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Ciclismo evolutivo

Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento. Unimos ciencia, práctica y experiencia para hablar de entrenamiento.

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¿Por qué las cebras no tienen úrceras de estómago? Ciclismo Evolutivo, episodio 45.
Hola, bienvenidos y bienvenidas a un nuevo episodio del podcast Ciclismo Evolutivo,
ya sabéis, el podcast donde unimos la ciencia con la práctica y la experiencia real para
ofrecerte información útil, de verdad, acerca de entrenamiento, nutrición, psicología y en
definitiva todo aquello que pueda hacerte mejorar el rendimiento y la salud.
Y en el episodio de hoy quiero hablaros de la mente, quiero hablaros de las emociones,
quiero hablar de psicología, pero todo esto por supuesto relacionado con el rendimiento
y utilizándolo para conseguir nuestro máximo potencial. Hace poco en una entrevista que
que me hizo Sebas para el podcast de Trilómetro a drogas, hablé un poco, dije las bases del
modelo de alostasis, este modelo por el cual nuestras percepciones del mundo, cómo nos tomamos las
cosas, nuestras emociones, al fin y al cabo influyen en la respuesta que el organismo tiene ante un
estresor y al incidir en esta respuesta se pueden maximizar o reducir las adaptaciones y las fatigas
previas ante un determinado estímulo como puede ser un entrenamiento, un largo día de trabajo,
un enfado, etcétera. Recapitulando un poco lo que venía a decir es que hasta ahora la visión que
hemos tenido del estrés o del proceso de respuesta a este estrés ha sido una visión puramente física
o biológica, podríamos decirlo también como mecanicista o matemática, donde se veía el estrés
como algo puramente físico y la respuesta del organismo ante este estresor, pues como algo ya
predefinido según la magnitud del estresor que afectaba a nuestro cuerpo, la respuesta de nuestro
organismo para compensarla y mantener la homeostasis corporal, o sea las condiciones necesarias para la
vida, pues digamos que se equilibraba. Así un estímulo de, pongamos por ejemplo, 5 en una escala
inventada generaba una adaptación de 5 en el organismo para prevenir futuros daños y generaba
una fatiga o un desgaste de 5. Bien, esta visión inicial del estrés de científico Hasselius,
entre cual hemos hablado bastante, veía la respuesta al estrés como algo pues puramente
mecánico, imaginemos como un receptor de radio, donde hay circuitos de entrada de información,
circuitos de procesamiento y circuitos de salida. De hecho esta teoría la realizó pues con apoyo
con la ayuda de algunos ingenieros y la verdad es que tenía bastante sentido, ya que el organismo
cuando realiza una adaptación para un determinado estresor, lo hace de una forma muy muy precisa,
se segregan las hormonas en las cantidades adecuadas en el momento adecuado para que
sea cual sea la circunstancia o la digamos el estresor en una persona sana, nunca acaba habiendo
daño. Esta visión puramente biológica de proceso de adaptación o de respuesta ante un estresor,
pues nos permitió generar modelos de adaptación, modelos de respuesta al organismo, como por ejemplo
los típicos modelos de entrenamiento actuales, los modelos de banister, que nos indican pues lo
que he dicho hasta ahora, que ante una determinada carga la respuesta del organismo va a ser de una
determinada manera y por tanto nos puede decir que ante una acumulación de 150 TSS o por lo
menos es lo que hemos llevado a nuestro campo, ante un entrenamiento de 150 TSS la fatiga va
a ser proporcional a esos 150 y la mejora del deportista va a ser proporcional a esos 150.
Como he dicho en muchos episodios hasta ahora, ya sabemos que eso no es así, pero una cosa que no
he hablado o quizás lo he dicho de pasada pero no hemos profundizado, ha sido cómo nuestras
emociones, nuestros miedos o nuestros sentimientos, digamos lo así, nuestra parte psicológica es
capaz también de influenciar esta respuesta al estrés. Para demostrar la importancia que
tienen nuestras percepciones psicológicas en nuestra respuesta corporal, me voy a ayudar del libro de
¿Por qué las cebras no tienen úlcera? de Robert Sapolsky, que nos da una visión general y profunda
del proceso del estrés del organismo tanto desde el punto de vista físico o biológico como desde
el punto de vista psicológico y Robert Sapolsky nos muestra cinco ejemplos de situaciones donde
las emociones influyen en la respuesta que tiene un organismo ante un agente estresante y esa
respuesta bueno, tratar de llevarla a nuestro campo, a nuestro entrenamiento como ciclistas,
como corredores para poder aprender y que nos sirva en nuestra preparación física. Bien,
para empezar empezaremos con una mezcla de biología y psicología para determinar hasta qué punto las
respuestas de un organismo son variables según la forma que tenga la persona de afrontar la
situación. En este caso nos pone el ejemplo de un fisiólogo llamado Jay Weiss que hizo experimentos
con ratas en los años 50. En el experimento a una serie de ratas se le aplican corrientes eléctricas
con el objetivo de hacerle un poco de daño y de provocar una respuesta al estrés. En las ratas que
reciben estas descargas eléctricas y que son digamos sedentarias se ve cómo la rata con el paso
de las descargas aumenta su tensión arterial, aumenta su frecuencia cardíaca y aumenta en
gran medida su secreción de glucocorticoides. Haciendo referencia al título del libro si esta
rata fuese una cebra, o bueno, siendo una rata también, su probabilidad de tener una úlcera de
estómago que es una de esas enfermedades muy relacionadas con estrés psicológico aumenta
en una gran proporción. En cambio en otra habitación tiene una rata la que le aplica
la misma descarga eléctrica pero tras cada descarga esta rata tiene una salida a la frustración que es
que puede ir en una rueda, las típicas de háctez, a correr un poco entre descarga y descarga. Esta
rata que digamos que desfoga tras cada ataque de estrés tiene una respuesta al estrés en menos,
o sea su secreción de glucocorticoides en menos y digamos que está más sana o que tendría menos
peligro de acabar con una úlcera de estómago. Y por último ya tendría una tercera rata que
después de cada descarga eléctrica tiene la oportunidad de salir a pelearse con otra rata
en una jaula. Esta tercera rata es la que menos respuesta negativa al estrés tiene y no presenta
una digamos una generación excesiva de glucocorticoides o una presión arterial tan alta como los demás.
¿Qué quiere decir esto? Pues que el mero hecho de tener una salida a la frustración ayuda a limitar
los efectos perjudiciales de una situación estresante y al final esto es que tiene mucho
sentido ya que la respuesta al estrés o la respuesta adaptativa de nuestro organismo ante
una situación amenazante es la de mandar una explosión, una cantidad ingente de energía a la
sangre y a los músculos para ser utilizada en el momento y sacarnos vivos a ser posible de este
evento amenazador, de este estresor. Lo que aprendemos de este experimento, algo que también
nosotros intuimos, es que el ejercicio realizado justo después de un evento amenazador hace que
los efectos perjudiciales de este estresor sean menores. Por ejemplo, tras una mala noticia,
tras una pelea con el jefe, tras un hecho que nos frustre, ya sea por cualquier motivo,
el hecho de salir y pegar a una carrera o salir a entrenar, pero en el momento base es que ese
chute de energía que nos viene directamente al torrente sanguíneo y que de hecho puede
generar problemas si se activa demasiadas veces sin generar ejercicio, pues que esta, digamos,
esta respuesta negativa se atenúe o se se evite por completo y al final creo que esto es algo que
nos ha pasado a todos, que cuando entramos en cólera o entramos en furia, cuando nos ocurre
algo, acabamos pegando un puñetazo a algún sitio o rompiendo algo, no es más que el deseo o la
respuesta de nuestro organismo para intentar sacar toda esa energía que ha producido o que, digamos,
nuestras hormonas han enviado al torrente sanguíneo, pues tratar de quemarla de alguna forma para que
no nos genere problemas. Bien, si hemos visto que tener una respuesta o una salida física a la
frustración psicológica ayuda, en este caso vamos a entrar con un tema ya más puramente psicológico
donde no va a haber duda del papel de nuestros pensamientos en la respuesta al estrés y es la
importancia que tiene, por ejemplo, el apoyo social o las relaciones sociales en nuestra respuesta
fisiológica a una determinada situación. Y bien, aquí hay un estudio que me flipa, no he visto
quién es el autor, pero pone que es la década de 1950 y lo que hacen es que a bebés le hacen la
típica prueba esta de pincharle en el talón, le aplican un estímulo doloroso, es un experimento
que a lo mejor hoy en día no sé si se podría hacer, pero bien lo que descubren y alucinante es
que el mismo bebé tenía muchísima menor respuesta fisiológica al estrés cuando le permitían llorar
en los brazos de su madre frente a cuando estaba solo, su presión arterial era más baja, el pulso
era más bajo, sudaba menos, lloraba menos, en definitiva el estar con su madre hacía que la
respuesta del organismo, que además la podían medir perfectamente, fuese menos ante un mismo
estímulo, que el pinchazo era siempre el mismo. En el mismo epígrafe, no habla de otro estudio,
donde ante un hecho amenazante, como es hablar en público, se veía que la gente que lo hacía
acompañada de familiares o de amigos íntimos sufría menos respuestas al estrés, menos tensión
corporal que la gente que lo tenía que hacer solo, sola y mucho menos que la gente que lo hacía
o que la iban a escuchar o que estaban entre el público, gente que no era su amiga sino justo
al revés, gente con la que no se llevaba muy bien, que eran conocidos pero no amigos. Y al final es
que en las estadísticas está bastante claro que la gente con mejores relaciones sociales, la gente
con conexiones sociales más profundas suele en vez de hacer mejor, con menos enfermedad y llegar
a una tasa de longevidad más alta que las personas que acaban estando solas por circunstancias de la
vida. Y de hecho, cuando se pone uno a analizar las tasas de longevidad de los pueblos, por ejemplo,
los de la isla griega, los de la isla de Creta, donde surgió la famosa isla mediterránea, en la isla
de Okinawa, donde también son muy longevos, solamente hay dos cosas que se pueden sacar en
común entre estos pueblos y algunos más longevos que hay, por ejemplo, algunos tribus de África. Y es
por un lado que suelen seguir una restricción calórica, ya sea porque hacen comidas frugales,
porque implementan ayunos, o para dos cosas. Y dos, que las relaciones sociales entre los miembros
de las comunidades son muy, muy potentes. Y ojo, que cuando hablo de relaciones sociales potentes,
no quiero decir conocer a mil personas o tener dos mil seguidores en Instagram, sino tener muy
poca gente cercana, pero con una relación muy, muy fuerte, hablando de familia y de amigos íntimos.
Llevándolo al campo del ciclismo y del deporte en general, lo podemos tener muy claro. Entrenar y
competir con amigos, cuanto más amigos sean, con amigos en los que confíes, bases que tu respuesta
digamos estresante ante la misma amenaza sea menos, porque en el ciclismo tenemos un montón de
gente amenazadora, ya empezando por los viajes, por el propio entrenamiento, por el tráfico,
por los entrenamientos que no sabemos si vamos a llegar o si no vamos a llegar, por el miedo a
fallar, por la ansiedad pre-competición. Hay un montón de cosas que generan ansiedad en el ciclismo,
aparte del propio desgaste del entrenamiento y la competición. Pero el estar rodeado de gente,
de buenos amigos, de gente a la que se confía, disminuye un montón esta respuesta. Y yo lo he
visto en mí mismo, que me he dado cuenta que muchas veces cuando uno está contento, cuando uno se lo
está pasando bien con los compañeros que están bromeando justo antes de salir, que en la cena de
por la noche se lo pasan bien, luego se llega a la carrera y normalmente se hace bien. O sí que
yo he encontrado cierta relación entre pasárselo muy bien en el viaje y con los compañeros y estar
contento en un equipo y rendí. Y vamos, estoy segurísimo de esta relación que, como digo,
no he hecho un estudio científico para probarla, pero no me hace falta porque yo lo siento así,
lo que es que lo veo tan claro. Además, los que competáis a niveles así importantes, en máster,
o si estáis escuchando algún profesional, pues me gustaría que lo pusiera en comentarios si pensáis
que esta situación de verdad se da, porque yo sí que estoy convencido de que no en el cien por
ciento de los casos, pero en general las cosas salen bien cuando uno se lo pasa bien fuera de la
bici. Otro aspecto mental que influye en la respuesta adaptativa que tenemos ante un estresor es la
capacidad de predecirlo. Si os recordáis, el experimento de Weiss del que he hablado hace
unos minutos de los estímulos eléctricos a las ratas, también se hizo una prueba que consistía
en que a determinadas ratas, antes de aplicarles la descarga eléctrica unos segundos antes,
se les avisaba con una campanilla. La descarga eléctrica era la misma y además la frecuencia
era idéntica que a las ratas a las que no se les avisaba, pero comprobó que a las ratas que
se les avisaba con antelación de estas descargas sufrían una respuesta estresante menor ante esa
misma descarga. Y es que al final estos avisos generan la percepción de que somos capaces de
predecir algo. Por ejemplo, si sabemos que todos los días en la circunvalación de Madrid a las
siete y media hay una cola de cuatro kilómetros y que vamos a tardar media hora en el atasco,
pues seguramente el primer día vamos a tener una respuesta estresante, pero conforme lo vamos
normalizando y siempre el mismo estímulo, siempre el mismo estrés del atasco, llega un punto donde la
respuesta o digamos el estrés que nos supone este atasco cada vez menor y menor. Esto también por
ejemplo, pero al contrario, es lo que nos ocurre a veces. Por ejemplo, a mí me pasa en el dentista,
que está en el dentista y no sabe lo que le queda con la muela. Sientes punzadas de dolor, pero no
sabes cuánto va a venir porque estás escuchando el ruido, pero no saben qué momento va, digámoslo así,
a darte en el nervio, a sentir esas punzadas de dolor, no sabes cuánto queda y esa incapacidad de
predecir, de saber lo que queda o cuánto va a venir el dolor, genera muchísimo estrés y muchísimo
miedo más allá en sí del dolor real de la intervención, que tampoco es tanto el dolor real,
pero es mucho más el miedo que pasamos ahí que lo que realmente sufrimos. Por tanto, la incapacidad
de predecir algo nos genera una respuesta al estrés y por el contrario, la capacidad de predecirlo,
siempre y cuando se avise con el tiempo adecuado, va a disminuirla, pero claro, no nos va a servir
saber algo con una antelación, por ejemplo, de milésimas, porque no nos va a dar tiempo a
prevenirlo, entonces la respuesta va a ser la misma, ni tampoco nos va a servir saber algo con
horas o días de antelación, ya que no lo vamos a pensar y no vamos a estar preparados para ello.
Según el evento, vamos a necesitar saberlo con una antelación adecuada. ¿Y cómo podemos llevar esto
al ciclismo o al entrenamiento deportivo? Pues siendo muy conscientes, por un lado,
de la importancia que tienen las rutinas a la hora de cualquier planificación o de cualquier
deportista que se lo tome en serio, y es que cuando encajamos algo en nuestra rutina, cualquier cosa
que nos genere un poco de ansiedad o de estrés o que no sea agradable, por ejemplo, llevar una
dieta sana, salir a entrenar días que a lo mejor no apetece entrenar por cansancio, por frío o por
mal tiempo, cuando lo hacemos, una rutina, tenemos muchísimas, muchísimas más opciones de ser
capaces de cumplirlo que cuando no. Si alguien está acostumbrado a no comer dulces y a comer
ensalada siempre a mediodía, y un día tiene mucha hambre o un día tiene un dulce en la mesa, va a ser
mucho más fácil que el que tiene la rutina no lo coma o no se salga de esa rutina, que el que está
acostumbrado a comer cada día, pues según lo que haya, fuera de casa, comprar lo primero que
pillan en supermercado, y en el entrenamiento igual, porque esté acostumbrado a salir a entrenar todos
los días a las 10 de la mañana, pues va a tener ese hábito de levantarse ya con el cuerpo preparado
para competir o para entrenar, para esforzarse a esa hora, va a tener una secreción de cortisol más
temprana en la mañana, más elevada, y los que hablamos a veces del ritmo circadiano o del pico
de activación máxima, pues pese a que la persona pueda ser más o menos expertina, seguro que va a
tener una mejor activación por las mañanas, que aquella persona que siempre entrene por la tarde o
según el día, a cada momento, y que luego el día de competir por la mañana, pues va a ir un poco
adormilado, y por otro lado, una cosa que también hablé con Sebas, si me está escuchando, pues espero
que nos deje algún comentario, es que en la entrevista hablábamos de qué pasaría si a un
deportista le hacía un test de forma, digamos, sin avisarle, de que se prepare para hacer un
entrenamiento bueno, y en el momento de empezar el entrenamiento decirle, mira, hoy vamos a hacer un
test, pues claro, nos cargamos esta capacidad de previsión. Ese día, a lo mejor, la respuesta al
estrés, por lo menos hasta empezar el entrenamiento, va a ser bastante baja, porque no va a tener ese
estrés de estrés, pero a partir de ahí, sobre todo si se hace un par de veces o más, pues siempre
va a tener un poco de esa respuesta estresante, ya que claro, no sabe en qué momento va a venirle el
test, no puede prevenir cuando va a venirle el test, y va a vivir siempre, digamos, en un estado de
activación más alto en reposo, que aquel que sabe perfectamente que si tiene un test, se lo van a
avisar con una semana de antelación. En un cuarto punto, que es bastante interesante, es cómo influye
el sentimiento de que controlamos una situación, aunque no la controlemos, en la disminución del
estrés que nos produce en un evento. Por ejemplo, nos muestra un experimento en personas que están
en habitaciones contiguas, donde tienen que hacer vida y la están molestando con ruido. Bien, pues
a las personas que le dan un botón y les dicen que ese botón va a disminuir el ruido percibido en
la habitación, ven que tienen una respuesta de estrés mucho menor que las personas que no tienen
ningún botón y que no tienen ninguna capacidad ni de predecir ni de evitar estos ruidos. Realmente,
el botón no sirve para nada, pero las personas que creen tener el control sufren, pues bueno,
de menos ansiedad y de menos problemas, y además se dan cuenta de que incluso las personas que tienen
el botón y no lo utilizan sufren menos estrés que las personas que no tienen el botón. O sea,
no se trata solamente de tener control, sino de pensar que se posee este control. Esta podría ser
la base de, por ejemplo, este miedo que tenemos a viajar en avión respecto a viajar en coche.
Realmente sabemos que viajar en coche probabilísticamente es muchísimo, muchísimo más
peligroso que viajar en avión. Sin embargo, el coche nos da esa sensación de que podemos
controlar lo que nos pase, aunque realmente no sea del todo así, porque hay cosas que uno no
puede prever. Al final, no todos los accidentes son culpa nuestra. Hay un montón de cosas que
pueden aparecer durante la calzada, pero esta sensación que tenemos de llevar el control en
la que hace que nos sintamos mucho más cómodos, tengamos menos estrés viajando en coche que
haciéndolo en avión. Estudios en ratas han demostrado que el estrés que sufre una rata
tras obligarla a correr en una cinta es muchísimo más alto que el que sufre si corre de forma,
digamos, voluntaria por gusto. Y esto estoy convencidísimo de que lo podemos aplicar
tal cual a humanos y el motivo por el que la gente que empieza a hacer deporte con objetivos,
digamos, así dudosos como mejorar la salud, bajar de peso, etcétera, pero sin disfrutar del proceso,
sin disfrutar del deporte realmente, lo acaba dejando. ¿Por qué? Porque el deporte se convierte
en un agente estresor más, algo desagradable. Mientras que alguien que haga deporte, que haga
ciclismo o el deporte que sea, por diversión, por el mero hecho de hacerlo, por esa recompensa
intrínseca, no va a tener ese estrés, esa amenaza y por tanto, aparte de tener los mismos beneficios,
va a tener muchísima, muchísima menor fatiga después de realizar el ejercicio.
Esto nos deja dos cosas muy claras que hay que grabarse a fuego. Por un lado, la importancia
que tiene el disfrutar de cada entrenamiento y no sólo de los entrenamientos, sino del propio
proceso, el propio camino de conseguir máximo rendimiento, que como he dicho varias veces,
no solamente son cosas bonitas, no solamente entrenar, también hay que sacrificarse,
hay que a veces pasar hambre o hay que salir a entrenar cuando las condiciones son un poco feas.
Pero el disfrutar este camino, desde luego, va a disminuir muchísimo la respuesta estresante
en nuestro organismo y por tanto vamos a acumular menos fatiga con los mismos estresores,
con el mismo entrenamiento y la misma dieta. Y por otro lado, tenemos que ver lo importante que es
dar cierta sensación de control al deportista y ¿cómo podemos darle esta sensación de control?
Pues dejándole un grado de libertad en las series que el deportista sienta que en el momento que
él decida, bueno, cuando llega al máximo, pero que él tiene al final la última palabra a la hora
de disminuir el ritmo o de subirle un poco más, que puede hacer caso a sus sensaciones y que en
entrenamiento no sea totalmente rígido y que si el deportista siente que va muy bien y que quiere
aumentar el ritmo, lo puede hacer a lo mejor en la última serie y que si siente que no puede con
ese ritmo, que no es el fin del mundo, que tenga esa cierta libertad para disminuir el ritmo porque
al final, al fin y al cabo, lo que yo digo a mis deportistas, sobre todo cuando hacemos series de
tope, es que el cuerpo nunca es el mismo de un día para otro, cambian muchísimos factores, pero mientras
el esfuerzo sea máximo, las adaptaciones también lo van a hacer, ya que un esfuerzo máximo implica
un estrés, un grado de ruptura de la homeostasis máximo en el organismo. Por tanto, de aquí estas
conclusiones que yo creo que son para grabar a fuego, disfrutar y tener libertad. Por otro lado,
también este mismo punto nos muestra, en un estudio con ratas, como las ratas que se ganaban la
recompensa corriendo la comida, la disfrutaban más y también extrapolable a los humanos y es que
controlar, o sea, capaces de controlar la recompensa que se obtiene de algo, sabe mucho mejor que cuando
la recompensa nos viene gratis y esto es algo que todos sabemos, cuando alguien trabaja muy duro por
conseguir algo, se siente mucho mejor que cuando le viene solo. Si nos pasamos al ciclismo, pues bueno,
cuando alguien lucha durísimo por llegar, qué os digo yo, a 5 vatios kilombras o por terminar la
quebranta, o eso, o por hacer top 20 en una marcha de mountain bike que tiene tres defensas, o sea,
cuando lo has peleado durante muchísimo tiempo, muchos meses, muy duro y te ha costado, el
sentimiento de felicidad es inmenso y inconmensurable, indescriptible. Mientras que otra persona que a lo
mejor tenga una genética más privilegiada y haga ese mismo resultado o alguno mejor, pero sin haberse
lo currado tanto, sin haberse cuidado realmente a la comida, aunque esté teniendo mejores resultados
que nosotros en las clasificaciones, no quiere decir que esa persona esté siendo más feliz ni mucho
menos, ni esté más contenta que nosotros, ¿vale? Entonces, digamos que el grado de satisfacción
personas que uno va a sentir siempre va en relación al nivel de esfuerzo que ha tenido que hacer para
conseguirlo. También aquí hace un inciso y es que tener la sensación de que tenemos el control de
todo y que todo depende de nosotros no es bueno porque hay un montón de cosas en la vida que no
dependen de nosotros, como digo lo primero, la genética, pero a partir de ahí la mala suerte
existe, claro que existe, la aleatoriedad existe, a veces las cosas salen bien cuando no deberían
haber salido tan bien y a veces salen mal cuando deberían haber salido bien. La vida no es justa
y no nos debe nada, a veces, pues bueno, uno puede trabajar muy duro, hacer las cosas muy bien y que
las cosas salgan mal, por eso hasta cierto punto se hay que ser conscientes de que no todo depende de
nosotros, pero sí gran parte y por lo menos que nos quedemos con la sensación de que todo lo que
depende de nosotros lo hemos hecho y ya lo que no hemos podido controlar, pues bueno. Y por último,
otro pensamiento que influye de forma alucinante en nuestra respuesta al estrés, además es super
interesante es la percepción que tenemos de si las cosas están mejorando o disminuyendo. Aquí
volvemos a los experimentos con ratas, que las pobrecillas tienen cero ganado. Bien, en este
experimento se cogen a dos ratas y son sometidas a una serie de descargas eléctricas. A una rata se
le dan 10 descargas eléctricas por hora, mientras que a otra le aplican 50 descargas eléctricas por
hora, o sea la tienen frita. El segundo día ambas ratas reciben 25 descargas eléctricas por hora,
las mismas, y siguen así el resto de días. ¿Qué rata pensáis que sufre una mayor respuesta de
estrés? Pues obviamente la rata que pasa de 10 descargas a 25 sufre muchísima mayor respuesta
que la que pasa de 50 a 25. ¿Por qué? Porque la que pasa de 50 a 25 estaba tan acostumbrada a lo
malo que pasa a 25 descargas para ella es como un regalo. En lo humano pasa parecido, cuando tenemos
una enfermedad o una lesión con un dolor muy agudo, el simple hecho de que el dolor diminuya
lo vemos como algo positivo, algo que nos alegra, que por supuesto no nos genera estrés, lo vemos
como un medio que nos lleva a recuperación y sin embargo seguimos teniendo dolor, pero este dolor
ya no nos genera una respuesta al estrés tan acusada como alguien que sufriese ese mismo dolor
pero que viniese de que el día de antes a los días previos hubiese tenido cero dolor. Al final la
percepción de que las cosas están empeorando aumenta mucho el estrés que sufrimos por este
evento y la percepción de que las cosas están mejorando diminuye mucho el estrés que nos genera
el organismo. ¿Adivinamos dónde ocurre esto? Efectivamente muchas veces en las competiciones
o a veces en las series cuando se empiezan los puertos a tope a tope a tope uno empieza
agonizando a muerte y cuando se llega a un umbral del dolor en el cual cualquier disminución pequeña
del ritmo va a hacer que nos encontremos muy bien y seamos capaces de sostenerlo. ¿Por qué? Porque
veníamos de sufrir tantísimo que esa pequeña disminución del dolor hace que veamos a Dios que
veamos que al final las cosas están yendo bien que uno va mejor de lo que iba al principio y
cuando pasa lo contrario pues muchas veces cuando hacemos esfuerzos autorregulados tipo
contrarreloj o de esfuerzo donde nos pasamos un pelín de bateo al principio y lo que vamos viendo
es que conforme va avanzando al test nuestro nivel de dolor nuestra percepción de esfuerzo
va aumentando muy rápido o más rápido de la distancia que nos queda por recorrer y por
tanto sabemos que las cosas van mal que las cosas están empeorando y eso hace que nuestra
respuesta de estrés aún sea mayor o sea digamos que empezamos una serie de reacciones de retroalimentación
negativa entre la cabeza y el organismo y esto es la causa que muchas veces cuando empezamos así
acabamos desistiendo en el test o que el esfuerzo no acabe saliendo pero por ejemplo una de las
cosas que siempre fallan cuando hacemos cálculos sobre la potencia ideal que hay que llevar en una
contrarreloj a veces pensamos que un esfuerzo totalmente lineal es mejor pero no olvidamos
de lo importante que es que esta percepción del dolor o del esfuerzo no vaya subiendo por
lo menos no vaya subiendo más rápido de la distancia que nos queda por recorrer un gran
ejemplo de estos son las series decreciente series donde se empieza muy fuerte a ritmo máximo y se
va bajando el ritmo un poco conforme avanza el tiempo pero se va bajando el ritmo de forma
que el deporte está siga yendo a tope lo que pasa es claro a menos potencia bueno es curioso que
realizar esta serie muchos deportistas acaben dando más potencia de la que habrían hecho haciendo el
esfuerzo de forma lineal hecho muchas veces los mejores 20 minutos los mejores 25 minutos de un
deportista se hacen en esta serie precisamente que son lo justo lo contrario a lo que se recomienda
para el pacing no que empezar a un ritmo muy muy alto digamos bajando ritmo poco a poco ir
petando por bueno digamos que el contraste del esfuerzo tan alto del principio con el ritmo ya
un pelín más bajo de después hace que el deportista sea capaz de tolerar muchísimo más dolor y esto
en las competiciones los que habéis competido seguro que me está de acuerdo conmigo en que
cuando empezamos muy muy fuerte estamos superando las expectativas que teníamos al final solemos
acabar realizando un buen rendimiento aquí recuerdo de alex hatchinson del libro en dur que nos cuenta
cómo él fue capaz de bajar de los cuatro minutos en un 1500 precisamente gracias a que los jueces
se equivocaron en la primera vuelta y le dieron que estaba corriendo a un ritmo muy por encima o
mejor dicho muy por debajo de que tenía previsto hacer y que bueno eso fue rebusivo que le hacía
falta para crecerse y acabar por bueno haciendo mucho más de lo que hubiese esperado bueno no
quiero profundizar mucho más que el episodio se está haciendo largo y creo que es interesante así
que no quiero que dejáis de escucharlo porque sea largo sólo terminar con que esto de la percepción
de la mejora o de emprendimiento de las cosas también es importante tenerlo en cuenta a la
hora de ir con cabeza durante la temporada debería hacer los progresos quizás más lentos pero más
seguros y que sintamos durante más tiempo que el cuerpo va mejorando porque al final no hay
nada peor sobre todo para la gente que no está acostumbrada a competir o que no lleva muchos años
de experiencia no hay nada peor que vez como uno se estanca y empieza a retroceder por tanto
paciencia vale intentar ir mejorando con la mínima carga posible que nos permita una mejora
sostenida en el tiempo y dejar que bueno que este sentimiento de que las cosas mejoren pues
dure más tiempo y bueno hasta aquí el episodio de hoy y nada para terminar me gustaría decir
algunas cosas la primera que si os ha gustado pues que me lo hagáis saber y que la mejor forma de
hacerlo es compartiendo el episodio con vuestros amigos vuestros compañeros de grupeta o de peña
o de otros deportes porque creo que lo que ha hablado en este episodio bueno se puede
extrapolar a todos los ámbitos de la vida no sólo el deporte y que bastante interesante yo creo
que puede ayudar a bastante gente entonces bueno ya que está grabado pues bueno cuanta más gente le
llegue mejor también que me dejéis vuestros comentarios con vuestras experiencias personales
que os parece o cómo resulta a vosotros esta sensación de tener control de si las cosas
mejoran o si no el contacto social si sentís que cuando estáis bien con los amigos con el equipo
rendís más etcétera pues bueno yo creo que podemos tener un buen debate tanto los comentarios
del postcard como en los comentarios de grupo de facebook y también recordaros que os podéis
suscribir a mi lista de correo electrónico donde mando correos pues conforme vaya publicando
episodios o vídeos en youtube el artículo blog etcétera así que nada más hasta aquí el episodio
de hoy y nos vemos la próxima semana en los humanos o las conas y esto es hipnismo.
Todos los ciclos de ayer
Ya son los ciclones hoy
Pero no, no, no
Yo no me voy
Seguir escribiendo cartas
Levantando barricadas
Seguir con nuestro cantar
Mientras ala teluna
Hacer de la paz un arte
Hacer de la paz un arte
Seguir con nuestro cantar
Mientras ala teluna
Hacer de la paz un arte
Hacer de la paz un arte
Hacer de la paz un arte
Y así combatir sus guerras
El cielo está de nuestra parte
Y no, no, yo
No me voy a amarte
Mientras el amor de la tierra
No me voy a amarte
No me voy, no me voy
No me voy a ningún lugar
No me voy a amarte
No me voy a ningún lugar
No me voy, no me voy
Solo sé que no me voy
No, no, no, yo no me voy
Seguí construyendo barcas
Levantando barricadas
Seguí con nuestro remar
Mientras sea la ternura andón
Hacer de la paz y un arte
Para así combatir sus guerras
El cielo está de nuestra parte
No, no, no, no me voy a amarte
En un parque
Te temo con la tierra
Que nos vidas sin vida ni amor
En la tierra