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Ciclismo evolutivo

Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento. Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento.

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Time transcribed: 7d 17h 4m 40s

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El TSS y la excesiva simplificación del rendimiento humano. Ciclismo evolutivo, episodio 41.
Hola, bienvenidos y bienvenidas a un nuevo episodio del podcast Ciclismo Evolutivo,
ya sabéis, el podcast donde unimos la ciencia con la práctica y la experiencia real para
ofrecerte información útil, de verdad, acerca de entrenamiento, nutrición, psicología y en
definitiva todo aquello que pueda hacerte mejorar el rendimiento y la salud.
Y en el episodio de hoy quiero hablaros de la cuantificación, de la carga de entrenamiento y
más concretamente de TSS, que es la métrica que más se utiliza actualmente. Este puede ser un
episodio quizá algo técnico para los que estén iniciándose en el ciclismo, pero creo que ya la
mayoría de ciclistas sabéis de lo que hablo cuando hablo de TSS. De todas formas lo voy a
explicar brevemente y luego vamos a ver un poco su historia, su evolución, qué es lo que pretende o
lo que busca, cuáles son sus mayores inconvenientes y cómo o si lo debemos utilizar a la hora de
cuantificar la carga de entrenamiento. Y más importante aún que la cuantificación de las
cargas es qué se hace con eso. ¿Cómo nos sirve a nosotros? Pues para modelar rendimientos, predecir
picos de forma, etcétera. ¿Cómo lo podemos utilizar o si es que lo podemos utilizar en el entrenamiento?
Bien, pues para empezar, TSS es la sigla de Training Stress Score o la puntuación de la carga de
entrenamiento. Trata de dar una puntuación de dureza a un entrenamiento determinado para poder
comparar entrenamientos entre sí, tanto en un mismo deportista como diferentes entrenamientos de
diferentes deportistas. Es como una escala que diría este entrenamiento, pues tiene una puntuación
de 120, aquel otro tiene una puntuación de 70. En teoría, al poder tener las puntuaciones de dureza
de los entrenamientos, podríamos cuantificar las cargas y saber cómo de duro estamos entrenando más
allá de simplemente dedicarnos a medir horas o a medir kilómetros, ya que TSS, estas métricas
compuestas, miden tanto el volumen de entrenamiento como la intensidad a partir de la potencia. La
fórmula para calcular TSS es igual a la duración del entrenamiento en horas multiplicado por el
IF o factor de intensidad al cuadrado y multiplicado por 100. IF o factor de intensidad,
para que no sepa simplemente, la división de la potencia normalizada que hemos sacado en
el entrenamiento partido entre la potencia umbral o FTP que tiene el deportista. Por ejemplo,
un IF de 0.9 significa que la potencia normalizada del entrenamiento ha sido del 90% del FTP del
deportista. Y FTP, recordemos, es la potencia máxima, entre comillas, que puede mantener el
deportista en un estado casi estable sin acumular fatiga. O para no complicarnos tanto,
diríamos la definición antigua, la potencia máxima en una hora. Para que tenga concordancias,
el modelo está pensado para que 100 puntos de TSS equivalgan a hacer una hora a tope. Hacer el
test de una hora serían 100 puntos. Esto conviene recordarlo para más adelante en el podcast,
porque nos será de gran ayuda para ver algunas de sus limitaciones. Antes de seguir, vamos a ver un
poco de historia de esta fórmula de cuantificación de la carga de entrenamiento, porque no son nuevas,
sino que los entrenadores llevan o llevamos mucho tiempo intentando cuantificar la carga
de entrenamiento de nuestros atletas. La primera que salió, o de las primeras que por lo menos
se tiene constancia, es la fórmula de FOSTE, que consistía simplemente en la multiplicación de la
RPE de una sesión de entrenamiento por la duración en minutos de la sesión. Esta multiplicación le
daba una puntuación de dureza al entrenamiento. Esta fórmula también se ha ido perfeccionando
con el tiempo. Ahora hay una fórmula modificada, donde la RPE se multiplica de forma ponderada
respecto a la duración. Entonces sería ahora mismo la duración en minutos por la RPE elevada
a un exponente personalizado, que puede ser cuadrado, puede ser cubo, etcétera, según la
modificación de la fórmula de FOSTE que veamos. Más adelante, a la vez de la irrupción de los
pulsómetros, aparece una nueva fórmula denominada TRIMP propuesta por Roy Bannister, que será el
padre del modelo de impulso-respuesta que también veremos más adelante. La fórmula es un poco
compleja, pero al final viene a ser lo mismo, una multiplicación del volumen en tiempo de minutos
por la intensidad que estaba renovada en pulsaciones medias de la sesión. Y ya en el nuevo milenio fue
Andrew Cogan, el padre del libro de entrenamiento por potenciómetro y realmente uno de los
artífices de todo el movimiento de entrenamiento por potencia, o uno de los pioneros, mejor dicho,
fue el que diseñó esta fórmula de TSS, que integra la potencia media realizada en el tiempo
y el umbral de potencia del ciclista. Como he dicho, el TSS es la duración en horas del
entrenamiento, o sea, por aquí vendría el volumen de la sesión, multiplicado por el factor de
intensidad elevado al cuadrado y por 100. Así, la intensidad se ve representada en la fórmula por
el factor de intensidad, que además está cuadrado, lo cual hace que su ponderancia en la ecuación
sea aún mayor que, como vimos, en la primera fórmula de foster, donde directamente se
multiplicaba el volumen, o sea, tiempo de sesión, por la RP, que es la intensidad. En este caso sería
como una foster modificada, donde la intensidad va al cuadrado. Aún así, vamos a ver que quizá,
aún y con todo, el cuadrado no sea suficiente para ver el papel real que juega la intensidad en la
fatiga y en las adaptaciones que sufre un deportista tras un determinado entrenamiento. Bien, pues hasta
aquí todo parece perfecto y esta evolución que hemos tenido de las métricas, desde foster hasta
la de TSS, parece impresionante y podríamos pensar que TSS es la herramienta perfecta para
poder guiarnos en el entrenamiento. Pero vamos a ver que no es tanto así y que tiene algunos
fallos teóricos, o de concepto, que son fácilmente solucionables y luego otros fallos que ya no son
tanto de teoría, sino que son de práctica, que estos son bastante más complicados.