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Transcribed podcasts: 3639
Time transcribed: 1d 20h 18m 35s

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L'estat emocional i les seves alteracions durant la situació de l'estat d'alarma.
Enriqueta López és psicòloga clínica i forense de Tarragona.
Ante una situació inesperada que irrumpe en les nostres vides de forma aplastant,
el miede surt com una reacció defensiva i protectora.
Ens alerta que cal actuar de forma diferent.
El miede no es patológico, el miede no es un trauma, el miede es una alerta,
es un indicativo de que algo pasa y que algo hay que hacer.
En las situaciones de emergencia, tal como la que estamos viviendo,
el miede va a servir para plantearnos la realidad, para conocer lo que ocurre y cómo poco a poco,
a medida que se van sucediendo los acontecimientos,
el miede nos ayudará a buscar soluciones o estrategias de afrontamiento.
No todo un ser humano controla el miedo de la misma manera.
Esta situación de alarma que vivimos puede derivar en cuadros de ansiedad.
Ansiedad, ansiedad, ese miedo interno que nos desestabiliza y que no nos deja ver el camino a seguir.
No todas las personas reaccionan de la misma manera.
Cada uno tiene su forma de procesar los acontecimientos.
No por ello mejor o peor, pero sí van a ser determinantes en la superación del caos que nos toca vivir en la actualidad.
Una situación como la pandemia del coronavirus genera inseguridad, intranquilidad, miedo al contagio,
temor por los seres queridos, dificultades de organización, desconocimiento, falta de control en la situación general,
incertidumbre, estado o crisis de angustia que se puede manifestar con insomnio,
alteraciones en la conducta alimentaria, irritabilidad, cambios de humor, sensación de irrealidad, desorientación,
sensación de distancia de los demás, de lo que ocurre y en algunos casos riesgo de autólisis.
Pero el escenario que se nos presenta es una realidad y frente a ella no hay otra opción que afrontarla.
En estos momentos debemos combatir la ansiedad y el miedo como si de una segunda piel se tratara.
Vive con nosotros, pero no debe irrumpir en nuestras vidas de forma aniquilante.
Ser conscientes de todas las sensaciones y afrontar el día a día.
Evitar pensamientos futuros. Eso solo aumenta el malestar, la inquietud y puede derivar en pánico.
Aprovechar el día a día, momento a momento, compartir con nuestros seres queridos,
fomentando el diálogo, la comunicación, el perdón si es preciso.
Esta situación nos debe ayudar a ser conscientes de que la vida es un suspiro,
que en un momento va a dar una vuelta de 360 grados sin esperarlo.
Y para afrontar la situación, la base es una buena actitud.
Una actitud personal cargada de pensamientos positivos, de sentimientos, de fuerza, de valentía,
de saber que se saldrá adelante, de reforzar la confianza en uno mismo
y de sentir que la vida hay que vivirla intensamente, minuto a minuto.
Nuestra mente prodigiosa siempre procura ir en nuestra contra.
Nos recuerda y plantea todo lo negativo, las imágenes de lo peor.
Pero la inteligencia humana, esa capacidad para poder afrontar y adaptarnos a las situaciones,
nos ayudará a salir de este bucle de temor, inquietud y agobio
que no cambia la realidad, pero sí puede llegar al anular a la persona.
Dejemos paso a la ansiedad sin negar su existencia,
aunque por difícil que parezca, este es el principio de su superación.
Cuando ella ya ha hecho huella en nuestro ser, es el momento de reconducirla,
ocupando nuestra mente y focalizando nuestra atención en metas o proyectos a corto plazo,
a pensar sobre nosotros mismos, en fin, a tratar de ocuparla en pensamientos positivos.
El mejor mecanismo para vencer la ansiedad es aceptarla,
saber que ahora vive con nosotros, pero que mi vida debe seguir sin caer en sus garras.
La actitud personal ha salido adelante, siendo consciente de que en la mochila de la vida
hay una parte que ocupa la ansiedad,
pero esa actitud es la llave que abre el paisaje del bienestar emocional,
desterrando de nuestra mente a nuestra temiga enemiga.
También al vuestro costado.