logo

Entrevistes de la Plaça Mireia

Els dimecres a les 17:30h fem l'entrevista de la setmana rel·lacionada amb temes d'actualitat del municipi. Els dimecres a les 17:30h fem l'entrevista de la setmana rel·lacionada amb temes d'actualitat del municipi.

Transcribed podcasts: 137
Time transcribed: 2d 1h 34m 48s

Unknown channel type

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Música
Doncs bé, estem escoltant una de les cançons, un dels temes musicals que acostuma a sonar a les classes de ioga que fem amb l'Anna Mosquera.
Dic que fem perquè jo també hi participo i la tenim aquí amb nosaltres. Anna, bona tarda.
Hola, buenas tardes.
Què tal, cómo estamos?
Muy bien, encantada de estar aquí.
Nosotros también con mucha ilusión de haberte convencido al final de que pasarás por aquí.
Sé que hay mucha gente que el micrófono o el directo le da cierto reparo, pero también es cierto que aventurarse hacia lo que no es más conocido también tiene un punto.
Pues sí, la verdad, por eso estoy aquí.
Al final nos comentarás qué tal ha ido, a ver qué tal la experiencia.
Seguro que sí.
Pero encantada de tenerte, como decía.
Antes que nada, Anna Mosquera, profesora de ioga.
Muchos seguramente cuando no han escuchado tu voz han dicho, ay sí, ya sabemos quién es.
Hace clases de ioga, entre otros sitios, en la Bonaigua, aquí el Complexo Esportivo Municipal.
Haces ioga también en otros sitios, por tu propia cuenta también, hablaremos un poco de ello.
Pero para empezar, creo que norma básica, para los que quizá tampoco no saben mucho qué es este mundo del ioga, más allá de toda la publicidad que se hace, ¿no?
Desde hace unos años sobre todo, cuéntanos, o para ti, qué es esta disciplina, qué es el ioga, o qué conlleva.
Pues sí, mira, lo que tú has comentado.
Es una disciplina ancestral, una disciplina que tiene muchos años.
Y si empezamos un poquito desde la base del ioga, para entenderlo un poquito más,
podríamos decir que el ioga, pues, aparece en los primeros escritos en el año 2500 a.C.
y hay evidencias de que la gente practicaba ioga.
Era un ioga muy diferente al de hoy.
Y se descubrió en la zona del noroeste de India, en el Valle del Indo, en esa zona donde hoy es la frontera con Pakistán.
Ahí es donde aparecieron las primeras prácticas de ioga.
Eran muy diferentes a las actuales.
Ahí lo que se trabajaba más era la invocación a los dioses, los cantos, el trabajo de la respiración, los planayamas, el trabajo con los elementos, la naturaleza.
Ese ioga fue evolucionando, empezó a invadir toda la India, que si hoy en día vas a India, por todos los rincones respiras ioga, solamente viendo a la gente y la actitud de la gente, ¿no?
El ioga, pues, bueno, se fue modernizando y llegó a Occidente a principios de los años 20.
Llegó a Occidente.
Discípulos de un gran maestro, Krishnamacharya, viajaron a Occidente y trajeron el ioga.
Y el ioga que llegó en esa época, bueno, fue evolucionando y llegó a convertirse en el ioga que conocemos hoy.
Un ioga que lo encontramos en cualquier estudio de ioga, en cualquier centro, en cualquier polideportivo.
Todo el mundo puede encontrar ioga, y más en esta ciudad en la que vivimos, en Barcelona.
Hay muchos estilos, y yo siempre intento decirle a la gente que me pregunta que pruebe de practicar,
pero que no se quede solo con esa práctica de un día, con ese profesor o ese guía que se encuentra, porque hay muchos estilos.
Y hay estilos para todos los carácteres, para todas las personalidades, para todas las anatomías.
Y cada uno puede encontrar aquello que le va bien.
Hay gente que busca en el ioga eso espiritual que necesita, hay gente que viene a ioga solo para el trabajo físico.
Hay gente que aprende a respirar mejor, eso le ayuda a dormir mejor, a controlar las emociones, el estrés.
Entonces el ioga pues un poco, esa ha sido la evolución, y la tendencia del ioga era a que cada vez hubiera más gente practicando ioga,
pero el COVID ha hecho que la gente, mucha más gente lo descubriera.
Estamos en un momento también de nervios, de tensión, de vivir en una situación, pues eso, insegura,
y mucha gente ha empezado a practicar ioga, y aparte de los estilos que comentaba antes, que bueno, podemos mencionar,
y seguro que la gente conoce, Hatha Yoga, Kundalini, Sivananda, Ashtanga, Iyengar,
también encontramos ahora el yoga online, este yoga, ¿no?, que ahora está muy de moda,
que bueno, que con el confinamiento pues empezaron a salir clases de yoga online, ya había tutoriales en YouTube,
pero el yoga online ahora también está muy de moda, y quizás es una buena herramienta para que la gente pruebe.
Sí que es verdad que no encontramos lo que encontramos en una clase, ahora mismo lo estábamos mencionando tú y yo, ¿no?
No hay al Kaliu, ¿no?
Eso.
O la energía misma.
Ahí, la energía que genera el grupo, el respirar todos a la vez, el de...
Yo siempre también comento de no te identificas con nadie, con nada ni con nadie, no te compares con nada,
para el yoga eres tú, es un crecimiento personal para ti, y no tienes por qué no parar en una clase de yoga.
En yoga tú vas a tu ritmo, te colocas ahí en tu esterilla y vas haciendo tu práctica y vas evolucionando poquito a poco,
pero sí que es verdad que cuando estás en grupo la energía te empuja y te hace sentirte mucho mejor.
Y te iba a preguntar, ¿qué parte del yoga puede ayudarnos a, no sé si salvarnos o curarnos de alguna patología o enfermedad?
No sé si está demostrado científicamente, pero ¿qué parte puede ayudarnos a tener un mejor funcionamiento, por ejemplo,
no sé, del oxígeno en todo el cuerpo o de la columna, ¿no?
Este eje vertebral que tenemos, es cierto, ¿no? O está comprobado quizás que puede realmente ayudar a un mejor estado.
A un mejor estado físico, seguro, porque fue cuando yo lo descubrí también, es decir, yoga entró a mi vida pues ya hace unos cuantos años,
pero sí que hace 10 años que lo practico regularmente cada día.
Aunque hace más que entró en tu vida.
Sí, ahora mismo también te lo decía, hace creo que, no sé, pero 25 años o 30, no sé, fui a mi primera clase de yoga,
me invitó mi hermana, que es la yogui de la familia, y me dijo, ven un día a una clase conmigo, una clase de yoga.
Y fui con ella y la verdad es que me fui corriendo porque no podía cerrar los ojos, no era el momento adecuado,
y es verdad que no era el momento adecuado.
Pero también es verdad que luego lo descubrí al cabo de un tiempo y me di cuenta y pude comparar y dije,
ostras, es verdad, no tiene nada que ver aquel yoga que me encontré entonces, porque no era yo, no era mi momento, ¿no?
Lo que me has preguntado, ¿no?
Bueno, yo soy bióloga, los que me conocen ya lo saben, y he podido disfrutar de mi profesión durante 15 años.
Trabajaba en un laboratorio en el Parc de Reserca Biomédica aquí en Barcelona, y he disfrutado mucho,
he disfrutado con mi trabajo muchísimo, pero también llegué a sufrirlo un poquito hacia el final.
Mi trabajo era con animales de experimentación y, bueno, mis principios, pues, me empecé a sentir mal,
empecé a notar que no era lo que me llenaba, no era el propósito de mi vida, seguir trabajando en un laboratorio.
Entonces, empecé a cambiar un poco, también me quedé embarazada, bueno, me tomé la vida de otra manera,
tenía muchos problemas de espalda, tenía mucho dolor en la espalda porque me había caído en adolescencia,
me había fracturado el coxis, y desde ahí siempre fui arrastrando problemas en la espalda.
Y desde que entré el primer día a una clase de yoga, pues, salía sin dolor y el dolor de espalda desapareció.
Entonces, siempre que entraba en una clase de yoga, entraba normal, pero al salir notaba un alivio,
pero, bueno, no solo a nivel físico, sino un alivio general.
Y desde ese momento me di cuenta de que era salud para mí, era un camino de sanación, el entrar a hacer una práctica de yoga.
Entonces, empecé a practicar, a practicar, y llegó el momento en que decidí formarme.
Hice mi primera formación en el 2013.
Sigo formándome, ahora mismo sigo en ello, porque también es verdad que el yoga es algo que ves una puntita del iceberg,
pero si te metes un poquito más a fondo no te llega esta vida para aprender lo que hay dentro del camino del yoga.
Entonces, yo lo que digo, el practicar yoga no solo es lo que vemos, a lo mejor, o la idea que tenemos de estar quietos, me aburro, no sé, cerrar los ojos.
No, esa es una parte importante, que es la meditación dentro del yoga, esa conexión que te hace relajarte, te hace calmarte, te hace sentir mejor.
Pero luego también está la parte física, que intentas alinear tu cuerpo.
Si tienes problemas de columna, yo lo recomiendo.
Yo estaba en una lista de espera para una operación, para fijarme en la zona de las lumbares.
Tenía hora ya en el hospital y tenía una lista de espera de un año y dije, en un año tengo que hacer algo porque yo no me quiero operar.
Sí, no me quiero operar.
Para ir aguantando el dolor, entiendes, ¿no?
Claro, pero me dolía tanto que dije, bueno, pues si lo tengo que hacer, pues voy a hacerlo, ¿no?
Ya.
Durante ese año me puse a fondo, empecé a practicar casi cinco horas al día.
Eran mis cinco horas de rehabilitación al día.
Y cuando volví al médico que me llamaron, me hicieron otra resonancia y me dijeron, ¿qué has hecho?
¿Dónde está? ¿Dónde está ese desgaste que tenías?
Esos discos gastados.
Ese problema, yo digo, no lo sé, pero yo el dolor desapareció.
Entonces siempre aconsejo practicar yoga, no solo para la columna, el trabajo físico, sino también para la mente.
Aprender a respirar, te ayuda a vivir la vida de otra manera.
No sé, a respirar, respirar la vida.
Sí, que es cierto que es una parte muy, muy, muy importante de la práctica.
Incluso en las clases, quedas en la Bonaigua en concreto, ¿no?
Siempre realzas mucho, ¿no?
Este punto de respirar, hay muchas partes muy concretas de un tipo de respiración, ¿no?
Tocándonos la nariz, dejando un orificio para que entre el otro, para que salga, ¿no?
Hay muchas técnicas, sí.
Es como la base también de yoga.
Es la base, que te acompañe la respiración en los movimientos, ¿no?
Te hace que la práctica sea más completa.
Mucho más completa.
Pero bueno, la respiración la llevas todo el día.
Es algo que hacemos siempre, desde que nacemos hasta que nos vamos.
Aunque quizá no somos conscientes durante el día, ¿no?
No.
No vas pensando, estoy inhalando, estoy exhalando.
Ahora mismo, yo no estoy pensando mucho.
No, no vamos hablando.
Pero sí que es verdad que te ayuda cuando estás en un momento de tensión.
O como yo ahora mismo, que estoy aquí, lo primero que he hecho antes de que prepararas el entrar en el programa,
me he hecho mi pequeña respiración consciente y ayuda, ayuda a llevar la vida de otra manera si respiras conscientemente.
Y si a lo mejor tienes que ir a una práctica de yoga para que te des cuenta, pues genial, ¿no?
¿Qué parte o qué asanas quizá no pueden faltar en alguna de las clases que das?
La principal, que es la última, la de Savasana.
Esa es la principal para mí, la de que cuando ya te estiras, te tumbas y ya es el momento adecuado.
Porque después de una práctica, ya sea más dinámica, porque ahora hay muchas prácticas también muy activas,
muy viñasa que le llaman, unas prácticas en las que combinas mucho la respiración con el trabajo físico.
Pero es igual, aunque la práctica sea muy, muy de estar quietos, una postura más de meditación,
el hecho de llegar al final de la práctica y tumbarte en Savasana y dejar todo el cuerpo relajado,
no es una postura fácil si la quieres hacer bien.
Relajar todas las partes de tu cuerpo, desde la mente hasta la punta de los pies, no es fácil.
Y esa es la más importante.
Quizá no se valora o no se le da la importancia que tiene, ¿no?
Este punto final de decir ahora, quieto, parado, atento.
Sí, quizá no se le da la importancia hasta que no la pruebas, hasta que no practicas.
Y cuando te das cuenta de que esa es una de las más importantes, dices, ostras, sí,
no me voy de una clase de yoga antes de hacer esa.
Si tengo que irme antes, paro un poquito mi práctica, hago mi Savasana y luego me voy.
Porque al final el yoga también es como una libertad física, pero individual, ¿no?
En el sentido de que no es, lo comentábamos también fuera, ¿no?
No es una clase de zumba que si todos van a la derecha y lo haces mal,
también digamos que canta un poco, ¿no?
Porque la coreografía es esa, ¿no?
Porque el yoga no es competir para llegar a, igual que lo hace el delante, el detrás y el de al lado, ¿no?
Ahí está, para nada.
O sea, cada uno en su práctica, en su momento.
Y el trabajar eso también es muy interesante, ¿no?
El de que no te compares con nada ni con nadie.
Y lo bello también es que en una misma sala puede haber gente que lleva dos días practicando
y gente que lleva 20 años practicando.
Es fantástico porque tú vas a tu ritmo y también no todos los días estás igual.
Depende de si has descansado bien, si has comido hace poco, según cómo estás tú de estado de ánimo.
Pues ese día a lo mejor vas a clase y dices, yo hago una práctica más suave.
Te paras cuando quieres, te relajas, haces tu práctica.
Eso es lo importante, hacer tu práctica.
Aunque haya alguien ahí que te guía, que te acompaña y que los demás también te están acompañando,
te das cuenta de que cada uno cierra los ojos, está en su práctica, para cuando necesita, va a su ritmo.
Eso es fantástico.
Comentabas también que a raíz de llegar también a esta disciplina, años 20, ¿no?
Creo que habías comentado a Occidente.
Claro, han nacido muchas escuelas, muchos centros, incluso centros deportivos, ¿no?
San Ameslún, el complex a la Bonaigua, otros gimnasios, otras cadenas de gimnasios también.
En tu caso haces clase en la Bonaigua, ¿no?
Y aparte también estás en otros estudios, tanto online como presenciada.
Bueno, estoy en Bonaigua desde también hace 7, 8 años, más o menos, que empecé la primera clase de yoga.
Y seguimos ahí, hay un grupo súper bonito también.
Luego estoy en Mibi, en la calle Ereter, que es un centro que ha cumplido ahora un año, hace muy poquito.
Es un estudio precioso, más pequeñito, más reducido.
Es un estudio porque está, el interior está hecho todo con productos muy naturales, la tierra.
Las paredes son de tierra, el suelo es de bambú.
Es un espacio muy agradable, diferente a un polideportivo en el que intentamos buscar la misma energía en cualquier sitio,
porque lo que necesitas simplemente es una esterilla, no necesitas nada más.
Es tu isla, ¿no? La esterilla.
Es la esterilla y que puedas respirar, eso es lo único que necesitas para practicar yoga.
Entonces la diferencia, pues eso, que estoy en un centro grande en el que hacemos una práctica,
pero también en un centro pequeño es muy bonito.
Yo estoy aquí en Mibi, en la calle Ereter, y hoy en día debido a COVID también hay varios centros que han ido cerrando
y que de momento han cerrado sus puertas, pero está la opción online.
La opción online en la que yo era muy reacia al principio, pero al final, pues bueno,
he visto que hay mucha gente que le ha dado miedo ir a practicar a una sala y practica en su casa.
¿Y qué encuentras en casa también?
Pues algo que también es bonito, que a lo mejor solo lo encuentras ahí porque te escuchas más,
vas más a tu ritmo, si tienes que parar, paras, y a lo mejor cuando estás en grupo pues te da más palo parar.
Y estás en casa, paras y vas a tu ritmo.
Entonces también encuentro una práctica interesante la online.
También hay muchos estilos y puedes elegir, hay un abanico muy grande.
Yo de momento pues estoy, quien me sigue en Instagram puede ver mi perfil,
ana-jata-yoga y ahí pues siempre voy anunciando las clases, los horarios que voy haciendo.
Aunque decías que al principio eres un poco reacia, ¿no?
Pero sí que es verdad que con este parón de hace un par de semanas, ¿no?
Que nos hemos vuelto a reactivar un pelín, también volviste a...
Otra vez, sí. Bueno, casi continué porque empecé en abril más o menos y sigue habiendo gente.
Sigue habiendo gente de que aunque a pesar de que volvimos a retomar las clases físicas,
continuaron con la online.
Entonces ahora en este parón de estas tres semanas seguían ahí.
Y bueno, siempre hay gente.
La verdad es que hay yoga para todos los gustos.
Exacto. Ana, para ir terminando, que nos quedan unos cinco minutos,
¿qué harías sin el yoga?
Pues yoga.
¿Qué harías? No, no me veo sin hacer yoga.
Ahora ya la vida es indispensable.
Es que...
Sí o sí.
Puedes hacer yoga sentado en una silla.
Puedes hacer yoga cuando vas a comprar, cuando vas en coche.
Cuando estás en un semáforo parado también puedes hacer yoga.
No, os imagináis ahora que Ana en el coche se pone a hacer el árbol, ¿no?
Sí.
No hago el árbol.
Quizás sentada, pero...
Pero sí que es verdad que puedes cantar mantras, como tenemos ahora de fondo,
o puedes respirar.
Simplemente respirar y estás practicando, buscando esa conciencia que necesitas, ¿no?
Buscar ese camino que te hace parar un poquito, vivir el momento presente.
Y para aquellos que quizá no han pisado una clase de yoga o no han tenido un contacto con esta disciplina,
¿qué les recomendarías?
Aparte ya los beneficios que hemos ido comentando durante la entrevista, pero ¿qué recomendación les harías?
Que se den una oportunidad para intentarlo, que por suerte eso, que podemos encontrar muchos estilos y muchas escuelas a la vuelta de la esquina.
Y que pregunten a alguien que practica yoga y que les compartan un poquito qué es lo que recibes.
Yo veo cambios en gente practicando un día en la semana.
Y lo bueno que tiene es compaginarlo con otros deportes.
Te lesionas mucho menos si practicas yoga porque no solo ganas en elasticidad, no es eso,
pero sí que es verdad que sin querer estás alargando el cuerpo, estirando los músculos.
Y eso te ayuda a lesionarte mucho menos si a lo mejor corres o vas en bicicleta o juegas a tenis o lo que sea.
Es muy complementario.
No es nada incompatible, al contrario, ¿no?
Al contrario, por eso.
Entonces, pues bueno, aunque sea un día a la semana, es fantástico hacer una práctica de yoga
y darte la oportunidad de probar y de encontrar el sitio donde te encuentres bien y cómodo.
Ahora sí, para terminar, en tu familia, aparte de tu hermana que fue la que te introdujo...
Te introdujo...
Te introdujo...
Te introdujo...
Te introdujo...
Te introdujo, sí.
En el mundo del yoga, no sé si en casa, digamos, la familia, ¿no?
También está dentro de esta aoria o cuando te ven es tu cosa y no va mucho con ellos o ellas.
A veces yo vivo en un hogar en el que somos...
Bueno, tengo tres hijas, familia numerosa.
Las tres practican yoga, han practicado conmigo yoga en el colegio.
Bueno, doy clases de yoga en el colegio canigó, a pesar de que este año he hecho una pausa,
pero llevo años haciendo.
Y ellas han practicado conmigo.
Porque, bueno, todo lo que le daba a los niños, quería dárselo a ellas también.
Y quizás en casa me era más complicado que estuvieran ahí atentas y en el cole practicaban conmigo.
Pero yo creo que el yogui de casa es mi marido, que nunca ha pisado una clase de yoga, nunca.
Pero creo que es el más yogui de todos.
¿Por presenciarlo o por estar envuelto de...?
Por su forma de ser.
Por su filosofía y su forma de ser y su carácter y cómo es.
Y supongo que por eso también apareció en mi vida, por lo yogui que es.
Está claro que el yoga, vamos, quien diga que tiene alguna cosa que no sea positiva,
algo que no sea un beneficio, que venga y nos lo cuente.
Eso es.
¿No?
Claro, que sí quedamos y intentamos convencerlo.
Exacto.
Ana, muchas gracias por venir hasta aquí.
Ha sido un placer hablar contigo aquí en Radio Das Ver.
Nos vemos en las clases también.
Aquí un rato.
Y nada, que viva el yoga.
Gracias y que mucha gente lo pruebe.
Eso es.
Un abrazo.
Namasté.
Adiós.
Gracias.
Y nada, muchas gracias.
Un abrazo.
En el favor.
Un abrazo.
Un abrazo.
Un abrazo.
Un abrazo.
Un abrazo.
Fins demà!