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Ciclismo evolutivo

Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento. Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento.

Transcribed podcasts: 248
Time transcribed: 7d 17h 4m 40s

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Hola, bienvenidos y bienvenidas una semana más a Ciclismo Evolutivo.
Hoy voy a tratar un tema en el que llevo pensando no meses, sino años. Es un episodio
que le debía a gran parte de la oyente. Hoy quiero hablar de la motivación.
Reconozco que yo también caigo en la falacia de pensar que el mundo es como nosotros vemos
que es, en una especie de mito de la caverna de platón moderno. Lo digo porque yo personalmente
como ciclista primero y como entrenador después he estado en contacto casi siempre con personas
cuyo principal problema ha sido el exceso de motivación para entrenar y no la falta de ésta.
De hecho, este creo que es uno de mis principales problemas. El exceso de entusiasmo y ganas de
trabajar a menudo nos hace no ser capaces de parar, de desconectar y de mejorar.
Pero no puedo ignorar la gran cantidad de mensajes que he recibido y leído sobre algunos consejos
para mejorar la motivación para entrenar y que podemos aplicar también para estudiar,
comer sano o tener mejores hábitos. Seguramente por eso en mis postcas lanzo mensajes hacia este
tipo de personas que son como yo donde intento poner perspectiva y eliminar el exceso de
perfeccionismo. Pero la psicología, como el entrenamiento, ha de ser individualizada a
cada persona. Lo que sirve para tu vecino no sirve para ti y estos mensajes pueden ser adecuados
para cierto tipo de personas pero negativos o inocuos para otras personas que lo que necesitan
es un empujón para empezar. En el postcard hago mucho hincapié en que nos pasamos de entrenamiento
pero probablemente el problema del 80 o 90% de la población es el contrario, hacer demasiado poco.
Que aún no haya hecho un postcard específico sobre motivación no se debe a que no haya tenido
interés para hacerlo. De hecho he investigado temas de psicología y motivación desde diferentes
vertientes y tengo guardados borradores donde abordo la motivación desde diferentes perspectivas
como las técnicas psicológicas, la filosofía, los hábitos o incluso desde aspectos hormonales
como la dopamina y la endorfina. Sin embargo ninguna de estas visiones por sí solas soluciona
los problemas y ninguna por sí solas resuena conmigo. Quería hacer algo realmente útil y la
única forma que conozco es tratando la motivación desde el paradigma integrador de los sistemas
complejos. Por eso he decidido organizarme bien y hacer un episodio sobre la motivación de una
forma compleja y muy diferente a lo que solemos escuchar ya que creo que se trata de un problema
multifactorial que no vamos a poder solucionar ni sólo con psicología, filosofía o cualquier
otra intervención aislada. En el episodio de hoy voy a exponer una nueva forma de interpretar
los problemas y sentimientos que a menudo nos afectan, pero no voy porque no da tiempo a
profundizar en ellas. Por eso me gustaría tener vuestro feedback. Si os gusta mucho este episodio
me gustaría seguir profundizando y explicando esta idea poco a poco, una a una, porque así
sobre todo también las aprenderé yo. Así pues, vamos con el episodio.
Como ya intuís los que habéis seguido el podcast o leído mi libro, la motivación es una cualidad
del estado de ánimo que merge desde la interacción entre quiénes somos, el disfrute o afectividad que
sentimos por una tarea, nuestra activación, la importancia que otorgamos a esta tarea o
nuestro grado de fatiga y experiencias previas. A su vez, a un segundo nivel podríamos decir que
además también estos factores dependen de nuestro autoconcepto, de nuestros hábitos,
nuestra filosofía, mentalidad, genética, entorno y contexto, donde agrupamos por ejemplo nuestras
relaciones personales, cómo nos han educado, nuestra vida laboral, el grado de estrés e incluso
hasta el grado en que están cubiertas nuestras diferentes necesidades de los diferentes niveles
de la pirámide de Maslow. Es obvio pero también a veces se olvida que no podemos esperar que una
persona que no llega a fin de mes tenga la misma motivación por una tarea como entrenar o comer
sano que una persona que tiene sus necesidades básicas cubiertas. Como veis, la motivación
forma parte de una red compleja donde todo está interrelacionado con todo, lo que provoca que
sea imposible solucionar el problema si la separamos por partes y solo intervenimos de
forma reduccionista y aislada en una de ellas. Todos los factores que afectan a la psicología
y la mentalidad interaccionan entre sí mediante causalidad circular. La afección en los factores
menos importantes, algunos contratiempos o perturbaciones como por ejemplo que se te rompa el
coche o te duele el estómago, puede provocar cambios a niveles más grandes, a niveles mesos,
por ejemplo que dejemos de entrenar ese día, que le gritemos a alguien y si son lo suficientemente
fuertes también pueden estos provocar cambios a un nivel aún más macro, por ejemplo que cambiamos
nuestra autopercepción o nuestros objetivos, que nos empecemos a considerar como una persona mala,
una persona que grita o que tiremos la toalla y nos convenzcamos de que ya no queremos entrenar o
ya no queremos cuidarnos o cambiar de objetivo y a su ver y por supuesto estos cambios macro grandes
generan multitud de cambios de vuelta a los niveles más mesos y más micro. Entiendo que esto de la
causalidad circular, los niveles micro, meso, macro, son difíciles de entender al principio,
no os preocupéis a mí también me pasó, por eso creo que es interesante que leáis el libro de
naturaleza del entrenamiento para comprenderlo un poco mejor sin pasar directamente a los artículos
que hay publicados sobre ello, pero lo que sí está claro es que no deberíamos negar que esto
ocurra solamente porque rompa con lo que hemos creído hasta ahora o porque no lo entendamos.
Mucha gente que no entiende la complejidad critica esta idea por entre comillas no ser
práctica cuando en realidad es al revés, ellos proponen siempre medidas reduccionistas como que
vaya al psicólogo, que entre comillas tenga más compromiso o directamente dirán que la gente de
ahora es débil y no tiene los objetivos claros como antiguamente. Yo creo que nadie es vago o inconstante
per se, sino que todo depende del contexto. Muchos son muy vagos estudiando, malos estudiantes,
pero luego en el deporte o en lo que les llena, sea lo que sea, son personas muy sacrificadas y
esforzadas. Solamente tenemos que encontrar las causas de por qué un tema o un ámbito no nos
quema por dentro para dar nuestro 100% y por qué otros sí y encontrarlo. De hecho, yo creo que el
principal problema por el que no solucionamos nuestros problemas psicológicos o motivacionales
es que cuando pensamos en motivación le damos demasiada importancia a lo que es la psicología
pura y dura y esperamos la frase, el vídeo o el evento mágico que de repente nos haga estar
motivados por algo. Nos queremos que daremos un giro a nuestra vida solo por escuchar las
palabras adecuadas, pero esto nunca ocurre así. La motivación no se puede comprar ni aparece de la
nada. No te motivas para actuar gracias a que te compras una bici nueva. La sesión, el vídeo,
el libro de autoayudas te puede ayudar a dar un empujón inicial, pero si no continúas remando tú,
el efecto pronto desaparece. Después de este empujón inicial son los hábitos, tu forma de
vida, lo que quieres, lo que te gusta y los objetivos los que hacen que sigamos realizando
las acciones que queremos sin necesidad de utilizar la fuerza de voluntad cada día para
obligarnos a actuar bien. Por eso cada acción que realizas te hace más proclive a seguir
realizándola. El estado de ánimo es dinámico y por ende no mejoras solo por pensar correctamente,
sino sobre todo por lo que hacemos, por actuar. La motivación adecuada para la tarea es una cualidad
similar a estar en forma y del mismo modo se puede trabajar, pues depende en gran parte de quién eres.
Lo que sería similar a cuál es tu estado de forma y de qué quieres conseguir, que sería tu objetivo,
tu meta. No te haces más fuerte leyendo libros de estoicismo, sino experimentando situaciones de
adversidad, afrontándolas con éxito y saliendo de ellas más fuerte. Así, puesto que el estado de
ánimo es dinámico, no lineal y emerge de cambios fisiológicos, pues recordemos que el cerebro también
es material y se ve afectado por todo lo que ocurre al resto del organismo,
podemos tratarlo de igual manera que hacemos con el proceso de fatiga.
Los seres humanos somos buscadores de objetivos y todos los hacemos por incentivos, queramos
aceptarlo o no. Algunos incentivos son claros y fáciles de ver, como ganar dinero o ganar
competiciones, pero otros son menos intuitivos, como el sentimiento de bienestar que experimento
por saber que estoy haciendo el bien o por lo que es justo. Pero siempre tenemos incentivos,
sin incentivos nos dejaríamos morir, no nos levantaríamos de la cama. El objetivo,
el incentivo nos atrae y genera la acción, por eso marcarnos los objetivos adecuados es
vital para estar motivado. Pero conforme avanzamos en el camino hacia estos objetivos
aparecen contratiempos, perturbaciones, problemas y tentaciones por otros objetivos. Al igual que
pasa en la fatiga, en la enfermedad, en las lesiones y en otra infinidad de procesos complejos,
la acumulación de perturbaciones hace que nuestro comportamiento sea meta estable y
empiece a transicionar entre el cumplimiento y el no cumplimiento de la actividad. De igual forma
que cuando nos ejercitamos cerca de la extenuación, empezamos a alternar entre el deseo de parar y el
deseo de continuar, nuestra motivación empieza a transicionar conforme se acumulan perturbaciones
y lograr el objetivo se va haciendo más difícil. El cociente en la negociación entre, por un lado,
el beneficio que me va a producir una acción y, por otro lado, el denominador, el coste que me
provoca esta acción, cada vez se va haciendo más cercano a uno conforme empiezan a acumularse estas
perturbaciones. Cuando empezamos a creer, aunque sea inconscientemente, que seguir realizando una
acción no es más costoso que el beneficio que conseguiremos al realizarla, cualquier perturbación
añadida es capaz de desmotivarnos y hacer que cambiemos de objetivo. Y es precisamente en estos
momentos de meta estabilidad, de dudas, donde tenemos problemas y nos debatimos entre si seguir
o no, donde los hábitos y el autoconcepto aparecen y hacen su magia. El autoconcepto
hace referencia a la imagen que tienes de ti mismo, a quién eres, qué quieres, por qué lo quieres,
cuáles son tus valores, qué te apasiona, qué odies. Es importante que hagamos alguna vez estos
ejercicios de introspección porque cuando la cosa se ponga fea será esto lo que nos mantendrá o lo
que nos expulsará del juego. Si, por ejemplo, entrenas por ti porque eres una persona sana,
porque eres una persona que quiere desarrollar su cuerpo y su mente, porque te quieres poner a prueba
o porque sueñas con ser profesional, será mucho más probable que sigas esforzándote y trabajando
en los momentos de crisis de meta estabilidad que si lo haces por estética o por probar o porque es
lo que tus padres quieren que hagas. Así que esto del autoconcepto es similar a lo que podríamos
llamar, entre comillas, pasión y es la característica común de todas las personas que llegan a tener
éxito en algún campo. Al final, con el paso del tiempo, la vida siempre nos pone contra las cuerdas.
Hace falta tener un propósito muy firme y claro para seguir adelante pese a ello. Como digo en mi
libro, nadie te pide que no sufras ni que no lo pases mal. Es imposible salvarte de eso. Lo único
que hace falta es que no te rindas, que no tires la toalla, que no salgas del juego cuando se ponga
duro. Como también digo en el libro, tu autoconcepto no tiene que limitarte. La vida es un juego donde
puede actuar como tú quieras. Puede elegir ser el personaje, el héroe de tu propio juego. No puede
elegir los rivales ni el entorno, pero sí cómo te comportas. De hecho, los héroes de los juegos
o de los videojuegos no se caracterizan por tener una vida fácil, sino lo contrario. Pero
también se caracterizan y los admiramos por su actitud ante las dificultades.
Muchas veces, como digo, nos centramos en encontrar la terapia psicológica que nos ayude,
la filosofía, los hábitos y todo esto está muy bien. Pero una de las principales claves
para tener éxito en lo que hagamos y no cejar es que cuando lo que haces y lo que eres se alinean,
ya no hace falta luchar por mantener los hábitos. Hacer lo que debes hacer es fácil ya que es lo
lógico. Es lo que quieres hacer y no te tienes que esforzar. Si eres una persona a la que le gusta
entrenar no te tienes que esforzar por entrenar. Si eres una persona a la que le gusta aprender no
te tienes que esforzar por coger un libro que te gusta y empezar a aprender. Es que es lo lógico.
Muchas veces nos limitamos nosotros mismos pensando que entrenar, comer limpio o estudiar y leer no
son cosas que se disfruten y por tanto hemos de sacrificarnos por ellas, solo porque nos han
enseñado que la mayoría de personas lo encuentran sacrificado. Pero si te conviertes en la persona
que ama entrenar y ama aprender, como me pasa a mí, por ejemplo, hacer eso cada día del año,
especialmente los festivos, no es una carga sino un placer. Esto es lo que debemos buscar.
Al final y como digo todo está conectado y la acción genera la motivación. La repetición de
una acción lleva al hábito y el hábito lleva a que algo nos guste. Cuanto más hacemos algo más
nos gusta, da igual lo que sea. Entrenar, comer determinados alimentos, ver series o no verlas.
Somos seres muy modelables y amigos de las rutinas y nuestros gustos pronto se adaptan a lo que les
damos. Igual que el paladar, pronto encuentras sabroso el chocolate amargo cuando dejas de tomar
chocolate con azúcar, así nosotros también empezamos poco a poco a disfrutar las actividades
que realizamos aunque al principio nos sea costoso esforzarnos. Por eso muchas veces decimos que lo
único que necesitas es arrancar. No te quedes paralizado buscando la inspiración ni el vídeo
mágico sobre motivación. En lugar de eso empieza poco a poco pero de forma continua a hacer lo que
quieres ser. Cada acción que realizamos pasa a afianzar lo que somos. Cada acción que realiza
aumenta la probabilidad de que la repita al día siguiente tanto para lo bueno como para lo malo.
El poder de los pequeños hábitos. Aunque no seas consciente de ello, lo que hace hoy ahora cuenta
mucho. Antes de pasar a la parte final y más práctica del episodio de hoy, un pequeño espacio
para la promoción y como dije ya no voy a hablar de mi libro sino simplemente a leer algunas de las
reseñas que nos van llegando a la web de Amazon del libro. Esta nos la dejó Andrew que dice soy
fisioterapeuta en mi segundo año de doctorado. Mi pasión por el deporte me hizo comprar este
libro. Me sorprendió muy gratamente, de lo mejor que he leído en los últimos años, que no es poco,
y además en castellano. Este libro te ayuda a entender el entrenamiento desde el punto de
vista de sistemas complejos a través de ejemplos muy claros que ayudan en el proceso. Cualquier ser
vivo incluso lo humano debería considerarse como un sistema complejo. En fisioterapia todo el mundo
habla y reconoce el modelo biosicosocial pero muy a menudo se aplica la visión reduccionista y
se divide a la persona por parte. Imprescindible lectura para entrenadores, deportistas curiosos o
cualquier profesional que trabaje con personas o sistemas biológicos. No echéis para atrás ante
una posible lectura difícil. Muy amena y didáctica, llena de ejemplos para el público en general.
Bueno pues Andrew muchísimas gracias por tu reseña y también por supuesto todos los demás
que la habéis dejado. Y también deciros que es una sorpresa muy agradable ver que el libro ha
gustado tanto a personas de campos diferentes al entrenamiento como a este de la fisioterapia
pero también de personas que me han contestado de los ámbitos de la nutrición, de la psicología,
de la medicina o incluso sorprendentemente hasta del ámbito de la empresa. Así que ya sabéis
como siempre os dejo el enlace en las notas del episodio. Siguiendo con el postcard creo que es
vital que destaquemos que aquí cada uno debe descubrir su propio camino. Cada persona es
diferente y cada momento es diferente. Yo no soy quien era hace diez años y no quiero las
mismas cosas y apuesto a que tú que me escuchas ni eres como soy yo ahora ni tampoco eres como
tú eras hace diez años. Tienes que probar y experimentar y saber qué es lo que te gusta a ti,
lo que te motiva a ti, lo que quieres hacer tú con tu vida. Gran parte de los problemas de
falta de motivación se deben a que no estamos persiguiendo los objetivos que genuinamente nos
apasionan sino los que persigue la mayoría o los que creemos que nuestros seres queridos esperan
de nosotros. Recuerda que perseguir un objetivo supone renunciar a mil. Cuanto más nos enfocamos
en lo que queremos conseguir más nos alejamos de otros tipos de vida, de otras posibilidades. Esto
es inevitable y no tenemos que tenerle miedo. Quien no elige no recorre ningún camino, no llega
a ningún sitio. La vida son ciclos y lo mismo ocurre con nuestro estado de ánimo. Para que
estemos motivados, eufóricos y felices hemos de haber sufrido antes la tristeza, la desmotivación
y el malestar, sino no sabríamos comparar. Quien se priva de lo malo también se priva de lo bueno.
A nivel reducionista podríamos decir que tenemos unos niveles basales de hormonas dopaminérgicas
o endorfinas que son las que nos generan esta sensación de euforia o de motivación, de bienestar.
Los eventos positivos, las pequeñas victorias nos provocan picos de dopamina, picos de bienestar que
son compensados con momentos valles, momentos de bajón. Personalmente me parece un poco aislado
culpar de todo el proceso a la dopamina o a otras hormonas, pero lo que está claro es que los
diferentes sistemas corporales involucrados en el estado de ánimo hacen que éste sea,
cómo no, fractal. El estado de ánimo a lo largo de nuestra vida es un fractal formado de grandes
picos y valles a lo largo de la vida que por dentro están formados de más picos y valles conforme
vamos aumentando la resolución del zoom de una forma casi infinita. Si no habéis leído el libro
y queréis saber a qué me refiero con esto, id por ejemplo a un gráfico de la evolución del precio
de las acciones de alguna bolsa y comparad el gráfico del día de hoy, el de la semana,
del último mes, el año o la década. Veréis cómo el dibujo es diferente pero el patrón es muy
similar. Viendo uno o viendo otro no podríamos saber si se hace referencia a una escala temporal
de un día, de una semana o de un año. Por eso conocer estos comportamientos nos tiene que ayudar
a ser más resistentes en los momentos valles donde estamos menos motivados y menos alegres.
Estos bajones son inevitable, ¿me escucháis? inevitable, que quiere decir que da igual que
sea el mismísimo Marco Aurelio que tendrá bajones de ánimo. Todo el mundo los tiene,
pero como digo en el libro, no a todo el mundo los domina. No todos tiran la toalla aquí y esto
diferencia al que lo consigue y el que tiene éxito del que no lo consigue. A veces los valles son más
largos o más profundos pero también es normal y esperable que esto pase de vez en cuando. La
desmotivación, la tristeza o la ansiedad son mecanismos evolutivos que nos ayudan a evitar
situaciones que no son adaptativas o que ponen en peligro nuestra vida. Un valle más largo de la
cuenta puede ser la señal que necesitas para replantearte las cosas, los objetivos, quién eres
y a dónde vas. En conclusión, saber qué hacer no es equivalente a hacer y hemos de tratarlo de
diferentes maneras. Los sistemas complejos nos ofrecen una forma integradora y efectiva de tratar
los problemas que generalmente no tienen una solución satisfactoria desde el reduccionismo.
La motivación no se puede tratar simplemente desde una perspectiva cognitiva como si fuese
algo que se sabe o que aparece o no aparece, sino que la motivación requiere de bajar a la mina y
picar piedra a diario. Para terminar, deciros que obviamente las estrategias basadas en cambiar
hábitos, controlar la exposición a determinados estímulos y situaciones, el ejercicio y la nutrición,
las técnicas psicológicas, una filosofía de vida y por supuesto el contexto y el entorno afectarán
y mucho a nuestra motivación de base y a nuestra motivación por cada tarea. Cada persona va a
necesitar de hecho de una intervención diferente en cada momento, pero a todas las personas se les
puede ayudar de una u otra forma. En el episodio de hoy solamente queríamos poner las bases y como
veis ya no da tiempo a más, pero hay un tema apasionante del que sin duda queda mucho por
rascar. Así que hasta aquí el episodio de hoy. Si os ha gustado, podéis ayudarme simplemente de
forma gratuita compartiendo el podcast con vuestros amigos, amigas, compañeros de grupeta o en redes
sociales. También deciros que si queréis seguir profundizando tenéis también de forma gratuita el
grupo de Telegram de Ciclismo Evolutivo. También tenéis el enlace en las notas del episodio y por
supuesto los enlaces a los cursos y a los entrenamientos. Así que sin más me despido, yo soy Manu Sol Arfona
y esto ha sido Ciclismo Evolutivo. Nos escuchamos si queréis en el próximo episodio.