Los pros no vienen de Marte. Ciclismo Evolutivo, episodio 22.
Hola, bienvenido y bienvenida a un nuevo episodio del podcast Ciclismo Evolutivo.
Ya sabéis, el podcast de entrenamiento y ciclismo, donde unimos la ciencia
con la experiencia para ofrecerte información útil de verdad y libre
y que te deven de humo para que mejores tu rendimiento y tu salud disfrutando del proceso.
En el episodio de hoy vamos a hablar de un tema diferente al de episodios anteriores,
pero yo creo que os va a ser bastante interesante.
Y el tema de los falsos mitos que hay acerca de los ciclistas profesionales,
acerca de cómo entrenan, cómo son, cómo es su rendimiento.
Pues bueno, eso en la red.
Y al final creo que hay demasiada información, no digo errónea del todo,
pero sí desencaminada acerca de qué implica o cómo vive un ciclista profesional como entrena.
Y claro, esto al final hace que uno tenga una imagen distorsionada
y que a veces en el ánimo de intentar copiar o simular comportamientos que pensamos que son buenos,
al final lo que estamos realizando es justo lo contrario.
Hay mucha información, mucho ruido en redes sociales, en internet,
bueno, en la gran web de cosas que muchas veces son ciertas y muchas veces no.
Entonces vamos a intentar ver hasta qué punto algunos mitos que yo considero
que porque los he leído ya muchas veces o porque los he escuchado en la tele, en radio,
creo que son desencaminados y bueno voy a intentar por lo menos corregirlos
y daros argumentos para que vosotros mismos podáis hacer una imagen global de cada situación.
Bien, he hecho una lista de cinco falsos mitos, seguro que hay muchos más,
pero bueno, así yo creo que estos cinco son los que más se escuchan, los más generales,
entonces vamos a tratar de darles respuesta y explicar un poco cómo es en realidad.
Bueno, el primer mito, la creencia que tiene la gente es que los profesionales
por el hecho de ser profesionales entrenan de una forma, digamos encajonada,
encorsetada, con un seguimiento milimétrico de rangos de entrenamiento,
de zonas de recuperaciones, de duraciones de las series, etc.
O sea, pensad que los ritmos son súper estrechos, además,
y bueno, la verdad es que no es del todo así.
A ver, aquí tendríamos que distinguir que por un lado está claro que un profesional
tiene un control muy detallado de su entrenamiento por parte del entrenador,
por parte de directores, nutricionistas, etc.
O sea, está claro que deportista profesional no entrena lo que le va apeteciendo,
sino que sí, generalmente, por eso tiene un plan de entrenamiento.
Otra cosa es que queramos hacerlo súper complejo y el plan de entrenamiento
sea súper encorsetado, como digo, con, por ejemplo,
intensidades muy cerradas, entrenamientos que haya que hacer en solitario,
que requieran de cosas o de carreteras prácticamente cerradas para hacerse,
y eso no es así.
Se entrena de una forma más abierta, que se pueda salir a disfrutar con gente,
que el entrenamiento sea entretenido, que sea divertido,
porque lo que está claro es que parece que los profesionales,
aunque parezcan contrasentidos, entienden bastante mejor que algunos ciclistas,
por bueno, ciclo deportista o ciclistas aficionados,
en la importancia de disfrutar del entrenamiento,
tanto para estar mejor consigo mismo como para rendir más.
Esto es súper importante.
Entonces, como digo, los entrenamientos siempre tienen un cierto grado de libertad,
de poder socializar, de salir con gente.
Y cuando estamos hablando de deportistas que entrenan tantísimas horas,
estamos hablando de más de 20 horas a la semana,
es muy importante poder tener un poco de libertad para salir con la grupeta del pueblo,
con los compañeros del equipo, con un grupo, etc.
Entonces, ¿qué es lo que pasa?
Que nunca va a coincidir a milímetro el entrenamiento de una persona con la de otra.
Entonces, lo que se hace es que se tienen rangos cuando se va a intensidades bajas,
y la gran mayoría del entrenamiento de un ciclista profesional
es al mismo que para ellos son bajos.
Pues bueno, se tiene un rango ahí de movilidad en una zona de entrenamiento.
O sea, no podemos decirle a un deportista que esté cuatro horas rodando entre,
por ejemplo, 240 y 260 vatios. Vale una locura.
O sea, está cuatro horas mirando el potenciómetro en un rango tan pequeño.
Lo que se hace es que se va jugando con el rango.
Siempre que se va en la grupeta, pues bueno, al final se suele compensar.
No es tan importante, cuando estamos tan lejos de umbra,
a ritmos tan bajos, no es tan importante ir un poco por encima,
un poco por debajo del ritmo marcado.
Al final, la diferencia se va compensando y no es pequeña.
Porque un rato vayamos en la subida a 260 y en la bajada a 200,
pues bueno, se va compensando.
Al final, por la normalizada te entras ahí en 230, 240, que es lo que se quiere conseguir.
Entonces, pues bueno, o se juega con la normalizada o se utiliza el pulso,
que bueno, al final, aunque deje de pedalear, no baja tanto.
Tarda bastante más tiempo en bajar, entonces es más manejable.
Y luego, por eso, como digo, que siempre se puede adaptar un poco el ritmo
al que lleven los demás. Vale, siempre que se vaya cómodo.
Entonces, es muy típico, pues que se va en grupeta y vamos, por ejemplo,
cinco ciclistas o seis, y en un ritmo crucero, pues que todo el mundo va a gusto.
Un ritmo de marcheta, muchas veces sin mirar el potenciómetro o siquiera.
Un ritmo, eso es cómodo.
Y luego sí, a lo mejor llegamos al puerto y cada uno hace el trabajo que le toque hacer.
Uno tendrá que hacer series de arrancada y parada,
otro tendrá que hacer series de ritmo, otro tendrá que hacer series más corta,
otro no tendrá que hacer nada, pues bueno, cada uno ya coge su marcha,
hace su trabajo específico en los puertos, lo que necesita hacer.
Y luego se queda abajo.
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