena que era así. O sea, todos los jugadores
jugáramos de inicio o entráramos en la segunda parte, jugábamos bien, estábamos bien. Entonces,
eso era un poco la mentalidad o lo que yo estaba viviendo ese año de decir, ostras, cada entrenamiento
era un reto. Cada entrenamiento era una oportunidad para estar más preparado para el fin de semana,
que no sabías si podías empezar de inicio o jugar en la segunda parte. Porque se había creado como
caldo de cultivo del éxito, ¿no? Es que ese Barça para mí es el mejor club que he visto en
mi vida a nivel de juego y de dominación absoluta desde dentro. Todo estaba engrasado entonces,
todo funcionaba bien. El discurso entraba, entendí esos conceptos. Pep tenía cogido perfectamente,
¿no? A cada equipo le tenía la mano. Era muy… Era tan controlador como decían, era tan obsesivo
como decían. A ver, comidas tal o no tanto. Yo tenía 18 años. Seguía siendo muy inocente.
Y aún lo eres, ¿no te imaginas? No, ahora yo no. Ya eres más diablo, eh. Pero, claro, es que era muy
inocente y había gente de mucha experiencia. Había gente de… Yo muchas veces pasaban cosas en el
vestuario. Claro, yo era… Lo veía desde afuera, ¿no? Entonces, con alguien que tenía confianza,
sobre todo con Andrés, le iba y le decía, oye, ¿tú cómo has visto esto? Pues sin opinar. Yo,
sino no me decir, oye, ¿cómo lo ve alguien que realmente es importante en este vestuario, no?
Al final yo era un jugador que era muy consciente de la situación en la que estaba. Era muy consciente
que era un jugador que se tenía que ganar su sitio en ese equipo, que tenía mucho que aprender y
mucho que demostrar. Entonces, claro, no tenía ni mandiboto. Mi voz era en los entrenamientos y era
en el campo cuando me tocaba jugar. ¿Recuerdas a un Cariño esa etapa? Fueron tres años. Sí. A ver,
obviamente… O sea, obviamente que la recuerdo… Más que decir que la recuerdo con cariño, la
recuerdo con mucho orgullo esa etapa. Fueron… Fueron años a nivel futbolístico de ser un
privilegiado, de ser consciente en el momento de que estaba siendo un privilegiado y a nivel personal,
pues, de una… Como un camaleón, ¿no? Constantemente adaptándome a situaciones nuevas que se iban
generando tanto a nivel personal como a nivel profesional. Entonces, fue como… Bueno, un poco
hoy la vida me estaba enseñando que después de esos cuatro años iba a vivir otra etapa de muchos
cambios en diferentes países, diferentes culturas y me estaba enseñando a adaptarme a diferentes
situaciones y roles. Entonces, por eso te digo, fueron cuatro años que no cambiaría por nada. Ni
los hubiera extendido, ni los hubiera reducido. O sea, me quedé realmente muy satisfecho y con
mucho orgullo de todo lo que viví. Tú conviviste con Zlatan Ibrahimović. Incluso en algún partido
lo sentaste. O sea, que… Ojo, ¿eh? Yo sentó Pep. Si está Zlatan viendo esto, no te enfades. Yo no me atrevi.
¿Qué tal era Ibrahimović en el vestuario en persona? Es otra persona de esas, ¿no? Que tiene
como un aura de más grande de nada. ¿Cómo es en la realidad? Yo no creo que encuentres a nadie que
te hable mal de Ibrahimović como compañero. Fenómeno. Es imposible. Es un fenómeno. Incluso en esa
época. Él vivió un año muy difícil a nivel profesional en Barcelona. Al final, Zlatan pesaba
más de 100 kilos y llegó a un Barcelona que jugaba 4-3-3 donde él era el punta ataque y donde el
juego que nosotros hacíamos era de mucha presión. Claro, un tío de la envergadura de Ibrahimović que
nunca en la vida seguramente había hecho tal presión, tú lo tenías que ver a la media
parte. O sea, estaba destruido. Se cambiaba a mi lado y muchas veces me decía, dice, es que estoy
muerto. Y un jugador que realmente tú lo has firmado para que te haga goles, te haga asistencias,
te sea el Ibrahimović que es, ¿no? Claro, cuando estás, cuando te implicas tanto a nivel defensivo,
desgastas un poco la otra parte. Entonces, Ibrahimović tuvo un proceso de adaptación a otra posición que
él venía acostumbrado. Y ante todo eso demostró ser un gran profesional, demostró ser un gran
compañero. El tramo final de temporada, que para él no fue fácil, la situación que estabas diciendo,
a mí me ayudaba constantemente. Nunca notaste rabia hacia ti. Al contrario. De hecho, Ibrahimović llega y una
anécdota que tengo con Ibrahimović es que él se siente en el vestuario en la ciudad deportiva en la
pretemporada. Llevábamos pocos días. Claro, me llama desde el otro punto al vestuario. Yo voy allí, ¿no?
Seguía con mucho respeto. Claro, un tío que hace karate, taekwondo, de 5 metros. Y me hizo sentar a
su lado y me dijo, hasta que yo esté aquí, a ti no te va a pasar nada. Hostia. Y claro, yo no me había
pasado nada, ¿no? Pero vi cómo realmente alguien que me estaba, que me quería proteger, que me quería,
que se había conectado conmigo a nivel humano. Qué bueno. Un es Latan Ibrahimović. Entonces,
para mí eso fue... Qué bueno. Fue una demostración de ser una persona que tiene un gran corazón.
¿Era un tío divertido? Mucho. Muy bromista, ¿no? Mucho, mucho. Constantemente. ¿Quién era
más bromista, Piqué o Ibrahimović? Bueno, es que el... Vaya otro dicho. Piqué tiene el top
muy alto. Top de gama. ¿Cómo es Piqué en el vestuario? Porque fuera ya lo sabemos, pero dentro...
A ver, yo a Piqué solo te puedo hablar bien de Piqué. Es alguien que a mí he compartido con él de la
SU-21 antes de que llegara en el Barcelona. Quiero ver más mucho a Piqué. Y es alguien que yo le tengo
mucho cariño, le tengo... Estoy muy agradecido también por lo que me ha demostrado como persona.
Los años que comimos en el Barça y posteriormente. Las distancias, ¿no? Las relaciones a distancias
ya son difíciles llevarlas con tu pareja. Imagínate con un excompañero. Imagínate. Y que sea así dar
Piqué. Y que sea así dar Piqué. Y Piqué. Nos hemos ido viendo y hemos estado en contacto durante todos
estos años. Qué bueno. Dentro de lo que había tú tenías gente ahí dentro que te quería, que te
apoyaba y que te animaba. Pero claro, todo llega al fin a la vida. Y después de cuatro años se
vislumbra tu fin en el Barça. ¿Cómo es ese momento? ¿Cómo lo vives? Bueno, lo vivo como... Al final los
tres primeros años fueron cedidos, ¿no? Fue Roma, Milán y Ajax. El primero de ellos... Yo tengo claro
que tengo que ir. Me tengo claro que tengo que ir si quiero crecer como jugador de fútbol. O sea, yo no
tenía en ese momento ninguna sensación de conformidad. Tú hablas cuando era el último año del Barça.
Sí, sí. O sea, después del cuarto año yo termina la temporada y digo si yo quiero crecer como jugador
de fútbol, no como jugador del Barça. Como jugador de fútbol me tengo que ir. Y fue una decisión que
me lo decía a la cabeza, no al corazón. Al corazón me decía que me quedara. Tenía años ahí. Nadie en el club me dijo
que me fuera, ni mucho menos. Pero yo decía... En ese año tenía creo 20 o 21 años y decía
veo que puede ser una situación que me puede estancar. Entonces ahí fue el primer desvío
que tomé para la progresión profesional. ¿Con quién le hablaste eso? O sea, ¿fuiste a hablar
con directiva? Conmigo mismo. Contigo mismo. Sí, sí. Tenía claro. Sí, sí, sí. Que ya se había
determinado. Sí. Veo que es una persona que cuando tiene que tomar una decisión la toma. Sí. Como ahora
con el retirarte. O sea, que no hay pensamiento, pero que hay firmeza también. Sí, sí. Cuando siento que
realmente... O sea, en esa situación no fue una decisión sentida. Porque ya te digo, no al
corazón me decía que me quedara. Pero sí que la cabeza me decía que entonces ahí tenía claro
que mentalmente tenía que tomar esa decisión y la tomé, sí, sí. Tú te vas a Roma y es lo que te
comentaba antes, ¿no? Hay esa famosa entrevista con Alberto, donde hablas de Guardiola, y dices eso. ¿Te
arrepientes de esa entrevista? O sea, ¿te reafirmas en lo que dijiste en ese momento, la fría al
daquete que había? Es un poco extraño por eso que, siendo Pep de San Pado, fuera tan frío quizás
contigo. ¿Has entendido alguna vez por qué? Mira... Ni os despedisteis, ¿verdad? No, pero si te... O sea...
Es socialista. Sí, pero si te... Mira, si algo he aprendido en la vida es que en no quedarme con
eso que te duele, ¿no? Con eso que te pincha, ¿no? Porque si quieres avanzar tienes que quitar peso,
tienes que vaciar la mochila, ¿no? Si no, todo eso te lo vas llevando y va pesando y al final es que
te molesta para lo siguiente. Entonces, yo ahí hice como un trabajo de decir qué es la parte positiva,
¿no? ¿Qué es lo que he vivido este año? ¿Qué es lo que me ha permitido en este verano que un club
como la Roma me quiera afirmar? Entonces, me quedo con eso. Me quedo realmente con las cosas que me
hacen avanzar, con las cosas que... Bueno, que me sirven para progresar. ¿Habéis hablado alguna vez
a posteriori? No, no nos hemos visto nunca más. ¿Nunca os habéis visto? Cuando te ve cruzar a
calle. No, no. No hemos decidido. Dice, uy, que viene, oye, ya me voy. ¿Te imaginas que tenías la lista
negra? O sea, la verdad es que en ese momento es valiente decir eso porque al final también nunca
sabes si podrías volver o no porque siempre hay la posibilidad, ¿no? Tú lo habías pensado cuando te
vas a la Roma, piensas ¿seguramente volveré al Barça? No. En ese momento no. Y con él dijiste que
no volverías. Esto lo has dicho más de una vez. O sea, a ver, yo sabía que para... Una vez tú te vas
del Barça tienes que... Si tú quieres volver al Barça, ¿no? No te deja hacer el trabajo. O sea,
si estás es lo que decíamos antes, ¿no? Tienes que estar. Yo no podía ir a la Roma con la intención
de volver al Barça. Yo fui a la Roma con la intención de estar en la Roma. Había formado
dos años ahí. Y ese año es un año que después de 12 años en el Barça de jugar solo en un único
club empezó a ir con otro club. Entonces es una ilusión nueva, es un reto nuevo. Y esa temporada
es una temporada que, bueno, es positiva para mí porque al final de temporada me llega el Milan
y me quiere firmar en el Milan y me voy al Milan. Entonces dices, ostras, nunca tuve la sensación de
decir voy a volver al Barça. Yo sabía que para volver al Barça tenía que hacer un año
a nivel de estadísticas, de goles muy alto. Yo por volver, por volver, no iba a volver.
Eso tenías claro. Lo tenías claro, sí. Puedes querer al club, pero tu carrera está por encima
de eso. ¿Es difícil pasar de España a Italia a Roma, otra gran capital, ¿no? ¿Te costó? ¿O al ser
clima mediterráneo, carácteres un poco similares? ¿Lo llevaste bien? A ver, para un delantero a
metro setenta es difícil. Sí, con defensas de una media de 1,83. Sí, y por cómo se juega al fútbol,
el fútbol italiano fue lo que más me costó. Y ahora se ha abierto bastante ahora el fútbol
italiano. Todo se ha abierto. Pero en esa época el Catenaccio, guapo. Sí, el Catenaccio jugábamos
contra equipos que eran realmente, no quiero despreciar a nadie, ¿no? Pero inferior a nosotros,
dominándonos todos el partido. Y perdíamos 1-0. Nos salían una contra, nos marcaron un gol.
Claro. Entonces decías ¿qué hago aquí? No sé cómo puedo hacer eso. Pero, bueno, fue la parte más,
¿no? El reto más mayúsculo que tuve en lo que es el fútbol italiano. Digamos que la vida en Italia
es la gastronomía, el clima, ¿no? Es muy parecido el idioma, ¿no? Es muy parecido a aquí. Te vas a
un Milan de estrellas. Plagado ahí de mega cracks. Y también coincides con Balotelli. ¿Qué tal es
Balotelli? Porque hemos hablado de Ibrahimovic como persona que tiene un personaje ahí gigante. Y
Balotelli, otro fenómeno artístico. ¿Qué tal con él? Bien, Mario llega a mitad de temporada. Mira,
Balotelli, te voy a decir una cosa ¿eh? Balotelli es una persona que tiene un gran corazón también.
Eso ha dicho, lo he escuchado bastantes veces. Lo que pasa es que ha tenido una infancia muy dura
en lo expresado. Y toda la coraza que él tiene, ¿no? Es una autoprotección que él le ha salido,
probablemente no haya sabido gestionar todos esos traumas, y le salgan con estas actitudes que ha
demostrado a lo largo de su carrera, ¿no? Pero él como persona, o sea, en el vestuario, a mí me
mostró ser una persona con un gran corazón. Y yo me quedo con Mario, o sea, de Balotelli de eso. Y
obviamente del gran jugador que es. ¿Teníais buen rollo? Sí, sí, sí. No sabía buena comunicación.
Sí, sí. ¿Era bromista también? Sí, de hecho me hizo una. ¿Te hizo una a ti? ¿Qué te hizo? Nada,
se sentaba al lado mío en el vestuario y en una charla del mister me puso antes en la charla el
móvil en sonido. Y nada, empezó a hablar el mister, silencio en el vestuario y tal, y él me llamó.
Mi móvil empezó a sonar y yo dije ¡no puede ser! Y claro, ya se estaba riendo. Alegri,
el entrenador, entendió que había sido Mario. Ah, no te metió bronca, ¿no? No, no. O sea,
que era un tío así. Sí, era un tío que constantemente era bromista.
¿Del Milan vuelves a Roma? No, del Milan me voy al Ajax. Ay, perdón, te vas al Ajax. Ajax también es otro
país con buen bienestar. ¿Qué tal está el Ajax como jugador del Barça, de la cantera? Está claro
que Barça y Ajax están unidos de la manita, son un equipo que nos queremos muchísimo mutuamente.
Johan Cruyff, hay una cultura incluso similar. ¿Qué tal estuviste ahí como jugador? Bien,
ha sido el lugar donde me has identificado más en mi sentido. O sea, el cómo se entiende el fútbol,
cómo se enseña el fútbol, cómo se transmiten los valores humanos a los jugadores de fútbol. O sea,
nosotros el primer equipo, jugadores del primer equipo, los sutilleros no te lavaban las botas ni
las espinilleras. Tú eras responsable de tus botas y tus espinilleras. Hostia. Para llevarlas al
partido lo mismo. Entonces claro dices, realmente te enseñan lo importante, ¿no? Hoy en día los
juveniles les lavan las botas. ¿Qué valor le dan estos chicos a que les laven las botas? No, no.
Entonces detalles de estos, que parecen una tontería, pero no lo son, yo les doy mucha
importancia a esto, fue realmente un año de hablar el mismo idioma de lo que había aprendido en la
masilla. Realmente no tan sólo es que hayan jugadores, que ha habido mucho trasvase de
jugadores Ajax-Barça, sino que hay una cultura parecida o hay una idea de fútbol, ¿no? Parecida
y se nota, ¿no? Con tantos jugadores ahí. Yo creo que el Ajax en el mundo es el club que se
más se parece al Barça a nivel de juego, de idea. Sí, probablemente sí. En tu carrera has estado
muchos sitios. Yo creo que uno de los que guardas más cariños es Stoke. Ahí estuviste años. ¿Qué
tal es jugar ahí? ¿Qué tal te sentiste? ¿Encontraste tu segunda casa? ¿Cómo fue la época del Stoke?
Pues mira, fue una época que costó mucho en el inicio porque tuve que cortar el cordón umbilical
que me venía el Barcelona. Fue el año que, de hecho, el día que fue las oficinas a firmar la
recisión del contrato. Ojo, claro, tú estabas cedido. Que me quedaba un año de contrato en
el Barcelona. Entonces firmé la recisión de contrato con el Barcelona y me fui para firmar
el contrato con el Stoke. ¿Lloraste ese día? Bueno, pues sí. Mucho, mucho dolor. El momento de firmar la
recisión. Mucho dolor. Sí, sí. Saliendo del estadio con mucho dolor. Mucha, bueno, pena,
pero a la vez con la certeza de que estaba haciendo lo que se tenía que hacer. Eso es bonito. Sí,
sí, sí. Porque hay muchos sentimientos. Sí, sí, sí. Obviamente. Y empezó una etapa en un club que
me abrió las puertas desde el primer día. Un club familiar. Un club que me dio la posibilidad de
jugar en Premier League. Para mí la mejor liga del mundo que yo he jugado. A nivel de organización,
de historia, de vivencia, de respeto hacia el jugador. Sí. Sí. Incluso a nivel ya no tan solo
de fútbol. Vamos a hablar de más allá. Sí, sí. Lo has notado. Sí. Bueno, hablando antes de lo que
decíamos de Thierry Henry, cuando llegó al Barcelona él se volvía loco el día a día. No entendía
cómo la gente iba a los entrenamientos y la prensa estaba en los entrenamientos. Le creaba
muchos rechazos. Claro. Y él venía del Arsenal. Por él decía… En el Arsenal no hay ningún día
la semana que los aficionados vayan a ver el entrenamiento. En Inglaterra. Ningún día. Y
la prensa viene un día la semana y con un jugador. No es claro. Pues durante la semana estás aislado.
Y cuando vas a jugar el partido, ganes o pierdas, la afición te anima todo el partido. Y el partido
se termina y la gente se va a su casa. Entonces, el respeto que te transmite la gente que tú
percibes como jugador de fútbol en la Premier es algo que se agradece mucho como jugador. O sea,
para ti fue como un oasis dentro del mundo del fútbol esa buena organización, ese trato
favorable hacia el jugador. Y además que tuviste unos años muy buenos. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí. Sí.
Probablemente a nivel futbolístico, ¿no? Los mejores años… No los mejores años,
sino donde conseguí el nivel más alto. Fue tú, por ahí, como jugador. Exacto. Exacto. Sí. Sí.
¿Tú crees que fue tu punto álgido? El momento más sólido como jugador. Más maduro, ¿no?
Sí. Exacto. De madurez profesional y todo. ¿Por qué se termina la etapa ahí? Bueno,
ahí sí que es verdad que cuando estaba en lo más alto me rompo la rodilla. Me rompo el cruzado.
Que nunca habías tenido casi problemas serios de lesiones. No. No, había tenido alguno muscular,
pero no de este tipo. Me recupero, me recupero bien y vuelvo prologicamente que desde que yo me
rompí la rodilla sí que es verdad que hay jugadores que te dirán que se sienten igual,
que es verdad. Y hay jugadores que te dirán que algo ha cambiado, ¿no? Y yo noté que algo había
cambiado, ¿no? Ya sea, no sé, ya sea ese extra de explosividad, esa milésima de segundo, ¿no?
Lo notabas. Yo lo notaba, yo lo notaba. Entonces, bueno, aún así mi rendimiento fue bueno. Durante
los próximos dos años seguí marcando goles, seguí jugando muchos partidos con el stock. Pero,
bueno, al final, como todo, ¿no? Un poco todo va cambiando. Nosotros vivimos tres años fantásticos
y a partir de ese tercer año el equipo empezó a caer un poco. Empecé un poco a salir del equipo
y decidirme, decidirme Alemania. ¿Fue duro ese cambio? No, no. No, no. Lo asumiste bien. Sí, sí.
Es lo que tocaba, ¿no? Sí, es lo que tocaba. ¿Cuántos años tenías en ese momento? Pues en ese
momento debía tener 26, 27 años. Sí, sí. ¿Cuánto amor tenías por el fútbol ahí? Mucho. Mucho. Para
ti no podías ni contemplar un poco de cómo te ha pasado ahora de que se te hiciera volar en ese
momento toda la ilusión, todas las ganas de seguir y seguir. ¿Qué tal es jugar en Alemania? Porque
venimos de Inglaterra, Premier League, liga espectacular, la más divertida seguramente del
mundo. Y nos vamos a Alemania, una liga que está muy dominada por dos o tres equipos siempre.
¿Pero qué tal es el vivir ahí en Alemania, el jugar en la Bundesliga? ¿Es brusco? Sí, sí. ¿Es brusco?
¿De Inglaterra es brusco? Sí. Lo es porque Alemania es muy... O sea, esto lo que voy a decir no significa
que Inglaterra no lo sea, pero Alemania es muy seria, es muy disciplinada, es muy organizada y
eso se refleja en el fútbol. O sea, yo llegué a un equipo que jugaba 4-4-2 y no podía salirte del
4-4-2. Al contraataque y el estilo de juego que tenía no solo el Mainz, que era el equipo en el
que yo jugaba, sino la gran mayoría de equipos, ¿no? La mentalidad de la gente, la organización,
todo. Todo era como muy calculado, todo era como muy rígido, ¿no? En Alemania es muy así. Incluso en
el fútbol. Incluso en el fútbol era así, sí, sí. Fueron meses que... Claro, el proceso de adaptación
fue muy corto, ¿no? Tuvo que ser muy rápido. Pero la etapa del Mainz fue fantástica. O sea,
ese año tú piensas que celebré... Nos salvamos faltando dos jornadas y esa celebración fue como
haber ganado un título. Yo nunca había estado en una situación de luchar para no bajar. Y claro,
el vivir esa sensación, el saber sufrirla, ¿no? Durante las semanas cuando estás abajo, el lucharla
y el conseguir el objetivo fue un premio fantástico. Y de hecho lo conseguimos prácticamente en campo
del Bayern Munich, ¿no? Fue una etapa realmente muy bonita la que viví en Alemania, sí, sí.
Al final acabas volviendo a España y vas al Alavés. Sí. Un tío que suele ir del Barça,
de la élite. Y con todo el respeto al Alavés y a los clubs de media tabla, tabla baja. ¿Tú sientes
que... O sea, ¿te sentiste desperdiciado de menos? ¿Sentiste que lo que... Por dónde iba y dónde estoy
ahora o no? Porque esto es algo que es muy interesante, ¿no? También las trayectorias.
¿Cómo vives el volver a España en el Alavés? Todo respeto al Alavés y a cualquier equipo de
estos, ¿eh? Sí. Pero no es lo mismo que el Barça o el Madrid, evidentemente. No, no. A ver, mira,
la sensación esta la tengo estando en el club. Ahí cuando ya has llegado. Estando en el club.
Pero por cómo me siento yo tratado por el propio club, ¿no? O sea, yo antes de ir al Alavés yo voy
con mucha ilusión. Voy con mucha ambición de volver a España. Yo quería volver a España. ¿Sí? Yo
quería volver a España. De hecho, ese verano empiezo jugando con el Stock & Premier, ¿no? Pero
aún así yo quería ir a España. Quería ir a España y a mis agentes les decía quiero volver a
España. Entonces, me sale la ilusión del Alavés. Entonces, yo digo, hostia, Alavés. Busquen el mapa,
¿no? No, no, no. Digo, espera, espera, espera. Al lado de Gibraltar. No, espera, espera, espera. Bueno,
ahora mismo. Sabía que estaba en Vitoria. Tienen bombas. No, no, no. Busqué en el mapa el cuántos
kilómetros había de distancia con mi pueblo. Con lignola. Claro. Yo sabía que estaba en Vitoria,
que estaba en País Vasco, lógicamente. Pero quería ver a cuánto estaba de distancia en coche. ¿Cuánto
tendrías para ir? Tres horas 45 minutos está. Respetable. Cerca de casa. Un equipo de primera
división. Un equipo que tiene su historia. Sí, sin duda. La gente me había hablado maravillas de
Vitoria. Entonces, dije, voy. Un entrenador argentino joven estaba en ese momento. Digo, voy con mucha
ilusión. Yo iba a un equipo que le daba mucha importancia en el fútbol español. Entonces,
yo llego en el club y llego cuando el equipo había jugado dos jornadas ya. Habían jugado en campo el
Celta y en campo de no en casa contra en casa contra Villarreal pero no en casa a campo le
ganes y en casa contra el Barça y yo llego después del partido el Barça y jugábamos en el campo en
Celta y en casa contra Villarreal. Cuatro jornadas muy difíciles. Yo juego dos partidos con este
entrenador y lo echan. Entonces, digo, llevamos cuatro jornadas y acaban de echar al entrenador
que me ha querido. Es claro, me traen otro entrenador que un entrenador italiano que si
este entrenador hubiera estado en el liceo de año, no me hubiera llamado. No era su tipo de
jugador. O sea, si antes hablamos del catenacho, este era el catenacho de los años treinta.
O sea, un jugador de metro setenta no forma parte de ese equipo. Entonces, fue realmente una pena
porque yo iba, y es lo que te digo, yo iba con mucha ilusión, iba con mucha ambición y ese año
no jugué. No se me dio la oportunidad de poder jugar en ese equipo, en ese club que yo había ido
con tanta ilusión. Y bueno, fue un año duro. Fue un año duro por todo lo que viví. El propietario
quiso que me fueran en enero. Lo que te decía, yo había jugado la primera jornada con el stock en
una misma temporada. No puedes jugar con tres equipos. Como medio me apartaron del equipo en
ese mes de enero para que me fuera. Fue realmente un trato muy peyorativo. Unas vivencias que me
hicieron daño posterior y no porque fue prácticamente un año que no jugué a nivel profesional. Pero a la
vez, a día de hoy, a la vez. Muy buena, muy rápido ahí. Gracias, gracias. Me dedico a esto, amigo.
Saludo muy fuerte. He hecho un vínculo con Vitoria muy fuerte. La semana que viene voy a Vitoria tres
días. Antes de final de año fui a Vitoria. Siempre que voy, voy a Vitoria. La ciudad es caro, cariño.
Fantástico. Ha conocido a gente fantástica. Y es bueno. Doy gracias por haber ido a la vez,
por haberme permitido conocer a esa gente y a esa ciudad. Y que ahora sigo yendo a día de hoy.
Entonces, me quedo con eso. Creo que después de ahí es como una pequeña etapa en el stock y
ya viene Canadá. Sí. Vale. Cuando vas a Canadá, claro, ya es una liga como las ligas americanas,
¿no? Norteamérica. No, no. Es MLS. Es MLS. Juegas ahí en la MLS, ¿no? Sí, sí, sí, sí. Pero mucha
gente ya va a la MLS en la época final de su carrera. Sí, sí. Bueno, pues, sobre todo europeos,
¿eh? ¿Tú sentías eso ya? ¿Sentías que estabas terminando carrera ahí o no? No. No. No. Yo lo que
te decía, ¿no? Al final, a mil años, la la vez me hace daño a nivel futbolístico. Y las
opciones que me vinieron, ¿no? A posteriori, yo veía que, digo, es que futbolísticamente no encajamos.
Aunque me, aunque me quieras, sé lo que hay y sé que son mis virtudes como jugador y como atleta
y no encajan, ¿no? Entonces, me llegó a la MLS. Y yo a mi agente le dije, dije, tenía la sensación
esta, ¿no? Decir, es que tengo, tengo, tengo fútbol para jugar en Europa. Joder. Y él me decía,
pero vean, que la MLS es un buen escenario. O sea, está creciendo mucho. Entonces, sí que es verdad que
yo fui, fui a medias, ¿no? No fui del todo convencido. Pero fui a competir. ¿Tú veís? Antes,
¿alguna vez habías escuchado del Montreal Impact? Sí, porque había jugado jugadores como Nesta,
Drogba. Vale. Y los tenías fichado ya más o menos, ¿eh? Sí. Sí. Y entonces, claro, yo llego y cuando
llego y veo los partidos digo, hostia, a nosotros no nos llega esto. No nos llega... Que juegan bien.
Lo que es la Liga Americana. Obviamente no es Europa, pero aquí se juega fútbol, aquí hay jugadores,
aquí hay nivel. Y desde el primer día que fui con esa mentalidad. Fui con la mentalidad, la verdad,
que los campos dentro, o sea, la ciudad deportiva de nivel, todo muy profesionalizado, los campos
llenos. Cada vez entran franquicias nuevas. Cada año entran franquicias nuevas a la Liga. En la MLS,
¿los campos están llenos? Cada vez se van llenando más. Yo había jugado en campos grandes llenos.
Hostia, ve fuerte. Sí, sí. Y mira que el fútbol, el socker, no lo entiendo como alguien puede decir
socker. Lo tienen ahí metido, ¿eh? No, el fútbol es NFL, eh. Lo tienen ahí intocable. El socker es el
deporte minoritario en Estados Unidos. Y es un deporte que está creciendo. Está creciendo y que
el año que estuve era el 25 aniversario de la Liga. Es una Liga joven, es una Liga nueva. ¿No habrá
Mundial? El próximo. En Estados Unidos, ¿no? Otra vez. Yo me acuerdo del Mundial de Estados Unidos,
el que hubo en el 94, ¿puede ser? 94, que fue increíble. Sí, sí, sí. Que fue la final Brasil-Italia.
Yo tenía cuatro años, no me acuerdo. Bueno, si lo saben, esa es como una enciclopedia esto. Pues fue
increíble, ¿no? Fue brutal. O sea, mola que vuelve ahí. Sí. Y la Liga es profesional, ¿no? Sí, sí.
No os diga de chichinabo. No, no, no. Y cada vez están habiendo más franquicias y transfers de
jugadores que vienen de Estados Unidos a Europa, de Europa a Estados Unidos, jugadores jóvenes,
subamericanos… Hay gente de mucho nivel. Bueno, es que es un poco lo mismo que… Y ahora me adelanto
un poco con la Liga de Japón. Ah. O sea, realmente, claro, son ligas que aquí están a horas de
distancia. Nosotros, como europeos, pensamos que lo mejor está aquí. Pero, realmente, en Japón
hay mucho nivel. Bueno, de hecho, la selección japonesa la demostró en el Mundial, ¿no? Sí. Es
sorpresión, ¿eh? Es sorpresión. Pero es que hay mucho nivel. Técnico y, sobre todo, físico. Sí.
Que ahí van a… No se cansan. Y disciplina. Y disciplina. Y disciplina. De ahí pasas a Japón.
Con tu querido Andrés Iniesta, que también es muy querido aquí. Andrés, ya sabes, tienes que venirte
un día en person, ¿eh? Le tiene que traer vinos, me dijo. O sea, vamos a pillar la taja del siglo aquí
con Andrés Iniesta, borrachos los dos. ¡Oye, Japón! ¿Qué? Bueno, Japón. Vas al vicecubo, ¿no? Y ya es
el último equipo en el que has estado. Pero me gustaría centrarme un poquito aquí, porque es cierto
que en Montreal está muy bien, pero es muy occidental. Y será diferente. Sí, sí. Exacto. Hay
muchas cosas, pero tiene ese ambiente que no es tan diferente a Europa. Pero Japón es otro puto
mundo. Primero, ¿cómo te viene la idea de ir ahí? ¿Cómo te convences para ir a Kobe? ¿Es por
Iniesta? ¿Es porque te llamaba la atención el vivir en Japón, la liga japonesa? Y luego te preguntaré
por cómo es la vida un poco ahí, ¿no? ¿Cómo primero llegas a tener la idea de ir a Japón? Bueno,
esto, cuando yo estaba en Estados Unidos y vi ya Seba Japón, digo… Digo, esto es un lujo a nivel
de experiencia el haber estado en Europa, Estados Unidos y Japón. Digo, esto lo envidio sanamente,
¿no? Lo admiro realmente. Y decía, digo, yo estoy en Estados Unidos, vengo de Europa. Japón es un
lugar, ¿no? Un ideal, ¿no? Que tenemos, ¿no? Sí. Hablaremos. Hablaremos. Hablaremos. Fase dos. Fase dos, Dharma.
Pero realmente Japón es un lugar que yo había incluso hablado con mis amigos de ir de
vacaciones, ¿no? Es un lugar que todo el mundo, tenemos marcado… No todo el mundo, pero… Sí.
La gente joven. La gente… Que nos atrae mucho. Y volví de Estados Unidos y dije… Empezé a sentir
un poco la sensación esta, ¿no? Del… Ahí tenía 30 años. 30 años, sí. Y tenía la sensación de
decir… El fútbol… Uy… Pero si me llevo a Japón. O sea, me quedan pocos equipos, tú pensabas. Sí, sí, sí. Y yo decía,
digo, por si me llevo a Japón. Va a ser una oportunidad profesional. Va a ser una oportunidad
personal. Le voy a dar mucha prioridad, ¿no? Y entonces… Me llegaban cosas de Europa. Me llegaban
cosas de ligas en las que había estado. Y decía… No me terminan de llenar, ¿no? Y un día estaba en
Bilbao en verano y me levanto una mañana con un mensaje de Andrés. Que el propietario le había
preguntado si estaría interesado en ir a jugar a Visual Code. Entonces, claro… Yo dije, a ver… O sea,
yo a mi gente le había dicho que si iba a Japón iba a ir a Visual Code. Si no, no iba. ¿No? ¿No?
Ya te va, eh? ¡Ahí está! ¡Ahí está! No te vas a… No sé cómo se llama. ¿Tokyo? Sí. ¿Tokyo? Sí. ¿Tokyo
Light? Sí. Bueno, no sé. ¿Cómo es el de Tokio? ¿Cómo se llama? FC Tokio. FC Tokio. Ah, FC Tokio,
FC Tokio. O Tokio. Ahí está, ahí está. El derby, ¿no? El derby de Tokio. Sí, exacto. Y bueno, claro,
cuando me transmite el interés del bisel, yo le digo automáticamente que sí. Ni te lo piensas. Ni
me lo pienso. Qué bueno. Lo que pasa es que, claro, cuando lo digo que sí, es un jueves y un lunes…
No, y un viernes, al día siguiente, estoy haciendo un zoom con los dirigentes del bisel. Claro,
ya cuando me siento y se enciende la sesión… Claro, digo… Claro, japoneses, ¿no? Obviamente. Sí,
con Ichiwa. Ichiwa. Claro, digo, hostia, esto ya es otro mundo. Esto está empezando el ideal.
¿Te pensabas que se llamaba James Stewart y Carlos Pérez? Exacto. No, no, es verdad. Cuando me siento
ahí, digo, hostia, esto va en serio. Y al cabo de tres días tenía que decir sí o sí o no. Entonces,
dices, en tres o cuatro días tienes que decidir si te vas a Japón a jugar. Algo que tenía muy claro.
Pero ahí te entran un poco las dudas, ¿no? De los miedos que cada uno tenemos, lo que sea. Pero,
bueno, obviamente yo tenía claro que quería ir y digo que sí. Y voy a Japón. Hablaste con Andrés,
supongo, ¿no? Preguntaba qué tal el club, qué tal la vida ahí. Sí, sí. Y te vas para allá. ¿Y te vas
solo? Me voy solo, sí. Bueno, me voy con Joel, con mi agente. Pero sí, sí. Me voy, digamos, solo. Sí.
Porque Andrés, que eso no vino… O sea, fue a Japón con familia. Sí. Es otro estilo, ¿no? De vida,
incluso. Tú te vas a la aventura un poco. Toda mi trayectoria ha sido la aventura, prácticamente.
Te dan con la mochila y venga, vámonos. Y te vas a Japón. Sí. Vale. Aquí hay dos temáticas. Vamos
a empezar por la light, que es el fútbol. Pero luego quiero hablar de la persona.
O no es del fútbol primero. Que la veré con Andrés, ¿no? O sea, ¿qué fútbol hay en Japón? ¿Te choca
para bien, para mal? Para muy bien. Para muy bien. Para muy bien. Para realmente… Yo sabía que el
jugador japonés era un jugador muy dotado técnicamente, ¿no? Siempre se había caracterizado
por ser un jugador muy técnico, muy vistoso y había habido jugadores japoneses en Europa que
realmente eran muy buenos, ¿no? Lo que desconocía era el nivel competitivo que había entre equipos.
O sea, es que en todos los equipos parece que todos los equipos sean iguales. Todos compiten bien.
Los jugadores juegan muy bien. Son máquinas físicas, disciplinadas. Claro, el nivel muy alto,
realmente. El nivel en Japón es muy alto. Es muy, muy interesante. ¿Cómo fue tu trayectoria por ahí?
¿Te sentiste que no jugaste lo que pensabas? No. A ver, no, no. Eso no. O sea, fue… Ahí sí que
puedo hablar un poco de la parte de las sesiones, ¿no? Llegué a Japón al mes y medio cuando estaba
allá jugando, que estaba encontrándome bien. Tengo una lesión en el bíceps de dos meses y medio.
Me cogí un poco de tendón. Volví a principio de temporada y la pre-temporada empieza bien. Empieza
la liga. Aquí iba a jugar más o menos. Cojo el COVID de uno de los COVID más largos, ¿no? Aparte,
en Japón hasta que no des negativo no sales de casa, ¿no? Como aquí también, pero ahí… ¿Cómo
hiciste el COVID? Pero si ahí la gente os hacía 14 pcs al minuto. Sí, no sé cómo lo… ¿Dónde te
metiste? No sé cómo lo cogí. ¿Qué coño hiciste? No nos dejaban ir a cenar, yo creo que algún día
de los que me escapé, ¿no? O sea, ¿cuánto tiempo estuviste de COVID? Pues estuve… Aparte, pasé un
COVID malo, ¿eh? No jodas. ¿Estabas vacunado? Me destrozó. Llevaba las dos vacunas. Si no,
no podía haber viajado. Porque ahí no vacunaban mucho, creo, en Japón. Empezaron tarde. Empezaron
tarde, ¿verdad? Sí. Lo que pasa es que yo, como venía aquí, yo a las dos. Y pillaste un… Sí,
sí. No, no. O sea, de tiempo de estar en casa, estuve 11 días encerrado, pero luego para recuperar
estuve prácticamente un mes. Hostia. Sí, sí. Físicamente me dejó muy… Hostia, qué putada.
Muy, eh… Muy tocado. Ah. Pero bueno. Y nada. Y volví, jugaba algún partido, iba jugando, iba
entrando, iba jugando. Eh… Hasta verano y en verano me rompí el menisco. Y ahí me rompí el
menisco. Vine aquí a recuperarme a Barcelona. Volví y en un entrenamiento me rompieron el tobillo.
Me rompieron el tobillo. Que siempre digo que, gracias a Dios, fue la primera lesión en toda
mi trayectoria que me lesionaron. Todas las otras… Tú solo. … me lesioné yo solo. Y mira que tenemos,
¿no? Muchas situaciones de contacto. Y esa fue una jugada que, obviamente, involuntaria, pero una
entonces viví un poco la parte esta de que no terminé, no conseguí, ¿no? El mantener un nivel
físico y competitivo de prologado. Mhm. Y llegamos a la situación actual, ¿no? Y, al final, pues,
la retirada. Vivir en Japón con Boston Kirchner. Marte 2. Marte 2. A ver, aquí… O sea,
es de este podcast, tío. Ha tenido mucha gente que ha habido en Japón. Tenemos desde… Pues,
Andrés, por supuesto, pero… Fase 2. Y Kira Sensei, que Andrés es muy fan, por cierto. Y han
explicado muchas cosas de Japón, ¿no? De la fase 1 que… ¡Ay, qué bonito! Qué cosas tan preciosas.
La gente tan simpática. Y nadie te dice que no. Pero luego la realidad. A ver, cuando llegas a Japón,
¿qué te choca? Ahora ya no trabajas ahí. ¿Qué me choca? Ya puedes criticar. Aprovecha. A ver. Lo
primero que me… Lo primero que me crea rechazo es el trato a las mujeres. Eso es lo primero que
yo percibo que… No me gusta. El machismo imperante, ¿no? El machismo, sí. No me gusta. No me gusta.
¿Y lo notas ya tú? ¿En qué lo notas? Sí, lo veo. Bueno, lo veo en… Pues, cuando ves a… O sea,
muy difícil. O sea, primero que es muy raro ver a alguien cogido de la mano, ¿no? Luego que uno va
delante de… O sea, el hombre… La mujer detrás. La mujer detrás. En los trenes. La mujer siempre lleva,
¿no? Si es la comida, tal. Y no es tanto por el trato del hombre a la mujer porque aquí yo no he
visto ninguna situación de maltrato ni de… No. Es que la mujer, por cómo entiendo que está educada,
no tiene personalidad. Y entonces, hostia, es lo que a mí no me gustaba. No veía que la mujer
tuviera carácter, personalidad desde afuera. Pero eso fue la primera situación. Bueno, bueno,
conociste de mujer, ¿no? Ahí. Bueno, pero no muy profundamente. Muy superficial.
No, no. No, no. Pero bueno, que sí. Bueno, pero ¿conociste gente japonesa, por ejemplo,
fuera del fútbol? Sí. ¿Y qué tal es el trato? Es que, a ver, es que con Japón sí que es verdad
que te puedo decir que tengo a gente que me ha querido mucho y a la que quiero mucho y gente que
me la ha hecho pasar mal. Gente que me la ha hecho pasar mal porque el racismo existe. Pero
incluso con alguien como tú. Sí, sí. El racismo existe, ¿no? Lo que pasa es que cuando te toca a
ti… O sea, yo no soy racista ni mucho menos. Mi padre es extranjero y empezando por aquí. Y sí que
es verdad que tú ser la persona… Yo era muy consciente de que, desde el primer momento sin
conocer cómo eran, de que estaba yendo a un país diferente y que yo era el externo. Tú no eres uno
de ellos. Yo no era uno de ellos. Entonces, yo tuve mucho… O sea, tuve… Me quise adaptar mucho a
lo que era el país. Fue el país que más turismo he hecho, que más he visitado, que más he… Bueno,
me he querido empatizar con ellos, ¿no? Aunque yo sintiera que ellos no te dejaran. No a mí,
sino al extranjero. Incluso a alguien como tú. Sí. Un fútbol profesional, una estrella en Europa.
Incluso alguien como tú notaba que no te… Superficialmente… Superficialmente,
que es lo que me refería con el tema de las mujeres. Y ahora arreglando dos o cinco minutos después.
Sí, superficialmente son muy majos, pero no de verdad. Bueno, sabes que no te dejan más,
¿no? Pero, por ejemplo, había un jugador del equipo que no hablaba inglés y no hablaba japonés.
Estuvimos todo el año sin hablar. Pero cada mañana que yo llegaba nos abrazábamos 30 segundos. O sea,
teníamos una química que yo veía que esa persona me quería. Y yo la quería él. Pero era… Coña,
se llama. Este chico. Un caso muy extraño, ¿no? Un caso muy extraño, ¿no? En general,
fue un año y medio, a nivel personal, que la parte social es muy difícil de convivir. Sí. Es muy
difícil porque no participas, ¿no? No te dejan participar con ellos. ¿Pero tú hacían la pelota
a alguien como tú? No, no. ¿No? No. No. ¿No era más frialdad? Sí, era más frialdad. Bueno, y
después también depende de cada uno, ¿no? Pero nosotros somos mediterráneos que nos gustan
el buenos días, que nos gusta el saludo, el abrazo. Claro. Eso ahí no existe, ¿no? No existe. ¿Tú
entrabas, por ejemplo, en el vestuario y los japoneses no te decían konnichiwa? Podía
pasar perfectamente que había gente que no te decía buenos días. ¿Tus compañeros de equipo?
Sí, sí, sí. Choca. Bueno, yo a Andrés le decía cada mañana, digo, tío, es que no, no, no puedo.
Llevamos ya más de un año y le decía, Andrés, que no, tío, que no, que no lo entiendo. Claro,
tú eres el que él ya lo acepta. Y yo le decía, no puedo aceptarlo, que entre el ascensor y alguien
no me diga buenos días, aunque no me conozca. Y más, alguno del vestuario, algún compañero
de vestuario, y no era con maldad, era simplemente… La educación, ¿no? Pues que no le salía de
entrecierte a unos días. Y no pasaba nada. Luego en el campo, pues, no sé, era tu compañero y
tenías que entrenar. Y tenías que pasar la pelota. Pero sí que yo te digo que la parte de Japón ha
sido dura por todo esto y muchas más cosas, ¿no? De que probablemente podríamos hablar. Pero a la
vez muy gratificante. O sea, Japón me ha enseñado mucho. Hombre, tú salías por Japón, ¿no?
Pocito, ¿eh? Sí. Sí, poquito. Pero yo no soy… O sea, yo siempre que digo que no soy… Que no me
gusta salir de fiesta, los de Yeida dirán, este es un falso. Porque solo salgo por Yeida.
Ay, puñetero. Que Yeida yo salgo porque son mis amigos de toda la vida. Entonces,
el bar del pueblo y me gusta ir ahí. Pero no soy alguien que realmente haya salido de fiesta.
Mucho. Ay, con Jerico no tenías tanta afinidad. No, si le preguntas te va a decir que no se acuerda.
Tú y Puyol, tú y Puyol. Sí, pero ya ve la de Puyol. Pues, en Japón, por eso, cuando tú
interactuabas con gente que no era de tu mundillo, notabas igualmente eso, ¿no? Que hay como una
barrera y que… Claro, tiene una cosa muy curiosa los japoneses que no saben… Y eso es cierto. No
existe el no. No saben decir que no. Es imposible que te lo digan. Es imposible. O sea, les puedes
decir cualquier cosa pero te van a hacer la evasiva o te van a ignorar con el tiempo. Y eso
lo bebiste, ¿no? Sí, sí, sí. Pero, bueno… O sea, al final, para mí, yo lo entendí desde el
primer momento que me lo explicaron, que era así. Entonces, yo intentaba evitar esa situación que
a ellas les pudiera provocar… Un colapso. Un colapso, ¿no? O sea, yo si iba a pedirme un café,
pedía un café. No le pedía… ¿Me puedes poner, por favor, una gotita de…? Por ejemplo, ¿no?
Entonces, tienes que entender cómo son y vivirlo como son. Y cómo son aquellos. Porque, muchas
veces, el problema es que tú quieres que ellos hagan o que ellos funcionen como tú funcionas. Y
eso provoca siempre la frustración. No, no. Yo fui ahí con el de decir, yo aquí quiero vivirlo,
quiero aprender, quiero experimentar. ¿Qué dirías que es lo mejor y lo peor de vivir en Japón?
A ver… Lo peor para mí ha sido el no poder empatizar con ellos. O sea, yo la verdad que
les admiro Japón, los lugares, las tradiciones que tienen, los conceptos que tienen, cómo tratan,
cómo manipulan el producto… No sé. Realmente me hubiera gustado empatizar con todas estas cosas
que yo admiro. Y no es posible. Y esto, digamos que para mí es la parte más… Fue la parte más
desagradable, ¿no? Y lo mejor de Japón… Teoría, muchas cosas realmente. Bueno, la gastronomía,
obviamente, ¿no? Pero, sobre todo, el concepto de vida que tienen, ¿no? Como ellos, ves que se lo
aplican, las tradiciones que tienen… Realmente, como ellos también, que es algo que nosotros no
hacemos que ellos se hacen valer, ¿no? A ellos le dan mucho valor al japonés. Ellos son así y creen
en ellos y no quieren a nadie más. Y eso también se pueden extraer cosas positivas que, por ejemplo,
nosotros aquí valoramos más al de afuera que al de a casa, ¿no? Entonces, yo creo que esto podría
ser algo que sí que… También, pues que bueno, que me ha gustado más allá de los templos, de los
paisajes… De lo bonito que puede ser, ¿no? Vivirías otra vez en Japón. ¿Un año y medio?
Eh… Vivir, no. Konnichiwa. Durante un año y medio ir una vez cada tres meses, sí. Dos semanas.
Estar en contacto con Japón, sí. Eso es cojonudo. Pero vivir en Japón… No creo, no creo. Y para
trabajar con ellos ¿es complicadillo o te lo ponen muy fácil? Es complicadillo. Es complicadillo. ¿Por qué?
¿No es como Alemania, que es muy todo claro y cuadriculado? Primero, porque no hacen… No tienen
ni el interés de hablar inglés. O sea, el tema de comunicaciones… Ah, ahí… Tienes que… Muy poco
inglés, ¿verdad? Siempre con el traductor. Entonces, claro, ya no conectas con la persona. Conectas
a través de una tercera persona. Sí, eso es complicado. Sí. Sobre todo eso. Eso lo jode, ¿no? Sí. El
lenguaje es algo que une mucho. Uno mucho. Por eso te decía que para mí con el chico este, que no
hablamos y que nos abrazábamos, para mí era más allá, ¿no? Del lenguaje. Era algo químico. Por
esto es difícil encontrar. Sí. Imagínate si llega a hablar. Si llegas a hablar. Bueno, ya estaría aquí
contigo. Sí, seguramente. No, no. Le dije, oye, tú no quieres venir a jugar ahí a Europa y tal. Aparte,
es muy buen jugador. Aparte, ya le dije. ¿Cuántos años tiene? Coya, ¿cuántos años tienes, joven?
27 años. 27. Aún tiene carrera, ¿eh? Sí, no, no, es bueno. ¿El Castellón está buscando jugador?
Voy a contactar ahora. Vas y contacta. Sí, sí. No, no. El año pasado, mejor jugador del año de la temporada.
Sí, sí. Hostia. Sí, sí. No, no. O sea, el tío tiene potencial. Y es buena persona. Muy buen chico.
Eso es importante. Sí, sí. Eso es bonito. Sí, sí. Hablemos ahora, va. Ya hemos hablado de fútbol. Hablemos
de personalidad, de persona, de usar un mental. Que es un tema que tú has sido muy abanderado y
me gusta mucho. No has tenido miedo de hablarlo. Sobre todo con los años, porque en un principio
tú pillaste la del pulpo. Eso es así. Es una putada, ¿eh? Porque no ayuda precisamente al propio
proceso. Pero yo creo que tú y Andrés habéis sido muy abanderados en el mundo del fútbol de elite en
este tema. Tú tenías 17 años y te convocan. La selección española te convoca. Y que todo el
mundo dice, guá, qué maravilla. Eso es la mejor cosa que te puede pasar como futbolista. Y,
noticia, Boyan rechaza la selección española. Y eso no fue así. No. ¿Qué pasó en ese momento?
¿Cómo te llega la llamada o el mensaje? ¿Y tú cómo estabas para que dijeras que no? Porque era
un tema salud. A ver, esa situación, ese proceso de ansiedad que viví ese año empezó a mitad de
temporada más o menos. Tu primera temporada en el Barça. En el primer equipo. En 17 años. Nadie lo
sabía. Ni de mis compañeros del Barça, ni de mi entrenador. Nadie lo sabía. Lo sabían mis padres
y mi gente. Entonces, claro, me llama la selección en un partido amistoso, en un partido, diría que
era amistoso, contra Francia en Málaga en febrero. Entonces, claro, ya cuando recibo la llamada, yo
estaba muy al límite, ¿no? En el mes de febrero. Todavía quedan cuatro meses para terminar la
temporada. Entonces, claro, ya hablándolo con mis padres, pues mis padres me dijeron. Tranquilo. Vas
y a la mínima te vuelves, ¿no? Entonces, claro, piensa que yo estaba a las 24 horas del día mareado.
Claro. ¿A ti cómo te afectó la ansiedad? O sea, yo estaba a las 24 horas del día mareado. Mareo.
Era mareado. Era mareado. Ni taquicardia. No, no. Era mareado. Lo que pasa que cuando vivía la
situación de ansiedad era, pues, como una ola que se descontrolaba, ¿no? O sea, el mareo aumentaba.
¿Te gustaba respirar? Dolor de cabeza. No, no. A mí era la cabeza, ¿no? Temas más de visión, de presión
aquí y tal. Entonces, era una situación que no te permitía. Entonces, claro, yo voy a la selección y
el primer día bien, controlado. El segundo día bien, controlado. Y llega el día del partido. Y al
partido voy contento de decir, joder, lo he superado, ¿no? He llegado aquí, entrenado en el equipo,
todavía. ¿Sabías que era ansiedad? Sí, sí, sí. O en eso estaba ya. Sí, sí, sí, sí. Que podría ser, imagínate,
podría ser algo neurológico. No, no, no. Tú sabías que ya era ansiedad. Porque ya había vivido un proceso.
Vale. Antes con el Barça. Vale. Sí, sí. Ya estaba en el proceso, ¿no? Entonces, claro, al llegar al campo, el día del
partido, hora y media antes, vamos a ver el césped y tal, y cuando vuelvo al vestuario, me siento y a
la que me siento, me viene la ola, ¿no? Entonces, claro, ahí yo dije, vale, todo liquidado. Aquí ahora mismo
nadie sabe qué me está pasando y qué hago, ¿no? Y tenía a Andrés al lado y le dije a Andrés y le digo,
me estoy mareando, tío. Entonces él llamó al fisio, al doctor y me fui a la zona de los fisios y ahí me
tumbaron. Entonces ahí es cuando, obviamente, mis compañeros no eran conscientes de lo que me había
pasado. O sea, de la situación que estaba viviendo. Pero, claro, cuando me viene el fisio, el doctor, yo les
cuento la situación. Y ahí viene el seleccionador y viene el director deportivo. Entonces, claro, eso es
febrero. Entonces no juego ese partido. Se dice que no he jugado por una Gastroenteritis. Nada que ver.
¿De dónde sale eso? De la federación. ¿Te molesta? No. Eso no me molesta. No te molesta. Eso no me molesta
porque, al final, claro, yo piensa que tenía en ese momento la gestión de recuperarme de esa situación y
la frustración de no poder haber estado en ese día, ¿no? Pero, bueno, yo vuelvo y el objetivo es
volver a entrenar. Que esa situación no me parara. Desde el primer momento yo sabía que era una
situación, que era un reto, que era una situación que no era agradable, pero que se tenía que vivir y
que se tenía que superar. Entonces, es lo que hice. Volví a la selección y yo me fui a entrenar. Yo no
quería que eso me paralizara. Entonces, de febrero a mayo me pierdo un partido con el Barça solo. Todos
los demás los jugó. Por ese motivo. Por ese motivo. Y no se decía en público. No, no, no. Entonces, yo
todos los partidos los juego. Entreno, juego de titular, de suplente, sigo marcando goles, sigo rindiendo
bien. Y entonces yo en esos meses, claro, el Barça ya lo sabía y la Federación ya lo sabía. Y yo estoy
en contacto con la Federación porque me iban mandando mensajes. Entonces, les decía que estaba
como estaba pero que estaba… Funcionando. Estaba funcionando. Entonces, claro, llega la… llega la
semana previa a la convocatoria del Europeo, ¿no? A mí me llega que la selección me va a convocar.
Entonces, yo les digo a mis padres, digo, digo, es que estoy… No puedo ir. Es que no, no puedo.
Realmente no me veo capacitado para afrontar esta situación. Primero, porque profesionalmente creo
que no voy a estar. Y luego, porque ya es alargar algo, ¿no? Un poco lo que decíamos antes que nos
va a hacer daño, ¿no? Y quiero esta situación buscar el escenario que me permita poder recuperarla,
¿no? Entonces, tomo la decisión de no ir. Y me llama el día antes el seleccionador y me dice,
te voy a convocar, que sepas que estás en la lista. Entonces, le digo, digo, un niño de 17 años estaba
con el coche con mi madre y vamos a entrenar de mi pueblo a Barcelona. Y entonces le digo,
un niño de 17 años no te está diciendo que no quiere ir. O sea, es consciente de lo que está
diciendo. No. A un Eurocopa o a una selección absoluta, ¿sabes? Es irrechazable. Pero, claro,
si este niño te está diciendo que no es porque no puede ir. O sea, con toda la pena, con toda
la rabia. Pero es consciente de que tiene que tomar la decisión de parar porque ha sido una
temporada donde ha habido mucho movimiento. Donde ahora mismo me encuentro en un momento que tiene
que parar. Para. O sea, no parar. Que tiene que hacer limpieza, ¿no? Y el ir con la selección
me supone todavía más y más, ¿no? Entonces, decidí de no. Es claro, yo llego al Camp Nou y en
el vestuario, ¿no? Obviamente habían hablado con algún jugador que iba a la selección para que
me convencieran. Entonces, yo les dije si no se trata de convencerme, si yo lo agradezco en el
alma. Pero, claro… Es como que Puyi, ¿no? Sí, exacto. Sobre todo Puyi, ¿no? Que él me iba a proteger y yo le
dije Puyi, no tengo ninguna duda. Pero es que no puedo, tío. Es que no puedo realmente. Fue duro,
fue duro. Pero más duro fue. O sea, fue duro pero a la vez yo me sentía… Sentía que estaba tomando
la decisión que tenía que tomar, ¿no? Pocas cosas tenía claras en esos años. Con 17 años, tío. Pero
esa decisión la tenía clarísimo. Eso es muy maduro. Sí. Porque lo más quizás fácil es decir,
tiro para adelante y si no me encuentro más, pues ya me desmayaré. Sí, sí, sí. Pero, ¿no? No, no. Yo
lo tenía clarísimo. Lo que pasa es que, claro, el día siguiente es lo que a mí me hace daño, re
verdad. Que es que el titular que se dio, la noticia que se dio, fue la selección convocaba a Niboyan
y dice no. Claro. Eso de dónde sale. Eso no sé realmente dónde sale. Nunca lo has sabido. No sé
dónde ha salido. Yo puedo llegar a entender al paso de los años que al final, claro, la Federación
estaba obligada a convocar a Niboyan porque Niboyan estaba mereciendo ir a la Eurocopa y si no convocaban
a Niboyan tenían que dar una explicación. Entonces yo creo que la parte fácil, ¿no? O la parte de la
selección es decir, nosotros lo convocamos y Niboyan dice no. ¿Qué pasa? Que también la parte mía o la
parte de sí, la parte mía de mi entorno, yo la explicación que doy es a través de una entrevista
a Barça TV diciendo que necesito vacaciones. Ninguno dice la verdad. Entonces, claro. ¿Por qué no dices
la verdad? ¿Es por vergüenza? ¿Es por no contradecir a la Federación? ¿Por qué no dices? Tengo un
proceso de ansiedad importante y eso no me impide. O por vergüenza. No, no, vergüenza nada. No. No te
avergonzaba porque cada vez es más habitual hablar de salud mental pero en esa época mucha
gente lo tenía como un tabú. Sí. Como que vergüenza ¿no? Pues oye ¿estás triste? Pues alégrate ¿no?
Ponte contento. ¿Tienes ansiedad? Va, queda con un amigo. No, esto no es así. Sí. No, no, no. Para nada,
no, no. Yo vergüenza no. Lo que sí que no tenía era el control de la situación. O sea, esa
situación no la podía controlar. Era tanta la la la lo que se había generado que yo no sabía cuál era
la salida ¿no? O sea, la salida era decir la verdad. Pero en ese momento con 17 años no tienes la
experiencia, no tienes la voz, la confianza para poder exteriorizar esa situación ¿no? Entonces,
bueno. ¿Te insultaba la gente? Bueno, la semana siguiente faltaba una jornada de liga y fuimos a
Murcia. Mucho español ahí ¿eh? Mucho fan de la selección. Me cayó. Te dijeron de todo. Me cayó
desde el hotel ¿eh? Desde que estábamos haciendo la siesta y… ¿Qué te decían? ¿Cagado o desagradecido?
No, no. Yo creo que la gente no sé si entendió como que no quería ir a la selección española ¿no?
Como odio a España ¿no? Sí, siendo catalán, serbio ¿no? Pero no, no. Esa situación fue… Imagínate,
tú estás ¿cómo estás? Ya rezando supongo para que termine la temporada para poder hacer un poco de
limpieza. Recibes esa situación de odio aunque fueran dos semanas ¿pero eso cómo coño lo llevas tú?
Bueno, no solo esas dos semanas ¿eh? En lo que duró. En España yo creo que hasta el día de hace
poco se me ha seguido recordando. ¿Sí? Sí. Con rabia. No con rabia, pero sí con la sensación de que
había dicho que no a la selección. Y yo de verdad te lo digo ¿eh? O sea, en ningún momento tuve la
sensación de arrepentimiento cuando la selección ganó la Eurocopa. Ni en ningún momento tenía la
sensación de haber dicho, hostia, se hubiera hecho un pequeño… Es que tomé la decisión que había
que tomar. Soy consciente que tenía que tomar esa decisión. Entonces, eso me llevó a la tranquilidad
de estar en paz conmigo mismo ¿no? Y de no tener la sensación de que ahora tendría una Eurocopa mini
de esto o que… Podría saber si era importante o marcado un gol importante. Era lo que tenía que
hacer. Y luego lo que te digo, al final eso no se ha exteriorizado hasta hace poco ¿no? Pero la
selección, la federación, que algo que hizo que yo siempre voy a estar eternamente agradecido es
después de esa Eurocopa empieza una nueva temporada y otra figura, ¿no? De la que he hablado
poco realmente y que para mí merece mucho respeto y muchas admiraciones, Vicente del Bosque. Porque
me convoco a la selección. Me hace debutar después de ese episodio. A lo mejor otro tipo de entrenador
te castiga. O lo que sea ¿no? Pero la federación me siguió demostrando que confiaba en mí,
y Vicente ¿no? En este caso pues fue la persona que me hizo debutar en la selección, habiendo
pasado ese proceso. Y yo demostré que no era ningún tema político ni mucho menos ¿no? Y…
¿Está muy buena persona del Bosque como parece? Yo tuve la suerte de conocerle… Lo conocí poco,
pero sí que era un poco perfil Riker ¿no? Muy papa ¿no? Parece… Desde fuera parece… Bueno,
parece el ser de luz. Sí, sí. Una buena persona. Demasiado incluso ¿no? Que eres tan bueno que te
van a comer. Sí, sí. Es una maravilla. Hemos hablado del tema de tu ansiedad, pero también
hay otro tema que sale a colación, que es la presión pública. Y esto la has tenido toda tu
puta vida. Y esto es así. Desde que empiezas a destacar, ruido, ruido mediático, ruido mediático.
Toda tu carrera. A principio eres la nueva estrella, el nuevo Messi. Luego eres un traidor a la selección
española. Luego ¿qué haces tú jugando en Europa? ¿Qué mal te ha ido en la vida? ¿Cómo coño lo has
llevado eso? Porque es así. Mucha gente ha ido a hacer daño. Sí. Y va a joder porque dices tú ¿qué
necesidad hay? Pero lo hacen. Te hago dos preguntas aquí. Una ¿cómo lo has llevado tú? Y la otra ¿por qué
crees que la gente es así? Pues mira, yo lo he llevado con dolor. ¿Te ha dolido? Obviamente me ha
dolido porque no entendía que eso no dependía de mí. Dejó de dolerme cuando yo entendí que era
algo externo y que esas presiones, etiquetas, era algo que no dependía de mí. Y cuando yo entendí
de que yo era el que me ponía mis etiquetas, que yo era el que sabía mis cualidades, mi camino,
lo que yo quería hacer y dónde quería ir, eso dejó de dolerme. Pero sí que es verdad que el
final no ha sido fácil porque siempre donde he estado ha habido como una sensación de que si yo
rendía por debajo del 8 no… Sí, estabas acabado. Estaba suspendido. Entonces claro, estar en el 8 es
muy difícil constantemente. Hay muy pocos jugadores que están en el 8. Entonces, a lo largo de mi
trayectoria, sobre todo en este tramo final, aprendía a darle valor a lo que yo había hecho y
lo que estaba haciendo. Entonces, eso me liberó. Es sacar lastre, ¿verdad? Sí, eso me liberó y
realmente me hizo sentir un privilegiado de todo lo que había vivido y me hizo sentir orgulloso de
todo lo que había experimentado, de todo lo que me había costado, lo conseguido, de sobre todo
las dificultades cada vez que había caído, que en todas me había levantado, el nivel que había
jugado a fútbol con grandes equipos… Entonces, cuando tú aprendes a darle valor a lo que tú tienes
y dejas un poco de prestarle atención al de al lado o al de… a lo que dicen, todo se… se magnifica,
¿no? Todo lo que estás haciendo, todo se llena de luz, ¿no? Entonces, eso es lo que… un poco la
revolución que hago de la primera pregunta que me has hecho. Sí, y toda la gente que estamos expuesta
a lo público tenemos. Yo también tengo mucha gente que me quiere constantemente hacer de menos. Eso
nos pasa a todos ellos, que estamos en un ámbito público y tenemos millones de seguidores. Recibimos
este odio por lo que sea. Y lo que has dicho es una de las mejores formas, es entender que la gente
que te quiera odiar te va a odiar siempre. Lo va a hacer independientemente de lo que hagas. Hay gente
que te tiene cruzado y te va a tener cruzado siempre. ¿Qué tiene que importarte eso? Si tú,
para ellos, eres cinco minutos de su pensamiento de su día. ¿Por qué después van a ir a hacerse
la cena o van a ir al cine y ya no se van a acordar de ti? Sí. ¿Y si mañana te mueres les vas a dar
completamente igual? ¿Por qué entonces a ti tiene que importarte, no? Sí. ¿Esa opinión? Sí. Sí.
Sobre todo, cuando tú entiendes, yo he juzgado. Todos. Y para mí… Todos. Ahora ya no lo hago.
Es imposible no hacerlo al principio. Claro. Pero cuando juzgas y te das cuenta de lo que
estás haciendo, dices ¿cómo puede ser que estés haciendo algo, que estés juzgando de alguien o de
una situación que totalmente desconoces? Y te permites el lujo de opinar. Y luego, cuando te dicen
«Ah, vale. Pero, hostia, es que esta persona ha vivido esto». Hostia, es que no lo sabía. Vale,
pues… Pues no haber dicho nada. Entonces, cuando aprendes a no juzgar y ahora yo que estoy en una
situación en la que cualquier situación que desconozco no juzgo, incluso las que conozco…
¿Por qué nunca conoces, aunque no es… Aunque… O sea, una situación que no sea tuya personal,
no las conoces de tu. Entonces, no me permito el opinar de esa situación. Eso también te da el
entendimiento o te da un poco la tranquilidad de cuando alguien te está juzgando a ti. ¿Qué dices?
Y la segunda pregunta ¿por qué la gente valora tan mal a los que tienen éxito, a los que son
diferentes? ¿Por qué, y cada vez más con las redes sociales, hay ese ambiente de negatividad
que existe, evidentemente? Tú sabes que si mañana haces un tuit y depende de que pongas,
la mitad de comentarios van a ser hirientes. Tú, yo… Nacho no, porque solo tiene fans,
pero cualquier persona… Menos yo, que soy tu hater. Cualquier persona hay ahora mismo como
una cultura de la rabia, de la frustración. ¿Por qué crees que sucede esto? ¿Tú quieres
alguien que le has dado muchas vueltas a la humanidad y a por qué somos así? ¿Por qué
crees que pasa esto? A ver, pasa porque no somos una sociedad conformista. Siempre queremos más
y esto nos lleva a que no nos alegramos del que le pasa al de al lado. Entonces,
como siempre queremos más, aunque siempre nos fijamos en el de al lado, hay muy poca gente,
un tanto pareciendo muy bajo. Yo entiendo que estamos viviendo una situación de mucho cambio,
de mucha inseguridad y que hay situaciones… Realmente la gente lo está pasando mal,
¿no? Pero estas situaciones o muchas situaciones en las que vivimos, si realmente viéramos lo que
tenemos, lo que hacemos, lo que… Restaríamos más angustia en nuestras vidas, ¿no? Entonces,
esto es algo que no hacemos y que no pasa. Por eso, eso no nos permite alegrarnos del que tenemos
al lado, esto no nos permite realmente celebrar el éxito del otro y normalmente sí que nos alegramos
de cuando a alguien le va mal y eso nos lleva a un poco a estar bien y dices ¿cómo puedes estar bien
con la derrota del otro, no? No es algo que yo, por ejemplo, no me quiero sentir identificado ni
quiero que mi vida sea así ni he permitido nunca que mi vida fuera así. Es una pena decir eso de
la sociedad, que hay un grandísimo porcentaje de personas que son así. Eso es un problema. Eso
significa que algo no estamos haciendo bien o ya sea educacionalmente o emocionalmente. Algo está
fallando si un gran porcentaje de la gente se alegra de la desgracia ajena. ¿Cómo es y cómo se ve?
Sí. Sí, lo que pasa es que también, eso muchas veces nos lo han dicho ¿no? ¿Cómo puede ser que
de 10 comentarios uno sea tal y te quedes con ese no? Eso también es verdad. Hay gente que realmente
se alegra, hay gente que realmente te quiere. Lo que pasa es que en nuestras elecciones en la vida
no sabemos también relacionarnos con esa gente que nos suma. Muchas veces también seleccionamos a esa
gente que nos lo pone difícil. Entonces dices si realmente tú te centras y eliges a la gente,
aunque sea poca, pero que es la que realmente quiere estar contigo, que es la que realmente
te quiere y tú la quieres, confío en que haya gente así ¿no? ¿Tú eres de círculo pequeño?
No soy de círculo cerrado. Realmente soy de círculo. O sea, en un vestuario he intentado
siempre llevarme bien con todos, que no es fácil. Pero siempre he intentado llevarme bien con todos
porque creo que todos te pueden sumar. Siempre intento buscar esa complicidad con el otro. O sea,
que no soy de círculo cerrado. O sea, un tío abierto y que le gusta congeniar con los demás.
Sí. Menos irse de fiesta. Menos irme de fiesta. Menos a Liñola. ¿Cuál es el bar de Liñola?
A Lleida. Bueno, de Lleida va. ¿Cuál es el bar de Lleida que aconsejas a la gente que vaya?
Que todo el mundo de Lleida apuntando. Babarrum. Esa gente ya me conoce.
¿Es claro que cuánto vale un cubatilla ahí? ¿Está bien de precio o cómo va el tema?
Sí, hombre, sí. ¿Hacen precio para amigos? Sí, hombre, sí. Vale, pues vamos a ir ahí todos. Vamos todos.
Vamos todos ahí. Además del tema de la ansiedad, que es el quizás más conocido ¿has tenido algún
otro problema psicológico, salud mental? Con Andrés hablamos de la depresión. ¿Tú has tenido
algo similar o sólo ha sido ansiedad lo que tú has padecido? Sí, no, diría que sólo la ansiedad.
Sí que es verdad que la soledad en el extranjero me ha hecho daño también. ¿Sí? Sí. ¿Es lo peor de
ser futbolista de élite en otro país? A ver, siendo jugador de fútbol, que eso implica,
porque muchas veces lo hablo con mis amigos y me dicen cuando me voy al extranjero, me he ido de
Erasmus, me he ido de viaje aquí y tal, te relacionas con él. Digo, sí, es que un jugador
de fútbol, primero que lo que haces tiene una responsabilidad con tu club. Obviamente tú y más
yo siempre he tratado en mi etapa como jugador estar bien físicamente, dormir tus horas,
la importancia de la comida. No te has aconsejado de Piqué, ¿no? No beber alcohol. Bueno, Piqué
tiene un físico privilegiado que le permitía, pues es verdad, es que es verdad, y dormía pocas
horas y era el mejor. No dormía directamente. Entonces si a Piqué lo hacías dormir no rendía,
pues era mejor no dejar de dormir. Lo tienes ahí abstemio un año y medio y para casa. Sí, exacto.
Entonces pues eso, que la parte de la soledad en el extranjero sí que es verdad que son muchas
horas que pasas contigo mismo, diferencias horarias, que te puedes comunicar pocas horas en el día.
Pero mira, lo que decías tú de tus amigos, ¿qué es lo que te impedía hacer un grupo cuando has
estado en el extranjero? O sea, unos peores momentos quizás cuando vuelves a la casa o al hotel y esa
vacía, ¿no? ¿Qué es lo que te impidió quizás tener un grupo que también fuera como tu familia ahí?
Bueno, a ver, yo sí que he sido un poco demasiado estricto con el tema del ser jugador de fútbol,
con lo que implica. Eso uno. Y luego que cuando estás en el extranjero, como ya no sales de fiesta,
las actividades sociales se reducen. Ya soy una persona que no me gusta ir sola a hacer amigos,
¿entiendes? O sea, me cuesta. No es que no me gusta, me cuesta. Entonces esto hace que sea
más complicado el poder hacer amistades. Y luego la gente dirá bueno y tus compañeros de equipo,
es que la gran mayoría siempre están con pareja, mujeres, hijos. Yo he estado con pareja muchos
años, pero vivíamos a la estancia. Entonces ella venía de vez en cuando. Pero claro, cuando estás
solo ya he vivido situaciones de ir con, bueno, la gran mayoría de veces, ¿no? Con mis compañeros,
sus mujeres y yo. Un hijo más. El hijo. El nen, el nen, ¿eh? Ahí al lado. Exacto. Claro, es que es
jodidos, jodidos. Entonces para ti es una de las peores cosas, ¿no? El hecho de la solitud del
futbolista. Eso se lo he escuchado a muchos, incluso artistas. Grandes artistas de estos
mundiales que dicen cuando llego al hotel ya no soy la estrella. Soy un tío que está solo. Es
lo que tú habías dicho, ¿no? Se interpreta muy bien el silencio sobre todo de ese piso,
de esa casa oscura, que si no le das al botón no se enciende, no hay luz. Y si no enciendes la
tele o la música no hay sonido. Entonces eso, realmente entrar y ver ese, escuchar ese silencio
después de un partido que las cosas han ido bien, que has marcado un gol y lo quieres disfrutar,
compartir. Que la cosa no te ha ido bien, que te han silbado, te están insultando. Llegas a casa,
estás. Entonces eso, esa parte, te lesionas. Por ejemplo, esta última lesión que te decía,
¿no? En Japón, ocho horas de diferencia horaria. Llego a casa a las once y media con el pie vendado
que no sabía si me había reventado el tobillo o si solo era un esguince, ¿no? Y me tuve que esperar
hasta las tres del mediodía que se levantaran la gente de aquí para poder compartirlo. Entonces
esas horas las recuerdo de decir que no quiero más ya estar solo en el extranjero. Claro, era como
una sensación de mi gente ahora estaría conmigo y no puede estar, ¿no? Eso te ha pesado, digamos,
bueno yo siempre un poco lo he dicho de los 12 años que he estado, de los 12, de los 16 años que he
jugado como profesional, 12 los he estado en el extranjero. Pues de estos 12 el 80% de partidos
los he jugado solo en el estadio, sin mi gente. Y esto para mí ha sido muy importante. Tú eres un
familiar, ¿no? Sí, familiar, pero sí que necesito esa conexión con alguien de la nada. Saber dónde
está nuestro padre y saber que están ahí es jodido. Los problemas de ansiedad ¿cómo los regulaste? ¿Cómo
los trataste? ¿Cuál ha sido tu manera? Bueno yo estuve haciendo con el doctor Monsain, ¿no? Que es
un doctor especializado en psicoanálisis. Fue una terapia que a mí me fue muy bien. Y luego esto
te ayuda. Pero esto no tienes que, o sea, yo nunca lo percibí como que eso, que ese doctor era el que
me iba a ayudar. No, no. Eres tú el que tienes que ser capaz de convivir con esa situación, aceptar,
¿no? Tienes que tener la aceptación de que estás en un momento incómodo y tomártelo como un reto
de decir, vale, esto me va a servir para crecer, esto me va a servir para ser más fuerte en la
próxima etapa, ¿no? Y eso es un poco lo que el proceso en el que hice con la ayuda del doctor
Monsain y con las sesiones de psicoanálisis por a la vez gestionando las situaciones que realmente
yo me encontraba en dificultad pues que cada vez fueran más fáciles. A día de hoy ¿cómo estás?
Bien, estoy muy bien. Sí, muy buena etapa. Entiendo que tú también tendrás tus propios mecanismos de
saber cuando algo está un poquito peor regularte, ¿no? Sí, bueno, entiendes a
bueno, a saber cuáles son de… ¿hasta dónde llega tu ambición? ¿hasta dónde llegan tus
objetivos? ¿hasta dónde tú sabes qué quieres llegar o qué quieres hacer? Saber decir no,
que me costaba mucho antes, ¿no? Como Japón. Japón. Japón. Un poquito. Era muy japonesa.
Por eso me sentía identificado en este sentido. Pero ahí es demasiado, ahí es demasiado. Ahí no mejoro.
Yo he mejorado en este sentido realmente el saber decir no, el saber, bueno, entender que la vida
son etapas, ¿no? Que todo tiene su momento, aceptar la realidad, no sé. Son muchas situaciones que
he ido experimentando gracias a ser jugador de fútbol y eso me ha llevado, obviamente,
al crecimiento personal. De autocontrol, ¿no? De malas sensaciones. ¿Alguna vez te he escuchado
decir que tú eres muy sensible? ¿Qué es para ti ser sensible? ¿Es una bendición? ¿Es una maldición?
No, para mí es una bendición ser sensible. Lo que pasa es que se tiene que saber proteger esa
sensibilidad, ¿no? Y al final el sensible… La persona sensible es una persona que le afectan
mucho las cosas, ¿no? A mí cuando era joven pues era un nivel bastante alto, ¿no?
¿Se te hacía daño con facilidad? ¿Se te podía hacer daño con facilidad?
Se me podía hacer daño con facilidad y a la vez era muy… O sea, a la vez que alguien me hacía daño,
¿no? No sé cómo decirte. O sea, en lo contrario, ¿no? O sea, en el amor era también…
Lo dabas todo. Sí, exacto. Era como muy rápido, ¿no?
Interiorizaba, ¿no? Muy, sí. Y entonces esto para mí es una virtud. Ser sensible es una virtud. Lo
que pasa es que tienes que poner un poco de protección a esa sensibilidad para entender
que tiene que estar. Es como una luz que tiene que estar siempre encendida para realmente que las
emociones vibren de esta forma. O yo quiero que vibren de esta forma. Pero a la vez sabiendo
dónde son los límites. También los de arte. Yo creo que es muy importante, si eres muy sensible,
los de arte de buena gente. Que te haga bien, que no te haga daño, que te traten como tú sabes,
que haya confianza. Todo esto yo creo que ayuda muchísimo a las personas que soy sensibles a
estar más protegidas, más tranquilas y como bajar la coraza que tú dices. Lo bonito de una
persona sensible es bajar la coraza. Porque sabes que no te va a hacer daño esa persona. Porque
la vez que vas a estar bien, vas a estar a gusto y que tú puedes mostrar esa parte buena de la
sensibilidad. Hay un personaje, una persona que ahora me ha venido a la cabeza hablando de la
presión pública y todo eso, que es Ansu Fati. ¿Te ves reflejado o ves reflejada la situación
de Ansu Fati con la tuya en su momento? A ver, es que… O sea, hay que partir de la
base de que hay 16 años de diferencia. La vida está evolucionando muy rápido. El fútbol más
todavía. Entonces, claro, 16 años son muchos años. Son situaciones diferentes. Siempre se
me ha comparado o a él nos han comparado. Pero yo creo que lo que puede ser parecido es a nivel
externo lo que se está generando. Eso sí. El hype. El hype. Eso sí. El nuevo Messi, que es todo el
mundo que sale bueno de la cantera, es el nuevo Messi. Eso sí. Porque, al final, Ansu sí que es
verdad que también llega al primer equipo generando mucha ilusión, metiendo goles, se baleó y es un
poco el club entiende que tiene que suplir esa desilusión de la gente con una nueva ilusión y
saben que Ansu en ese momento era la persona que podía ocupar ese espacio. Pero claro, todo eso se
hace desde al final, desde la exigencia profesional, desde la exigencia del personaje. Y eso es algo
imparable. Es algo que muy difícilmente se va a poder gestionar a nivel de afición y a nivel de
prensa mediática. Lo que sí que se puede gestionar es a nivel de entidades, a nivel de la gente que
es responsable de estos jugadores. No sólo de Ansu, sino de estos jugadores. De entender lo
importante que es el proceso, de no querer avanzar tan rápido, de no querer... Algo que está
haciendo muy bien Xavi, yo creo que lo está entendiendo muy bien, es la gestión que está
haciendo en muchas situaciones. No sólo de los jóvenes, sino de la demanda que le están exigiendo,
exigiendo, ¿no? Del exterior. Él realmente está haciendo con un criterio que yo lo comparto
realmente de cómo está gestionando estas situaciones. Y el caso de los jóvenes es un poco
valigado en eso. De que el entrenador, directores deportivos, presidentes... O sea, las personas
encargadas de esta gente es la gente que realmente tiene que proteger a estas personas y un poco
acompañarles en este proceso. Porque parece que cuando les dejas ir, ahí van solos. Los lanzas a
los leones. Ahí van solos. Y eso es algo que se tiene que evitar. ¿Has hablado con él? No. ¿Qué le
dirías si pudieras hablar con él? Que desde tu punto de vista, desde tu experiencia, que al final
también sales del mismo sitio, mucho hype... ¿Le recomendarías algo? Mira, es que no... Me cuesta
mucho dar consejos. O sea, primero lo que me gustaría, si se generara esa situación, es
escucharle. Claro, que te cuente. Un poco sentir lo que hay dentro de él. Entender en el
momento que está. Porque ahora estamos hablando de una situación en la que Anso ya ha vivido cosas.
Ya hay un proceso largo. Y entre ellos hay una lesión importante. Hay una situación que se está
generando mucho. Con el padre sí que me ayuda. Entonces, me gustaría entender qué es lo que él
siente. Porque esta situación que se está generando, ¿el responsable o el que se está
castigando es Anso? ¿Cuándo es el que menos se tendría que castigar y al que menos responsabilidad
se le tendría que dar? ¿No? Entonces, bueno, un poco la situación... Primero, me gustaría esto.
Entender lo que él siente. Y no sé... Empatizo mucho con las personas de... O sea, con la persona
deportista. Entonces, no sé, poder acompañarle, poder... No sé... Anso, te estamos llamando cuando
quieras. Estás aquí. Anso Vente. Bueno, pero una cosa que no te había dicho. ¿Qué pasa, Anso Fatih?
Ya no aparece. Ya no aparece. Sería maravilloso. ¿Querés que hay poco acompañamiento psicológico
por parte de los clubs deportivos? Bueno, es que yo creo que no tiene que ser el club deportivo
el que acompaña, ¿no? Porque, al final, el club deportivo... Además de jugadores, son personas. Sí,
pero... O sea, el club tiene que tener, obviamente, comprensión de que esto es muy importante. Pero
no tiene que ser el club responsable de esta situación. Me refiero. El club no tiene que poner
al profesional para que trabaje con el jugador, ¿no? Hay clubes que ahora tienen psicólogos
grupales, que esto va muy bien para el grupo. Pero yo creo que el... O sea, que el jugador tiene que
tener la herramienta o el conocimiento para poder acceder a este tipo de profesional, ¿vale? Si
hablamos de profesional externo. Y, a la vez, las personas responsables... Las personas que son responsables
a nivel deportivo... El entrenador no puede empatizar con todos. Tiene 20 y pico jugadores. El
entrenador tiene la responsabilidad de ganar y de hacer jugar al equipo bien, ¿no? Pero sí que hay
mucha gente, gente del staff, propio director deportivo, que sí que esa persona... Yo veo que se le
da muy poca importancia a la persona. En todos los lugares, eh. En todos los lugares, eh. Hay muy
poca... Pero, al final, todos tienen presiones. El director deportivo tiene la presión del presidente,
el presidente tiene la presión de los fans, el entrenador del director deportivo... Entonces,
lo que importa es el resultado. Entonces... Y la inmediatez, ¿no? Del querer que ese jugador
rinda bien. Si no rinde, otro. No, no. Hay que intentar que esa persona sea capaz de poder sacar
todo lo mejor de él cuando esté compitiendo. Y eso es algo que no destaca mucho, ¿no? En el
mundo del fútbol. La importancia del aspecto emocional y mental, que puede cambiar la trayectoria
de un jugador. Totalmente. El jugador es de un talento espectacular que por no tener una buena
cabeza o alguien que pudiera de alguna forma encauzar, eso han acabado a nivel deportivo
fracasando. Y hay otros jugadores quizás más limitados que han tenido una cabeza, una mentalidad
muy fuerte y han podido tener una carrera de élite y de primer nivel. Y eso cuesta porque es un poco...
Aún estamos a nivel mental muy verdes, yo creo. A la sociedad aún le cuesta entender que la mente
es tan importante como el físico. Todo el mundo entiende que tienes un resfriado, tienes que ir
a cuidarte o una gripe o te rompes una pierna. Pero es muy difícil explicarle a alguien. Oye,
mire, es que mentalmente no acabo de verme. Y te dirán, bueno, pues espabila, ¿no?
Sí. A ver, sí que es verdad que... Por ejemplo, mi padre siempre me ha dicho
si te duele algo no juegues porque el espectador no sabe que te duele y no le interesa. Si tú vas
a jugar es que estás bien y tienes que jugar bien. No, no, no. Salgas después del partido diciendo
no es que me dolía la cabeza. ¿Entiendes? Entonces al espectador puedo llegar a entender que a él no
le interese tampoco, ¿no? O sea, en parte el espectador va y quiere ver ganar a su equipo,
quiere ver que es un jugador marque gol y que... Esto es algo, yo creo, que es una reflexión que
se tiene que hacer más a nivel interno, ¿no? Más a nivel de, bueno, la gente que realmente es
responsable de esas personas. Y la fortaleza y de cada uno también, que cada uno es diferente.
¿Cuál es el compañero que has tenido tú que más te ha sorprendido a todos los niveles? A nivel de
ser un puto crack jugando, mentalidad, etcétera. ¿Hay alguno que te haya chocado mucho de toda tu
trayectoria? A ver, el sudamericano tiene una mentalidad, probablemente, por lo que ha vivido,
¿no? Las durezas que ha tenido. Las durezas que ha tenido es gente que yo he intentado aprender mucho
de esa forma de afrontar los retos, ¿no? Me acuerdo, por ejemplo, Gaby Milito. Uf, qué melito. El
vino a Barcelona. Tuvo una lesión jodida de rodilla y tenía un dolor que no se lo... No le
permitía entrenar. O sea, era un dolor que no sé si estuvo un año prácticamente. Lo operaron. No se
lo sacaban. Y tú le veías entrenar. Y entrenaba con más fuerza, con más ganas que cualquiera que
se encontraba viendo. Con un dolor alucinante. Y él quería, quería. Se mordía la lengua cuando le
dolía. Él lo veías que estaba sufriendo por a la vez que no dejaba que ese dolor le venciera, ¿no?
Ehm... Gaby Heense, otro, otro jugador con una mentalidad muy fuerte. Nico Burdiso.
Me acuerdo de una pretemporá en Italia que era muy exigente a nivel físico. Como él veías cuando
hacía la parte física que corría. Y yo decía ¿y no puedo, no puedo estar cansado si este tío está
que le duele la rodilla? Salía también de un cruzado y está corriendo y ves que le duele y va y va.
Esta mentalidad del sudamericano puede ser que sea la que más me haya conectado. Conectado con la
capacidad de disciplina o de fuerza o de superación. Messi ¿qué tal? Es cierto que con Messi sois
primos como de cuarta o algo así. Esto es una leyenda urbana. No, esto es... Alguien, no sé el por qué,
decidió buscar esta información. Pero es real. Sí, sí. Hay un árbol que lo demuestra. Que Messi
que sale. ¿De dónde salen los Balcanes ahora, Messi? No, es su tatarabuelo, no sé, argentino,
no sé. Conectaron. Primos como de tercera o cuarta o quinta ¿no? Sí, sí. ¿Y qué tal es Messi en persona?
A ver, Leo es un... O sea, es alguien que la verdad es admirar la... No sé si sería un ejemplo ¿no?
Porque realmente alguien que sea capaz durante tantos años tener esa ambición y esas ganas de
ser el mejor y de demostrarlo y de... Es algo que realmente es inhumano. Es un poco todo que te
podría decir ¿no? De Leo. Es algo inhumano lo que ha hecho desde el primer momento en que decidió que
iba a ser el mejor. ¿Dies contacto con él? No. ¿Crees que va a volver al Barça? Yo creo que sí.
¿Este año? O sea, el año... Opinión personal. Sí, sí. Opinión personal total. Yo creo que sí.
Hostia. Creo. Creo por lo que se está... Por el run-run ¿no? Por cómo veo las cosas, cómo... No sé.
Y desde mi opinión, el Barça ha creado al mejor jugador de la historia. Y el Barça es uno de los
clubes más grandes de la historia. Entonces, no puede ser que terminen separados. No sé cómo
hay que hacerlo. Pero tiene que haber una... Creo que hay que terminar juntos. Ojito, eh. Bojan
Girgic lo ha dicho, eh. Cuando fiche el año que viene el Barça-Messi, él lo dijo primero. Se ha
acabado. El día bueno. Hostia. Bueno, vamos a ver tu futuro ahora que estás retirado. Tú no quieres
parar porque ya me los contaba antes fuera de cámara que tú te retiras como jugador pero no como
persona. Por lo tanto, pa'lante. ¿Qué es lo que te apetece ahora hacer, tío? ¿Qué movidas tienes?
Pues mira, tengo ganas de empezar esta nueva etapa que recién la estoy empezando sin ponerme en
ningún reto. O sea, ni sin ponerme en ningún objetivo, ¿no? Como empecé con nueve años
cuando empecé a jugar en el Barça, que mi objetivo no era llegar al primer equipo, que era el ir
viviendo esas experiencias y el ir valorando todo lo que estaba experimentando. Pues ahora,
con 32 años, con toda la experiencia y vivencia que me ha dado esta primera etapa de jugador,
quiero poder transmitirla, ¿no? En esta segunda etapa. ¿Cómo? Esto lo estoy valorando. Como te he
dicho, no quiero estar mucho tiempo sin hacer nada. Quiero ya sentirme, ¿no? Realizado en lo que
decidí hacer. Pero sí que vengo ya, pues bueno, de unos meses. O sea, de unos años ya que me he ido
formando como director deportivo. Ahora quiero hacerlo de entrenador. Aprovechar, pues, algún
curso de formación que me pueda servir para poder exteriorizar y transmitir todo lo vivido. ¿Dónde?
En una entidad deportiva, en una… No sé. Eso lo estamos valorando y ya te digo que pronto quiero
ya un poco… ¿Pero te apetece estar relacionado con el mundo del fútbol o deportivo? Sí, con el
mundo deportivo. Obviamente es algo que me he dedicado siempre, ¿no? Claro. No te veo ahora como
haciendo películas, ¿no? No, actor, no creo que se me dé bien. O un disco. Me encantaría ser cantante.
Me encantaría. Pero no tengo la voz. ¿De qué estilo musical? O sea, para mí yo creo que es la
mayor satisfacción o una de las mayores satisfacciones que el ser humano puede tener. Que la gente llene
un estadio por ti, por tu voz y hacer vibrar. ¿Qué estilo harías tú? Si tú pudieras tener carrera ¿cuál
sería tu estilo? Death metal escandinavo. No. Uy, que me cargo esto. Ah, bueno, sí, sí, sí,
ahí. El heavy metal de los Balcanes, eh. Cuidado. No sé. A ver, es que yo… ¿Qué musical escuchas?
Es que escucho de todo, eh. Escucho de todo. De todo. ¿De todo? De todo. ¿Música enka japonesa?
No me jodas, eh. Pues mira, hay alguna canción japonesa que me he llevado. Que van con los
disfraces. No, no. A ver, eh… Es que me gusta el flamenco. Venga. Me gusta el rock catalán. Me gusta
el pop. Una copización flamenco-rock catalán, eh. No, no. El spets y… La rumba catalana. Ahí está,
la rumba catalana. Me aparece, eh. Me gusta… Es que me gusta la música clásica. Me gusta…
¿Coño? Me gusta… Depende del momento del día. ¿El reggaetón te gusta? El reggaetón me gusta.
Me gusta. A la discoteca prefiero el reggaetón. Pero eso es mentira porque no he estado en la
discoteca. En Yeida ponen… Tío, quiero venir contigo a Yeida un día. Cuando quiera. Se acaba
la tontería ¿ya? Cuando quiera. Se sacaba ya… Que yo había ido y tenía un amigo. Hostia,
ahora jodas. Yeida, eh. Que vivía… Tú lo conocerás. Los bloques San Juan Carlos. ¿Al? Los bloques
Juan Carlos. De Yeida, que eran un poco… Personajes. Bueno, sí. Era un sitio un poco chungo de
Yeida. Pues vivían los pobres. Ah, sí. Los San Juan Carlos. Sí, sí, sí, sí. Bueno, eran difícilillos.
Yo me acuerdo de estar por ahí con él. Sí, sí, sí, sí. Pues ahí había estado yo algunas cuantas veces.
Visca a Yeida, hostia, coño. Visca a Yeida, sí. Aquí… O sea, recomendando cosas de la tierra. Sí,
con cargols. Cargols. Hoy no, ya no puedo con los putos cargols. Qué asco, tío. No los has probado.
Pero ¿sabes lo que es, tío? Un caracol. No le haces un puto caracol con todas las babas. No, no. Y
hacer así. Y con la caca que a veces está ahí también. La sacas eso. Si mis padres flipan los
caracoles. Eso ¿te encanta o no lo odias? Es que lo veo. Yo no lo he probado. Te renuncio que no los
he probado. Pues que me dan asquillo ya, tío. Ya, normal. Si no los has probado, normal. Tú sí, tú eres fan
de los caracols, ¿no? Sí, sí. ¿Qué recomiendas de Yeida? ¿Qué es lo que más te gusta de la zona esa?
La cazuela de liñola, ¿no? La cazuela… No, no. La cazuela de liñola, hostia. Que lo busquen en el Google
Translator. Bueno, hay, pues, espinacas, caracoles… Recomienda su tierra. O sea, vamos a hacer una parte de
recomendación desde la tierra. De la terra. El plato este. Venga, sí, recomienda. La cazuela de
liñola lleva caracoles, lleva espinacas, lleva conejo, lleva butifarra. Es un buen… ¿Cuál es la zona más bonita de
esa parte de Cataluña? De Lleida. De la Franja y de la Lleida y todo eso. ¿Cuál es la más bonita que
digas tú? ¿Tenéis que ir ahí? A ver, para mí yo te diría liñola. No tiene nada, pero es la más
especial. O sea, es que para mí realmente liñola tiene mucho de… Mucha historia. Muchas aventuras, ¿no?
Si las tiene, en algo les enseñaría. Prefiero enseñarles esto que conozco o algo que no conozco.
Uy, ¿cómo se llama, tío? Ah, el sitio que es una pasada, que es… El congoz de Monroy. Ah, el congoz de Monroy.
Con las canoas. Sí, eso también es… Increíble, eh. Pero, mira, te digo que he de hacer una cosa. No he
estado. Ese es como el barceloní que no ha estado en la Sagrada Familia, ¿no? Yo. ¿También? ¿Tampoco has
estado? Por dentro no. ¿Te has pasado cuando quedabas con alguien? Ah, mira, quedamos en Plague en
Sagrada Familia, ¿no? En el metro de Sagrada Familia. Sí, sí. No, no, es muy fuerte, pero… Pero eso ha pasado con
mucha gente. Sí, sí. O sea, Nacho, tú vives en Barcelona. ¿Has estado en la Sagrada Familia? Este año,
después de 13 años. Te has salvado, pero… ¿Has estado? ¿Cómo? ¿Sí? Bueno, eso ahí, Cefa, es mentira.
No. Ahora le digo ¿no? Perdona, a la derecha ¿qué hay? ¿Cuándo entras? No lo sé, porque no he estado.
No, no, yo quiero ir, eh. O sea, quiero ir. Bueno, yo quiero ir. Yo quiero ir cuando terminen
la Sagrada Familia. Y yo me he propuesto eso. No, no, yo quiero ir. Este año voy a ir. ¿Sí? Sí, sí.
Ahora que ya estoy aquí. Ahora que ya has vuelto. Sí, quiero ir. Sí, sí. Has vuelto a tu tierra. Sí, sí.
A Flamenquito. Exacto. A la Tierra. Bueno, voy a ir a la feria de abril, eh. ¿Ah, sí? Sí, sí. Ah. Sí, sí.
Pero ahí te van a conocer mucho. Claro, ¿cómo llevas la fama a día de hoy? Ya no cuando empezaste. No, no, no.
Ya la gente ya me tiene muy visto. Esto son modas, es verdad. También es cierto eso, eh. Esto cuando pasas
de moda… No, pero tú no has pasado de moda. Ahora te van a reconocer mucha gente porque has estado en muchos sitios
también. Y el hecho de la retirada ha vuelto que mucha gente… Sí, lo que sí que percibo es agradecimiento.
Cariño, eh. Cariño. Eso es cierto. Eso sí. Eso sí. Ah, y cuando hablo con gente. No, va a venir, voy ya.
Hostia, qué guay, tío. Qué tío de puta madre. Como que la gente te tiene como muy bien asociado.
Como una persona noble. Sí, sí. No, no. Y eso es lo que a mí… Obviamente que lo que haces como
jugador de fútbol es importante, pero para mí lo que me han enseñado mi familia y los años en la
es que el valor humano es muy importante. No tanto más. Y cuando hice el acto de anunciar que dejaba de
jugar a fútbol y al recibir tantos mensajes, eso es la parte más gratificante. El trofeo más importante
que he ganado o que he logrado. Claro. ¿Te envió un mensaje guardiola? No. No tenía dudas. Bueno,
Jan, ha sido un placer tenerte aquí. Pero falta una cosita. Faltan dos cositas. Una que será firmar
el Justin Bieber de la suerte que ha firmado todo el mundo, pero la otra es una pregunta que haga todo
el mundo y a veces la pueden responder y a veces no. La pregunta es la siguiente. ¿Alguna vez has
tenido alguna experiencia paranormal, ya sea más espiritual, ya sea de ovnis, alguna vez has tenido
una experiencia inexplicable y que a día de hoy aún te sigue dando miedo o no? No. Ninguna. No he vivido.
No, no, no. Eres escéptico. Sí. Aquí hay toda gente como tú y gente que me cuenta unas películas
que digo te metiste un trippy. Sí. Juegan en Ajax en esa época. Seguramente. Sí, lo estaban con
Rekka. Tú no, en ese sentido no. No, no, no, no. ¿Eres mi edica? ¿Lo pasas mal con las pelis de
terror y eso o no? No, no. Lo era mucho, eh. Sí. Sí. Yo creo que un poco iba con… Yo también era un
poco inseguro, ¿no? No tanto como jugador, sino en la vida por todo lo que se había generado,
¿no? El cambio en mi persona. Pero ahora como… como estoy muy seguro, como estoy como muy orgulloso
de todo lo vivido, eso me da esa seguridad conmigo mismo que probablemente me haya quitado esa
inseguridad que tengo. Y que has estado muchos años viendo solo. También, también. Que quieras o no,
ayuda también a decir que si no me ha pasado nada en diez años, no me va a pasar ahora. Exacto. Hasta
que hoy pase ahora. Que cierren las luces. Bueno, te toca firmar este Justin Bieber de la suerte.
Déjame que voy a hacer una cosa para que haya… para que haya tintilla. Creo que va a ver, eh. Yo
creo que sí, eh. Porque me han dicho que tengo que apretar el… el… Vale, ya hay. Firma esto donde
tú quieras. Justin Bieber de la suerte. ¿Tienes uno? Ah, pues he hecho que por sí… Bueno, hay negro y
blanco. Y porque hay zonas, claro, más claras y más oscuras. Nacho, ¿puedes recogerme el…? Soy un
poco bajito y ahí no sé si lo hay. Pues, eh… Tira. Atención, eh. No, no. Él no se ha visto esto. No
lo enfoques, Nacho. Edítalo. Edítalo. Gracias, Nacho. Toma. Tú quieras. Cada vez cuesta más encontrar
un sitio. No tiene ningún sentido hoy este Justin Bieber vórtico mío. ¿Cuándo? Lo voy a tener que
retirar algún día, eh. A lo mejor este… O sea, esta como temporada puede ser el último, eh. Y luego
tendremos que poner al Justin Timberlake o… Eh. No, pero ese no se toca, eh. No, el Justin Bieber se
puede manchar, pero el Simpsons no. Es… Ya, ya. Juega el Barça ahora. Barça Madrid. Barça 3,
Madrid 0. La predicción la habéis escuchado aquí. Y va a ser al revés. No, que es broma. No digamos
nada, eh. No digamos nada. ¿Qué me has puesto? ¿Dónde está? Amor, cariño y agradecimiento del
vuestro amigo Boyan. Sí, señor. Boyan, ¿te lo has pasado bien? Muy bien. Muy bien. A mí también
me lo he pasado muy bien. Ha sido un placer tenerte aquí. Eres más que un jugador de fútbol y eso
siempre me gusta y es muy bonito que seas más persona que jugador de fútbol. Te deseo mucha
suerte en tus proyectos personales y profesionales, que seguro que van a ser muchos. Nosotros nos vemos
el martes en una siguiente Tertulia y el jueves más invitados y más historias. Siempre el invitado
despide el podcast y tienes tu cámara ahí. Di absolutamente lo que quieras. Bueno, pues un
placer haber estado aquí con vosotros. Espero que esta charla haya sido productiva y que podáis
sacar pues esa parte, ¿no? De lo que podemos llegar a transmitir aquí con una charla. Y eso,
que aquí estamos y que os veo pronto. Un abrazo y gracias.