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Arxiu/ARXIU PROMOS PUBLIS JINGLES/


Transcribed podcasts: 3639
Time transcribed: 1d 20h 18m 35s

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La cualidad por excelencia del ser humano es la capacidad para adaptarse a los acontecimientos
y cambios del entorno y de la vida.
Por ello es muy importante ser conscientes de que la capacidad adaptativa que tienen los niños
desde el mismo momento de su nacimiento a los cambios que se suceden en su día a día de forma rápida
y que con el tiempo se van ralentizando es algo que existe ya desde un principio.
Un niño tiene el ansia de descubrir, de vivir experiencias, aprender, valorar todo lo que le envuelve
necesitando siempre del acompañamiento y refuerzo de sus progenitores.
La base de cualquier proceso adaptativo en cualquier ser humano pasa por aprender a tolerar la frustración,
a no poder hacer aquello que a uno le apetece, que no se puede cambiar,
no quedando otra alternativa que vivir lo que la realidad nos aporta.
Los límites son la herramienta básica para aprender a ser tolerantes y capaces de adaptarnos a los cambios
o a situaciones no deseables pero si reales.
En esta situación de alarma en la que estamos deben prevalecer las orientaciones dadas por sanidad
con el objetivo del control de la enfermedad, siendo importante asumir las consecuencias de encierro
que esta situación proyecte la vida de nuestros niños y también de los padres.
Los niños son como esponjas que lo absorben todo, tanto lo bueno como lo malo.
Tienen derecho a la pataleta, al enfado, a rebelarse por no poder salir,
por no poder jugar en el parque con los amigos.
Tiene derecho a aburrirse, tiene derecho a sentirse mal o enfadado con este mundo que les toca vivir.
Los padres deben dejar que expresen estas reacciones, aunque sean explosivas,
pero sirven para evitar el acúmulo de tensión y de malestar,
lo que podría derivar en problemas de comportamiento,
alteraciones físicas como problemas de sueño, la alimentación,
cambios de humor, control evacuativo.
Según la edad de los menores, las necesidades cambian tanto a nivel personal
como social, familiar y lúdica.
Mientras que a un bebé el salir o no a la calle no es tan importante,
en el caso de los chicos de más edad a partir de los 6 años,
las salidas tienen un componente de relación social,
comunicación con sus pares, así como el compartir experiencias,
situaciones como aniversarios, fiestas, excursiones.
Por todo ello, y atendiendo a la queja que algunos progenitores han manifestado
sobre la prohibición de salir con los niños a la calle,
haciendo la comparación con los propietarios de mascotas
que ellos sí tienen derecho a salir a la calle para que hagan sus necesidades,
debemos de tener en cuenta.
Primero, que prevalece sobre todo el estado de alarma
y las indicaciones que sanidad impone a toda la población.
No salir de casa.
Esta situación aboga por la responsabilidad de los padres
para el cumplimiento de las normas dadas.
Tercero, los niños deben ser conscientes, según su nivel madurativo,
de la situación en la que vivimos de una forma positiva, sin alarmas,
pero sí con cuidado y con la necesidad de cumplir con este confinamiento.
Cuarto, hay que explicar a los niños la situación que nos toca vivir.
Darles toda la información adaptada a su nivel.
Con esta información, posiblemente muchas de las rabietas y enfados
quedarán anuladas o disminuidas.
Con los niños de corta edad, es muy importante mantener las rutinas diarias,
poder realizar juegos y actividades para ellos,
el contacto afectivo, la relación cercana,
compartir situaciones dentro de la dinámica de casa,
ejercicios físicos a su medida, a nivel de juego, lecturas, juegos,
manualidades, adivinanzas, acertijos.
Con respecto a los bebés, su rutina no debe cambiar.
Ambos padres deben de cumplir con el horario que ellos marcan,
lo que les reportará tranquilidad, seguridad y estabilidad,
por lo que el salir de casa no es tan decisivo en el bienestar de cada uno de ellos.
Es importante tener en cuenta que esta situación que nos toca vivir
puede servir para ayudar a los hijos a entender la frustración,
la existencia de limitaciones y a supeditar nuestros deseos
a la realidad que nos envuelve,
lo que les ayudará en situaciones futuras
a saber reaccionar de forma tranquila y armónica.
Como padres responsables deben tener en cuenta
que prevalece la protección de la salud física,
siendo conscientes de que estamos en una situación de emergencia
dependiendo de su superación,
de todas las actuaciones que como ciudadanos debemos realizar.
Los niños son la mejor enciclopedia del mundo.
Ellos saben entender y comprender lo que al adulto le cuesta,
su sinceridad, su pureza en ver y comprender las cosas
nos ayudará a ser mejores padres y mejores personas.
Esta situación puede ayudarlos a aprender de ellos
y dar la posibilidad de que den rienda suelta a su imaginación,
a su pureza interior, a sus ideas limpias de toda contaminación.